27; ENGAÑOS | PARTE 2

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍 

ENGAÑOS

Jungsuk se dirigía a la cocina mientras refregaba uno de sus ojos al seguir sintiéndose exhausto. Al ver al rubio con su cabello algo húmedo, preparando el almuerzo para ambos, no pudo evitar sonreír y morder su labio inferior al bajar la mirada a su trasero cubierto por los bóxers blancos.
Pasó las manos por su pequeña cintura, sintiéndolo estremecerse ante su tacto y escuchándolo jadear, lo que le hizo soltar una ligera risa profunda.
El pelinegro enterró la nariz en el hueco de su cuello inhalando el aroma a su piel y a jabón, lo que le hizo gruñir, mientras bajaba una de sus manos a una de sus nalgas dándole un apretón, provocando que Jimin riera.

—¿Despertaste con hambre, bonito? —preguntó Jimin, acariciando la mano de este que estaba en su abdomen.

—Puede que un poco —murmuró depositando un beso húmedo en su cuello.

—¿Quieres repetir como a la madrugada? —soltó una risilla provocando también la de Jungsuk.

—¿Vas a decir que no te gustó? Porque si fuese así, no entendería porqué me pedías más...

Su aliento tibio chocaba contra su cuello del rubio, y su manera profunda de hablarle causaba que se estremeciera sintiendo cómo la temperatura empezaba a aumentar. No podía mentirle y decirle que no lo había disfrutado, cuando no había dejado de gritar su nombre envuelto de placer y sin importarle que pudiesen escucharlos. Y es que, Jungsuk estaba enloqueciéndolo de una manera que jamás se esperó.

Creyó que seguiría siendo aquel joven tierno que cuidaba cada cosa que decía o hacía, lo cual no le disgustaba para nada, al contrario, era una de las cosas que lo enamoró. Sentía que había dejado aquel patrón dónde escogía personas que terminaban rompiendo siempre su corazón, y ahora estaba conociendo una nueva faceta de Jungsuk, la cual le gustaba, pero a la misma vez estaba llegando a asustarle de cierta manera.

—Entonces, ¿por qué lo preguntas?

—Porque quiero escucharte decirlo —respondió pasando la mano por su barbilla, para hacerlo voltear y ver su rostro.

—No sabía que podías llegar a ser un adicto al sexo —bromeó intentando bajar aquella tensión que estaba volviéndose asfixiante.

—Tú me volviste adicto a ti —aclaró inclinándose hacia adelante, rozando sus labios.

—¿No vamos a almorzar?

—Prefiero ver tu boca llena por algo más —confiesó sorprendiéndolo.

—¡Jungsuk! —llevó la mano a su pecho para separarlo mientras reía—. Vamos a comer, ¿está bien?

—Está bien —asintió riendo, dándose por vencido—. Pero quiero un beso.

Jimin no pudo evitar sonreír por la ternura que le provocaba el pelinegro, así que se inclinó hacia adelante, tomándolo de la barbilla para juntar sus labios en un suave y lento beso.

Al despertar la primera noche juntos, por un momento, tuvo el miedo de que Jungsuk no fuese siquiera capaz de verlo al rostro, porque sabía que era algo completamente nuevo para él, así que podría ser normal que quisiera alejarse para pensar. Pero el hecho de que en cuanto abriese sus ojos, siguiese siendo el mismo cariñoso Jungsuk, y que quisiera quedarse otro día junto a él, hizo que su corazón brincara de emoción.

Ahora no era capaz de perderlo por nada. No quería que volviese a alejarse, por lo que intentaría ayudarlo de cualquier manera a que pudiese aceptarse, a pesar de que su familia podría llegar a rechazarlo.

—¿A dónde vas? —preguntó el rubio cuando volvió a la cocina.

—Iré a buscar mi celular. No lo he tocado desde que estoy aquí —explicó haciendo una mueca—. Necesito saber que todo sigue normal.

—Está bien, bonito.

Jungsuk no pudo evitar sonreír ante cómo había comenzado a llamarlo, hasta provocaba un cosquilleo en su estómago que le hacía sentirse como un adolescente enamorado por primera vez. Eso era algo que jamás había experimentado.

Este se dirigió hacia la habitación de Jimin, buscando su celular que estaba apagado sobre la mesa de noche.
En cuanto lo encendió, notó que tenía diez llamadas perdidas de Jonghyun, como también mensajes de él, por lo que algo desconcertado los abrió.

Jonghyun

¿Dónde diablos estás?

¿No pasaste la noche del viernes aquí?

Habías dicho que lo harías.

¿Dónde estás?

¿Por qué el viernes estuvo aquí Aeri, si tú nunca volviste?

¿Qué escondes, Jungsuk?

¿Cuántos días piensas desaparecerte? Esto me recuerda al pasado.

Al leer esos mensajes sintió cómo se estremecía por completo, mientras sus latidos se aceleraban a tal punto de que creía que su corazón podría salirse de su pecho. Rápidamente tomó su ropa que estaba en el sofá para comenzar a colocársela, sin ser capaz de escuchar cómo Jimin le informaba que el almuerzo estaba listo.

No era capaz de pensar con claridad, siquiera podía creerse que Jonghyun haya conocido a Aeri, algo que siempre había evitado por temor a que notase aquel parecido que aún provocaba que sintiese estremecerse. Salió de la habitación con su ropa y zapatillas ya colocadas, ganándose toda la atención de Jimin, que soltó una risilla de confusión.

—¿Qué haces vestido? No me gusta ser el único exhibicionista, mucho menos ahora que ya pude verte sin ropa —mencionó con picardía mientras servía la comida en ambos platos.

—D-debo irme —Jungsuk volvió a titubear al estar nervioso, lo que hizo que este dejará la sartén en la cocina, fijando su vista en él para empezar a acercarse.

—¿De qué hablas?

—N-necesito irme.

