20; PALABRAS DOLOROSAS

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍 

PALABRAS DOLOROSAS


Aeri había ayudado a Jungkook a levantarse para empezar a caminar y él lo hacía con lentitud y algo de dificultad. La fémina le pidió las llaves de su coche, por lo que Jungkook las sacó del bolsillo de su chaqueta para así entregárselas con su mano temblorosa, y luego echarse en el asiento del lado del acompañante, soltando un jadeo.
La pelinegra le cerró la puerta y rodeó el coche para subirse del lado del conductor, para así encender el motor y marcharse de esa fiesta de una vez.

Por momentos observaba al pelinegro que tenía su cabeza inclinada hacia atrás, con sus ojos cerrados y respiraba con más normalidad. Cuando estaba cerca de su departamento, se preguntaba si se había dormido, porque seguía exactamente igual, por lo que su voz salió algo débil al informarle que habían llegado, pero la sorprendió al abrir sus ojos y observar por la ventanilla. Ambos se bajaron del coche y comenzaron a caminar hacia el edificio, sin decir palabra alguna. Jungkook tenía sus manos guardadas en los bolsillos de su chaqueta, mientras que Aeri iba cabizbaja preguntándose si estaba haciendo bien porque no lo había pensado en absoluto en un principio, pero ahora se daba cuenta que no se conocían para nada y jamás habían cruzado más de cinco palabras.

Al entrar, Jungkook lo observaba algo sorprendido, ya que sabía perfectamente que Jungsuk debía estar ayudándola. Pero no tenía cabeza como para hablar de eso, siquiera era de su interés porque en ese momento solo quería olvidarse de absolutamente todo.

—¿Quieres que llame a alguien? —preguntó tímida—. Quizás... a Jungsuk.

—No —dijo sin más, observando el sofá.

—Puedes... Puedes sentarte si quieres.

Jungkook asintió rápidamente y cuando ella pensó que iba a sentarse, acabó echándose en el sofá juntando sus rodillas a su pecho mientras se abrazaba a sí mismo. Aeri no sabía cómo actuar, pues jamás creyó que podría ver al pelicorto del que toda la Universidad hablaba haciendo saber lo mujeriego y patán que era, ahora completamente destrozado, recostado en su sofá y abrazándose a sí mismo.

—Jungkook...—se acercó cautelosamente por si llegaba a tener la intención de alejarla, pero eso no sucedió porque hasta parecía no notar que estaba acercándose a él—, Jungsuk debe estar preocupado.

—Por favor, no —pidió en un murmuro casi inaudible, mirando a la nada.

—Está bien.

Jungkook conectó la mirada con la de ella, logrando estremecerla en ese momento, pero al sentir su celular vibrar en el bolsillo de su chaqueta, lo sacó rápidamente volteando para dirigirse a la ventana. Al ver que se trataba de Jungsuk, sintió cómo los nervios la invadían por completo, ya que se había olvidado de él en la fiesta y ahora no sabía qué le diría.

—¿Jungsuk?

Aeri, ¿dónde estás? —preguntó desesperado—. ¡Estuve buscándote!

—L-lo siento. No me sentía cómoda allí y... me marché.

¡¿Por qué lo hiciste?! ¡Carajo, estuve buscándote por todos lados!

Aeri estaba sorprendida por su forma de expresarse porque no era para nada como lo hacía normalmente, pero el hecho de no escuchar música de fondo, se le hacía algo extraño. Pensaba que quizás Jimin pudo haberlo llevado a su casa, aunque se escuchaba agitado y alterado.
No sabía qué estaba sucediéndole, si debía preocuparse o no, pero en ese momento lo que menos quería hacer era hablar con Jungsuk y que le reclamara.

—¿Estás bien?

¡¿Dónde rayos está Jungkook?! ¡También lo estuve buscando!

¿Jungkook? —tragó con dificultad y mordió su labio inferior, pensando en qué podría decir.

¡¿Lo has visto sí o no, Aeri?!

Cálmate, Jungsuk. Cuando me fui, no lo vi por ningún lado —mintió sintiéndose mal consigo misma por hacerlo, ya que pensaba que no se lo merecía para nada—. ¿Dónde estás?

Yo... Aeri, te necesito —confesó mas calmado.

—¿Estás bien? ¿Estás caminando? Te escuchas agitado.

¿P-puedo ir a verte? —preguntó inseguro—. Realmente te necesito ahora.

El escucharlo hablarle de esa manera, lo que podría significar, hizo que se tensara y que quisiera dejar de hablar con él. Empuñó su mano libre y tomó una bocanada de aire, cerrando los ojos por un momento al intentar mantener la calma.
Se decía que quizás era su cabeza que quería traicionarla, llenarla de miedo, y que Jungsuk realmente iría a su ritmo, por lo que no se tomaría mal lo que le diría.

—N-no puedo.

¿Por qué?

Quiero descansar. Lo siento.

Aeri...

Descansa, Jungsuk —dijo antes de colgar la llamada.

Aeri soltó el aire que había estado conteniendo sin saberlo, y guardó el celular en el bolsillo de su chaqueta, para luego voltear observando cómo Jungkook apoyaba uno de sus brazos, levantando su cabeza mirándola con atención. Quizás era el hecho de que tuvo miedo de que ella le dijese a Jungsuk que se encontraba allí, pero al darse cuenta que en ningún momento lo hizo, se relajó, aunque estaba sorprendido.

—Gracias —musitó.

—Estuvo buscándonos —comentó sentándose a un lado de él que la miró algo sorprendido, pero decidió no darle atención a eso—. Creo que no está bien, pero no quiso decirme nada.

—Lamento que hayas tenido que mentirle por mí, cuando recién están empezando su relación.

—No te preocupes. Además, no quería que viniera aquí a esta hora —confesó jugando con sus manos mientras que él fijó su mirada en ella.

