24; ENEMIGOS

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍 

ENEMIGOS

—Estoy seguro de que tengo una oportunidad. Es decir, ¿cómo podría ser ella capaz de desaprovecharla? —preguntó arrugando el rostro, Taehyung.

Jungkook, el cual acababa de llegar, lo escuchaba hablar sin parar sobre la joven con la que llevaba viéndose hacía más de una semana. Taehyung no era para nada alguien que se enamoraba, era más de disfrutar su soltería lo más que pudiese, pero al toparse con aquella fémina en una fiesta, no había podido dejar de pensar en ella desde entonces. Tuvo la suerte de volver a encontrársela y desde eso, llevaban mensajeándose, como también volvieron a verse.
Al pelinegro no le importaba para nada lo que le contaba, pero fingía escucharlo para que no se molestase, aunque la realidad era que estaba más perdido en sus pensamientos.

Taehyung estaba demasiado sorprendido por el hecho de ver a Jungkook tan bien, a pesar de no llevarse con ninguno de sus hermanos. No era capaz de creerse que aún no se arreglaba con ellos aunque los días pasaban, y que le asegurara que jamás volvería a hablarles porque ahora parecían odiarse. Pero la verdad era que, Jungkook intentaba ignorar lo que sucedía, porque cada vez que se detenía a darse cuenta de que ya no los tenía de su lado, no podía evitar sentirse como un lobo solitario.

Jungkook caminaba por el pasillo de la Universidad, junto a su mejor amigo que  estaba por marcharse y seguía sin darse cuenta de que no era escuchado. El pelinegro observaba a sus lados mientras pasaba la lengua por el interior de su mejilla, intentando no alterarse por sus pensamientos, pero al girar y ver a una castaña entrando al baño, se detuvo por un momento.

—¿Qué sucede? —preguntó confundido, Taehyung.

—Tengo algo que hacer. Luego te invito una cerveza para que me sigas contando —dijo caminando hacia el baño de mujeres.

—No me digas que... ¡Jungkook! —alzó la voz frustrado al verlo entrar como si nada.

El pelicorto observó a la castaña que se observaba en el espejo acomodando su cabello liso, pareciendo tan relajada, pero al ver a través del espejo hacia la puerta y notar que se encontraba Jungkook, abrió los ojos a la par por la sorpresa. Este tenía una de las manos en el pomo de la puerta, mientras la veía con una sonrisa cínica, por lo que tragó con dificultad volteando a verlo.

—¿Q-qué haces aquí? —preguntó temerosa—. Es el baño de mujeres...

—¿Por qué tartamudeas, Hyesoo? —inquirió burlón y acercándose cautelosamente, lo que hizo que ella quisiera alejarse, pero estaba el lavabo—. Me harás creer que me tienes miedo, y eso sería decepcionante, porque siempre te ha gustado desafiarme.

—Vete, Jungkook.

La castaña quiso ser capaz de enfrentarlo, de demostrarle que no le tenía miedo en absoluto, aunque eso fuese solo una mentira. Pero eso pareció enfurecer a Jungkook, que llevó la mano a su cuello haciéndole estampar contra la pared a su lado, provocando que ella gimiera de dolor y cerrara los ojos con fuerza.
En ese momento todo lo que podía sentir era rabia y dolor al pensar que estaba con su hermano, que se había atrevido a algo así luego de lo que tuvieron.

—¡¿Por qué siempre debes comportarte como un jodido animal?! —alzó la voz llevando las manos a su muñeca, intentando que la soltara.

—¿Harás algo al respecto? ¿Le dirás a Jonghyun? —examinó amargo, acercando sus rostros y soltó una ligera risa.

—Suéltame de una vez.

—Antes te gustaba que te tomara a así, ¿no lo recuerdas?

—D-déjame...—titubeó observando cómo se acercaba aún más, sintiendo sus respiraciones mezclarse, pero para su sorpresa, se detuvo.

—Estás recordando, ¿no es así?

—No, déjame.

Soltó una ligera risa sin creerle, ya que era fácil notar en sus ojos que aún seguía siendo débil ante él, lo cual lograba que la inquietud que llevaba instalada en el pecho desde que la vio con su hermano, fuera disminuyendo. Apartó la mano de su cuello, colocándola a un lado de su cabeza, mientras ella seguía en su lugar sin ser capaz de huir.

