19; FIESTA

𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍 

FIESTA

Jungsuk se encontraba sentado con sus manos colocadas en la cabeza, mientras una de sus piernas se movía de arriba abajo. Intentaba calmar su ansiedad, pero no era posible luego de lo sucedido con su hermano.
Jonghyun tenía uno de sus hombros apoyado en la pared, estaba cabizbajo mordiendo por momentos con fuerza su labio inferior. Y Jaewook estaba a un lado de Jungsuk, apretando por momentos su hombro, dándole así algo de apoyo, ya que imaginaba cómo debía encontrarse al haber estado allí.

El de gafas no podía evitar sentir culpa, porque en cuánto se sintió algo mejor y tuvo la fuerza suficiente para poder levantarse, intentó correr hacia a dónde había visto marcharse a Aeri con Taejoon, y luego a Jungkook. Rogaba poder encontrarlos porque estaba desesperado y con miedo por Aeri, aunque estaba seguro de que Jungkook podría defenderla, pero luego empezó a escuchar unos gritos femeninos pidiendo ayuda.

En ese momento empezó a sentir miedo y apresuró su paso con dificultad, aún con una mano en su abdomen que dolía, preguntándose qué rayos hacía Jungkook que no la había ayudado. Se decía que debió haberlo sabido porque lo veía como un hijo de puta que se preocupaba solo por sí mismo, aunque sintió por un momento que realmente se preocupó por él al verlo en el suelo. Debió esperarse que no la ayudara para nada, lo que hizo que sintiese su sangre hervir, pero en cuanto logró divisarla en un callejón, vio a Jungkook en el suelo, lo que hizo que se acercara desconcertado.

Al ver que este tenía su camiseta blanca manchada de sangre, sintió cómo el miedo lo invadía, por lo que se acercó sin dudar gritando su nombre preocupado. Aeri gritaba que hiciera algo, pero al sacar su celular no era capaz de marcar el número de la ambulancia, por lo que la fémina le arrebató el celular para poder hacerlo.
Jungsuk lloraba desesperado haciendo presión en dónde Jungkook había sido apuñalado, preguntando si no era mejor que sacase la navaja, pero Aeri se lo prohibió. Mientras que Jungkook no era capaz de decir una palabra y tenía su mirada perdida, como también una pequeña sonrisa en sus labios.

Jungsuk como Aeri se sentían desesperados, más por la forma en que este actuaba, pero ella podía notar el miedo en su mirada, mientras que el de cabello ondulado le rogaba que soportara hasta que llegara la ambulancia.

Una vez en el hospital, observando cómo se lo llevaban en la camilla, Jungsuk rompió en llanto completamente asustado, mientras Aeri le daba su apoyo. Este llamó a su padre que se encontraba con Jonghyun en una cena de negocios, por lo que al saber que llegarían en cualquier momento, le pidió a la fémina que se marchase. Pues, no quería que ellos la vieran, y además, le echaran la culpa de lo que le sucedió a su hermano. 

En cuanto el Doctor les informó que la navaja no había llegado a tocar ningún órgano, que había sido lo mejor que no la sacaran, y Jungkook se encontraba fuera de peligro, todos se sintieron aliviados. Jonghyun y Jaewook abrazaron a Jungsuk, el cual rompió en llanto, sintiendo cómo el miedo se esfumaba por completo.

Una vez que les permitieron entrar, el primero que se dirigió hacia dónde estaba Jungkook en la camilla, fue Jungsuk, que no dudó ni un momento en correr hacia él para abrazarlo. El pelicorto se sorprendió por un momento, pero soltó una risotada débil a la vez que correspondía a su abrazo, soltando un gemido de dolor llevando una mano a su abdomen vendado.

—Gracias a Dios estás bien —dijo con un hilo de voz, cerrando los ojos con fuerza e intentando no romper en llanto—. Perdóname, por favor, perdóname.

—Ya sabía que ibas a estar bien, porque cómo dicen, "hierba mala..." —Jonghyun no terminó de hablar porque Jungkook conectó su mirada con la de él, demostrándole su indignación, lo que hizo a todos reír hasta a Jungsuk que rompió el abrazo—. Me alegra que estés bien, hermanito —mencionó acercándose a él para darle un pequeño abrazo y luego desordenar su cabello—. No vuelvas a darnos un susto así.

Jungkook asintió riendo, pero llevó la mano a su abdomen gimiendo de dolor, para luego mirar algo confundido a Jonghyun al darse cuenta que llevaba un traje ceniza y mechones de su cabello detrás de sus orejas, dejando caer su flequillo desordenado por su frente. Observó a su padre dándose cuenta de que llevaba un traje oscuro y su cabello corto echado hacia atrás. Pero al darse cuenta cómo se acercaba, le hizo desviar la mirada por los nervios de pensar cómo lo reprendería por seguir dándole problemas.

Quizás esta vez sería en la que ya no soportaría más y lo mandara lejos junto a su madre.

—Ya, no le hagan reír que le hicieron puntos —les recuerda Jaewook, por lo que ambos asintieron mientras que Jungkook lo miraba confundido, hasta que este le dio un abrazo y dejó un beso en la coronilla de su cabeza. El de piercings estaba realmente sorprendido, pero se sentía demasiado bien y cálido con su manera de actuar—. Estábamos preocupados por ti. ¿Te sientes bien?

—S-sí —murmuró aún mirándolo sorprendido.

—Gracias por defender a tu hermano—sonrió, y Jungkook miró a Jungsuk que presionó los labios bajando la cabeza.

—Tenía que hacerlo.

—No te preocupes que Taejoon pagará lo que les hizo, principalmente a ti —alzó una ceja—. No permitiré que nadie se atreva a dañarlos. No perderé a ninguno de ustedes. Vengan aquí.

Jungsuk y Jonghyun se acercaron, el primer mencionado algo dudoso, pero envolvió con uno de sus brazos a Jungkook y el otro a su padre que abrazaba a Jonghyun también. El de piercings se sentía realmente bien en ese abrazo familiar, sentía que habían olvidado todos sus errores y que lo querían, por lo que un nudo se formó en su garganta.