—¿Por qué? —indagó extrañado. Ella intentó hablar, pero el solo hecho de que supiese su miedo, no se lo permitía, por lo que desvió la mirada sintiendo cómo un nudo se formaba en su garganta—. No tienes qué contestarme si no quieres.

—Gracias.

—Si no me quieres aquí, puedo ir...

—No. No estás bien —hizo una mueca y Jungkook mordió el interior de su mejilla a la vez que desviaba la mirada—. Además, te debo una, Jungkook.

—No es así...

—Tú solo quédate —apoyó su mano temblorosa en el brazo de él, lo que hizo que la mirase sorprendido mientras que ella observaba la herida en su frente—. Tu herida...

—¿Qué herida? —preguntó dando toques en su frente hasta que lo dio en la herida, por lo que gimió de dolor y cerró los ojos con fuerza por un momento—. Mierda.

—Quizás debería desinfectarla...

—¿Qué? No. No es necesario —aseguró cubriéndose la frente con el cabello, ya que no quería para nada que se acercara más a él—. No es nada.

—¿Seguro?

—S-sí. Ahora solo quiero descansar.

—Está bien. Entonces, te dejaré hacerlo —habló levantándose mientras que él la observaba como si quisiera decir algo al respecto—. Descansa bien, Jungkook.

—Tú igual.

La vio entrar a la habitación y cerrar la puerta mientras tragaba en seco, pensando que ahora el vacío había vuelto a invadirlo. En ese momento lo menos que quería era estar solo, pero no fue capaz de pedirle que se quedase otro rato, aunque sea hasta que se durmiera, ya que no había nada de confianza entre ellos y se trataba de la novia de su hermano.

Las emociones habían sido demasiadas por esa noche, por lo que soltó un suspiro profundo, cerrando los ojos a la vez que se abrazaba a sí mismo, intentando así darse algo de apoyo.

Jeon Jungkook no tenía ni idea de cómo enfrentaría el volver a la Universidad.















(...)













Jungsuk se había marchado de la fiesta demasiado alterado, tanto así que no le importó tener que caminar donde llamó a Aeri. Se había olvidado por completo de ella como de Jungkook, pues en lo único que podía pensar era en lo que Jimin le había provocado y lo avergonzado que se sentía por eso. Pero al no escuchar música y saber que se encontraba en su departamento, pensó en que la necesitaba. Quizás si podía avanzar con ella, podría así quitar aquellos pensamientos de su cabeza, pero ella acabó la conversación diciendo que quería descansar.

El pelinegro en ese momento quiso romper en llanto por la desesperación, por la frustración porque no era capaz de aceptarlo. Al ver un taxi, decidió tomarlo porque quería llegar lo antes posible a su casa e intentar relajarse.

Una vez que llegó a su casa, subió rápidamente hacia su habitación, aún demasiado alterado porque no podía dejar de pensar en aquel rubio que estaba confundiéndolo por completo. Caminaba de un lugar a otro, tirando de su cabello, reprochándose porque para él no estaba bien pensar de aquella manera.

Sentía que no podía seguir con aquella duda que lo estaba torturando, que quizás tan solo era una estúpida confusión que se iría en un abrir y cerrar los ojos, aunque llevaba desde pequeño cargando con ellas. Pero ahora iban más allá del solo hecho de ver atractivo a un hombre, de desear besarlo para saber qué se sentiría, de querer avanzar un poco más.

Había creído que luego de que pudiese enamorarse y estar con una mujer, aquellas confusiones desaparecieron por completo, pero, al contrario, ahora estaba llegando a lo sexual, y eso lo asustaba demasiado.

Sin poder soportarlo más, tomó su notebook que estaba sobre la mesa de noche y la encendió mientras tomaba asiento en su cama. Sus manos estaban temblorosas, pero de todas maneras escribió sintiendo su estómago revolverse cuando empezó a ver las portadas de los videos, y más cuando buscaba algún parecido.

¿Qué rayos estaba haciendo? Era lo que pensaba, pero aún así siguió bajando hasta encontrar a un joven rubio junto a un pelinegro.

Entró a aquel video, el cual comenzaba bastante intenso. El joven rubio se encontraba sobre la cama con sus manos y rodillas apoyadas sobre el colchón, mientras el pelinegro lo embestía con dureza, haciéndole gritar de placer.
Jungsuk observaba aquel video, mordiendo su labio inferior con tanta fuerza que podría sacarse sangre, pero es que su cabeza no dejaba de gritarle que estaba haciendo mal.

Mientras los segundos pasaban, su respiración fue volviéndose pesada, aquella voz se escuchaba más lejana y su cabeza fue creando un escenario imaginario junto a Jimin. Jungsuk no pudo seguir soportándolo aquella erección que estaba doliéndole, por lo que sin pensar, dejando la notebook a su lado, se bajó los pantalones junto al bóxer. Escuchaba los azotes como también los gritos, y rápidamente abrió el cajón de su mesa de noche buscando el lubricante.

En ese momento podía imaginarlo a ese rubio en esa posición, que fuese él quien lo embestía con esa dureza. El solo hecho lo ponía aún más, por lo que cerró los ojos gimiendo por lo bajo mientras comenzaba a bombear su miembro.

Jungsuk quería poder tener la imagen de su gran trasero redondo frente a él, quería poder ser quien lo azotara, poder escucharlo gritar su nombre y pedirle más. Un gruñido escapó de sus labios a la vez que aumentaba los movimientos, por lo que mordió su labio inferior para intentar callarse e imaginar la sensación de estar dentro suyo.