—Dime, ¿a qué estás jugando? —preguntó intentando sonar relajado—. Es la única oportunidad que te doy.

Este la observaba fijamente, notando cómo ella intentaba no demostrarle temor, lo que en otra situación podría provocarlo, pero en ese momento solo quería una respuesta porque no se creía para nada que de pronto se encontrara interesada en Jonghyun.
Se habían prometido jamás pelearse por una mujer, pero parecía que a su hermano no le importaba estar rompiendo esa promesa, aún sabiendo que era su primera novia, lo cual debería significar algo

Al escuchar la puerta abrirse, Hyesoo se sobresaltó y ambos giraron su cabeza para ver de quién se trataba. A Jungkook podría no importarle para nada, pero al ver a la pelinegra frente a él, la cual parecía sorprendida, volvió a girar la cabeza cerrando los ojos, mientras suspiraba.

—¿Jungkook? ¿Qué haces aquí? —preguntó confundida acercándose—. ¿Hyesoo?

—Hola, Aeri —saludó nerviosa con una media sonrisa.

Al notar qué parecían conocerse, observó con sus facciones endurecidas a la castaña, haciéndole saber que eso no le gustaba para nada y debía darle explicaciones. Eso hizo que Hyesoo se desconcertara, pues no entendía cuál podría llegar a ser su molestia.

—¿Jungkook? —lo miró desconcertada al darse cuenta que este siquiera la miraba.

—¿Puedes dejarnos solos, Aeri? —preguntó aún sin mirarla, ya que tenía sus ojos puestos en Hyesoo, al igual que ella en él, demostrando aún su confusión—. Solo será un momento.

—Pero...

—Vete —ordenó sin más.

Aeri lo observó boquiabierta por su manera de hablarle y actuar, pero aún así, obedeció saliendo del baño rápidamente, lo que hizo que él endureciera sus facciones.

—No sabía que podrías llevarte bien con una mujer...

—¿Cómo diablos la conoces?

—¿No es acaso la novia de Jungsuk?

—¿Te llevas con Jungsuk? —soltó una risa cínica—. ¿También quieres con ese imbécil?

—¿Te importa?

—¿A qué demonios estás jugando? —repitió entre dientes, golpeando con su mano abierta la pared lo que hizo que ella se sobresaltara.

—A nada.

—¿Crees que voy a creerme esa mierda de que te gusta mi hermano? Estás volviéndote una maldita molestia para mí y no quieres eso, zorra estúpida —escupió molesto.

—J-Jungkook...

—Sigue con tu mierda y juro que te arrepentirás. Aléjate de él —advirtió con las facciones endurecidas, dirigiéndose hacia la puerta.

—¿Crees...? ¿Crees que voy a tenerte miedo, Jungkook? —preguntó burlona, y este volteó a verla alzando una ceja—. A quién debería temerle por lo que se dice es a Jonghyun, ¿y qué crees?

Este al escucharla hablar con aquella burla, soltó una risa cínica decidiendo no decir una palabra más y marcharse, dejándola sin poder creerse lo que acababa de suceder. Tan solo esperaba que obedeciera y se alejara de su hermano de una vez, porque necesitaba que desapareciera de sus pensamientos de una vez.
La fémina no sabía cómo tomarse su amenaza y aquella risa, pero comenzaba a pensar si era una buena idea el seguir provocándolo. Pues, ya había conseguido que se distanciara de Jonghyun, y que este último mencionado comenzara a tener sentimientos por ella, así que ya no había venganza que seguir, pero parecía ser que Hwang Hyesoo quería ver a Jeon Jungkook perder los estribos por completo.












(...)

















Choi Aeri se encontraba en la tienda haciendo la compra semanal, concentrada en la lista que llevaba en su mano. Había dejado de trabajar en el natatorio luego de lo sucedido, y gracias a Jungkook consiguió un empleo mejor en dónde ganaba bien, aunque no lo suficiente para que pudiese completar el alquiler del departamento.
Seguía preocupada por esa razón, por lo que pensaba en buscar uno más barato, a pesar del contrato que tenía Jungsuk y el hecho de que este había pagado por adelantado unos meses. Pero es que se sentía incapaz de seguir viviendo allí luego de lo sucedido con él, porque hasta temía que se atraviese a entrar cuando menos se lo esperara.

