17; AGOTADOS
𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍
❝AGOTADOS❞
Jungsuk salía molesto de su clase de Estadística, intentando reprimir todo lo que llevaba sintiendo desde el día anterior. Quería fingir que todo iba como siempre, quería más que nada ser capaz de poder hacerlo para que nadie de su familia pudiera notarlo. Pero es que llevaba tanto tiempo sin tener personas que le dieran algo de atención, que parecieran tenerle cariño, que ahora que parecía que ya no iban a seguir formando parte de su vida, provocaba que su cabeza fuera un caos.
Al ser una persona altamente sensible y que cualquier cosa pudiese significar el fin, ahora que las personas que más les tenía cariño parecieran ya no querer tenerlo en sus vidas, no sabía cómo ser capaz de aceptarlo.
Quería llorar, quería gritar para sacar toda la ira que se había instalado en su pecho. Quería desaparecer.
Pero, en realidad, el problema no era lo altamente sensible y frágil que podría llegar a ser Jungsuk, sino que la tristeza con la que cargaba lo llevaba a la autodestrucción.
Quizás los trillizos Jeon no eran demasiados parecidos entre sí en cuanto a su manera de ser, pero lo que tenían los tres en común era lo autodestructivos que podían llegar a ser.
No estaba para nada siendo un buen día para Jungsuk, y al parecer eso motivaba a Jungkook que iba también por el pasillo, apenas llegando a la Universidad para dar un examen para el cual no se había preparado demasiado. Al ver a su hermano acomodando sus gafas, cabizbajo, pareciendo estar perdido en sus pensamientos, sonrió acercándose algo sorprendido de verlo solo.
—Hey, Jungsuk, ¿por qué sigues pareciendo estar mal? —preguntó divertido, caminando junto a él aunque su camino era el contrario.
Pasaba que al verlo, le hizo recordar que el día anterior había llegado a la casa demasiado alterado. Jungkook y Jonghyun, los cuales estaban en el sofá, el pelicorto recostado con el celular en sus manos mientras que el pelilargo estaba concentrado en la película o al menos eso fingía, voltearon a verlo notando que su pecho subía y bajaba por su respiración pesada, cómo sus ojos estaban enrojecidos y temblaba intentando contener el llanto.
Por más que insistieron en saber qué le sucedía porque estaban preocupados, solo se apresuró a subir las escaleras, por lo que Jungkook decidió restarle importancia volviendo a recostarse, mientras que Jonghyun se quedó observando, pensando en que quizás debía subir a saber qué le sucedía.
Jungkook le había insistido en que volviera a ver la película, pero el mayor decidió seguir su instinto. Al estar en frente de la habitación de él, tocó la puerta y una otra vez, preguntándole qué estaba sucediéndole, pero solo le gritó que se fuera.
Jonghyun suspiró dándose por vencido y decidió marcharse a su habitación, porque sabía que por más que siguiera allí, no cedería a abrirse.
Y ahora el seguir viéndolo de esa manera, como si siguiera afectado, llamó demasiado la atención de Jungkook.
—Déjame en paz, Jungkook —ordenó por lo bajo.
—¿Te peleaste con tu pequeño grupo de fenómenos? —soltó una ligera risa mientras él empuñaba las manos intentando controlarse—. ¿Qué te hizo el marica y la rarita? ¿Eh? Cuéntame, hermano...
—¡Déjame en paz, carajo! —exigió empujándolo provocando que chocara contra la pared—. ¡¿Qué parte no entiendes?! Solo púdrete, Jungkook.
El de gafas siguió su camino, sintiéndose algo liberado por cómo había actuado con Jungkook, ya que siempre cruzaba los límites, pero sabía que no era solo su culpa sino también la de él mismo por permitirlo. El pelicorto creyó que podría volver a hacerlo, pero lo que no se esperó es que Jungsuk sintiese tanta ira ese día que creía que podría reventar en cualquier momento, sin importarle acabar con todo a su alrededor.
—¡¿Qué carajos me ven?! —escuchó gritar a Jungkook, pero no le importó en lo más mínimo en ese momento.
Jungsuk solo quería esperar a su siguiente clase para marcharse de una vez, porque el pensar en volver a ver Jimin o a Aeri, provocaba que sintiese su estómago revolverse. Aún no podía comprender cómo era que Aeri había decidido de un momento a otro darle un fin a lo que estaban teniendo, cuando él estaba realmente feliz de estar sintiendo por primera vez que algo marchaba normal en su vida y era aceptado.