Jimin notaba cómo este tenía la mirada perdida, cómo su respiración se había vuelto pesada y, al tomar sus manos, pudo sentir que estaba temblando, lo cual hizo que su preocupación aumentara.

—Jungsuk, ¿qué sucede? —preguntó preocupado—. Estás hasta temblando.

—S-solo sucedió algo con mi hermano. Déjame irme, Jimin —pidió apartando las manos para dirigirse hacia la puerta.

Jimin no dudó en seguirlo y cuando este iba a salir de su departamento, lo tomó de la muñeca haciendo que volteara a verlo. Notaba cómo estaba desesperado por marcharse, pero ahora el rubio temía que se haya arrepentido por completo de lo que sucedió entre ellos.

—Dime que no es por mí, por favor —suplicó angustiado, lo cual hacía que Jungsuk sintiera su corazón encogerse.

—N-no es por ti, ¿está bien? —intentó llevar la mano a su mejilla, pero notó cómo era cierto que se encontraba temblando, por lo que la bajó rápidamente.

A pesar de eso, el ver a Jimin demasiado preocupado todavía, decidió juntar sus labios, sintiendo cómo este capturaba rápidamente el inferior suyo, llegando a succionarlo. Notaba que quería asegurarse de que todo siguiese bien entre ellos, pero el rubio hasta podía sentir sus labios temblar, cómo lo besaba de manera torpe.

—Jungsuk...

—Hey, estamos bien —aseguró por lo bajo.

—Quiero creerte.

—Hazlo, porque te llamaré en cuanto resuelva esto, ¿está bien? —intentó sonreír, pero le salió más una mueca torcida.

—Esperaré la llamada.

—Cuídate, Jimin —musitó dejando un pequeño beso en su nariz que lo hizo sonreír.

Este con aquella mirada que intentaba darle seguridad y aquel beso, sintió que lo hacía calmarse un poco, mientras que Jungsuk sentía cómo cada paso que daba alejándose de Jimin, los nervios lo invadían más.

Una vez fuera del edificio, se dirigió rápidamente a su coche para así comenzar a conducir hacia su casa. No podía pensar con claridad, no comprendía nada de lo que estaba sucediendo. Y pensar en que justamente tenía que ser Jonghyun, provocaba que deseara huir, por lo que apretaba el volante con fuerza al punto de que sus nudillos se volvían blancos.



















(...)
















Sabía perfectamente que debía intentar relajarse si no quería demostrar que sus palabras no eran ciertas si es que no había notado absolutamente nada. En ese momento, todo lo que necesitaba era a Jungkook de su parte, pero sabía que eso no era posible. Y peor aun, que si estaba allí, intentaría hundirlo. Haría que todos sus secretos saliesen a la luz.

Al bajar sentía cómo se le dificultaba respirar, pero aun así, tomó su celular para hacerle saber a Jimin que estaba en su casa. Necesitaba darle algo de calma, porque si todo acababa en un caos, necesitaría más que nunca de él, si es que podía seguir ocultándole sus secretos.
Necesitaba que Jimin siguiese viéndolo como aquel joven bueno que no era capaz de hacer daño, a pesar de que había sido capaz de tantas cosas imperdonables.

Tragó con dificultad y entró a la casa observando a sus alrededores, pensando en dónde podría estar Jungkook, por lo que caminaba cautelosamente hasta subir las escaleras. Prefería hablar antes con él, pero no había sonido alguno.
La casa estaba en completo silencio, así que entró a su habitación, pero escuchó unos pasos detrás de él, por lo que al girar, se encontró con Jonghyun. Su semblante era serio y su mirada parecía oscurecida, lo que hizo que sintiese cómo se estremecía.

—J-Jonghyun, ¿sucede algo? —su voz salió algo débil y temblorosa mientras Jonghyun observaba su habitación, caminando hacia la silla de su escritorio para sentarse.

—¿Por qué llevas la ropa de hace dos días? —alzó una ceja, inclinándose hacia atrás—. ¿No has vuelto a casa por dos días?

—E-estuve quedándome en lo de un... amigo —respondió con dificultad, lo que hizo que Jonghyun asintiera repetidamente mientras parecía estar analizándolo.

—¿Qué amigo? ¿Park Jimin?

—Sí —contestó en un murmuro casi inaudible.

—¿Sabes? Conocí a tu novia. Choi Aeri —sonrió amargo a la vez que se levantaba—. Tienes razón respecto a ella. Es preciosa —comentó rodeándolo, por lo que Jungsuk tragó con dificultad—. Tiene rasgos que la hacen especial, ¿no crees?

—¿C-cuáles?

—Sus labios, por ejemplo. Sus ojos. La forma de su barbilla —apoyó la mano en su hombro—. Aunque hay algo en sus ojos que la hace diferente.

—A-Aeri y yo no estamos juntos —aclaró enfrentando su mirada—. Quizás... Quizás deberías hablar de esto con Jungkook.

—¿Qué?

—Jungkook y Aeri están todo el tiempo juntos.

—¿Por qué lo estarían? —cuestionó con las facciones endurecidas.

—Tú mismo dijiste que ella tiene algo especial, ¿no es así? —tragó con dificultad, intentando sostener la mirada.

Observó cómo Jonghyun pasaba la lengua por el interior de su mejilla, mientras volvía a dirigirse a la silla donde estuvo anteriormente sentado. Sabía que podía estar volviendo a pensar en lo que le había dicho Jungkook en la pelea y, por más que Jungsuk se sentía mal por su hermano y por provocarle aquello, creía que era necesario.

—¿Sabes que odio con todo mi ser?

—¿Qué?

—La mentira. La traición —respondió juntando las manos—. ¿Pero sabes algo? Estoy empezando a disfrutar de que quieran verme la cara de idiota porque, tarde o temprano, podré encargarme de ellos —aseguró alzando una ceja—. Sé mucho más de lo que digo, Jungsuk.