En ese momento, Jungkook se juró que cambiaría, pero esta vez de verdad, sin ningún juego de por medio.

Necesitaba hacer las cosas bien.

—Bien. Debo encargarme de Taejoon —informó rompiendo el abrazo, Jaewook—. ¿Me acompañas, Jonghyun?

—Claro. Vamos, papá.

—Tú te me cuidas mucho, ¿sí? —dejó otra vez un beso sobre la coronilla de la cabeza de Jungkook, que sonrió asintiendo seguidamente como si fuese un niño.

—Yo pasaré la noche aquí para cuidarlo
—informó Jungsuk.

—Me parece bien. Cuídate tú también, y llámame cualquier cosa —Jaewook se acercó a Jungsuk para dejar un beso en su sien, por lo que este intentó reprimir la sonrisa.

Jonghyun le dio un pequeño abrazo a Jungkook, para luego chocar sus puños mirándose con una sonrisa. El mayor antes de salir, apoyó la mano en el hombro de Jungsuk, pidiéndole que le escribiera, en lo que estuvo de acuerdo el de gafas.
Cuando estos salieron, Jungsuk suspiró acercándose a la camilla para sentarse a un lado de este, apoyando la mano en su pierna mientras que Jungkook seguía observando hacia la puerta arrugando la frente.

—¿Por qué estaban vestidos así? —preguntó desconcertado.

—Estaban en una cena, ya sabes. No te dijeron nada para que no te enfadaras —explicó haciendo una mueca, y Jungkook suspiró intentando ignorar el hecho de que su padre siguiese presumiendo a Jonghyun, como si no tuviese dos hijos más—. ¿Te sientes bien?

—Sí. Tranquilo.

—Gracias por lo que hiciste.

—No tienes que agradecer. Eres mi hermano, Jungsuk, y te protegeré, aunque a veces no nos soportemos. Además, quiero cambiar, pero esta vez hablo en serio —confeso sintiendo su rostro arder, por lo que al notar su pequeña sonrisa, rodó los ojos—. No digas nada.

—Pero esta vez no solo me protegiste a mí, sino a alguien más —aclaró sin poder borrar la sonrisa—. ¿Lo ves? Debes dejar salir esa buena persona que eres y que escondes. Yo creo que realmente puedes cambiar.

—Olvida eso —murmuró jugando con sus manos y observando el techo como si eso fuese interesante. Podía sentir la mirada de Jungsuk, y sabía que estaba sonriendo, pensando en que tenía razón que había algo bueno en él, pero en su cabeza solo aparecía algo... O alguien—. ¿Y Aeri? ¿Está bien?

—Claro. La salvaste de ese imbécil, sino quién sabe lo que le hubiese hecho —respondió molesto—. En verdad, gracias, Jungkook.

—Ya, deja de agradecer.

—Está bien —soltó una ligera risa levantándose, pero luego bostezó.

—Recuéstate en el sofá y descansa.

—Pero debo cuidarte...

—Estoy bien, y además, yo soy quien cuida de ti... porque eres el menor —al decir lo último, Jungsuk sonrió aliviado porque no quería que tocara el hecho de que era el débil—. Descansa.

Jungsuk le obedeció bajándose de la camilla para echarse tranquilamente en el sofá, pero cuando iba a cerrar los ojos sintió su celular vibrar en el bolsillo de su chaqueta, por lo que lo sacó para ver de quién se trataba.

—¿Ya quieren saber de mí? —preguntó burlón al pensar que podía ser su padre o Jonghyun.

—Oh, no son ellos. Es Aeri —aclaró con una sonrisa.

—Deja de sonreír así —ordenó molesto.

—Hay algo que debo contarte —comentó sentándose para poder verlo, sonriendo emocionado.

—No quiero saberlo.

—Aeri...

—Dije que no quiero saberlo.

—Aeri y yo somos novios —confesó pasando de sus palabras.

—¿Acaso eres sordo? —arrugó el rostro—. Dije que no quería saberlo.

—¡Ella me quiere, Jungkook! —ignoró nuevamente sus palabras y sonrió—. Aeri me quiere.

—Felicitaciones. Ahora debes ver si logra quererte más de un día porque eres demasiado complicado —habló rodando los ojos, pero al notar cómo este borró la sonrisa y parecía perderse en sus pensamientos, suspiró—. Ya, es broma. Es bueno que... Que estés con alguien. No lo sé. Papá va a sentirse orgulloso.

—¿Tú crees? —Jungkook asintió—. Aún no quiero que la conozcan.

—¿Por qué? —este desvió la mirada, tragando con dificultad sin responder—. Dime una cosa, Jungsuk.

—¿Qué?

—¿En verdad la quieres? —examinó alzando una ceja—. ¿O solo lo haces porque te recuerda a ella?

Jungkook pudo notar cómo se tensaba y empezaba a jugar con sus manos pellizcándose, lo que hizo que soltase una risa amarga. Desde que la había visto por primera vez, pudo darse cuenta de que tenía ciertos rasgos parecidos, por lo que rápidamente comprendió porqué Jungsuk se había encaprichado con ella.

Aún no podía olvidarla. Eso era demasiado evidente.

—P-por favor, no la nombres —pidió intentando mantener la calma, aunque su respiración se volvió pesada.

—¿Por qué? ¿No crees que en algún momento deberíamos hablar acerca de lo que pasó?

Jungsuk, al escucharlo, se tensó porque no quería por nada en el mundo recordar lo sucedido, mientras que Jungkook pensaba en que podía ser un buen momento. El de gafas, al sentir cómo el celular vibraba en sus manos, hizo a un lado sus pensamientos para concentrarse en los mensajes que estaba recibiendo.

—¿Qué sucede? —preguntó curioso al verlo arrugar su rostro.

—Y-ya vuelvo. Espérame.

—Pero...

Jungkook no pudo terminar de hablar porque Jungsuk salió rápidamente, lo que le hizo suspirar y rodar los ojos.

—Claro. Déjame solo, total soy yo el que debe cuidarte siempre —murmuró molesto.