No comprendía cómo Aeri pasó de besarlo en el hospital a rechazarlo días después como si algo hubiera pasado, como si en realidad nunca hubiera querido dar ese paso con él. Ahora todas las inseguridades estaban atacándolo, sus pensamientos se estaban volviendo oscuros otra vez y se detestaba de gran manera porque se sentía nuevamente insuficiente. Él mismo se producía rechazo. Odiaba todo de él.
Jungsuk de un momento a otro al darse cuenta que parecía estar todo realmente mal, que ya no era capaz de seguir allí, decidió caminar hacia el estacionamiento. Era la primera vez que faltaba a una clase por voluntad propia, pero es que sentía que reventaría en cualquier momento.
Se dirigió a su coche, y al subirse dejó su mochila en el asiento trasero para volver su mirada hacia el frente. Veía a las personas entrar y salir de allí, cómo algunos se encontraban en pequeños grupos.
En ese momento no podía evitar preguntarse porqué no era como ellos, porqué no se sentía así de normal, porqué no podía hacer amigos con esa facilidad, porqué nadie parecía aceptarlo y lo veían cómo un fenómeno.
Estaba agotado.
Un suspiro escapó de sus labios y se cubrió el rostro a la vez que intentaba mantener la calma, pero estaba temblando de impotencia. Una presión se había instalado en su pecho y sus pensamientos oscuros estaban torturándolo.
No quería volver a recaer, no quería volver a lo mismo, pero la voz en su cabeza estaba gritándole de una manera que era imposible ignorarla. Sentía un gran nudo en su garganta y cómo las lágrimas amenazaban con salir, por lo que sacó rápidamente el celular del bolsillo de su chaqueta.
Con sus manos temblorosas buscó el contacto de su madre con la cual llevaba varios días sin hablar. Desde que había tenido aquel accidente estuvo hablando con ella, lo que le hacía sentirse querido, porque le escribía todos los días preguntándole cómo se encontraba y algunas veces hablaban por llamada. Pero de un momento a otro, volvió a desaparecer, aunque él le escribió.
Esperaba impaciente quitándose las gafas para dejarlas en el asiento de al lado y así poder limpiar sus lágrimas, sintiendo cómo estaba siendo incapaz de retener el llanto. Su pecho ardía, se le dificultaba respirar, y al escuchar el buzón de voz tuvo que morder su labio inferior para contenerse, por lo que volvió a intentar llamarla sintiendo cómo la esperanza iba perdiéndose.
Nuevamente volvió a escuchar el buzón de voz, y sabía que ya no podía seguir echándole la culpa al cambio de horario, por lo que un grito de frustración escapó de sus labios.
—¡Púdrete tú también! —gritó enfurecido, lanzando el celular hacia el asiento de al lado—. ¡Nunca estás para mí! ¡Nunca! —golpeó el volante una y otra vez sin importarle estar en el estacionamiento de la Universidad y que pudieran verlo—. ¡Nunca! ¡Nunca! ¡Nunca!
Jungsuk cubrió su rostro rompiendo en llanto sintiendo cómo era consumido por el dolor. No le importaba absolutamente nada, porque cuando las emociones lo atacaban era incapaz de pensar con claridad. Pero al sentir una presencia, bajó las manos, observando hacia la ventanilla donde se encontraba esa persona que hizo que sus latidos se aceleraran.
(...)
Jimin se encontraba en el estacionamiento al llegar a la Universidad. Estaba perdido en sus pensamientos cerrando la puerta del coche, hasta que fue sorprendido por Hyesoo, la cual tiró de un mechón de su cabello haciéndole voltear entre confundido y molesto hasta que la vio.
En eso una sonrisa se dibujó en sus labios al igual que la que tenía ella, y no dudó en darle un abrazo.
Aún por momentos se le hacía algo sorprendente cómo ella había pasado de no decirle más de tres palabras a abrazarlo con cariño y hablarle sobre la mayoría de cosas que pasaban en su vida, pero es que era la única persona de confianza que tenía. Jimin era su único amigo.
Dejó un beso en la coronilla de su cabeza y se separó unos centímetros, observándola con una sonrisa al notar cómo ella lo miraba con ternura y una gran sonrisa en su rostro.
—¿Puedo saber por qué ese buen humor? —preguntó apoyándose en el coche.
—Lo sabrías si hubieras respondido alguno de mis mensajes estos tres días.
—Lo siento —hizo una mueca—. Pasaron algunas cosas, pero cuéntame.
—¿Qué sucedió? —se acercó mirándolo preocupada.