Jungsuk podía sentir cómo su respiración se volvía pesada, cómo su corazón parecía subir por su garganta y estaba a punto de vomitarlo. En cuanto pasó por su lado y escuchó la puerta cerrarse, cerró los ojos soltando todo el aire que contuvo sin darse cuenta.
El miedo estaba invadiéndolo de gran manera, por lo que rápidamente colocó seguro en la puerta para así dirigirse al armario abriendo ambas puertas. Al levantar la cabeza, abrió los ojos a la par al ver las cajas desordenadas.

Él jamás dejaba aquella negra adelante, por lo que sintió que empezaba a temblar del miedo al pensar que Jonghyun pudo haber visto los retratos que tenía de Haesun, que jamás quiso deshacerse por lo que significaban para él. Tomó rápidamente la caja con sus manos temblorosas para depositarla en la cama, maldiciéndose una y otra vez por jamás haberse desecho de aquellos retratos, pero se trataban de ella.

Comenzó a buscar los tres que tenía, sintiendo sus ojos cristalizarse al recordar cada momento, cómo Haesun siempre le decía que no los quería por más que fuese ella quién pedía que los hiciera, porque prefería que él los guardase para recordarla.

Jungsuk abrió rápidamente el cajón de su mesa de noche, buscando el encendedor. Una vez que lo encontró, acercó el pequeño bote de basura, tomando una bocanada de aire temblorosa cuando decidió comenzar a quemar aquellos retratos.
Las lágrimas comenzaban a brotar sintiendo su corazón encogerse al ver cómo iban consumiéndose, por lo que los dejó en el bote de basura, soltando un pequeño sollozo. En ese momento, los recuerdos comenzaban a atacarlo, aunque no lo quisiera.

Recordaba aquella vez que se encontraba en el sofá de su casa, mientras estaba concentrado en el dibujo que estaba haciendo en su libreta, intentando así calmar su ansiedad. No quería seguir sintiéndose culpable por lo que había hecho la anterior noche, pero es que su curiosidad lo había vencido.
Sentía que no era para nada algo normal, que nunca debió ceder ante aquel impulso, porque ahora sentía una presión en su pecho y mucha repulsión.

Difuminaba con fuerza al estar lleno de rabia, manchando sus dedos, intentando olvidarse por completo de aquellas imágenes que pasaban por su cabeza, hasta sentía que aún podía escucharlos. Su respiración se había vuelto pesada y creía que se rompería la mandíbula si seguía apretándola con tanta fuerza, pero al escuchar unos pasos y ver unas piernas desnudas y pálidas frente a él, levantó lentamente la mirada hasta encontrarse con aquellos orbes oscuros donde podía notarse la perversión.

Una perversión que sentía que estaba volviéndolo débil y caería en cualquier momento.

Tragó en seco observando su cabello rubio y liso que caía por sus hombros, cómo aquel vestido rojo y ajustado permitía resaltar sus curvas. Respiraba con dificultad y cerró los ojos con fuerza, deseando que solo fuese su imaginación porque llevaba días evitándola.

—¿Qué hace mi trillizo favorito? —preguntó con una sonrisa, sentándose a su lado, lo que hizo que él se tensara.

—S-solo estoy dibujando —respondió nervioso.

—¿Sabes? He estado pensando en que quiero que hagas otro retrato mío.

Jungsuk quiso marcharse porque ya había aceptado hacerle uno, creyendo que sería algo normal donde hablarían como siempre, pero ella abrió su chaqueta, permitiendo que pudiese ver parte de sus senos, observándolo de una manera seductora. Se negó rápidamente sabiendo de que eso no era para nada correcto, pero ella fue insistente en decirle que no estaba mal.
Jungsuk, por más que lo intentó, fue como si ella se metiese en su cabeza, por lo que acabó cediendo.

No habían hablado demasiado, ella lo intentaba, pero el pelinegro parecía estar demasiado concentrado en aquel retrato, en la forma en la que se veía. Mientras lo hacía, sentía una presión en su pecho, se le dificultaba respirar por la gran tensión que había ya que estaba demasiado incómodo.
En cuanto acabó, quiso entregárselo, pero ella no lo aceptó porque quería que él pudiese verlo cuando quisiera. Al decirle eso en su oído, dejó un beso sobre la comisura de su labio inferior, provocando que se estremeciera.

En ese preciso momento, Jungsuk pudo confirmar sus intenciones, lo que hizo que su corazón diese un vuelco. No podía creerse para nada que Haesun pareciera tener aquellas intenciones con él, por lo que no pudo evitar pensar en su hermano.
Por la noche, luego de tanto pensar en Haesun, en lo que sucedió, sintiendo una gran culpa por haber accedido, decidió alejarse completamente de ella. Siempre se le había hecho muy agradable y se sentía especial cuando le decía que era su trillizo favorito, porque creía que estaban formando una amistad. Así que, saber que tendría que distanciarse porque la rubia estaba teniendo otras intenciones, le dolía demasiado.

—No, Haesun.

—¿No? —repitió alzando una ceja.

—N-no me gusta tener que hacerlo cuando tienes poca ropa —confesó sintiendo su voz temblar—. No es correcto porque eres la novia de mi hermano.

Intentaba sonar seguro de sus palabras, que notara que no volvería a ceder aunque lo tuviesen como el débil, pero al escuchar la gran risotada que soltó, la miró confundido.

—E-estoy hablando en serio.

—¿Tan en serio que anoche no pudiste evitar espiarnos a Jonghyun y a mí, mientras follábamos? —cuestionó inclinándose hacia adelante, acariciando su barbilla, sintiendo cómo se estremeció mientras abría los ojos a la par—. Te vi desde el reflejo del espejo. Eres muy sucio, Jungsuk.

—N-no es cierto —murmuró negando con la cabeza, sintiendo cómo sus latidos se aceleraban.

—No sabes cómo me encendió verte espiándonos —confesó acercándose más a él—. Me enciendes tanto con esta personalidad que tienes de niño tonto.

—Aléjate —ordenó intentando quitar su mano mientras su libreta y lápiz cayeran al suelo—. P-por favor, aléjate. Eres la novia de Jonghyun.