Su mirada volvió al techo, perdiéndose nuevamente en sus pensamientos al recordar todo lo sucedido al despertar. ¿Realmente quería cambiar? Esa pregunta se repetía una y otra vez, pero es que desde que se había derrumbado con Jonghyun, sintiendo cómo todo estaba mal, cómo estaba realmente agotado, no dejaba de pensar en si había una forma de cambiarlo todo.

Y ahora al estar en ese hospital, ver la preocupación de su familia, sintió que podría haber algo bueno para él, a pesar de toda su mierda. Podría haber algo que le hiciera darse cuenta de que valía la pena seguir allí, aunque a veces algo de lo que escondía, lo destrozara por dentro.

Jungkook seguía pensando, sintiendo cómo sus párpados empezaban a pesar, pero la puerta se abrió llamando su atención. Esperaba ver el cabello ondulado y algo largo que le llegaba a sus mejillas a su hermano, pero al ver uno liso y largo de mujer, frunció el ceño.

Al encontrarse con aquellos ojos marchitos, sintió cómo se estremecía, mientras que ella cerraba la puerta tras su espalda, para luego acercarse insegura jugando con sus manos.

—Hola —su voz salió débil.

—Ho-hola —al darse cuenta que titubeó, carraspeó la garganta—. ¿Qué haces aquí?

—Jungsuk me había pedido que me fuera porque vendrían su padre y hermano, pero... Pero me di cuenta que aún tenía las llaves de tu coche, así que... me quedé allí —explicó nerviosa mientras él la miraba confundido.

—¿Mi coche?

—Es que... nosotros vinimos en tu coche, y tuve que conducir. Lo siento si te molesta saber...

—No... No lo hace. Está bien.

—Me quedé allí hasta que los vi salir, así que le pedí a Jungsuk que me dejara entrar para... verte —confesó sintiendo su rostro arder por su mirada intensa.

—¿Verme?

—Necesito agradecerte por lo que hiciste, aunque sé que no fue por mí, pero...—suspiró al sentir tanta tensión y cómo la temperatura parecía haber aumentado por los nervios—. Pero necesitaba poder hacerlo porque me... Me salvaste. De cierta manera, lo hiciste.

Jungkook estaba realmente sorprendido por sus palabras, y cómo parecía intentar luchar contra sí misma para desaparecer esos nervios. No sabía qué decir al respecto, mucho menos cuando ella se acercó lo suficiente y apoyó la mano sobre la suya. Sin esperarlo, la tomó dándole un pequeño apretón que le permitía sentir lo cálida y suave que era.
Este no podía dejar de observar aquellos orbes marchitos, cómo parecían estar siendo realmente sinceros, mientras que ella notaba un pequeño brillo oculto entre ese vacío.

—En verdad, gracias, Jungkook —dijo con suavidad, y una pequeña sonrisa tímida se asomó en sus labios.

—N-no tienes que agradecer.

—Claro que sí. Nadie hubiese hecho lo que tú, porque ni siquiera me conoces, y por más que te lo haya pedido Jungsuk, pudiste haberlo ignorado —aclaró dándole otro pequeño apretón o quizás fue Jungkook el que lo dio sin darse cuenta, pero ella sonrió tímida otra vez—. Eres una buena persona, Jungkook.

Estaba boquiabierto y quería decir algo al respecto, pero sintió cómo los esponjosos y rosados labios de Aeri se posaban en su mejilla, lo que hizo que sintiese como si el oxígeno abandonara sus pulmones. La vio volver a sonreírle y hacerle una pequeña reverencia, antes de girar para salir por la puerta, mientras aún boquiabierto llevaba la mano a su mejilla donde ella había depositado el beso en forma de agradecimiento.

Jamás en su vida alguna chica había hecho algo como eso, ya que siempre las  utilizaba para follar, porque no soportaba el hecho de imaginarlas como algo más. Simplemente con Hyesoo se había dado la oportunidad, y solo fue porque quería que su padre pudiese notar algún cambio en él, lo cual no funcionó.
Siempre que ella había intentado demostrarle cariño, este se había sentido tan incómodo que acababa evitándolo. Era algo que no podía soportar, detestaba el contacto, pero aquella pelinegra lo había tomado por sorpresa y no sabía cómo sentirse al respecto.

Sus forma de verse, palabras, como aquel beso quedaron dando vueltas por su cabeza.
















(...)













Los días pasaban con una gran rapidez, tanto así que Jungkook ya se encontraba más que bien. Jungsuk cada vez le daba más confianza a Aeri, por lo que estaban demasiado bien y él se sentía cada vez más hechizado, olvidándose completamente de lo demás porque solo quería poder seguir avanzando junto a ella.
Mientras que Jonghyun seguía concentrado en su entrenamiento con Hyeongjun, y tomando poco a poco algo de confianza con Hyesoo. Ella estaba algo frustrada porque se daba cuenta de que le tomaría demasiado tiempo, aunque él hablaba más, pero mantenía siempre su distancia y ni siquiera solía contestarle los mensajes. El que no buscara tampoco una excusa, la desesperaba, porque era realmente sincero con su desinterés acerca de ella, llegando hasta decirle que lo había leído, pero no sintió ganas ni obligación de contestarle.

En eso se preguntaba, entonces, cómo había sido capaz de besarla aquella tarde, pero no llegaba a ninguna conclusión que tuviese sentido. No comprendía aún cómo llegar de alguna manera a él, por lo que intentaba pensar algún plan con Jimin, pero este tampoco parecía querer ayudarla porque aún le tenía miedo a los rumores acerca de Jonghyun.

Con el tiempo que fue pasando y el pago que recibía el padre de Hyesoo, pudieron mudarse a un departamento más grande y cómodo. Jaesang al tanto escuchar hablar de Jonghyun por parte de su hijo, como también por parte de Hyesoo, y el hecho de sentirse aún agradecido con él, decidió decirle a Hyeongjun que lo invitara a cenar.

Hyesoo esa noche se sorprendió demasiado de verlo llegar, hasta se había robado por completo su atención. Pues, Jonghyun llevaba su cabello rizado con su flequillo cayendo por la frente, una camisa blanca, pantalones negro con cinturón y zapatos.
Este estrechó la mano con Jaesang, el cual parecía muy alegre de que se haya presentado, mientras Hyeongjun estaba a un costado con una gran sonrisa, el cual ya lo había saludado porque fue quién le abrió. Jonghyun al verla se acercó con su semblante serio, mientras ella tragaba con dificultad, pensando que no se había arreglado para nada para la ocasión, pero trataba de pensar que al menos había alisado su cabello y se había maquillado un poco.