Jungkook la convenció de que siguiese allí porque sabía que le gustaba y que no quería volver con su familia, además de que pidió que cambiasen de cerradura. Eso hizo que Aeri se quedara más tranquila, pero seguía temiendo que Jungsuk se atreviera a buscarla.

Y quizás eso era de esperarse.

Al sentir su celular vibrar, lo sacó del bolsillo de su chaqueta, observando que había recibido un mensaje de Jungkook, por lo que no dudó en abrirlo, a pesar de que seguía dolida por su comportamiento de la mañana.

Jungkook

¿Qué estás haciendo?
¿Ocupada?

Aeri

Sí.

Jungkook

¿Molesta?

Aeri

¿Por qué debería estarlo?

Jungkook

No lo sé.
Pero si fui un idiota...
Lo siento.

Aeri

Estoy haciendo unas compras.

Jungkook

¿En dónde?

Aeri

En el mercado que está a dos cuadras.

Jungkook

¿Llevas muchas cosas?
Podría pasar por ti, así no tienes
que cargarlas de regreso.

Aeri

¿En verdad?

Jungkook

Todo sea por marcharme de aquí.
En 15 minutos estaré allí.

Aeri no pudo evitar sonreír, ya que se le hacía imposible molestarse con él cuando notaba cómo buscaba enmendar aquel estúpido error. Siempre notaba que buscaba lo mejor para ella, lo que hacía sentir su corazón pesado.

—¿Aeri?

Al escuchar esa voz masculina, no pudo evitar tensarse, volteando temblorosa al encontrarse allí con Jungsuk. Este llevaba su cabello ondulado y algo húmedo, un suéter café, camisa blanca, pantalones blanco y zapatillas.
Acomodó sus gafas, acercándose, lo que hizo que ella diese un paso hacia atrás, pensando en que seguramente este acababa salir del natatorio y que quizás pudo haberla visto entrar en la tienda.

—Aeri, escucha...

—¿Q-qué haces aquí? —preguntó nerviosa, dando otro paso hacia atrás.

—Hablemos, ¿sí? —pidió angustiado—. Jamás me dejaste explicarme y piensas lo peor de mí...

Aeri tragó con dificultad, sintiendo algo de culpa por esa razón, por cómo notaba la angustia, la desesperación en sus orbes brillosos. Pensaba en que quizás pudo haber exagerado, pudo haber pensado mal de él y eso intensificaba su culpa, pero de todas maneras sentía la necesidad de huir y jamás volver a verlo porque recordaba aquel momento una y otra vez.

—P-por favor, vete.

—No me pidas eso. Escúchame, por favor...

—Jungsuk...

—Jamás te haría daño, Aeri —aseguró intentando acercarse nuevamente, pero ella dio un paso hacia atrás rápidamente como si estuviese preparándose para correr, lo que hacía desesperar a Jungsuk—. Nunca quise aprovecharme de ti.

—Basta.

—¡Aeri, yo te quiero!

—N-no hagas esto, por favor —pidió con un nudo en la garganta.

—¿Por qué ahora estás cerca de Jungkook? —preguntó dolido y con los ojos cristalinos—. ¿Ahora él es el bueno y yo el malo?

—Me iré —habló decidida, tomando el canasto del mercado.

—¡Aeri!

La fémina sentía cómo se le dificultaba respirar por el nudo que se había formado en su garganta, porque la verdad era que le dolía verlo así, escucharlo, pero no se sentía capaz de poder hablar en ese momento. Sentía que aún era reciente, que los recuerdos la atacaban, y que lo mejor era mantener distancia porque su cabeza era un desastre.

—¡Tú no lo conoces para nada, Aeri! ¡No lo conoces como yo! —alzó la voz sintiendo sus ojos picar por las lágrimas retenidas—. ¡Tú no sabes quién es Jeon Jungkook! ¡Solo va a joderte la vida! ¡¿Me escuchas?! ¡Vas a arrepentirte!