—Y aun así, te gusta verme desnuda —soltó una ligera risa, colocándose rápidamente a horcajadas sobre él, provocando que jadeara asustado mirando a su alrededor, buscando asegurarse con la mirada de que Jonghyun no los viera.

—Haesun...

—No intentes reprimir más lo que te provoco, Jungsuk —murmuró rozando sus narices mientras él la tomaba débilmente de los brazos intentando que no se acercara más.

—Aléjate...

—Sabes que no puedes controlarlo por mucho tiempo —Haesun se presionó contra él, jadeando, por lo que Jungsuk cerró los ojos con fuerza soltando un quejido, intentando controlarse—. Intentas siempre mantener el control, pero cuando lo pierdes, debes ser un jodido desastre  y de solo imaginarlo, me vuelve loca.

—Basta —pidió jadeante con sus ojos cerrados, sintiendo cómo volvía a presionarse provocando que no pudiera evitar gemir.

—Déjate llevar —musitó dejando un beso húmedo en su barbilla.

Siguió subiendo lentamente hasta la comisura de su labio inferior, pero cuando quiso subir a sus labios, él intentó desviar el rostro soltando un quejido. Ella lo tomó del rostro con fuerza sabiendo que él jamás ejercería la suya para separarla, ya que siempre era demasiado cuidadoso por temor a lastimarla.

Jungsuk luchaba contra sí mismo para no permitirse caer porque solo podía pensar en Jonghyun. Pero la verdad era que, ya no sabía si los había espiado porque él no se sentía normal como sus hermanos al no tener los mismos deseos o era porque desde que le había hecho aquel retrato a Haesun, algo despertó en él, aun sabiendo cuánto su hermano amaba a esa mujer, tanto que estaba perdiéndose y no le importaba sufrir mientras pudiese seguir teniéndola. No era para nada justo que lo traicionase, pero Haesun parecía estarse metiendo en su cabeza.

Jang Haesun llevaba tiempo enredándolo, haciéndole sentir que estaba perdiendo la cabeza al no comprender su manera de actuar con él.

―¿No quieres demostrarle a tu familia que no eres lo que dicen? Demuéstramelo también a mí.

Jungsuk quiso negarse, pero ella estampó sus labios sobre los de él, ejerciendo presión provocando que un sonido involuntario escapase de su garganta, hasta que acabó cediendo.

El pelinegro sentía sus labios moverse sobre los de él, por lo que acabó tomándola de la nuca, pasando la lengua por sus labios pidiéndole acceso, el cual le dio rápidamente.
En ese preciso momento sentía como si ella estuviese inyectándole un veneno letal, pero aun así, estaba encantado porque Haesun sabía cómo tenerlos a sus pies.

Jungsuk volvió a la realidad, sintiendo sus mejillas empapadas por las lágrimas y cómo una presión estaba instalada en su pecho.

«¿Cuánta probabilidad hay de que Jonghyun sepa la verdad?» se preguntaba Jungsuk, sintiendo sus latidos acelerados, porque la forma en que lo miró le hacía que lo pensara.

No podía evitar recordar cómo fue cayendo a ella con una gran facilidad, la forma en la que le enseñó absolutamente todo al ser inexperto. No podía evitar recordar cómo sus fluidos recorrían sus piernas desnudas, la manera en la que temblaba, cómo sentía sus uñas enterrarse en su espalda mientras gritaba su nombre, cómo su piel se erizaba ante su respiración. La forma necesitada en que sus dedos recorrían su cálido cuerpo, cómo su sudor se mezclaba, cómo la hacía suya sin temor a ser descubiertos.

En esos momentos de lujuria, Jungsuk sabía perfectamente que no había escapatoria al gran caos que se desataría. Y es que, estaba negado a creer que Jonghyun podría recordar lo que sucedió esa madrugada.

Si llegaba a ser así, entonces, el caos estaba por desatarse, pero no sería el único que se hundiría porque lo arrastraría a Jungkook con él, sin importarle lo que pudiese pasarles luego.

















(...)















Jungsuk se encontraba fuera de su casa, sin recordar que no había cumplido su palabra acerca de llamar a Jimin, porque lo único que tenía en su cabeza era a Haesun. No podía dejar de recordarla, porque había sido la persona que desató una tormenta de sentimientos en él, los cuales nunca llegó a comprender a fondo.
Le había hecho sentir en el mismísimo infierno por la intensidad, pero eso no le importaba en absoluto porque sentía que vivía por ella, así que empezó a comprender la manera en la que sentía su hermano.

Y pensar en ella, lo llevaba también a pensar en Aeri.

No podía creerse que lo haya buscado, según las palabras de Jonghyun. Pensar en que lo había hecho, provocaba que sintiese su corazón brincar por la ilusión de que quisiese volver a su lado.
Y es que el saber que no estaba loco, que Jonghyun le encontraba el parecido con Haesun, hacía que la deseara, aunque sabía que sus personalidades eran completamente distintas, pero algo en él, le gritaba que no era así.

Quizás, solo debía despertar eso que llevaba dormido en lo profundo de su ser, porque sucedía que cuando la miraba, sentía que de cierta manera miraba a Haesun.

Sacó el celular del bolsillo de su chaqueta y decidió marcar su número, teniendo la esperanza de que ella fuese capaz de contestarle. Pensaba en que si lo había buscado, era porque estaba dispuesta a escucharlo y, quizás, dispuesta a perdonarlo.

Al escuchar el buzón de voz, sus facciones se endurecieron, pero igualmente volvió a llamarla mientras observaba su casa. Una y otra vez el buzón de voz, pero Jungsuk parecía no cansarse porque siguió insistiendo.
Quería pensar que esta vez le respondería, que podría volver a escuchar su voz, que podría volver a verla al rostro y sonreírle. Y es que su corazón estaba aferrado aún a alguien que ya no estaba, pero no era para nada capaz de comprenderlo, así que se sentía atado a Aeri, que era lo más parecido que podría encontrar.