Hyesoo y Hyeongjun colocaron rápidamente la mesa, mientras Jaesang conversaba con Jonghyun, y la fémina no podía evitar sorprenderse al escucharlo hablar y verlo sonreír.
Se preguntaba si solo estaba fingiendo por su padre, pero Hyeongjun también solía hablarle de ese Jonghyun, por lo que se decía que quizás ella no le agradaba lo suficiente.

El pelinegro cuando cenaban, por momentos podía sentir la intensa mirada de la castaña que estaba sentada en frente, pero la trataba de ignorar lo más que podía. Conversaba con Jaesang, como también con Hyeongjun, lo que hacía que Hyesoo se frustrara al sentirse invisible, así que empezó a escribirle a su mejor amigo pidiéndole consejos al respecto.

Los minutos siguieron pasando, hasta que acabaron de cenar, por lo que Hyesoo se encargó de preparar café para todos. Cuando colocó la taza frente a Jonghyun, este le agradeció, por lo que ella le sonrió falsamente provocando que la mirase desconcertado.
Aun así, cuando ya todos tenían su taza y estaban sentados en los sofás, Hyesoo escuchaba con atención la conversación.

—Oh, Jonghyun es muy bueno en el boxeo. Lo he visto en el ring, papá —comentó con emoción, Hyeongjun—. Tendrías que haber visto cómo le ganó a un idio... Perdón.

—Ya, es mentira —habló algo incómodo, Jonghyun.

—¡Claro que no! Hasta me enseña a mí.

—Lo he notado. Estás más grande, hijo —mencionó riendo señalando sus hombros.

—Pero no le enseño solo boxeo. Eso es algunas veces —aclaró Jonghyun, por si llegara a molestarle.

—Ojalá fuera siempre. Cuando salimos a correr, no aguanto más de dos minutos, pero él me obliga a seguir. Aun así, Jonghyun me entrena muy bien.

—Pues, si eres tan bueno podrías también entrenarme a mí, ¿no crees? —intervino llamando su atención la fémina, provocando que este se tensara.

—No entreno mujeres. Lo siento —hizo una mueca.

—¿Por qué? ¿El entrenamiento no es el mismo? —cuestionó inclinándose hacia adelante.

—Es demasiado intenso. Podrías hacerte daño.

—Yo creo que Hyesoo podría hacerlo. Además, sería emocionante tenerla con nosotros —opinó el adolescente con una sonrisa.

—Bueno, luego continúan hablando del entrenamiento —habló Jaesang, lo que alivió a Jonghyun—. Yo debería ir a descansar porque trabajo muy temprano.

—Oh, está bien. En ese caso, es hora de que me marche.

—No, ¿cómo cree, joven Jonghyun? —se levantó del sofá—. Puede quedarse aquí el tiempo que quiera. Hyeongjun está muy feliz con su visita. Quédense hablando sin preocupaciones —habló palmeando su hombro y este se levantó—. En verdad, estoy muy agradecido de que me haya ayudado con su padre para que me acepte en la Empresa.

—No tiene nada que agradecer. Si lo aceptó, y a día de hoy está bien con su trabajo, es porque es demasiado eficiente en la Empresa.

—De todas maneras, gracias, muchacho—sonrió estirando su mano.

—Gracias a usted por invitarme a cenar
—le devolvió la sonrisa aunque más pequeña, y estrechó su mano.

Jaesang se despidió de Hyesoo, dejando un beso en su frente y se acercó a Hyeongjun palmeando su hombro, para luego marcharse a su habitación. La tensión apareció para Jonghyun y Hyesoo, pero Hyeongjun comenzó a hablarle, por lo que la fémina decidió levantar las tazas para dirigirse a la cocina.

No podía evitar preguntarse qué era lo que estaba haciendo mal para sentirlo tan distante, cuando la realidad era que pensaba más de tres veces sobre qué decir porque sentía que cualquier cosa podría hacer que se distanciara sin dudarlo. Al acabar de lavar las tazas, escuchando la voz y risa de su hermano, se acercó a la sala.

—Entonces, ¿todo está bien en el instituto? —preguntó Jonghyun.

—Sí. Es decir, recibo alguna que otra burla como empujones, pero ya nada de golpes —comentó alegre.

—Son unos idiotas.

—Pero ya, quería hablarte de Minah...

Hyeongjun quiso seguir hablando, pero Jonghyun miró a su costado encontrándose con los orbes almendrados de Hyesoo, lo que la hizo tensar y que entrara mientras el adolescente la miraba algo desconcertado.

—Ya debo irme —informó Jonghyun.

—Te acompaño...

—No, yo lo hago —lo interrumpió la fémina, por lo que su hermano la observó algo sorprendido, pero luego sonrió.

—Está bien. Te veo mañana, Jonghyun.

—Y ve preparado para entrenar. No importa que sea sábado y quieras descansar —apuntó con el semblante serio, pero este soltó una ligera risa.

—No te preocupes. No me quejaré —estrechó sus manos.

Hyeongjun, al voltear, observó con picardía a su hermana, la cual rodó los ojos decidiendo ignorarlo mientras este se dirigía a su habitación. Hyesoo se encontró con la mirada de Jonghyun, el cual caminó hacia la puerta para abrirla y salir sintiendo cómo la brisa fresca provocaba que se estremeciera.

—¿La pasaste bien? —preguntó la fémina al salir y cerrar la puerta tras su espalda.

—Claro. Jaesang es un hombre muy interesante y agradable. Ahora sé a quién salió Hyeongjun —comentó asintiendo.

—¿Y yo, qué? —inquirió alzando una ceja, lo que hizo que soltara una risa amarga.

—Tú sigues siendo una mentirosa para mí, Hyesoo —contestó sin morderse la lengua, por lo que ella lo miró indignada.

—¿En este tiempo no cambió nada para ti? —intentó ignorar la rabia que se estaba instalando en ella.

—No.