—Después te lo cuento. Dime.
—Adivina quién estuvo el viernes con Jonghyun —dijo con una sonrisa triunfante mientras él abría los ojos a la par por la sorpresa.
—No me digas...
—Exacto. Estuvimos unas... ¿Dos horas? —arrugó levemente la frente, pensando—. Bien, estuvimos demasiado tiempo sentados en las escaleras del edificio que está al lado de la cafetería.
—¿Y de qué hablaron o qué? Cuéntame más —pidió interesado, lo que le hizo reír.
—¿Básicamente? De nada.
—¿Qué? —arrugó el rostro mirándola desconcertado.
Hyesoo luego de la pequeña conversación que tuvo con Jonghyun, se quedaron en completo silencio, observándose por algunos momentos, ya sea porque él la atrapaba mirándolo o viceversa. Pero cada vez que ella lo atrapaba, este negaba con la cabeza como si no se creyera poder estar con ella sin desear humillarla o que se marchara. El silencio no llegaba a ser nada incómodo por más que los minutos pasaban, y él volvió a encender otro cigarrillo, el cual le pasaba por momentos para que ella también fumara.
Algunas palabras salieron de los labios del tatuado, pero ninguno era de hablar demasiado, ya que de parte de Hyesoo no quería para nada que ese momento se arruinara. Mientras que Jonghyun estaba más que nada perdido en sus pensamientos acerca de lo que había sido la sesión con su terapeuta, ya que había logrado remover algunos sentimientos que había reprimido.
—Simplemente, hablamos poco y le dije que ya no me molestaba que sea amigo de mi hermano. Luego hablamos otro poco de él, pero fue más que nada mantenernos en silencio y fumar —explicó haciendo una mueca—. Fue... Cómodo.
—Aún no entiendo cómo pasó de detestarte a compartir sus cigarrillos —comentó riendo—. ¿Y qué piensas de él ahora?
—Yo creo que... puede ser peor que Jungkook.
—¿Y qué planeas hacer? Dijiste que quieres vengarte y necesitas mi ayuda —recalcó—. ¿Has pensado en algo estos días?
—Sí. Tendré que utilizar a uno de ellos, porque a quién sea, Jungkook se volverá loco —sonrió con satisfacción—. Siempre tenía algo malo para decir de ellos, aunque creo que se lleva mejor con Jonghyun. Puede que sea su favorito.
—Aún no entiendo porqué odiaría a alguien cómo Jungsuk —murmuró con la mirada perdida, lo que hizo que lo observara intentando reprimir una sonrisa.
—Tomaré el camino que creo que puede llegar a ser el más fácil —dijo volviendo a llamar su atención, notando cómo la observaba curioso—. Acercarme a Jungsuk.
—¡¿Qué?! ¡No! ¡Claro que no! —exclamó molesto—. No permitiré que utilices a Jungsuk. Él se queda fuera de esto.
—Oye, ¡tranquilo! Era una broma —palmeó su hombro a la vez que reía, por lo que él suspiró bajando la cabeza.
—Lo siento. Es solo que Jungsuk es el único que tiene un buen corazón de ellos, así que no quiero que salga lastimado —explicó más relajado.
—Lo sé. Lo noté cuando nos presentamos. Créeme que fue horrible para mí escuchar la forma en la que el idiota de Jungkook lo trataba —confesó haciendo una mueca.
—Entonces, ¿qué harás?
—No me queda más que acercarme al imbécil de Jonghyun.
—¿Estás segura de esto, Hyesoo? Podríamos dejar la venganza porque, de todos modos, existe algo llamado karma, ¿no crees? —preguntó mirándola algo preocupado por su idea.
—Su karma seremos nosotros, Jimin —aseguró con una sonrisa triunfante—. Bien, más que nada yo, pero tú tienes que ayudarme.
—Pero lo que dicen de Jonghyun...
—Lo sé, pero no hay nada que lo confirme. Haesun pudo haber querido desaparecer y ya. Las personas millonarias suelen hacer cosas extrañas —opinó encogiéndose de hombros—. No lo sé. No quiero pensar en algo así ahora.
—Cada vez que te acerques a él, escríbeme, ¿está bien? —pidió acercándose a ella—. No puedo estar tranquilo si te relacionas con él.
—Dijimos que nos vengaríamos de Jungkook.
—¡Pero creí que harías algo como intentar enamorarlo y luego humillar o una mierda así! —confesó provocando que ella soltara una risa amarga.
—No se puede enamorar a alguien que está vacío por dentro, Jimin.