A pesar de los gritos, cómo el cajero la observaba y que tuviese su visión nublaba por las lágrimas, se atrevió a sacar la mercadería del canasto con sus manos temblorosas para que el joven pudiese cobrarle. Cuando lo estaba haciendo, ella alzó la mirada, encontrándose con la de Jungsuk, que estaba a punto de salir. No pudo evitar estremecerse porque su cabeza estaba convenciéndola de que no debió actuar así, que no lo conocía para nada, pero no quería creer lo peor de él. No quería creer que Jungsuk podría ser capaz de intentar volver a dañarla.

Quizás solo era su cabeza y sus miedos por lo que ya vivió en el pasado. No podía olvidárselo de un día para el otro, aunque era lo que más quería.

Una vez que pagó, salió con las cuatro bolsas en sus manos, por más que no había comprado todo lo de la lista porque Jungsuk apareció allí. Al ver el coche de Jungkook se sintió aliviada porque temía volver a ver al de gafas, así que rápidamente las dejó en el asiento trasero. El pelicorto se sorprendió, ya que tuvo la intención de bajarse para ayudarla, aunque no era que ella no pudiese con esas cuatro bolsas, pero le gustaba poder ayudarla.

Al verla subirse en el asiento del copiloto, la observó con atención, notando cómo parecía estar temblando y demasiado tensa, lo cual llamó demasiado su atención porque siquiera era capaz de mirarlo.

—Hey, ¿qué pasa? —preguntó preocupado, tomando su mano, sintiéndola temblar por lo que le dio un pequeño apretón.

—N-nada...

—Aeri, no me mientas —habló alzando una ceja—. Dime qué sucedió si no quieres que lo averigüe por mí mismo.

—Jungsuk...—suspiró pasando las manos por su rostro—. Me encontré con Jungsuk.

—¿Te lo encontraste o él te siguió? —examinó intentando mantener la calma.

—N-no lo sé.

—Maldito obsesivo —masculló.

—¿Qué?

—Escucha —ordenó con suavidad, tomando su mano haciendo—. No dejes que se te acerque. Solo ignóralo y llámame en el momento, ¿sí?

—No —dijo rápidamente.

—Aeri...

—¡Vas a golpearlo, Jungkook! —exclamó angustiada—. No quiero eso. No quiero que le hagas daño. Mucho menos si es por mí.

—No lo entiendes...

—¡Claro que no! Jungsuk ha hecho muchísimo por mí y no quiero que vuelvas a hacerle daño. No voy a tolerarlo —reprochó con los ojos cristalinos—. No lo permitiré, ¿está bien?

—Ya, cómo sea —suspiró frustrado, echando su cabello hacia atrás—. No se lo haré, ¿contenta?

—Promételo.

—¿Es en serio? —preguntó indignado.

—Sí, Jungkook.

—Está bien. No volveré a golpear a ese idiota.

Al escucharlo, se sintió satisfecha, por los que medio sonrió mientras que Jungkook volvió su mirada al frente, sintiéndose completamente disgustado de que se lo haya hecho prometer. Le hubiese gustado más que nada el poder negarse, porque el saber que la buscaba le hacía sentir su sangre hervir, pero no había resistido a su manera rogante de mirarlo, a cómo parecía desesperada por conseguir que cambiase de opinión.

—¿Estás molesto? —preguntó tomando su brazo.

—No.

—¿Seguro? —este al girar su cabeza para verla y notar su sonrisa, tuvo que reprimir la suya, por lo que ella soltó una ligera risa—. No lo estás.

—No podría estarlo contigo, Aeri.

—Pues, qué bueno porque yo tampoco puedo estarlo contigo —confesó haciéndole sorprender.

—Tengo mis encantos —dijo con una sonrisa seductora.

Aeri asintió borrando su sonrisa, ya que no podía evitar recordarlo durante la mañana en el baño de mujeres, encerrado junto a Hyesoo. Sabía perfectamente que él jamás podía resistirse a una fémina, pues era todo un mujeriego que parecía siquiera importarle el lugar mientras pudiese follarse a alguna. No era para nada de tener amistades que fuesen mujeres, y eso la llevaba a preguntarse porqué con ella sí.

¿Acaso Jungkook no la encontraba para nada atractiva? ¿Acaso la veía demasiado dañada y eso hacía que sintiese pena por ella? Aquellas preguntas llegaban a su cabeza haciéndole sentir su corazón encogerse, lo cual no comprendía porqué tenía que afectarle.