—Pues, tú sigues siendo un idiota.

—¿Solo tienes eso?

Hyesoo podía sentir la burla en su mirada y cómo parecía disfrutar de notar que estaba intentando mantener la calma, por lo que desvió la mirada, mordiéndose el interior de su mejilla a la vez que se cruzaba de brazos.

—Ya, mañana si quieres puedes acompañarnos a Hyeongjun y a mí con el entrenamiento —mencionó sorprendiéndola.

—Pero dijiste...

—Aprovecha que cambié de opinión, Hyesoo —ella rápidamente obedeció y asintió emocionada, lo cual decidió ignorar—. Estoy cansado, así que me iré de una vez. Descansa.

—Tú igual, Jonghyun.

Ella observó cómo este caminaba hacia su coche, lo que hizo que se tensara al recordar rápidamente lo que había hecho allí con Jungkook, dándose cuenta que se refirió a que era de Jonghyun. Sintió cómo un cosquilleo recorrió su vientre, por lo que empuñó las manos tratando de olvidarlo, más que nada cuando notó cómo Jonghyun, antes de subir, dirigió su mirada a ella.

La fémina intentando fingir no estar pensando en cómo folló con Jungkook, levantó la mano moviéndola mientras una gran falsa sonrisa se dibujaba en sus labios. Jonghyun al verla rodó los ojos, para luego subirse al coche, intentando reprimir una sonrisa.

A veces no comprendía cómo parecía tener tanta intensidad en ella, al igual que su hermano, y cómo otras parecía estar completamente agotada de todo. Pero debía admitir que le gustaba aquellos momentos de intensidad, más que nada cuando la hacía molestar y no era capaz de esconderlo. Algunas veces, simplemente, le gustaba molestarla mostrándose tan desinteresado sabiendo que eso la desesperaba.

















(...)















Las cosas en el tiempo que fue pasando fueron mejorando para todos, como la relación entre Jungsuk y Jungkook. Y era tanto así, que ahora se encontraban en una fiesta, lo cual era demasiado para el menor, ya que hacía mucho tiempo que no iba a una.
Pero eso no era lo más sorprendente, sino el hecho de que Aeri estuviese también con ellos.

Horas atrás, cuando Jungkook y Jungsuk quedaron completamente solos, viendo una película mientras cenaban, el pelicorto recibió un mensaje donde lo invitaban a una fiesta. Este lo dudó por un momento, pero ya estaba más que bien, por lo que observó algo dudoso a Jungsuk, ya que no quería dejarlo solo. Además, estaban llevándose muchísimo mejor, hasta conversaban sin discutir, lo que llegaba sorprender demasiado a Jonghyun y a Jaewook, pero aún así, dudaban del gran cambio de Jungkook.

Cuando lo invitó al de gafas, este quiso negarse, pero Jungkook acabó logrando convencerlo. Quería pasarla bien junto a su hermano, quería lograr aunque sea un pequeño cambio en él porque sentía que se encerraba demasiado.
Al aceptar se emocionó, pero cuando este dijo de invitar a Aeri, sintió cómo la inquietud se instalaba en él. Quiso negarse, pero sabía que si le pedía que ella no fuese, entonces, Jungsuk se echaría para atrás.

Una vez que estaban en la fiesta, Jungkook se frustró cuando Jungsuk y Aeri desaparecieron de su vista, ya que sus amigos se acercaron para saludarlo sorprendidos de que haya aceptado. Pues, venía rechazando las anteriores luego de lo que le sucedió, pero ellos no tenían porqué saberlo. Este se encontraba en el jardín trasero, donde había grupos de personas bebiendo y conversando animadamente.

Jungkook bebía conversando animadamente con su grupo de amigos, ya hasta había perdido la cuenta de cuánto llevaba, pero se sentía demasiado bien así. Era como si el tiempo que llevaba sin salir, le hubiese hecho olvidar por completo lo bien que se sentía estando algo ebrio.
En ese momento se había olvidado de todo lo que podría joderle, por lo que se reprochaba por haber dejado de salir para cuidarse.

—Ya, tengo una idea —habló llamando la atención de todos, Hoseok.

—¿Cuál? —preguntó Hoeun. Este era un joven alto, cuerpo fornido, cabello castaño algo largo, tez pálida como la porcelana, orbes cafés, labios esponjosos.

—Verdad o atrevimiento —respondió con una sonrisa de picardía.

—¿El tiempo en que no estuve, volvimos al instituto o qué? —inquirió burlón, Jungkook.

—No puedes negar que es divertido —mencionó Jisung.

—Ya, ¿jugamos o qué? —Hoseok los observó interrogante con una sonrisa, y todos asintieron a excepción de Jungkook, pero al sentir las miradas, rodó los ojos dándose por vencido.

Un año atrás cuando salían de fiestas, solían jugar a algún que otro juego así. El favorito era este porque podían confirmar varios rumores, como también divertirse con los atrevimientos, pero luego de unas cuantas peleas decidieron dejar de hacerlo. Así que, al ahora volver a jugarlo los emocionaba de gran manera, mientras que Jungkook estaba desinteresado.

—Hoseok, ¿verdad o atrevimiento? —preguntó Sangnam. Este era un joven rubio, de estatura alta, robusto, ojos cafés y labios delgados, que siempre se mostraba demasiado intenso.

—Empecemos tranquilos, así que, verdad.

—¡Yo tengo una! —habló emocionado, Jisung, por lo que lo miraban atentos a excepción de Jungkook que los ignoraba concentrándose en su botella de cerveza —. Hoseok, ¿es verdad que en la fiesta de Dereck, Hoeun y tú se besaron?

—¡¿Qué?! —preguntó escuchando cómo los demás murmuraban sobre él, hasta se rieron—. Eso jamás pasó.

—Vamos, sé sincero —exigió Jisung.

—¡Eso no pasó!

—Créanle. Hoseok no es para nada mi tipo —intervino Hoeun, haciendo una mueca de disgusto.

—¡¿Lo ven?! Además, qué asco.

—Homofóbico —murmuró antes de darle un sorbo a su cerveza.

—Jungkook, ¿verdad o atrevimiento? —Jisung dirigió su mirada a él.