El pelinegro al escuchar las verjas abrirse, giró a ver cómo un coche entraba, dándose cuenta al estar cerca, que se trataba de Park Jimin. Observaba sintiéndose estremecer por la manera en la que aparcaba el coche en frente y cómo se bajaba de este con una sonrisa al verlo, mientras él seguía con el celular en su oreja.

—¿Qué haces, bonito? —preguntó riendo al ver la expresión de su rostro.

Al ver cómo este se tensaba, apretando el celular, frunció el ceño confundido porque parecía haber visto un fantasma. No comprendía porqué actuaría así, hasta que vio cómo bajaba su celular de manera lenta y leyó aquel nombre que hizo encoger su corazón.

—Llamando a Aeri —respondió para sí mismo de forma amarga.

—J-Jimin...

Este le arrebató el celular colgando la llamada, observando cómo en el historial salía las veces que le había llamado, lo que hizo que sintiese cómo la desilusión lo golpeaba. Presionó los labios intentando mantener la calma, como también intentando no sentirse un idiota por haber creído que era realmente correspondido, creyendo que vivirían una historia de amor.

—Y no solo una, sino cinco malditas veces —espetó entregándole nuevamente el celular de forma brusca—. Ahora entiendo porqué no me llamaste, estabas llamándola a ella. Creí que algo te había pasado...

—Escucha...

—¿P-por qué me haces esto, Jungsuk? —preguntó dolido con sus ojos cristalinos.

—N-no... No lo entiendes —se acercó para tomar sus manos, pero él se alejó.

—¡No! Claro que no entiendo porqué juegas conmigo.

—No estoy jugando —aclaró rápidamente desesperado, pensando en qué decir porque en ese momento aparecía el temor de perderlo—. Solo... Solo la llamé porque Jonghyun dijo que vino aquí a verme.

—¡¿Y eso qué?! ¡¿Por qué diablos te busca?! —preguntó exaltado, lleno de celos.

—N-necesitaba saber qué era lo que quería, pero escúchame...—explicó acunando su rostro—. Quiero estar contigo.

—No me mientas, por favor —pidió negando con la cabeza con sus ojos cerrados mientras las lágrimas empezaban a brotar.

—Jimin, tú me importas. Es en serio.

—No. No es cierto...

—Mírame, ¿sí? —dijo con suavidad, por lo que no podía evitar obedecer. Jungsuk observaba el dolor en sus orbes mieles, cómo sus lágrimas brotaban, lo que provocaba que se sintiera culpable—. No llores, cariño.

A pesar de que Jimin podía sentir su corazón querer agitarse por su manera de llamarlo, la voz de su cabeza le gritaba que no le creyera, que debía alejarse de él porque era letal. Quiso obedecer ante lo que la voz en su cabeza le decía, porque desde que interrumpió su cita, sentía que ya no era el Jungsuk que creía. Pero cuando llevó las manos a sus muñecas para apartarlo, no lo logró porque él tenía más fuerza.

—No me alejes —exigió dolido.

—Déjame, Jungsuk.

—No. Quiero estar contigo.

—No me mientas —sollozó débilmente—. No es cierto.

En ese momento, Jungsuk no pensaba en más nada de su alrededor, solo sentía temor de que quisiese acabar con lo que tenían, con que ya no podría sentir más su calidez, lo bien que le hacía a su corazón, por lo que estampó sus labios con los suyos. Jimin se sorprendió ante eso, sintiendo sus piernas flaquear mientras Jungsuk lo tomaba con fuerza del rostro para que no pudiese separarse.

—Vaya, ¿quién diría que nuestro hermanito sí acabó siendo un jodido marica? —preguntó burlón.

Jungsuk, al escuchar esa voz masculina, se separó rápidamente girando a ver a Jungkook. Sentía sus latidos acelerarse, mientras que el pelicorto se encontraba a unos pocos metros con una sonrisa burlona, aún sin poder creerse lo que había visto.

—Papá va a ponerse muy orgulloso de ti. Al fin lo lograrás, Jungsuk.

—¡No te atrevas! —exclamó acercándose a él amenazante.

—¡Dame una razón por la que no debería decirlo! —lo miró desafiante.

—Tú entraste a mi habitación y revisaste mis cosas, ¿no es así?

—¿Si así fuera, qué?

—¡¿Qué rayos quieres conseguir?!—preguntó enfurecido acercándose a este.

—¡Deja en paz a Aeri! ¡No le metas ideas sobre mí en su cabeza!

—¿No era que ella te había buscado, Jungsuk? —intervino cínico, Jimin, sintiendo cómo la desilusión volvía a golpearlo. Jungsuk, al escucharlo, giró su cabeza a mirarlo con temor.

—Oh, ¿no lo sabes? —miró divertido a Jimin, provocando que Jungsuk lo observara amenazante.

—Cállate.

—¿Sabes por qué Jungsuk está tan obsesionado con Aeri? —inquirió acercándose, pero Jungsuk lo empujó.

—¡Dije que te calles!

—¡Tú cierra la maldita boca, imbécil! —ordenó empujándolo, provocando que cayera al suelo mientras Jimin lo observaba con temor—. No puede mantenerse alejado de Aeri porque la ve como Haesun.

—¿Q-qué? —preguntó atónito.

—N-no es cierto...—negó repetidamente con la cabeza mientras su visión se volvía nublada.

—Oh, y no te preocupes, Jungsuk —habló burlón—. Seguramente, tú no eres el único de los secretos en la relación repulsiva que tienen.

Jungsuk lo miró completamente confundido mientras que Jimin observaba a Jungkook con temor, sintiendo su pecho subir y bajar por su respiración pesada. Al contrario de ellos, Jungkook parecía ser el único que disfrutaba de aquella situación.

—¿Jimin jamás te habló de mí? ¿Nunca te contó que solíamos pasar tiempo juntos?