—Aeri, ¿puedo hacerte una pregunta? —preguntó sacándola de su trance.

—Dime.

—¿Cómo conoces a Hyesoo? —giró a verla, mientras ella pellizcaba su brazo al intentar ignorar cómo su estómago se revolvía.

—La conocí una vez que fui a ver a Jungsuk, pero ella dijo que ustedes se encontraban peleando —respondió recordando esa tarde.

—¿Por qué jamás me lo dijiste?

—No lo sentí importante, pero sí hay algo que debo decirte de esa vez —confesó conectando sus miradas, por lo que le puso más atención—. Se me pasó decirte por todo lo que sucedió estos días...

—Dime.

—Hyesoo está con tu hermano, ¿no es así?

—Eso creo, pero ¿tú cómo lo sabes? —examinó arrugando levemente la frente.

—Ella me lo dijo —se encogió de hombros mientras él se tensaba al confirmar que lo estaban—. También dijo que quería vengarse de ti, así que solo está utilizando a Jonghyun.

Al escucharla, abrió sus ojos a la par por la sorpresa, pero luego soltó una risotada, dirigiendo su mirada hacia el frente mientras negaba con la cabeza y la presión en su pecho iba esfumándose.

—¡Claro que sí! Ella sigue enamorada de mí —aseguró reaccionando, pero luego volvió a ver a la pelinegra, llevando la mano a su mejilla para acariciarla con el pulgar—. Gracias por decirme, muñeca.

Ella al sentir su caricia y escuchar el apodo, se sorprendió, pero este no lo notó al girar para encender el motor, sin poder borrar su sonrisa mientras Aeri sentía su rostro arder.

En ese momento, Jungkook solo podía pensar en Hyesoo, en sus sentimientos, y aquella venganza.

Algo se le iba a ocurrir.

















(...)














Jonghyun daba vueltas en la cama, sin poder lograr conciliar sueño como sucedía en la mayoría de las madrugadas. Siempre eran sus pocos recuerdos atacándolo lo que hacía que deseara más que nada poder saber todo lo que sucedió, pero cada vez que intentaba esforzarse por recordar, que tenía el impulso de intentar indagar, el miedo lo hacía que se arrepintiera por completo. Quizás era mejor no recordar.
Pero esta vez, no solo era por ese motivo que no lograba conciliar sueño, sino que no podía evitar pensar en Jungkook, en la manera en la que estaba traicionándolo. Se decía a sí mismo que su hermano no sabía amar, no sabía lo que era enamorarse realmente, hasta él mismo decía cuánto le gustaba poder estar con cualquier mujer que deseara, por lo que no debía estar enfadado de esa manera.
Debería entender que si se atrevió a estar con Hyesoo, era porque ella logró volver a hacer latir su corazón de alguna manera u otra.

Jonghyun al darse cuenta de que sería otra madrugada en la que no dormiría, salió de su habitación, observando el pasillo por la poca claridad. Comenzó a caminar hacia las escaleras de manera cautelosa, pero al bajarlas y ver la luz encendida de la cocina, arrugó levemente la frente, preguntándose quién podría estar allí.

Al abrir la puerta y asomar la cabeza, se tensó al ver a Jungkook sentado en el taburete frente la isla de la cocina. Tomaba su cabeza, tirando de su corto cabello como si se encontrara estresado, perdido en sus pensamientos, lo que llamó completamente su atención. Pero al entrar y que Jungkook levantara la cabeza, conectando sus miradas, permitiéndole que notara sus ojos enrojecidos, sus facciones endurecidas, tragó en seco arrepintiéndose.

Jungkook tomó rápidamente el vaso que estaba frente a él, para así llevarlo al fregadero. Jonghyun lo observaba empuñando las manos, intentando relajarse porque se trataba de su hermano, y podía notar que había algo que le afectaba.

—Hoy te llamé y estuve buscándote hasta en la Universidad —comentó siendo ignorado—. Hablé con Hoseok para saber dónde estabas, pero me dijo que ya no son amigos. ¿Qué sucedió entre ustedes? —arrugó levemente la frente.

—Eso no te importa.