—Verdad.

—Qué aburrido —comentó Hoeun, llevándose una mala mirada de su parte.

—¿Es cierto que en la primera fiesta que organizó Hoseok, te follaste a una mojigata en el despacho de su padre? —preguntó con una sonrisa de picardía.

—Quizás. Ya no recuerdo mucho de eso—respondió desinteresado, encogiéndose de hombros.

—Oh, ¡claro que lo hiciste, hijo de perra!

Jungkook soltó una risotada, para luego volver a beber sin prestarle demasiada atención a lo que sucedía en el juego, porque tampoco era como si quisiera seguir allí. Pero, no veía a su hermano salir en ningún momento, por lo que pensaba que debía estar pasándola bien.

—Hoeun, ¿verdad o atrevimiento? —preguntó Jisung.

—Atrevimiento.

—¡Tienes que darle un beso a Jungkook! —exclamó emocionado, Sangnam.

—¡¿Qué?! —Jungkook los miró sorprendido.

—Vas a sentir mis labios, precioso —dijo con una pequeña sonrisa, Hoeun.

—¿Qué carajos? Cambien de atrevimiento porque él no va a besarme en su jodida vida —espetó Jungkook.

—Oh, vamos, ¿de qué tienes miedo? —se acercó burlón—. ¿De terminarme pidiendo que te folle?

—¡Apártate, idiota! —exigió empujándolo, haciéndole saber que estaba molestándose—. ¡No te atrevas a acercarte a mí!

—¡Sangnam! ¡Jisung! —apuntó con la cabeza hacia Jungkook, por lo que estos obedecieron rápidamente tomándolo de los brazos, mientras Hoseok riendo tomaba su celular para poder filmar el momento.

—¡¿Qué carajos hacen?! ¡Suéltenme! —ordenó enfurecido a la vez que forcejeaba, pero estos eran más grandes que él y tenían más fuerza—. ¡Suéltenme, maldición!

—Solo será un besito o si quieres puede terminar pasando más. Solo tienes que rogarme, amor —dijo seductor, inclinándose hacia adelante.

—¡Que me suelten, carajo! ¡Suéltenme!

Jungkook luchaba con todas sus fuerzas, cegándose por el miedo, por la ira, por el dolor, tanto así que los de su alrededor no sabían qué hacer. Quienes lo sostenían de los brazos, se miraron entre sí asustados, ya que pelicorto gritaba con su rostro enrojecido con una vena marcándose por su frente por la fuerza que hacía, mientras que Hoseok dejaba de reír para pasar a mirarlo preocupado.
Jisang tanto como Sangnam, estuvieron de acuerdo en hacerlo caer al suelo, pero eso pareció empeorarlo aún más.

Jungkook sentía su garganta arder, pero eso no le impedía seguir gritando porque el miedo lo estaba invadiendo por completo. Las lágrimas recorrían sus mejillas, estaba enloqueciendo, tanto así que empezó a golpear su cabeza contra el suelo, aún intentando liberarse del agarre.

Todos miraban aquella situación atónitos, como algunos con miedo, sin ser capaces de intervenir.

—¡¿Qué le sucede?! ¡Está realmente mal de la cabeza! —exclamó mirándolo aterrorizado, Hoeun.

—¡¿Qué carajos hacen?! —gritó una voz femenina, llamando la atención. Se acercó rápidamente, colocándose frente a Jungkook que parecía seguir sin reaccionar, gritando y llorando, aún forcejeando y golpeando su cabeza una y otra vez—. ¡Suéltenlo! —ordenó, pero estos la miraban inseguros—. ¡Que lo suelten, carajo!

Sangnam y Jisang miraron inseguros a Hoeun, el cual aunque estuviese asustado, asintió con la cabeza, por lo que estos lo soltaron alejándose rápidamente. Jungkook sollozó desconsoladamente llevándose las manos a su pecho, sin ser capaz de mirar a su alrededor.

—¡¿Tú qué diablos haces filmando?! —apuntó a Hoseok que bajó rápidamente el celular al reaccionar.

—Tranquilízate, carajo. Somos sus amigos —intervino Hoeun.

—Vaya, qué amigos de porquería —escupió mirándolos de pies a cabeza con disgusto—. ¡Váyanse de aquí! ¡Largo!

Al escucharla gritar, algunos grupos de personas se sobresaltaron, pero no dudaron en obedecerle, aunque Hoseok, Hoeun, Jisang y Sangnam, dudaron un poco antes de hacerlo. No podían dejar de observar a Jungkook, ya que jamás lo habían visto de esa manera, por lo que no comprendían qué había sucedido con él para que reaccionara así porque estaban divirtiéndose.

Aeri observó que quedaron pocas personas, las cuales disimulaban intentando ver, pero tampoco podría esperarse que todos obedecieran. Decidió pasar de ellos al no conocerlos para nada, ya que la mayoría que habían estado allí, entraron.
Observó afligida a Jungkook, el cual estaba tembloroso abrazándose a sí mismo, mientras sollozaba lleno de rabia, de dolor, de vergüenza.

A paso inseguro, ella se colocó en cuclillas frente a él, apoyando su mano en su hombro.

—Hey, Jungkook, ya se fueron —dijo con suavidad—. Soy yo. Aeri.

Este aún sollozando, levantó un poco su rostro permitiéndole observar su frente lastimada después de haberse golpeado tanto contra el suelo, y sus ojos inyectados de sangre. Su rostro estaba enrojecido con una vena marcándose en su frente y también empapado, tanto de sudor como de lágrimas.

—Hice que se fueran. Estamos solos.

—P-por favor... sácame de aquí... Por favor —pidió con un hilo de voz.















(...)

















Jungsuk al ver cómo los amigos de Jungkook se acercaban a él, y conociendo lo "idiotas" que podían llegar a ser, decidió tomar del brazo a Aeri para entrar a la casa mientras observaba cómo su hermano era arrastrado por ellos hacia el jardín.
Pudo notar que este parecía incomodo y rogarle que hiciese algo, pero no era capaz de llamar la atención de ellos sabiendo que podían llegar a molestarlo. Y además, se convenció que solamente era producto de su imaginación.