Podía escuchar aún aquel video, pero estaba más concentrado en lo que imaginaba con el rubio, hasta que sintió cómo un líquido tibio humedecía su mano y abdomen mientras que un gemido ahogado salía de sus labios. Jungsuk intentaba recuperar el aliento, abriendo los ojos para así observar cómo había acabado.
Al ver que aquel vídeo había acabado, recordando lo que había imaginado, sintió cómo la culpa lo invadía. Rápidamente lo quitó, ejerciendo fuerza de más para cerrar la notebook mientras su visión se volvía nublada.

¿Cómo había sido capaz de masturbarse pensando en un hombre? O aun peor, ¿cómo había sido capaz de masturbarse imaginándose junto a su único amigo?
Este sollozó lleno de culpa, detestándose de gran manera y pensando que lo mejor que podía hacer ahora, era alejarse por completo de Jimin.


















(...)














Jungkook sentía su sangre hervir, pero aún así intentaba mantener la calma y no dejarse llevar por sus impulsos porque recordaba que se había jurado cambiar. Sentía que en eso había mejorado demasiado, ya que su relación con sus hermanos estaba mejor, igual que con la de su padre aunque escuchaba sus comentarios sobre que no le creían. Pero los ignoraba por completo porque no quería arruinar las cosas, al contrario, seguiría demostrando que su cambio era real.

El estar en la Universidad lo tenía realmente tenso y estaba demasiado atento a las miradas, cómo a los murmullos, porque temía que hablaran sobre lo que sucedió en la fiesta. Sentía la inquietud instalada en su pecho cada vez que caminaba por los pasillos, y no podía evitar recordar lo sucedido, sentirse completamente humillado por lo que le hicieron y más que nada por cómo reaccionó, aunque se tratase de sus amigos.

—¡Hey, JK! —aquella voz masculina le hizo tensar y que apretara la correa de su mochila mientras apresuraba el paso—. ¡JK!

—¿Qué quieres, Taehyung? —inquirió cuando comenzó a caminar a su lado e intentaba recuperar el aliento.

—¿Estás evitándonos? —preguntó agitado mirándolo atento.

—¿Por qué lo haría?

—A mí no sé porqué me evitarías, pero a los demás lo comprendo —respondió provocando que este se tensara y dejara de caminar para mirarlo, por lo que el castaño también se detuvo y lo miró algo nervioso por cómo podía llegar a reaccionar—. Hoseok me enseñó el video.

—¿Hoseok filmó todo? —preguntó intentando mantener la calma.

—Sí, ¿no lo sabías? —arrugó levemente la frente mirándolo confundido.

—¿Dónde diablos está?

—Lo vi hace un...

Taehyung no llegó a terminar de hablar porque Jungkook vio a Hoseok acercarse, lo que hizo que sintiese cómo la ira lo controlaba por completo, por lo que sin pensarlo ni un por segundo, pasó por el lado de su amigo empujándolo con el hombro. Se acercó rápidamente a Hoseok, que sin esperárselo fue tomado por el cuello y estampado contra la pared, provocando que gimiera de dolor y observara asustado al pelinegro.

—J-Jungkook, ¿qué haces? —preguntó con dificultad con su rostro enrojeciendo por cómo se le estaba dificultando respirar.

El miedo lo invadía más con cada segundo al ver la mirada oscura y amenazante de Jungkook, cómo sus facciones se encontraban endurecidas y su respiración pesada.

—¿Crees que puedes humillarme? —preguntó entre dientes—. Tú no me conoces para nada, Hoseok.

—Amigo, escucha...—dijo con la voz algo aguda.

—¿Amigo? —soltó una risa cínica.

Jungkook bajó la mirada a sus manos que estaban sobre su pecho, dándose cuenta que en una de estas tenía su celular, por lo que se lo arrebató bruscamente para luego soltarlo. Hoseok tomó una bocanada de aire intentando recuperar el aliento, pero el pelinegro estrelló el celular contra el suelo y comenzó a pisotearlo una y otra vez.

—¡¿Qué carajos, Jungkook?! —gritó histérico, pero este volvió empujarlo contra la pared tomándolo del cuello.

—Te juro, Hoseok, que si sigues buscándome la próxima será tu cabeza la que esté bajo mi pie, ¿me entiendes? —advirtió por lo bajo, mirándolo amenazante mientras Hoseok parecía aterrorizado—. No tienes ni una puta idea de con quién te estás metiendo, pedazo de mierda.

Jungkook lo soltó bruscamente, haciéndole jadear llevando la mano a su cuello mientras su espalda se deslizaba por la pared, cayendo sentado sin poder creerse lo que acababa de suceder. El pelinegro siguió caminando, sintiendo algunas miradas a las cuales no les dio nada de importancia.

—¡Espérame, Jungkook!

—¡¿Qué quieres?! —preguntó enfurecido, provocando que se sobresaltara.

—Hey, tranquilo. No soy Hoseok —recalcó levantando ambas manos.

—Lo sé, Taehyung.

—Escucha, solo quiero decirte que lamento no haber estado en esa fiesta.

—¿Por qué? —examinó alzando una ceja.

—Lo lamento porque no estuve para ayudarte en ese momento. Créeme que de estar, no hubiera dudado ni un momento en frenar esa situación tan asquerosa, Jungkook —aclaró sorprendiéndolo—. Cuando Hoseok me enseñó el video, solo sentí asco al escuchar cómo se reían. Eso no tenía nada de gracioso. Estuvo mal. Y ya no quiero saber nada de ellos.

Jungkook desvió la mirada mientras mordía el interior de su mejilla, intentando no recordar cómo sentía sus brazos arder por la fuerza ejercida, cómo sentía que su corazón subía hasta su garganta impidiéndole respirar, cómo su visión se volvía nublada y la desesperación como el miedo se volvían parte de él.

—Eres mi amigo y estaré para ti para lo que necesites, Jungkook —aseguró con suavidad, apoyando la mano en su hombro.

—Gracias, Taehyung —musitó más relajado.

—¿Quieres que vayamos a comer algo?