—Mierda, está bien. Voy a apoyarte en tu plan, pero dime todo lo que harás.
—Perfecto —asintió y al mirar el reloj de su muñeca abrió los ojos a la par—. ¡Tengo clase en diez minutos!
—Ve.
—¿No me dirás que te pasó?
—Es Jungsuk...—murmuró, pero suspiró sacudiendo la cabeza—. Ya no importa. Ve a tu clase.
—Mmm... está bien, pero no te salvarás de contarme luego —aclaró antes de comenzar a caminar.
Jimin la vio marcharse para irse a su clase, mientras que él no podía evitar sentir una inquietud en su pecho al pensar en lo que ella quería hacer. Temía que fuese otra chica que acabara como Haesun, ya que una parte decían que había desaparecido, como otra que Jonghyun había provocado su muerte, y su padre al tener un gran poder, se encargó de encubrir lo sucedido.
Pues, un tiempo después que empezaran su relación, varias personas notaron sus comportamientos. El hecho de que no fuese una relación nada sana, porque algunos podían escucharlos discutir en el pasillo de la Universidad.
Jonghyun siempre había intentado calmar la situación porque podía sentir las miradas, pero Jimin notaba cómo con el tiempo parecía haber ido perdiendo la paciencia.
Recordaba demasiado bien como una de las últimas veces que los vio juntos, antes de empezar las vacaciones, Haesun lo esperaba fuera del salón al haber acabado sus clases. Ella parecía realmente molesta esa tarde, y en cuanto este salió, no dudó en empezar a hacerle un planteo, lo cual no era sorpresa para nadie, pero Jimin jamás olvidaría la manera en la que la tomó del brazo haciéndole chillar. Se la llevó de allí aunque reprochara y le pidiera que la soltara.
Nadie jamás se atrevió a intervenir en esa situación, porque todos habían empezado a temerle a Jeon Jonghyun.
Jimin suspiró pensando que una parte de él rogaba que Jonghyun rechazara a Hyesoo, porque no la quería cerca de él.
Al recordar que ya comenzaría también su clase, decidió caminar, pero mientras lo hacía, miró nuevamente hacia el estacionamiento reconociendo uno de los coches. Al ver que se trataba del coche de Jungsuk, notando que él estaba dentro y parecía estar llorando, sintió su corazón encogerse.
En ese momento se olvidó completamente de todo y decidió acercarse. Una vez que estaba a un lado y se inclinó hacia adelante, viendo por la ventanilla cómo el pelinegro se cubría el rostro a la vez que sollozaba, le dio unos toques a la ventanilla para así llamar su atención.
Pudo ver cómo apartaba sus manos lentamente, para luego observar hacia donde estaba él, notando cómo abría los ojos a la par por la sorpresa mientras sus lágrimas seguían brotando.
Jimin quiso regalarle una sonrisa tranquilizadora, pero le salió más una mueca, y sin dudar, rodeó el coche para acercarse a la puerta del lado del acompañante y subirse, después de que este sacara sus gafas y celular. Jungsuk lo observaba complemente sorprendido, mientras que Jimin giraba a verlo notando cómo sus ojos se encontraban enrojecidos e hinchados, su nariz y mejillas enrojecidas por el llanto.
En ese momento sentía el impulso de limpiar sus lágrimas, de llenar de besos su rostro y abrazarlo, pero simplemente se dedicó a mirarlo.
—¿Q-qué haces aquí? —preguntó con voz débil.
—Estudiamos en la misma Universidad, Jungsuk —contestó divertido, pero desvió la mirada humedeciendo sus labios—. Ya, es broma. Estaba pasando y te vi.
—Qué vergüenza —murmuró limpiando sus lágrimas, pero Jimin apartó su mano para acunar su rostro, por lo que este no pudo evitar mirarlo con sus ojos abiertos a la par.
Jimin sentía su corazón encogerse al verlo de esa manera con su rostro más pálido de lo normal, aunque en partes enrojecido por su llanto. Este pasó los pulgares limpiando sus lágrimas que seguían brotando por más que él no quería. Notaba una cierta desesperación en sus orbes oscuros y brillantes, pero no podía descifrar de qué podría tratarse. Eso hacía que sintiese demasiada curiosidad, aunque sabía que era mejor no tocar el tema en ese instante porque no quería que volviese a derrumbarse.