—¿D-de qué hablas? —titubeó con temor, observando a ambos.

—Cállate, Jungkook.

—¡¿Acaso no entienden que yo soy quién decide lo que va a pasar?!

—¡No es así, Jungkook! ¡Cállate!

—¡Dime! —ordenó Jungsuk.

—Tu Jimin siempre ha estado perdidamente enamorado de mí, pero yo...—lo observó de pies a cabeza disgustado—, jamás podría estar con un hombre.

—¿E-eso es cierto, Jimin? —preguntó con un hilo de voz.

—Jungsuk...

—¡Claro que es cierto! Se moría de ganas de ser follado por mí, pero jamás tendrá esa maldita suerte, así que, tuvo que conformarse... Contigo —hizo una mueca de decepción—. Ahora espero que puedan seguir con esta... Relación tan enferma que tienen.

Jungkook los observó con una gran sonrisa en su rostro al verlos tan destrozados, con lágrimas empapando sus rostros y mirándose con dolor por sus engaños, antes de marcharse satisfecho hacia su coche.

—D-dijiste que yo era especial, que tú me querías a mí, que... Que eras la única persona que jamás los preferiría —recalcó dolido—. ¿P-por qué me mentiste?

—¿Quién carajos eres, Jungsuk? —examinó con un hilo de voz—. Porque el Jungsuk del que yo me enamoré, jamás... Jamás sería capaz de algo así.














(...)














Jonghyun se encontraba sentado en la cama de Hyesoo, observando cómo ella abrazaba sus rodillas y apoyando su barbilla, evitando su mirada. No sabía qué le sucedía aquel día, ya que suponía que estaría muchísimo mejor al saber que su padre le dio la oportunidad al suyo para que pudiese aclarar toda la situación. No lograba comprender porqué Jungkook pareció relajarse y decirle a su padre que quizás debería escucharlo. No entendía cómo en unas horas había cambiado por completo de opinión, porqué de repente dejó de juzgarlo y hacerlo ver cómo la peor persona del mundo, pero mientras supiese que Jaesang tendría una oportunidad, no le importaba más nada.

Se sentía demasiado bien al saber que había muchas posibilidades de recuperar su vida y trabajo. Pero ahora solamente le preocupaba el hecho de que Hyesoo parecía estar aun peor, cuando creyó que la vería emocionada y, quizás, volverían a estar bien sin que pensara que algo más estaba pasándole. Notaba que se había equivocado por completo, que ahora estaba sobrepensando más sobre lo que podría estar pasándole.

—¿Qué sucede? —preguntó por lo bajo, intentando llamar su atención, pero no recibía respuesta alguna—. Creí que estarías contenta al saber que tu padre y el mío están hablando. Quizás pueda recuperar su trabajo allí.

—Lo estoy —respondió en un murmuro casi inaudible.

—¿Y por qué siquiera me miras? —examinó alzando una ceja mientras jugaba con sus manos intentando calmar su ansiedad—. ¿Hice algo mal?

—No.

—Entonces, ¿por qué siento que quieres alejarte de mí? —cuestionó desesperado, pero ella no contestó—. ¿Eso quieres, Hyesoo?

Al no responder nuevamente, Jonghyun la observó asombrado como también dolido. No podía creerse que luego de que intentase tanto poder acercarse a él, ganarse su atención, ahora quisiera de pronto alejarse por completo.
No entendía qué había hecho mal, por lo que pensaba que quizás ella sí quería solamente una amistad, y él era el único que tenía sentimientos para ser algo más.

No podía sentir más que decepción, porque ahora no sabía qué hacer con aquellos sentimientos tan intensos. No quería volver a sentir su corazón roto cuando ella estaba uniendo sus pedazos rotos y llenándolo de calidez.
Ya estaba lo suficientemente mal con todo lo que estaba sucediendo, sintiéndose caer nuevamente en la oscuridad, como para perderla cuando sentía que era el único rayo de luz en su vida que lo ayudaba de alguna manera.

—¿Por qué? —preguntó en un murmuro casi inaudible, intentando buscar su mirada para obtener alguna respuesta.

—Lo siento —musitó con un hilo de voz, rompiendo en llanto, cubriéndose el rostro con las manos.

—Dime porqué, Hyesoo —ordenó intentando mantener la calma, pero ella no era capaz de responder—. ¿Por qué quieres alejarme?

—Lo siento.

—Dime porqué. Necesito una explicación.

Ella negaba con la cabeza sollozando, sin ser capaz de responder, porque el solo hecho de recordar lo que había pasado la noche anterior con Jungkook, provocaba que se sintiese asqueada de sí misma. Le daba asco recordar cómo se había atrevido a follar con él, cómo fue utilizada y le gustó en su momento, sin recordar en lo absoluto a Jonghyun.
Y más le daba asco recordar cómo Jungkook había jugado con su cabeza, haciéndole desesperar, quebrar en llanto al pensar que no cumpliría con su palabra. Pero el hecho de que sí haya cumplido, tampoco la hacía sentirse mejor, ya que ahora tenía en frente a Jonghyun, y en todo lo que podía pensar era en lo idiota que fue al jamás haberle dicho que todo fue causado por Jungkook. Podría haber intentado hablar con él, pero decidió ahogarse en aquel problema y entregarse a Jungkook, porque quizás una pequeña parte de ella lo seguía deseando. Y ahora no podría estar más que arrepentida, porque podía sentir el dolor del pelilargo, como también su desesperación, lo que le hacía pensar en que quizás sus sentimientos eran verdaderos. Eso le daba aun más culpa, ya que también ella estaba teniéndolos por él, pero no podrían estar juntos luego de lo que hizo.

Jonghyun al verla llorar de manera desconsolada, no pudo resistirlo, por lo que se acercó rápidamente a ella, envolviéndola con sus brazos.

—No, por favor, suéltame —pidió entre sollozos, intentando separarlo, pero él tenía demasiada fuerza—. Jonghyun...