Jungkook si la pasaba bien con ellos, ¿por qué preferiría estar con Aeri y él?

Al entrar sintió cómo la temperatura pareció aumentar rápidamente, el olor a nicotina como a marihuana inundó sus fosas nasales, por lo que hicieron una mueca de disgusto. Decidió intentar ignorar eso mientras Aeri se aferraba a su mano para poder pasar entre las personas, sin saber hacia dónde ir.
Miraba a su alrededor sin conocer absolutamente a nadie, quizás se le hacía más complicado por el hecho de las luces eran de colores, y eso no les permitía visualizar bien a las personas.

En eso, chocó bruscamente contra el hombro de alguien, lo que le hizo gemir de dolor, pero al girar su cabeza se encontró con aquel rubio de ojos mieles que provocó que toda su atención se pusiera en él. Podía sentir su corazón brincar de emoción, mientras una gran sonrisa se dibujaba en su rostro.

—¡¿Jungsuk?! —una sonrisa se dibujó también en su rostro, y Jungsuk soltó la mano de Aeri, para así corresponder a su abrazo—. ¿Qué diablos haces aquí?

—Oh, ¿no te agrada verme? —preguntó inseguro.

—¡¿Qué cosas dices?! ¡Claro que sí! —aclaró rápidamente—. Es solo que a ti no te gustan las fiestas, por esa razón no te he preguntado si querías venir conmigo.

—Pues, tienes razón, pero Jungkook me invitó.

—Me alegra que lo haya hecho —admitió con una sonrisa observándolo fijamente lo que hizo que Jungsuk se sintiera enrojecer, pero volteó a ver hacia atrás donde estaba Aeri que jugaba con sus manos y mirando a sus lados.

—No vine solo, al contrario, vine con ella —mencionó tomándola nuevamente de la mano, mientras que este al verla, borró su sonrisa sintiendo que la desilusión lo invadía.

—Hola —saludó animada, moviendo su mano en forma de saludo.

—Hola —su semblante se mantenía serio, pero luego observó a Jungsuk, intentando ignorar la punzada en su pecho—. Por cierto, yo estoy con Taemin y Juwon. En cuanto los vuelva a ver, te los presentaré.

—Perfecto.

—Vengan, tenemos que beber algo.

Jungsuk observó con una gran sonrisa a Aeri, la cual intentó devolvérsela, pero no se sentía para nada cómoda allí porque no le gustaba ese tipo de ambiente, ya que le recordaba a cuando conoció a Taejoon. Aun así, se mantuvo al lado de Jungsuk mientras que Jimin se acercaba a una barra para servir bebidas en los tres vasos.

—Yo... Yo no bebo —comentó Aeri, observando el vaso que le daba Jimin.

—Es solo un poco. Yo tampoco lo hago —le dijo Jungsuk, por lo que ella asintió tomando el vaso.

—Brindemos por este encuentro —habló Jimin mirando a Jungsuk con una sonrisa.

Este se la devolvió y brindaron mientras que Aeri no supo qué hacer hasta que los vio llevarse el vaso a los labios, por lo que los imitó, pero al darle un pequeño sorbo y sentir cómo parecía quemar su garganta, hizo una mueca de disgusto. No era capaz de beber mientras observaba cómo Jimin y Jungsuk acabaron su vaso, el primer mencionado hizo una mueca y el segundo arrugó su rostro y sacó su lengua haciendo reír al rubio.

—Yo no puedo acabarlo —dijo la pelinegra, llamando la atención de ambos.

—No te preocupes —Jimin tomó el vaso, para acabárselo con rapidez, lo que sorprendió a ambos.

—Vaya, bebes... bien —soltó una ligera risa, Jungsuk.

—Pues, tú hoy serás mi compañero —mencionó pasando el brazo por sus hombros, mientras que este lo miraba algo sorprendido por la cercanía.

—Y-yo no soy de beber más que una copa de vino, Jimin.

—Hoy cambiaras eso... Por mí —llevó la mano a su barbilla y le guiñó el ojo, por lo que Jungsuk desvió rápidamente su mirada sintiendo su rostro arder, agradeciendo que por las luces de colores no pudiese verlo.

Taemin y Junwo se encontraron nuevamente con Jimin, por lo que este se los presentó. Agradeció al notar cómo pareció agradarles Jungsuk, el cual estaba algo sorprendido por el hecho de que actuaran tan agradables con él.
Parecía que a ellos no les importaba cómo era su forma de ser ni de lo que hablara porque se reían absolutamente de todo, quizás por el hecho de que estaban embriagándose.

De todas maneras, se estaba sintiendo realmente cómodo y hasta aceptaba los vasos que le entregaba Jimin.
Bebía junto a él, no sin antes brindar cada vez que tenían un vaso nuevo, lo que les hacía reír. Aeri iba sintiéndose con cada minuto más incomoda, pues parecía que Jungsuk llegaba a olvidarse de ella, hasta que le pidió bailar, ya que todos estaban haciéndolos.
Jungsuk al ver a Jimin bailar, le hacía dar ganas de bailar con él, pero sabía que Aeri estaba allí, por lo que debía bailar con ella para que no se sintiese excluida.

—¿Sabes? —habló Jungsuk, acariciando su cabello, lo que llamó la atención de ella—. Creo que deberías teñirte de rubio.

—¿Qué? —soltó una risa por la confusión.

—Te quedaría muy bien.

—Jungsuk, creo que ya estás muy ebrio.

—¡No! ¡Para nada! —aseguró rápidamente—. Deberías hacerme caso y teñirte de ese color.

Aeri decidió pasar de sus palabras al creer que debía encontrarse ebrio, mientras Jungsuk seguía acariciando su cabello, pensando en ella.

Jungsuk al ver a los demás bailar, le pidió a Aeri, pero le dijo que debía buscar el baño, por lo que este quiso acompañarla a lo cual ella se negó. Jungsuk comprendió rápidamente y observó cómo se alejaba, pero al sentir unos toques en su brazo, vio que Jimin estaba frente a él con otro vaso, lo que le hizo olvidar por completo de la fémina.

—Hasta el fondo —habló Jimin, y este soltó una risotada, para luego asentir.