—No. Debo ir a estudiar para un examen —contestó haciendo una mueca—. Te veo luego.

—Oh, ¿Jungkook estudiando? ¿Quién lo diría? —lo miró divertido y este soltó una ligera risa—. Suerte en tu examen.

Jungkook volteó para comenzar a caminar, dirigiéndose hacia la biblioteca, ya que debía recuperar un examen porque el mejorar en sus calificaciones era algo que debía hacer para demostrar su cambio. Deseaba más que nada que su padre notara el esfuerzo que estaba haciendo, y que pudiese, aunque sea, darle un poco de la atención que le daba a Jonghyun.

Al entrar a la biblioteca, tomó asiento y dejó lo necesario sobre la mesa como el libro y la libreta. Comenzó a decirse que debía ponerle toda la atención aunque se frustrara, y los minutos pasaban, por lo que Jungkook seguía esforzándose por comprender. Lo estaba logrando, pero al escuchar unos pasos, levantó la mirada encontrándose con una pelinegra que se robó toda su atención. Ella llevaba un libro en sus manos, y al verlo tragó con dificultad, pero aún así, decidió acercarse a paso lento, sentándose frente a él.

En ese momento no podía evitar recordar que se despertó durante el amanecer completamente asustado al no saber dónde se encontraba, pero fue recordando el suceso que hizo que su corazón diese un vuelco y que se sintiese completamente humillado. No era capaz de ver al rostro a Aeri cuando se despertase porque se había mostrado de una forma que no debía. Siempre escondía cuan roto podría llegar a estar, así que, aunque estaba demasiado agradecido con ella, decidió que era mejor que se marchara.

—¿Cómo estás? —preguntó tímida.

—Bien.

—Escuché que tuviste un problema...

—No lo tuve. Hoseok lo tuvo —recalcó en seco, intentando volver la concentración a lo que estaba estudiando.

—S-sobre lo que te hicieron esa noche...

—No me hicieron nada, Aeri —la interrumpió conectando sus miradas, intentando no sentirse humillado.

—Pero ellos...

—¡Solo fue una jodida broma, carajo! —alzó la voz, provocando que ella se sobresaltara—. No vuelvas a hablarme.

Jungkook juntó sus cosas, para luego tomar su mochila sin querer observar a la pelinegra que estaba cabizbaja, porque sabía perfectamente que eso le haría pensar en su actuar, aunque ya sentía una presión instalada en su pecho por esa misma razón.
El pelinegro salió de la biblioteca, intentando mantener la calma, a pesar de que su respiración ya se había vuelto pesada y sentía su sangre hervir. Estaba enojado con todos, pero principalmente con él mismo al no estar logrando el cambio que quería.

En cuanto volteó para comenzar a caminar, chocó contra el hombro de alguien. Al ver aquel rubio que lo miraba entre sorprendido y nervioso por haber chocado con él, sintió cómo la rabia lo invadía más.

—¡¿Tú qué me ves, imbécil?! —preguntó empujándolo, provocando que él jadeara de dolor al chocar contra la pared.

Jimin en ese momento sintió cómo la ira lo envolvía como también el dolor, ya que sabía perfectamente porqué siempre se comportaba de esa manera, y lo detestaba por eso. Tomó una bocanada de aire intentando mantener la calma, diciéndose que lo mejor era retomar su camino hacia la salida, ya que sus clases habían llegado a su fin por ese día. Pero no podía dejar de pensar en porqué debía actuar de esa manera. Había notado la rabia en su mirada oscura, y parecía ya estarlo desde antes, por lo que podría haberse querido desquitar con él.
De todas maneras, pensar en eso no hacía que su dolor y rabia desaparecieran, porque quizás sí hubiera estado bien lo habría ignorado, así que algo hubiera provocado en él y no era bueno.

—¿E-estás bien? —al escuchar esa voz suave, sintió estremecerse y giró encontrándose con Jungsuk que llevaba sus típicas gafas, las cuales acomodó.

Este tenía su cabello divido y liso que tocaba sus pómulos, un suéter crema, una camisa blanca, pantalones café y zapatillas blancas. No podía evitar preguntarse cómo Jungsuk podía llegar a ser tan distinto a Jungkook, hasta en su manera de vestir.
En sus ojos oscuros podía ver los nervios, al igual en cómo jugaba con sus manos, lo que le hacía pensar en que si seguía haciendo eso, podría llegar a lastimarse. Pero sabía que luego de lo sucedido en la fiesta del viernes, Jungsuk debía sentir demasiada ansiedad.

—Sí. Ya estoy acostumbrado a que Jungkook sea un idiota —respondió intentando actuar con normalidad, aunque no podía evitar recordar lo que pasó entre ellos.

—Está cambiando —comentó desviando la mirada, y él soltó una risa amarga.

—Jamás va a dejar de ser un idiota.

—Yo creo que sí. Nuestra relación ha mejorado demasiado —replicó sin dejar de jugar con sus manos.

Eso volvió a llamar la atención de Jimin, porque notaba cómo las tenía enrojecidas por la forma en que se las pellizcaba. Eso hizo que suspirara y se acercara a él para tomarlas con delicadeza, sintiendo cómo se estremecía por su cálido tacto y su cercanía.

—Ya deja de lastimarte —ordenó con suavidad, conectando sus miradas.

—N-no lo hago —murmuró sintiendo cómo se le dificultaba respirar al recordar lo que había hecho pensando en él.

—Sí lo haces, hasta sin darte cuenta. Estoy todo el tiempo observándote, Jungsuk —confesó sin pensar, lo que hizo que el pelinegro abriera los ojos a la par por la sorpresa. Jimin, al darse cuenta de lo que dijo, cerró los ojos con fuerza por un momento presionando los labios—. Vaya, creo que eso sonó algo acosador, pero... me refiero cuando estamos juntos, aunque a veces puedo verte a lo lejos... Olvídalo.