Seguía observando hechizado cada centímetro de su rostro, su nariz enrojecida, sus labios que estaban entreabiertos y que humedeció, lo que hizo que un impulso apareciera. El solo hecho de pensar en hacerlo, provocó que sus latidos se aceleraran y no pudiera evitar tensarse, mientras que Jungsuk no apartaba la mirada de sus orbes mieles, de la forma en la que miraba sus labios.
Jungsuk en ese momento se sentía pequeño, débil ante él, y una voz en su cabeza le gritaba que aquella cercanía no era suficiente.
Su colonia se colaba por sus fosas nasales, haciéndole sentirse embriagado por Jimin. Sentía la delicadeza con la que limpiaba sus lágrimas, y se detestaba por no poder hacer que dejaran de brotar, pero en ese momento no podía controlar el gran dolor que estaba sintiendo. Y no era capaz de ignorar cómo su corazón se sentía pesado por el rubio, lo que le llenaba de miedo.
—¿Por qué fuiste a mi departamento el viernes? —preguntó conectando sus miradas, lo que hizo que Jungsuk sintiera cómo su estómago se revolvía.
—T-te necesitaba, Jimin —respondió con voz débil.
—Entonces, ¿por qué te fuiste? —arrugó levemente la frente por el desconcierto.
—No quería molestarte.
—¿Por qué ibas a hacerlo?
—Estabas con tu novio.
—¿Novio? —soltó una ligera risa—. Él no es mi novio, Jungsuk.
—Lo que sea.
—¿Y por qué no contestaste mis llamadas? Te escribí estos dos días —habló bajando nuevamente la mirada a sus labios, ya que Jungsuk por los nervios mordía ligeramente su labio inferior.
—No lo tenía conmigo.
—No tienes que mentirme —dijo en un un murmuro casi inaudible.
—N-no me he sentido bien —confesó con un hilo de voz.
—¿Por qué? Deberías haberme dicho para estar contigo —volvió a conectar sus miradas, por lo que Jungsuk respiró hondo sintiéndose temblar—. ¿Qué sucedió?
—Aeri.
Jimin al escucharlo y ver sus orbes cristalinos nuevamente, se tensó, lo que hizo que lo soltara y Jungsuk sintiese cómo el vacío volvía a invadirlo. En ese momento necesitaba de la calidez de Jimin, aunque cómo estaban anteriormente no llegaba a ser suficiente, pero llevaba tiempo sintiendo que la cercanía que tenía con él no le bastaba, y no comprendía el porqué hasta hace un momento.
Un sollozo escapó de los labios de Jungsuk, por lo que bajó la cabeza cubriéndose los labios.
—¿Qué pasó con ella?
—No me quiere, Jimin. Ella no me quiere.
—¿Qué? ¿Cómo no podría quererte? —preguntó desconcertado.
—No soy suficiente. Nunca lo soy.
—No digas eso, por Dios —reprochó envolviéndolo en sus brazos, por lo que este apoyó la cabeza en su pecho aferrándose a él—. Claro que eres suficiente. Lo eres para cualquiera.
—No es así. Todos siempre prefieren a mis hermanos. A Jungkook —dijo provocando que Jimin se tensara y cerrara los ojos por un momento.
—Pues, yo te quiero a ti, Jungsuk.
Este al escucharlo sintió su alma vibrar, por lo que se separó unos centímetros para ver su rostro, mientras limpiaba sus lágrimas y sorbía su nariz.
—¿Lo dices en serio? —preguntó con una pequeña sonrisa por la ilusión.
—Claro que sí —sonrió ayudándolo a limpiar sus lágrimas—. Ni Jungkook ni Jonghyun son de mi agrado. La vez que nos conocimos, me di cuenta que tú al contrario de ellos vales toda la pena del mundo, así que deja de pensar que eres insuficiente.
Jungsuk sintió su rostro arder, por lo que bajó la cabeza provocando que Jimin al darse cuenta de eso, soltase una carcajada por la ternura que le provocaba.
—Tengo una idea —comentó el rubio llamando su atención, por lo que lo miró interesado—. ¿Por qué hoy no fingimos tener tarde libre y nos vamos a otro lugar juntos?
—¿Hablas en serio?
—Sé que tú no eres así...
—Hoy puedo serlo por ti —lo interrumpió sin pensar, por lo que lo miró boquiabierto por un momento, pero luego soltó una risilla.
—¿Quieres que conduzca?
—Por favor.
Jimin volvió a reír ante su pedido y se bajó del coche al igual que él, notando cómo al pasar por su lado este parecía volverse tan tímido, lo que hacía que su corazón se agitara. Pero la mayor parte de él le decía que no se ilusionara, que era todo en vano porque jamás sería correspondido por un Jeon, siquiera por Jungsuk a pesar de lo que se decía de él.