—Creí que ya no pasabas tiempo aquí porque iban a volver a tocar —admitió causando la risa amarga de Jungkook.

—La banda dejó de existir cuando hace un año tú la dejaste —apuntó molesto.

—A Haesun no le gustaba...

—¡Siempre todo era por ella!

—¿También estás molesto conmigo porque dejé la banda? —preguntó desconcertado.

—Sabes cuánto adoraba eso.

—Podrían volver a tocar...

—No, Jonghyun. Eso ya se acabó.

—Deberías poder hacer lo que te guste, al igual que Jungsuk —opinó frustrado—. No deberían complacer a papá.

—Porque tú quieres ser el único que lo haga sentir orgulloso, ¿no es así? —inquirió cínico.

Jonghyun se sentía demasiado frustrado por la situación, ya que sabía perfectamente que sus hermanos no sentían interés alguno por la Empresa, siquiera por las carreras universitarias que estaban haciendo, al contrario de él. Siempre había sentido una gran pasión, desde pequeño le ponía atención a todo lo que su padre les enseñaba, lo cual siempre fue demasiado evidente para él. No sentía para nada justo que sus hermanos no pudiesen dedicar sus vidas a lo que les gustaba, pero sabía perfectamente que no podían hacer nada porque eso despertaría la furia de su padre.

—¿Estás bien? —preguntó cerrando los ojos por un momento al darse cuenta de que su voz salió débil mientras su hermano volvía a ignorarlo—. Estoy hablándote. Me preocupas —confesó observando cómo este rodeaba la isla con la intención de marcharse—. Jungkook, ¡deja de ser tan inmaduro!

—¡¿Inmaduro yo?! —cuestionó cínico, volteando a verlo—. ¿Y tú qué carajos eres, Jonghyun? ¿Un hipócrita?

—No me hables así.

—¿Cómo le puedo a hablar a un maldito traidor?

—Lo que pasó con...

—¡No la nombres!

—Jungkook, no puedes odiarme por ella
—suspiró frustrado.

—¡¿No puedo?! ¡¿Por qué no puedo hacerlo?!

—¡Porque conozco cómo eres y romperás nuestra promesa como lo haces con todas! —apuntó molesto—. ¡No puedes romper esa promesa por odiarme cuando siquiera la querías!

—¡Tienes toda la jodida razón! ¡Siempre rompo mis promesas! ¡Así cómo rompí la de no volver a sentir por Hyesoo! —confesó entre dientes, acercándose a él, permitiendo que notase sus ojos cristalizados—. Tú no sabes en el infierno en el que vivo por mi cabeza. Eras la única persona en la que sentía que podía confiar... y me traicionaste, Jonghyun —apuntó con voz temblorosa—. ¡Me traicionaste a mí! ¡A la única persona que jamás te traicionó a ti, maldito idiota!

—Jungkook, lo siento, ¿sí? —musitó sintiendo un nudo formarse en su garganta—. Pero tú dijiste muchísimas veces que ella... no te importaba para nada. Creí que era una más. No sé cómo creerte por completo que tengas sentimientos...

—Cierto. Siempre digo muchas mentiras  —sonrió amargo, limpiando bruscamente sus lágrimas —. Ni siquiera tú que me conoces más que nadie, sabes cuando digo la verdad, ¿cierto?

—Sé que me equivoqué, pero... ella me gusta, Jungkook. Trata de entenderme, ¿sí? —pidió nervioso, acercándose más a él.

—Eres tan fácil de engañar, Jonghyun —musitó con una media sonrisa burlona, lo que confundía al mayor.

—¿A qué te refieres?

—¿En verdad crees que ella tiene sentimientos por ti? ¿Que me superó?

—Cállate.

—¡Ella solo te está utilizando, idiota!

—Solo lo dices porque estás enfadado conmigo —aseguró entre dientes.

—Con solo decirte que les gustas, tú caes tan fácil —habló divertido—. ¡Por eso siempre terminan engañándote! ¡Porque siempre te dejas llevar por tus sentimientos, por esa necesidad de que alguien pueda amarte!

—¡¿Qué carajos pasa contigo, Jungkook?! —alzó la voz molesto—. ¡Solo no te atrevas a decir nada y déjame en paz!