—Supongo que está bien —sonrió nervioso, desviando la mirada.

—¿Podemos hablar? —preguntó con algo de temor mientras este volvía a conectar sus miradas, pero esta vez endureciendo sus facciones.

—¿Sobre qué?

—¿En serio vas a fingir que no pasó nada? —frunció el ceño mirándolo cínico, por lo que Jungsuk tragó con dificultad—. Entonces, ¿por qué llevas días ignorando mis mensajes? ¿Por qué hoy cuando nos cruzamos, pasaste de mí?

—¿Q-qué quieres de mí, Jimin? —cuestionó por lo bajo y algo frustrado, sintiendo sus ojos arder por las lágrimas retenidas.

—¡Que aceptes lo que pasó!

—¡No puedo aceptarlo porque eso no es normal, carajo! —escupió enfurecido, dando un paso hacia atrás para alejarse, por lo que Jimin bajó sus manos mirándolo dolido.

—¿No es normal? —repitió por lo bajo.

Las respiración de Jungsuk se había vuelto pesada, y no quería seguir recordando todo lo que le había provocado. Estaba negado a eso porque las palabras de su padre y de sus hermanos, se repetían en su cabeza.
Y es que no era solo eso, sino que recuerdos llegaban a su cabeza, más que nada sobre su primera experiencia, la cual acabó de una forma que jamás se esperó.

Jungsuk se encontraba en su último año en el instituto. Estaba siendo un día más tranquilo de lo que se esperaba, aunque Jonghyun había faltado por estar enfermo, y Jungkook había decidido dar media vuelta cuando llegaron, para así irse con uno de sus amigos.
Este no había podido evitar tensarse al ver a su hermano marcharse, ya que sabía que podían aprovechar esa oportunidad para molestarlo. Y no importaba que Jungkook le hubiese dicho que le enviara un mensaje si algo sucedía, porque temía que no llegase a tiempo por si querían golpearlo.

De todas maneras, no le pidió que se quedase, ya que no quería arruinar los planes que pudiese llegar a tener. Sabía que debía empezar a encargarse de sus problemas solo, si es que quería que en algún momento ya no lo molestasen más.

Durante las clases, Jungsuk sentía una mirada sobre él, lo que hacía que buscara de quién se trataba. Cada vez que se topaba con los orbes almendrados de Moon Jiho, se sorprendía sintiendo cómo su corazón se agitaba.
Pues, se trataba de uno de los jóvenes "populares" del salón. Podía decirse que era una gran competencia para Jeon Jungkook, ya que Jiho era el capitán del equipo de baloncesto. Una parte de las féminas buscaban su atención mientras la otra la de Jungkook, pero lo que hacía que la mayoría terminase intentando llamar más la atención del último mencionado, era que Jiho tenía novia.

Se trataba de Ji Yurim, la joven que todos veían como la más bonita del instituto. Aquella que tenía un cuerpo con curvas llamativas, una sonrisa radiante, y que se veía demasiado tierna cuando se lo proponía.
Ella, al contrario de muchas, era alguien agradable, por lo que Jungsuk solía hablar con ella sin miedo a que pudiese llevarse un mal trato como siempre le sucedía.

Pero sentía celos.

Sentía su estómago revolverse cada vez que la veía junto a Jiho, cada vez que veía cómo ella lo tomaba del rostro y juntaba sus labios, cómo ella podía recibir abrazos de su parte como también sonrisas. Mientras a él, simplemente, lo ignoraba.

Había intentado una y otra vez hablarle, a pesar de titubear por los nervios, pero era algo imposible. Jiho siquiera parecía escucharlo, cuando con todos era agradable. Así que, ahora el hecho de que pudiese sentir su mirada en varias ocasiones, a pesar de que cada vez que lo atrapaba, la apartaba rápidamente nervioso, era algo que emocionaba a su corazón.

Jungsuk se encontraba realmente agotado por la clase de educación física, por lo que después de darse una ducha, en la cual temía al estar solamente rodeado de chicos, ya que eran los que más lo molestaban, esperó hasta que fuesen pocos para pasar, relajándose un poco al solo escuchar algún que otro comentario.

Cuando salió del vestidor, sacó su celular leyendo los mensajes de su hermano, Jungkook, el cual le preguntaba si todo estaba en orden. Luego de que le respondiera para que se relajara, a su cabeza no pudo evitar llegar Jiho. Y es que la mayoría del tiempo parecía ocupar sus pensamientos.
No lo había visto salir de la ducha, solo lo había escuchado reír y conversar con sus amigos, mientras que él como siempre solía escucharlos.

Lo que sea que dijera, siempre llamaba por completo su atención, aunque a veces sintiese su estómago revolverse al escucharlo hablar de su novia, más que nada cuando hacía comentarios subidos de tono. No comprendía porqué todos los jóvenes parecían ser así, tener sus hormonas tan alborotadas cuando se trataba de una chica, mientras que él no sentía absolutamente nada al verlas.

Por más que se esforzaba por intentar verlas de esa manera, tal como hacía Jungkook, no sucedía. De solo pensar en encontrarse en una situación así, como sucedió cuando Jungkook y Jonghyun lo llevaron a un burdel para que pudiera experimentar como ellos, ya que lo veían demasiado tímido para que lo hiciese por su propia cuenta, entraba en pánico.
Pues, en cuánto se encontró en una habitación con una de esas mujeres, la cual tuvo que elegir porque sus hermanos esperaban que se decidiera por una, sintió cómo el miedo lo invadía cuando ella lo empujó en la cama. Más que nada cuando juntó sus labios, lo que provocó que la empujara y quisiera huir.