(...)
Jungkook observaba su miembro entrar y salir del interior de la pelinegra. Disminuía su velocidad y por momentos la aumentaba, provocando que ella se aferrara a sus brazos, gimiendo su nombre, sin notar cómo él se encontraba perdiéndose en sus pensamientos intentando buscar el placer.
La fémina estaba envuelta en el placer, escuchando la respiración pesada del pelicorto y el sonido obsceno de sus testículo chocar contra su trasero.
Se decía que debía concentrarse en lo que estaba haciendo, que quizás por eso no podía sentir el placer que le provocaba follar, pero su mente le traía recuerdos oscuros. Al sentir la mano de la fémina bajar por su espalda hasta llegar a su trasero, la apartó rápidamente sintiendo una presión en su pecho. Sin soportarlo más, se salió de su interior provocando que ella jadeara y lo observara desconcertada.
—¿Q-qué...?
—Vete.
—Es broma, ¿verdad? —preguntó riendo amarga.
Él se levantó de su cama quitándose el condón, para así colocarse los bóxers, lo que hizo que lo mirase indignada.
—Jungkook...
—¡Vete! ¡¿Qué parte no entiendes?!
Aquel grito la hizo sobresaltar, por lo que rápidamente se levantó para empezar a buscar su ropa que se encontraba en el suelo. Jungkook caminaba de un lado hacia el otro, pasando la mano por su rostro hasta subir a su cabello tirando de este.
Una presión se había instalado en su pecho y sentía que en cualquier momento explotaría.
No podía creerse haber llegado a la situación de no sentir placer al follar, cuando era una de las pocas cosas que lograban que se distrajera. No por nada siempre buscaba mujeres para hacerlo, y ahora que ella se había acercado a él en la Universidad, buscando seducirlo, no dudó en seguirle aquel juego.
Fue cuestión de cinco minutos para que ella se encontrara en su coche y fuesen directo a su casa, ya que él sabía que nadie —a parte de la servidumbre—, estarían allí. Y podía encargarse fácilmente de que ella no dijese nada al respecto sobre que se atrevió llevar a otra joven allí, a pesar de que lo tenía prohibido.
En cuanto ya estuvo completamente vestida, salió rápidamente de la habitación del pelicorto sin creerse que él haya hecho algo como eso. Siempre hablaban de lo bueno que era follando, pero desde que comenzaron lo había notado demasiado tenso.
Había notado cada beso, cada embestida como si estuviese dudando de todo lo que estaba haciendo, pero no quiso decir nada al respecto, ya que de todas maneras le encantaba Jungkook. Siempre escuchaba sobre él, siempre que podía se perdía mirándolo, y en ese momento solo quería disfrutar, ya que sabía que no volvería a repetirse.
Jungkook sentía cómo con cada segundo se le dificultaba aún más respirar. Era cómo si su garganta se estuviese cerrando, sus latidos estaban acelerados y su visión se había vuelto nublada por las lágrimas retenidas.
Todo estaba siendo demasiado y solo quería poder derrumbarse, pero la puerta fue abierta de forma brusca, lo que hizo que levantase la mirada encontrándose con Jonghyun que parecía realmente molesto.
Este apenas llegaba cuando vio a la joven bajar las escaleras, aún acomodando su ropa, lo que hizo que sintiese su sangre hervir porque eso significaba que Jungkook no se encontraba en sus clases. Había aprovechado el momento que no estaba nadie allí para así meter a una de sus tantas conquistas para follar.
No dudó ni un segundo en subir porque estaba realmente exhausto por la forma de actuar de su hermano, el cual parecía no comprender que su padre cumpliría su palabra si seguía dándole más problemas.
Al entrar y encontrarlo solamente en bóxers negro y con su mirada perdida mientras sus manos estaban sobre su cabello echándolo hacia atrás, solo provocó que se enfureciera más.
—¡¿Por qué carajos sigues dispuesto a darle más problemas a nuestro padre?!
—Jonghyun...—musitó.
—¡¿Qué es lo que quieres?! ¡¿Quieres que te mande lejos?! —preguntó desconcertado—. ¡Si es eso lo que quieres, entonces, solo vete de una vez!
—¡No es eso! ¡No lo es!
—Entonces, ¡¿por qué haces esto?!
—¿Jonghyun...? —su voz salió algo aguda y lo observaba con sus ojos cristalinos, por lo que lo miró confundido hasta que vio el condón usado a un lado de la cama—. N-no... No me siento bien.