Brindaron cómo hacían con cada vaso nuevo y empezaron a beber rápidamente. Jungsuk sintiendo cómo la bebida se le escapaba por los lados, por lo que al acabar, pasó las manos por su barbilla, escuchando a Jimin reír al notarlo.

—Vas a embriagarme, Jimin —comentó arrastrando un poco sus palabras.

El rubio mordió su labio inferior al verlo con su cabello ondulado desordenado, sin gafas, con las mangas de sus camisa dobladas hasta sus antebrazos. Esa noche lo veía mucho más atractivo de lo normal, por lo que encendía algo en él.

—Pues, qué bueno, así no sería el único ebrio —se acercó a él, bajando la mirada a su cuello hasta la parte de su pecho que enseñaba por su camisa negra con detalles blancos que llevaba algo abierta por los dos primeros botones. Jungsuk al sentir su mirada allí, la bajó dándose cuenta que la bebida había caído hasta esa parte, por lo que pasó rápidamente su mano—. Eres algo torpe.

—Ya lo sé —respondió al conectar sus miradas.

—Me encanta —sonrió provocando que sus ojos se cerraran, por lo que Jungsuk no pudo evitar también sonreír, pero cuando este estiró su mano lo miró confundido—. Quiero bailar contigo.

Jungsuk no era para nada de bailar, pero el hecho de haber bebido, más el verlo bailar anteriormente, cómo parecía hasta seducir con sus movimientos, hizo que aceptara sin dudar, tomando su mano.
Este sintió algunos empujones al pasar entre las personas, pero se acomodaron entre ellos, Jungsuk, por primera vez, sin sentirse incómodo al estar rodeado de personas. Y es que no podía evitar concentrarse en la melodía, en Jimin, en cómo este lo miraba de manera seductora y humedecía sus labios mientras se movía al ritmo de la canción.

El pelinegro intentaba también seguir el ritmo, pero se sentía algo inseguro por más que estaba concentrado en él, hasta que el rubio se acercó más con una pequeña sonrisa en sus labios. Jungsuk sentía cómo la temperatura parecía aumentar, cómo su respiración se volvía pesada y la tensión aparecía.
No podía apartar la mirada de sus orbes mieles que lo tenían completamente atrapado, lo estaban haciendo caer, y no sabía cómo desaparecer sus impulsos. Mientras que Jimin mordía ligeramente su labio inferior, intentando concentrarse en los movimientos, pero notaba sus orbes como parecían completamente embobados con un ligero brillo de lujuria.

No sabía si era su imaginación o no, pero sentía que se le estaba dificultando respirar, y que si seguía así, caería en su impulso que podría arruinar todo. Eso provocó que este decidiera darle la espalda, lo cual hizo que Jungsuk se desconcertara, pero al sentir las pequeñas manos de él tomar las suyas y pasarlas por su cintura, no pudo evitar tensarse.

En ese momento, sentía que sus manos fueron hechas para tomar su pequeña cintura, y Jimin se apegó más a él, robándole un jadeo de sorpresa.

—¿E-esto está bien, Jimin? —preguntó inseguro, inclinando su cabeza hacia adelante para hablarle en el oído, siguiendo con los movimientos.

—¿Por qué no lo estaría?

—Porque somos... hombres, Jimin —respondió sintiendo cómo su aroma se colaba por sus fosas nasales, lo que le hacía sentirse más embriagado.

—¿Y eso qué, Jungsuk?

—Nunca estuve así con alguno.

—¿Tú quieres alejarte? —inquirió girando su cabeza para verlo de reojo.

—E-en realidad, no.

—Pues, yo tampoco quiero que lo hagas.

Al escucharlo, sintió algo de alivio, por lo que decidió concentrarse solamente en él y sus movimientos. No pudo seguir evitándolo y enterró la nariz en su cuello, sintiendo cómo este se estremecía por su tibia respiración chocar contra su piel, pero aún así inclinaba su cabeza hacia un lado dándole más comodidad.
Jimin por un momento empezó a bajar moviendo sus caderas, mientras que Jungsuk enterraba los dedos en su cintura, bajando junto a él.

El rubio se sentía completamente embriagado, sus sentidos estaban dispersos por la forma en que lo tomaba, en que pasaba su nariz por su cuello y hasta podría jurar que sintió sus labios húmedos allí. Estaba perdido por Jeon Jungsuk en ese momento, por lo que se apegó más a él escuchándole jadear cerca de su oído.

Quizás no estaba bien lo que estaba haciendo, pero a Jungsuk no parecía desagradarle para nada porque lo apegó más a él. El pelinegro seguía sus movimientos, al igual que Jimin, sin pensar en absoluto en nada más, siquiera en su alrededor porque solo tenía cabeza para él y para lo que estaba provocándole.
En ese momento, sintió su trasero apegarse aún más y eso no le molestaba para nada, al contrario, empezó frotarse sintiendo cómo Jimin llevaba las manos a las suyas.

Jeon Jungsuk estaba deseando a Park Jimin.

—¿Qué estás haciéndome, Jimin? —preguntó con voz profunda en su oído, sin poder evitar jadear.

—¿No te gusta bailar así conmigo? —echó su cabeza hacia atrás.

Jungsuk empezaba a tener pensamientos impuros respecto a Jimin, lo cual hizo que erección creciera y Jimin jadeara al sentirla en su trasero, por lo que volteó a verlo sorprendido. Jungsuk sintió cómo si el oxígeno abandonara sus pulmones, su rostro ardía por la vergüenza, y no sabía cómo actuar al respecto. Simplemente, comenzó a empujar a las personas con sus hombros para salir de allí rápidamente, escuchando cómo este gritaba su nombre.

¡Hola!

¿Qué les pareció el capítilo? ¿Qué creen que pase ahora entre Jimin y Jungsuk? ¿Será que Jungkook y Aeri van a conectar bien?

Perdón por lo extenso, no sé cómo de la nada pasó las 7k palabras. Les juro que intento que no sean tan extensos, pero que aún así, sea una historia corta, y no me sale
Además, de capítulos extensos, creo que va a terminar teniendo más de 30 capítulos cuando yo creía que podía hacerla de 20 JAKSKSKSJ

En fin, espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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