Ella rápidamente se dio cuenta de lo que sucedía, por lo que le habló de manera tranquilizadora y él le pidió que mintiera si sus hermanos preguntaba. La pelirroja aceptó rápidamente, más que nada por el dinero que le ofreció, pero eso no le importaba a Jungsuk mientras que ella pudiese hacerle creer a sus hermanos que había follado por primera vez.

Jungsuk se detestaba por no ser como todos, pero es que Jiho había llamado su atención de una forma más intensa de lo que le sucedía antes. No entendía porqué, al parecer ese interés iba solamente hacia chicos, aunque jamás había llegado a tener de manera sexual, pero esperaba que eso sucediera porque sino sabría que ya estaba jodido.
Quería pensar que quizás solo era deseo de experimentar y desaparecería en algún momento. Se convertiría en lo que su familia creía que era.

Al volver al vestidor, escuchó murmullos, por lo que decidió asomar su cabeza, ya que sentía curiosidad por saber qué sucedía. Pero al ver que se trataba de Jiho y su novia, cómo ella juntaba sus labios de manera intensa mientras él estaba solamente con sus pantalones, sintió cómo el oxígeno abandonaba sus pulmones por un momento.

Este correspondía a su beso desesperado, chocando su espalda contra los casilleros, pero abrió los ojos en medio del beso, encontrándose con la intensa mirada de Jungsuk. Jiho se sorprendió por un momento, y cuando Jungsuk creyó que haría algo al respecto, siguió correspondiendo al beso de la joven con más intensidad, lo que hizo que ella bajara la mano.
El de gafas tragó con dificultad al ver eso, más que nada al ver la mirada almendrada del joven que parecía tener un destello de lujuria al ser observado por él.

—Amor, espera...—habló el rompiendo por un momento el beso.

—¿Por qué? —preguntó frustrada, acariciando el bulto de sus pantalones.

—Porque puede venir alguien.

—Será rápido...

—No. Aquí no. Es peligroso —dijo tomándola de los hombros—. Vete. Te alcanzaré en unos minutos.

—Pero...

—Hazme caso, amor —pidió con suavidad mientras acariciaba su mejilla.

Jungsuk rápidamente dejó de ver, pensando en marcharse al voltear, más que nada cuando de reojo vio cómo la castaña se alejaba al haber obedecido a su novio. Este soltó un suspiro, debatiéndose sobre qué hacer, ya que tenía el impulso de entrar y saber porqué había hecho algo como eso.

¿Eso acaso era normal?

Tomando una bocanada de aire a la vez que empuñaba las manos, decidió entrar a aquel vestidor amándose de valor para enfrentar porqué tenía un comportamiento tan extraño con él. Jungsuk, al entrar, se sorprendió de ver que parecía estar esperándolo.

No podía negar que Jiho se le hacía alguien demasiado intimidante, quizás por lo atractivo que lo veía. Llevaba su cabello oscuro corto y despeinado cayendo por su frente, sus orbes eran almendrados, su nariz pequeña y redonda, sus labios eran delgados y rosados que se le hacían realmente seductores.
Tenía una apariencia que se le hacía tierna la mayoría del tiempo, pero ahora, al tenerlo en frente sin camiseta permitiendo notar sus anchos hombros, sus brazos musculosos y sus abdominales marcados, sintió cómo se le dificultaba respirar.

—¿Estabas espiándonos, Jungsuk? —examinó alzando una ceja.

—N-no...

—¿Crees que no noto la forma en que miras a mi novia cuando estamos juntos? Siempre buscas la manera de hablarle —soltó una risa amarga.

—N-no es a ella a quien miro —confesó casi por lo bajo, aún empuñando las manos, notando cómo él tragaba con dificultad.

—¿Entonces?

—Es a ti.

—¿Qué? ¿A mí?

—D-de la misma manera en la que tú me mirabas hoy —aclaró acercándose a paso cauteloso.

—No sé de qué me hablas —negó repetidamente con la cabeza, dando un paso hacia atrás.

—¿Por qué lo hacías? —preguntó intentando que su voz sonara normal, a pesar de que sus latidos se aceleraban más con cada paso que daba hacia adelante.

—N-no lo sé —respondió nervioso e intentando alejarse, pero chocó contra los casilleros.

Jiho cerró los ojos por un momento, sintiendo cómo su respiración se volvía pesada como la de Jungsuk, el cual siguió acercándose hasta quedar a un corta distancia. Al ver sus orbes oscuros y brillantes, la forma en la que parecía tan nervioso como él, sintió cómo su estómago se revolvía de los nervios.

No sabía porqué, pero llevaba tiempo sin poder evitar mirarlo en cada oportunidad que tenía. Notaba que siempre intentaba hablarle, así como sus demás hermanos lo hacían, aunque con Jungkook solía tener alguna que otra discusión, porque el pelicorto no soportaba no tener toda la atención. Pero la diferencia que había con Jungsuk, era lo ponía demasiado nervioso, algo que fue desarrollándose con el tiempo.

Cada vez que se le acercaba, sentía que se le dificultaba respirar, que su corazón parecía querer salirse de su pecho, por lo que prefería ignorarlo por completo. Hasta su cabeza lo llevaba a crear escenarios ficticios junto a él que le hacían sentirse disgustado de sí mismo.

Lo que imaginaba junto a Jungsuk, era lo que hacía constantemente con su novia, así que no era algo normal para él.

—¿Q-qué haces? Aléjate —ordenó con la voz temblorosa.

—¿Eso quieres? —preguntó en casi un murmuro inaudible, rogando que se negara.

—Sí. Aléjate porque si das otro paso más hacia adelante, voy a golpearte, rarito.

Jungsuk abrió los ojos a la par por la sorpresa, pero luego el dolor pudo reflejarse en su mirada, lo cual hizo que Jiho sintiese una presión en su pecho.

—E-esta bien. Lo siento —balbuceó sintiendo su corazón encogerse.