Shh... No me alejaré de ti aunque me lo pidas  —dijo con suavidad, estrechándola más entre sus brazos, evitando que pudiese apartarlo—. Me quedaré contigo.

—No...

—Sé que un principio intenté apartarte, intenté hacer que me odiaras para que quitaras la idea de acercarte a mí, pero no sabía lo mucho que te necesitaba en mi vida, hasta ahora —explicó con suavidad, acariciando su cabello—. Siento cómo vas llenando el vacío que hay en mi alma, que vas juntando todos los pedazos de mi corazón roto. No quería volver a amar, sentí que jamás volvería a ser capaz, pero creo que puedo amarte, Hyesoo. Así que olvida que me alejaré de ti, porque me quedaré a tu lado, intentando ayudarte a desaparecer aquello que está atormentándote —aseguró dejando un beso en la coronilla de su cabeza—. Estaremos bien juntos, Hyesoo. Lo prometo. Haré las cosas bien contigo.

Hyesoo sollozó desconsoladamente al escuchar sus palabras, ya que no podía evitar sentir una gran culpa, pero deseaba más que nada poder estar a su lado, porque le demostraba que era la persona que siempre había deseado.

¿Acaso estaría mal si decidía callar lo que había pasado con Jungkook? ¿Estaba mal si lo engañaba de esa manera?














(...)















Aeri se encontraba en el coche de Jungkook, el cual había bajado a una tienda para comprar bebidas. Desde que había pasado por ella, notaba cómo sonreía triunfante lo que causaba su curiosidad, pero por más que había insistido en que le dijese que sucedía, este no había dicho palabra alguna.
Simplemente, le hizo saber que Jungsuk ya no volvería a molestarla, lo que provocó su miedo al pensar que había vuelto a golpearlo, pero juró que no rompió aquella promesa. Aun así, Aeri no estaba tranquila por primera vez estando a su lado porque sentía que estaba ocultándole algo importante. El hecho de que pudiese haberle mentido y roto su promesa, no le gustaba para nada. Pues, a pesar de saber que Jungsuk jamás le quiso y que empezara a actuar algo obsesivo con ella, no quería que Jungkook lo lastimara porque recordaba cómo la había ayudado en su momento, así que sentía que siempre le guardaría un cariño especial.

Vio brillar la pantalla del celular de Jungkook en su asiento, por lo que mordió su labio inferior, pensando en que su curiosidad aumentaba. Sabía que no tenía derecho alguno, pero también sabía que Jungkook podía ser una persona demasiado mentirosa.
Sentía la necesidad de saber qué estaba ocultándole, por lo que decidió tomar su celular, arriesgándose a decepcionarse de él.

Colocó los cuatro números que había visto un par de veces a Jungkook poner, desbloqueándolo rápidamente, lo que hizo que suspirara aliviada. Al ver que recibió un mensaje de Taehyung, a quien había nombrado constantemente como su amigo, decidió entrar a su conversación ya que sabía que con él podría hablar de todo. Como no comprendía de lo que hablaban, comenzó a subir la conversación, sintiendo cómo sus latidos se aceleraban.

Jungkook

¿Recuerdas cuando te dije que ya no sentía placer alguno al follar?

Taehyung

No me digas que ya has encontrado
a tu príncipe azul y te ha dado el
mejor sexo de tu vida.

Jungkook

Ignoraré esa mierda porque
estoy de muy buen humor.

Taehyung

Ya, cuéntame, JK.

Jungkook

No tienes ni una idea de cómo
acabo de tener el mejor sexo de mi vida.
Hasta podría enamorarme.

Taehyung

¿QUÉ?
¿CON QUIÉN?
¿Al menos te sabes el nombre?

Jungkook

Con mi exnovia.

Taehyung

Dime que es una broma.
¿Ella no está con Jonghyun?
¿Qué rayos pasó?

Jungkook

Nos vimos en Roadhouse.
Rayos, ahora de solo recordarlo
necesito repetirlo.
No puedo sacarla de mi cabeza.

Taehyung

No entiendo una mierda.
Y ni siquiera sé qué decir.

Jungkook

Él fue el primero en traicionarme,
así que no debería sentir culpa,
¿no crees?

Taehyung

Buen punto.
Pero aún no sé qué decir.

Jungkook

Sólo voy a decirte que...

Volvió el JK de antes.

Taehyung

Esto me emociona.
¿Salimos a una fiesta y buscamos
un par de buenos traseros?
Aprovecha que aún no le he pedido
a Yihyun que sea mi novia.


Aeri sentía cómo temblaba y su corazón se encogía, por lo que volvió a dejar nuevamente el celular en su lugar. No sabía porqué saberlo le provocaba que sintiese cómo la desilusión la golpeaba, ya que a fin de cuenta había comprobado que Jungkook no rompió su promesa. Había comprobado que el hecho de que se sintiese de esa forma, fue Hyesoo, pero eso hacía su sangre hervir.

Al escuchar la puerta abrirse, no pudo evitar sobresaltarse porque se había perdido en sus pensamientos. Observó cómo Jungkook tomaba su celular y se subía para pasarle su bebida de frutilla, mientras que él se había comprado una cerveza que ya estaba bebiendo.

—Hey, ¿está todo bien? —preguntó al notar cómo estaba cabizbaja, cubriéndose el rostro con el cabello.

—Sí.

—¿Por qué siento que estás mintiéndome? —inquirió antes darle un sorbo a su cerveza—. ¿Aeri?

Jungkook no podía dejar de pensar en el hecho de que sentía demasiado extraña a Aeri, pues siquiera era capaz de mirarlo cuando antes a pesar de notarla algo extraña, aún así era capaz de mirarlo al rostro y se reía de lo que decía. Así que sentía la necesidad de saber si le sucedió algo, si Jungsuk había vuelto a buscarla, aunque no lo creía luego de lo sucedido horas atrás.

—¿Jungsuk volvió a molestar?

—No.