—¡Eres un asco, Jungkook! No intentes dar pena con esa mierda como siempre lo haces para que te perdone nuestro padre —habló disgustado—. ¿No te das cuenta? Ya no creemos en ti.
—No es así. No es lo que intento...
—¡Te conozco, carajo! ¡Es lo que siempre haces!
Jungkook al escucharlo rompió en llanto abrazándose a sí mismo, mientras con su espalda se deslizaba por la pared hasta caer sentado. No era capaz de mirarlo porque no soportaba ver su indiferencia cuando se encontraba realmente mal. Estaba siendo atacado por los recuerdos, por sus emociones.
—¡¿Qué es lo que quieres de nosotros?! ¡¿Qué es lo que quieres de mí que haces este papel?! —preguntó frustrado.
—¡Nunca nadie se preocupa por mí! —respondió sollozando apoyando su cabeza en la pared.
—¡¿No nos preocupamos?! ¡¿Quiénes solucionan tus mierdas, Jungkook?!
—¡No lo ven! ¡No lo ven porque nunca les importé! —aseguró sollozando lleno de rabia, cubriéndose con las manos el rostro enrojecido y empapado de lágrimas.
Jonghyun arrugó el rostro completamente desconcertado, porque Jungkook parecía no responder con coherencia. No lograba entenderlo. No sabía en qué momento dejó de hacerlo y se acostumbró a eso, pero ahora estaba realmente cansado de él y de sus mierdas.
En ese momento, deseaba con todas sus fuerzas que su padre pudiese cumplir su palabra sobre mandarlo lejos, porque creía que así podrían estar tranquilos sin preocupaciones.
—¡¿Qué carajos pasa contigo?! ¡¿Qué más quieres de nosotros?! —gritó enfurecido—. ¡Dime qué carajos está tan mal contigo!
—¡Solo quiero morir!
El mayor al escucharlo sintió que era solo una pérdida de tiempo intentar hablar con él, por lo que salió dando un portazo, mientras que Jungkook se dejaba caer por completo en el suelo sollozando de manera desconsolada. Estaba sintiendo cómo era invadido por un gran dolor, como también por la rabia.
Lo que nadie se daba cuenta era de que... Jungkook solo rogaba que en algún momento dejase de doler.
(...)
Jonghyun seguía sintiendo su sangre hervir, había llegado al punto de sentirse que explotaría, por lo que sin pensarlo condujo hasta el edificio donde iba a terapia. El sentirse tan agotado, vacío tanto tiempo, pero que en los últimos días pasaran tantas cosas que removiera sus recuerdos, provocaron que sintiese ganas de soltar todo.
Y en cuanto llegó al edificio, levantó la mirada para verlo, pensando si haría lo correcto porque temía lo que pudiera llegar a suceder, lo que pudiera remover.
La verdad era que, Jonghyun no quería recordar.
No quería hacerlo porque quizás eso lo destruiría.
Así que, luego de quedarse unos minutos allí observando el edificio, decidió dar media vuelta para empezar a caminar, sin pensar en absoluto a dónde se dirigía. Necesitaba despejar su cabeza de alguna manera y sentir la brisa fresca le ayudaba, por lo que encendió un cigarrillo.
Cuando vio el arroyo, se acercó sentándose en el césped, observándolo mientras seguía perdido en sus pensamientos. Quería poder dejar de darle tantas vueltas al asunto, pero siempre era así.
Siempre se perdía en sus recuerdos, tanto buenos como malos y la forma en la fue cambiando transformándose en alguien que no reconocía para nada.
Sentía que todo estaba jodidamente mal, y no solo para él sino también para sus hermanos. En momentos como en el que estaba ahora, deseaba más que nada volver al pasado cuando eran una familia feliz. Cuando contaban con un padre y una madre que le brindaban la atención que necesitaban, y con sus hermanos era unidos como deberían ser ahora que estaban mal. Pero ahora parecía que estaban divididos, que no les importaba para nada la situación en la que estaban, que ya no eran capaces de decirse lo que pasaba por sus cabezas.
No eran capaces de reconocerse, de saber lo que estaba pasando en la vida del otro. No sabían sus peores secretos. Los trillizos se escondían tanto entre sí, que no eran capaces de imaginarlo, ni mucho menos lo que podría desatarse si se descubrían.
Pero por el bien de los tres, era mejor que eso jamás pasara.
Jonghyun al sentir una presencia soltó el humo mientras giraba su cabeza encontrándose con una castaña que se sentaba a su lado, pasándole una lata de cerveza mientras en su otra mano tenía una para ella.