Se sentía un idiota por haber creído que a Jiho podría pasarle lo mismo que a él, por lo que decidió dar media vuelta mientras tragaba con dificultad, para empezar a dirigirse hacia la salida. En cuanto dio un paso, sintió cómo Jiho lo tomaba del brazo, haciéndole voltear bruscamente.
Quiso decir algo al respecto, pero no fue capaz de hablar cuando sintió los delgados labios de él estamparse contra los suyos.

Jungsuk hizo un sonido involuntario con la garganta, sintiendo cómo se estremecía ante el contacto de sus labios, pero aun así decidió corresponderle. Hizo que retrocediera, chocando su espalda contra los casilleros mientras Jiho introducía la lengua en su boca, obligándole a seguir sus movimientos, ya que Jungsuk no tenía experiencia alguna.

Era un beso intenso y húmedo que lo llevaba a desearlo de una manera que jamás esperó, que jamás le había pasado antes. En ese momento, se dio cuenta que estaba completamente jodido, porque estaba deseándolo de la misma forma de la que ellos hablaban de las mujeres.

Jungsuk pasó las manos por su cintura, apegándose más a él, mientras este lo tomaba de los hombros, mordiendo su labio inferior haciéndole gruñir, para luego volver a besarlo. Este al sentir el bulto de Jiho, no pudo sentir reprimiendo sus impulsos, por lo que bajó la mano, tal como había visto hacer a Yurim. Al acariciarlo sobre el pantalón, sintiendo lo duro que se encontraba, Jiho gimió tirando de su cabello, provocando que Jungsuk jadeara sobre sus labios. Cuando volvió a besarlo, sintió cómo Jiho lo hacía de manera torpe, hasta que sin esperárselo, lo apartó bruscamente.

Jungsuk dio pasos hacia atrás, casi perdiendo el equilibrio por un momento, mirándolo completamente desconcertado, intentando recuperar el aliento.

—¿Q-qué...?

—¡¿Qué rayos pasa contigo?! —preguntó alterado antes de limpiar sus labios con brusquedad.

—P-pero tú me besaste...

—¡No vuelvas a decir una mierda así! ¡Yo jamás te besaría! —apuntó entre dientes—. ¡Juro que...!

—Hey, ¿qué sucede aquí? —intervino una voz masculina que los hizo sobresaltar a ambos.

Jungsuk al ver cómo había dos jóvenes asomados en el umbral de la puerta, sintió estremecerse mientras que Jiho tragó con dificultad.

—¿Te está molestando el rarito, amigo? —preguntó el otro.

Jungsuk observó con temor a Jiho, el cual parecía realmente nervioso sin saber qué decir o hacer luego de lo que había pasado entre ambos, más el temor de que ellos pudieran darse cuenta de eso. Pero lo que este jamás se esperó, es que Jiho se atraviese a mentir sobre que acosaba a Yurim, para que así no pudieran sospechar sobre lo que había pasado entre ellos.

Jiho temía más que nada que su reputación fuese arruinada, a pesar de lo que sentía por él y saber que era más que correspondido. Este tuvo que desviar la mirada cuando vio cómo sus amigos se acercaban a Jungsuk, el cual intentó más que nada huir, lo que consiguió al salir del instituto siendo seguido por ellos.

Jungsuk cayó al suelo siendo tomado de los brazos, pero ya no eran dos, sino el grupo casi completo de Jiho.

Este al recordar la manera en que lo golpearon aquella vez, dejándolo inconsciente, cómo su familia se había preocupado por él, quería romper en llanto allí mismo. Pero unos pasos llamaron su atención, y al girar, dándose cuenta de que se trataba de Aeri, sintió que la calma volvía a él porque se decía que todo estaría bien si seguía con ella.

—Tengo una novia de la que estoy perdidamente enamorado, así que no quiero que llegues a meter ideas a mi cabeza porque estoy bien siendo como soy, Jimin —aclaró alzando una ceja—. No arruinaré mi vida.

—Jungsuk...

Este no lo escuchó porque su voz salió casi inaudible, mientras que él caminaba acercándose a Aeri que parecía observarlos con curiosidad.
Para la sorpresa de ella, Jungsuk apresuró su paso, y al estar cerca, la tomó de la cintura juntando sus labios en un beso intenso que la hizo jadear por la sorpresa.

Aeri llevó las manos a su pecho, pero él la apegó aún más, ejerciendo algo de presión al mover sus labios, lo que hizo que a ella no le quedase más que corresponderle. Movía sus labios al compás de los de él, sintiendo cómo se estremecía cuando pasó la lengua por su labio inferior pidiéndole acceso, el cual se lo dio empuñando el suéter de este.
Se repetía una y otra vez que se trataba de Jungsuk, que todo estaba bien, pero la voz en su cabeza le gritaba que huyera, mientras que este era quién dominaba en aquel beso.

A unos pocos metros se encontraba Jimin, observándolos con sus ojos cristalinos al sentir cómo su corazón se encogía al punto que rompió el llanto, marchándose rápidamente de la Universidad. Parecía que esa tarde para Jungsuk no había bastado con las palabras dolorosas que había soltado, también tuvo que besar a Choi Aeri, para así demostrarle a Jimin que jamás iba a corresponderle.

Otra vez un Jeon le demostraba de alguna forma, que no era bueno para su corazón.















(...)













Jonghyun se encontraba en el gimnasio haciendo abdominales, intentando no perderse en sus pensamientos. La verdad era que estaba sintiéndose algo mejor, pero aún así sabía que siempre acababa hundiéndose porque su cabeza nunca lo dejaba en paz.
Sentía que todo a su alrededor iba mejorando, como la relación con sus hermanos y su padre que desde lo sucedido con Jungkook parecía estar más cerca y atento a ellos. Hasta la relación entre sus hermanos que siempre era un caos, y que nunca iba a comprender porqué Jungkook parecía odiar a Jungsuk, ahora había mejorado, por lo tanto él no tenía que preocuparse por lo que sucediera ni tampoco  intervenir.