—¿Entonces? —al no recibir respuesta, la tomó del brazo, pero ella lo apartó rápidamente—. ¡Hey! ¿Puedes decirme qué te sucede?

—Quiero irme a mi departamento.

—Aeri, ¿qué sucede? —intentó tomarla de la barbilla para que lo mirara, pero ella nuevamente apartó su mano bruscamente, lo que hizo que ya no pudiera seguir manteniendo la calma—.  ¡¿Qué rayos te sucede?!

—¡¿Por qué Diablos te has follado a Hyesoo?! —cuestionó molesta.

—¿Qué? —soltó una risotada sorprendido—. ¿De dónde sabes eso?

—¡Contesta!

—Eso no tiene porqué importarte, Aeri.

Este se decidió por intentar encender el motor para que pudiesen marcharse y así evitar la conversación, pero ella lo tomó del brazo rápidamente. No podía estar tranquila al saber lo que había hecho, porque no dejaba de imaginarlo, despertando más su rabia.

—¡Contéstame!

—¡¿Por qué rayos te importa que me haya follado a mi exnovia?! ¡Es algo normal!

—¡Eres un idiota!

—¡Carajo, Aeri, ya cállate! ¡Esto ya se parece a una maldita escena de celos! —escupió molesto.

Al no responder, se quedó observándola, cómo su pecho subía y bajaba, la manera en la que sus orbes oscuros se encontraban cristalinos y cómo su labio inferior temblaba. El verla de aquella manera le hizo reaccionar a que estaba siendo una escena de celos, porque en ese momento era demasiado fácil confirmar que Aeri tenía sentimientos por él, lo que provocó que sintiese su corazón dar un vuelco.

—No, no puedes tener esos sentimientos por mí, Aeri —dijo negando con la cabeza.

—Jungkook...

—No.

—Pero tú...

—¡No puedes, carajo! ¡No puedes! —aseguró molesto—. ¡¿Cómo podrías ser capaz de enamorarte de mí?! ¡Soy un jodido desastre!

—No, no lo eres.

—¡Me follé a Hyesoo sabiendo que eso podría lastimar a Jonghyun! ¡Tú no tienes idea de cómo soy!

—¡Me importa una mierda si lastimas a Hyesoo, a Jonghyun, a quién sea, Jungkook! —aclaró rápidamente, sorprendiéndolo al llevar la mano a su mejilla—. Solo me importa cómo eres conmigo.

—No voy a lastimarte —dijo firme tomando la mano de Aeri para quitarla—. Tienes que quitar esos sentimientos porque solo podemos ser amigos.

—No. Sé que tú también sientes algo por mí —aseguró por lo bajo, observando cómo este se negaba—. ¡Lo sé, Jungkook!

—¡No es así! ¡No puedo!

—¡Sí puedes y lo haces!

—¡No puedo hacerlo! —gritó con los ojos cristalinos—. ¡No quiero hacerlo!

—¡¿Por qué no lo aceptas?!

—¡No puedo! ¡No puedo, Aeri! —negó repetidamente con la cabeza, sintiéndose aterrado ante la idea—. No puedo volver a eso.

El pelicorto estaba completamente negado a eso, porque jamás se había cruzado por su cabeza una idea así. Mucho menos sobre Choi Aeri, que siquiera despertaba su deseo sexual como cualquier mujer lo hacía.

—Mírame —pidió tomando su rostro con ambas manos.

Este cerró los ojos con fuerza aún negando con la cabeza, pero acabó cediendo conectando sus miradas al escucharla nuevamente, sintiendo temor al darse cuenta de lo que estaba sintiendo al pensar en sus sentimientos. Aquellos sentimientos que hacían arder su corazón, pero intentaba apagarlos de la manera que sea, ya que llegaba a asustarlo, y ahora parecían estar más vivos que nunca. Estaban ardiendo intensamente.

Y esos sentimientos, no eran por Choi Aeri.

Comenzaba a comprender porqué cuando aquella joven intentaba llegar a él, sentía temor al estar tan cerca de ella. Y ahora luego de lo que sucedió entre ambos, sabía que ya no había escapatoria alguna, porque estaba desatándose una tormenta con sus sentimientos que no quería por nada que fuesen descubiertos. Pues, esa parte de él había intentado ser cubierta por una coraza que crecía para no ser destrozada otra vez. Pero Hyesoo, y su manera de mirarlo, aquel brillo en su mirada, lo volvían completamente débil.

—No puedo, Aeri —murmuró débil.

—No tengas miedo. Yo no lo tengo al tratarse de ti —confesó acercándose aún más.

Jungkook sentía cómo su respiración se volvía pesada mezclándose con la suya, y sin poder soportarlo más, cerró los ojos con fuerza, detestándose al darse cuenta de lo tarde que se había dado cuenta de sus sentimientos por aquella fémina. En ese momento, sintió cómo los pomposos labios de Aeri rozaban los suyos y los juntó, haciendo presión al darse cuenta que este no reaccionaba en absoluto. Pero, él terminó tomándola de los brazos para apartarla, bajando la cabeza.

—Lo siento.

Fue ahí cuando Jungkook supo que estaba completamente perdido por Hwang Hyesoo, como ella lo estuvo por él, sin importarle en absoluto la persona que podría llegar a ser. Y quizás, si se hubiese dado cuenta en ese tiempo, su miedo sería menor al pensar en cómo podría acabar todo.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? Todo le salió demasiado mal a Jungsuk, ¿no? ¿Creen que pueda explicarse con Jimin? ¿Van a poder resolverlo? ¿Qué creen que pase ahora que Jungkook finalmente aceptó sus sentimientos? ¿Va a querer luchar por Hyesoo? ¿Saldrá mal que Hyesoo le esté ocultando a Jonghyun lo que pasó?

Muchas preguntas, perdón JAJSJS

Por cierto, sanbabie creó un grupo dónde hay algunas lectoras de esta historia, como también estoy yo, si alguien quiere entrar puede escribirme jujuu

Si les gustó el capítulo, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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