El pelicorto no pudo evitar soltar una amarga risotada, provocando que Jonghyun endureciera sus facciones, empuñando las manos para intentar relajarse. Y es que para Jungkook era divertido que ahora este pareciera preocupado porque él pudiese revelar su secreto, para así vengarse por su traición, como también notar cuánto estaba afectándole sus palabras que eran ciertas.

—¿Estás asustado, Jonghyun? —examinó alzando una ceja.

—Te conozco perfectamente, Jungkook.

—¿Qué? ¿Tienes miedo de que todos sepan la clase de persona que eres? —sonrió burlón.

—No te atrevas a hacer algo en mi contra —advirtió entre dientes.

—Pero si tú fuiste quien ha traicionado.

—Tú desaprovechaste tu oportunidad con ella —aclaró rápidamente—. Ahora deja de ser tan imbécil. Aún estamos a tiempo de estar bien otra vez, Jungkook.

—¿Y quién dice que es lo que quiero, Jonghyun? —cuestionó acercando sus rostros—. Después de todo lo que hice por ti, te atreviste a algo así.

—Siempre te he defendido de todos.

—Y yo te defendí de nuestro padre esa madrugada...

—Somos hermanos, Jungkook.

—Eras mi favorito. Creí que eras el más leal de los tres, que siempre te preocupabas por nosotros, que siempre buscarías protegernos —masculló con los ojos cristalinos—. Pero no eres más que un maldito hipócrita, traidor y... asesino, Jonghyun.

—¡Cierra la maldita boca! —ordeno enfurecido, tomándolo bruscamente de la camiseta, por lo que Jungkook soltó una risotada.

—¿Ahora vas a golpearme por decirte la verdad en la cara? —preguntó cínico a lo que este lo miraba amenazante con su respiración pesada chocando contra su rostro. Jungkook parecía divertido con la situación mientras que Jonghyun parecía a punto de explotar—. Tranquilo. Esa promesa sí la cumpliré.

—Sabes que te conviene hacerlo —aseguró soltándolo bruscamente, mientras este sonreía acomodando su camiseta negra.

—Lo sé. Junto a Jungsuk nos volviste cómplices de tu mierda —recalcó observando cómo Jonghyun endurecía sus facciones y sus lágrimas empezaban a brotar.

—Vete —ordenó en seco.

—No diré nada sobre lo que fuiste capaz de hacer...—aseguró acercándose nuevamente—, pero la traición se paga con traición, Jonghyun.

Jonghyun lo observaba con los ojos abiertos a la par por la sorpresa, mientras que Jungkook le sonrió socarrón antes de comenzar a caminar hacia la puerta. En ese momento, el pelilargo sintió su estómago revolverse al darse cuenta de que realmente se había jodido su relación como hermanos.

—¡¿A qué rayos te refieres, Jungkook?! ¡¿Acaso te olvidas que me culpaba con papá para que él no se enfadara porque te orinabas en la cama, maldito idiota?! —preguntó histérico, seguro de que podía escucharlo—. ¡No te atrevas a traicionarme! ¡No me hagas odiarte, Jungkook!

Jonghyun estaba comenzando a desesperarse, ya que la advertencia de Jungkook no salía de su cabeza. No podía creerse que pasaron de compartir todo, de ser el favorito del otro a ser ahora enemigos.















(...)

















Hyesoo se encontraba en la habitación de Jonghyun, el cual estaba plácidamente dormido y ella estaba recostada a su lado aún abrazándolo, perdida por completo en sus pensamientos. Ya había pasado días desde que follaron en su departamento, por lo que Jonghyun aún no podía creérselo porque jamás había sido capaz de algo así.
Este luego de su confesión, había pensado en distanciarse, ya que sentía que lo había arruinado por completo, pero no había podido callarse. Sintió la necesidad de soltarlo de una vez porque, en ese momento, se dio cuenta de que lo que sentía no se iba a ir por más que volviese a follársela. Pero ella se había quedado callada sin saber qué decir, hasta que juntó sus labios en un beso para que él no volviese a decir nada.

Por más que fingió no darse cuenta de eso, le correspondió al beso, hasta que ambos decidieron salir de allí y él se marchó sin decir nada al respecto, más que sonreírle nervioso, pensando en su confesión.
Así con los días la tensión fue desapareciendo, aunque no por completo, pero empezaron a haber más besos robados por parte de él.