Pero los dos días que pasaron, Jungsuk se la pasó en el sofá con sus videojuegos mientras que Jungkook estuvo encerrado en su habitación. Temía que algo haya pasado entre ellos otra vez, lo cual no sería nada sorprendente, por lo que intentó hablarles para saber si era algo sobre eso, pero ambos dijeron que todo estaba bien.
Intentó indagar más porque notaba que no se encontraban bien, pero ambos intentaron convencerlo de que nada sucedió. Él supo rápidamente que estaban mintiendo, sabiendo que insistir, quizás, solo haría que se molestasen.

Aun así, rogaba que nada haya pasado entre ellos porque estaba demasiado bien con la relación que estaban teniendo. Hasta tenía la esperanza de que volviesen a ser los trillizos de antes.

En cuanto acabó, tomó una bocanada de aire apoyando los brazos en sus rodillas, pero al ver unas largas y delgadas piernas que llevaban un leggins negro, levantó la cabeza encontrándose con aquellos ojos almendrados con un brillo de diversión.

—¿Qué haces aquí, Hyesoo? —preguntó confundido, levantándose, para luego tomar la botella de agua y darle grandes sorbos.

—Qué vacío está aquí —comentó observando a su alrededor.

—¿Qué haces aquí? —repitió volteando a verla con el semblante serio, lo que le hizo reír—. Hyeongjun dijo que no vendría.

—Exacto. Hyeongjun dijo que no vendría, yo no dije nada —recalcó sonriente—. Si tan solo me leyeras los mensajes, te habría avisado que yo sí iba a venir.

—Pues, ojalá lo hubieras hecho, así habría decidido no venir —murmuró frustrado, colocándose para hacer flexiones.

—¿Y cuándo pasamos al momento en que eres algo bueno conmigo? —inquirió arrugando la frente.

—¿Por qué lo sería en algún momento?

—Porque somos amigos —respondió aunque parecía más una pregunta.

—Y cuánto me arrepiento de haberte dicho que sí —comentó por lo bajo, lo que hizo que ella lo mirase indignada, aunque él estaba haciendo flexiones. Hyesoo se sentó frente a él que levantó por un momento la cabeza y la miró confundido—. ¿Qué te sucede ahora?

—¿Y por qué has aceptado?

—Porque creí que podrías dejarme en paz si lo hacía, ya que, cómo ves, jamás voy a tratarte bien.

—Yo creo que vas a hacerlo pronto.

—Qué buena confianza, pero lamento decepcionarte.

—¿Debería cambiar algo?

—Lo mentirosa no se puede cambiar. Eso solo puedes mejorarlo.

Hyesoo escuchó a Jonghyun gruñir mientras seguía con las flexiones, pero no podía creerse para nada sus palabras y que le molestara tanto lo que había hecho por Jungkook. Pues, ella jamás había querido mentir, pero él se lo pidió por su familia, y por el miedo a no ser aceptada, como también de hacer molestar al pelinegro, decidió aceptar.

—Ya te dije porqué lo hice.

—Y yo ya te dije que no te creo. Además, ¿acaso no te gustaba disfrutar de nuestro dinero?

—¿Qué?

—Sé que Jungkook te daba obsequios —soltó una risa amarga—. ¿O acaso ese vestido costoso te lo compraste tú? ¿Por cuántos años debiste juntar dinero?

Hyesoo, al escucharlo, se levantó completamente indignada al pensar en que no sabía absolutamente nada de su vida, pero aun así le hablaba de esa forma. Deseaba poder golpearlo en ese momento, mientras que Jonghyun sonrió satisfecho.

—Te gusta humillar, ¿no es así?

—Oh, ¿te humillé? —preguntó con una sonrisa socarrona.

—Te gusta atacarme por mis mentiras, que fue a pedido de tu hermano, pero ¿tú qué? —inquirió molesta.

—¿De qué hablas?

—Todo lo que se dice ti, Jonghyun —respondió entre dientes—. ¿Tú podrías cambiar las mierdas que se dicen de ti?

Este al escucharla sintió su sangre hervir, por lo que se levantó bruscamente colocándose frente a ella, la cual tuvo que levantar la cabeza para verlo. Su cabello rizado estaba desordenado, su flequillo llegaba a pegarse en su frente por el sudor de su rostro que también estaba enrojecido, sus orbes oscuros intensos le gritaban que corriera, pero ella no era capaz de moverse.
El pecho del pelinegro subía y bajaba por su respiración pesada, la cual chocaba contra el rostro de ella por la gran cercanía. La castaña aunque sentía sus latidos acelerados por el miedo, no iba a demostrárselo.

—¿Por qué carajos te has acercado a mí si sabes lo que se dice? —examinó entre dientes, intentando mantener la calma.

—Prefiero... Prefiero conocerte antes que juzgarte por esas mierdas —respondió con algo de dificultad por el miedo.

—Nadie se acerca a mí por esas mierdas, Hyesoo.

—Pues, yo sí —este no apartaba la mirada de sus orbes almendrados, lo que hacía que sintiera que intentaba descifrarla—. Quiero estar cerca de ti aunque te comportes como un imbécil, Jonghyun.

Quizás, en ese momento, aunque Jonghyun no lo sabía, comenzó a bajar la guardia.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Será que Hyesoo va a lograr que Jonghyun se enamore de él? ¿Qué creen que pase entre Jungsuk y Jimin?

Dijeron en el anterior capítulo que les gustaban los capítulos extensos, así que hoy les traje otro con casi la misma cantidad de palabras JAJSJSJS

Ya quiero publicar el siguiente, les juro que me tiene emocionada por lo que pasa aaaa

Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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