No habían vuelto a follar, porque iba más que eso, al menos para Jonghyun que buscaba su compañía. Hyesoo comenzó a darse cuenta de eso aquella tarde que la buscó en la cafetería, y ella pudo notar que algo no iba bien por más que intentaba fingirlo.
Este la había invitado a ir a su casa, lo cual la sorprendió y ella le recordó sobre Jungkook, pero este le respondió que no le importaba para nada si los veía. Eso la hizo tensarse y le informó que su turno terminaba en unos minutos, por lo que decidió esperarla.

Se trataba de un viernes, y la mayoría de estos, Jonghyun terminaba agotado por los recuerdos torturantes. Cuando se subieron a su coche, ninguno dijo una palabra al respecto, por lo que ella se dedicó a mirarlo por momentos sin que él le prestase atención alguna.
Al llegar a la casa, se dieron cuenta que no parecía haber más nadie que la servidumbre. Doyeon se ofreció a prepararles algo, pero Jonghyun rechazó y subieron a su habitación.

Cuando ella entró, no pudo evitar admirar lo grande que se le hacía, aunque sentía que le hacía falta cosas, como cuadros, fotografías, hasta más color, ya que todo era blanco y negro, pero decidió no decir nada al respecto. Jonghyun soltó un suspiro echándose en su cama, observándola cómo si la esperara, y ella aún tensa, decidió recostarse a su lado.

Se habían quedado observándose por algunos minutos, hasta que ella quiso preguntarle porqué no dejaba de observarla, pero este la tomó de la nuca juntando sus labios. Estuvieron así por un par de minutos, sin decir palabra alguna, solo observándose y robándose algún que otro beso, hasta que él la tomó del brazo pasándolo por debajo de su cabeza para voltear dándole la espalda y acabar durmiéndose.

Jonghyun disfrutaba de la compañía de Hyesoo, aunque era algo nuevo para él y temía cómo pudiesen acabar las cosas, pero no sabía si podía alejarse. Sentía que era algo nuevo y bueno que estaba teniendo. Mientras que Hyesoo se sentía demasiado incómoda, más al darse cuenta de que podía ser cierto que gustara de ella, pero a la vez no podía dejar de pensar en Jungkook, detestando que no fuese cierto que tuviese sentimientos por ella.

Los minutos pasaban en los que ella se preguntaba para qué la había invitado si sólo dormiría, pero el pensar en el hecho de que muchas veces le comentó sobre que era algo que se le dificultaba, le hacía decidir mantenerse a su lado hasta que despertase. Sentía cómo sus párpados empezaban a pesar por más que no quisiese dormir, hasta que su celular sonó, por lo que rápidamente estiró su brazo para tomarlo ya que estaba a un lado.

—¿Papá?

C-cariño...—titubeó y su voz salía algo aguda, lo que le hizo rápidamente preocupar, ya que estaba comenzando a pensar que él podía estar llorando.

—¿Qué sucede? ¿Está todo bien? ¿Pasó algo con Hyeongjun? —preguntó rápidamente, apartando su brazo sin importarle en absoluto despertar a Jonghyun, el cual levantó su cabeza refregando sus ojos. Se sentía completamente confundido, pero giró un poco a ver a Hyesoo que estaba sentada.

M-me han despedido del trabajo, Hyesoo.

—¿Cómo que te han despedido de la Empresa, papá? —inquirió desconcertada, lo que hizo que Jonghyun frunciera el ceño sin comprender.

Descubrieron... Descubrieron lo que hice en Gwangju confesó con la voz rota y sollozó—. Lo siento.

¡Hola!

¿Creen que Jungkook sea capaz de traicionar a Jonghyun para vengarse? Si es así, ¿qué se les ocurre que pueda llegar a hacer? ¿Será que ahora que sabe que Hyesoo sólo buscaba vengarse, va a hacer algo al respecto, más al haber confesado que si siente algo por ella?

Me imagino que ahora que Jungkook confirmó que sí tiene sentimientos por Hyesoo, quienes los shippean deben estar emocionadxs, pero no creo que lo estén tanto cómo yo por saber sus reacciones al siguiente capítulo jajsjsja

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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