—Creo que la necesitas.
Jonghyun la observó con la frente arrugada, pero para la sorpresa de la castaña, tomó la lata para abrirla y darle un gran sorbo sintiendo cómo refrescaba su garganta.
Hyesoo reprimió su sonrisa abriendo la lata de cerveza para también darle un sorbo.
Observaba con atención la forma en que bebía, cómo vestía completamente de negro y llevaba una gorra del mismo color, mientras su cabello largo rizado caía hacia atrás.
En ese momento en que observaba también su rostro, cómo sus facciones eran más duras, al contrario de Jungkook, cómo su mirada parecía ser más profunda, sintió estremecerse.
Jonghyun se le hacía aún más intimidante que Jungkook. Hasta sentía que debía pensar más de cinco veces qué decir, porque cualquier cosa podría provocar que se marchase o desatar su ira, mientras que con el pelicorto sabía qué era lo que necesitaba en todo momento.
Este giró a verla en un momento, conectando sus miradas, lo que hizo que ella al encontrarse con aquellos orbes oscuros e intensos, sintiese como si sus órganos estuvieran jugando entre sí y que estaba leyéndola con gran facilidad, como cada vez que sus miradas se encontraban y él se la sostenía por más de dos segundos, por lo que estaba realmente nerviosa sin saber qué hacer o decir.
—¿No hay veces que te sientes agotada de tu vida? —preguntó sorprendiéndola, por lo que soltó el aire que no sabía que había estado conteniendo.
—Todo el tiempo —respondió con voz algo débil, y él le dio otro sorbo a su cerveza.
—Ahora mismo solo quiero desaparecer.
—Queremos lo mismo —murmuró algo insegura por no saber si era una respuesta correcta, más que nada cuando lo escuchó reír por lo bajo de forma amarga.
Jonghyun siguió bebiendo la cerveza en completo silencio, al igual que ella que por momentos lo observaba sintiéndose nerviosa por no saber si podría lograr entrar un poco a la vida de este.
Los minutos iban pasando de manera lenta para Hyesoo, mientras que para Jonghyun al estar perdido en sus pensamientos no lo notaba para nada.
Al acabar la cerveza, el tatuado se recostó en el césped, lo que le permitía a ella poder ver mejor su rostro. Rápidamente notó que al contrario de sus hermanos, no llevaba ninguna cicatriz notoria en su rostro.
Este sentía su mirada, por lo que la conectó con la suya, lo que provocó que el estómago de ella se revolviera y desviara la mirada.
Sentía que hasta el oxígeno había abandonado sus pulmones, y se detestaba por haberse dejado atrapar. Carraspeó la garganta mientras se repetía que debía calmarse, y decidió imitarlo recostándose también en el césped, apoyando las manos en el abdomen.
—¿Cómo está Hyeongjun?
—Feliz de que nuestro padre esté con nosotros —respondió y se cubrió los labios para bostezar.
—¿También tienes problemas para dormir?
—Oh, no. En eso no tengo problemas. Lo hago con mucha facilidad, bueno, menos ahora que debo compartir habitación con mi hermano. Él se ocupa todo el espacio en la cama, a veces, llegando a tirarme. Es molesto —contestó rápidamente, lo que hizo que quisiera golpearse a sí misma por hablar tan rápido y de más, como si a él le importara y fuesen amigos.
—¿Compartes habitación con él? —arrugó levemente la frente, algo sorprendido de que así fuese.
—Es que... En el departamento que vivo solo son dos habitaciones —explicó bajando la voz por la timidez.
—Estoy seguro de que tu padre pronto podrá alquilar uno más grande.
—Sí.
Jonghyun suspiró levantando la cabeza, apoyándola sobre su mano para así ver a la fémina que observaba el cielo nublado. Este pudo notar que su rostro estaba algo enrojecido, quizás por la vergüenza, lo que le hizo cuestionarse si acaso él lo había provocado con lo dicho anteriormente.
—No... No quería incomodarte con lo de recién.
Ella giró a verlo abriendo los ojos a la par al notar la cercanía, por lo que tragó con dificultad.
—E-está bien. Tampoco eres tan idiota como Jungkook que me hacía sentir humillada por dónde vivía —soltó una risa amarga al recordarlo.
—¿En serio hacía eso? —preguntó sorprendido.
—Sí. Por eso solo se atrevió una vez a entrar a mi departamento —asintió haciendo una mueca—. Lo detesté demasiado ese día.
—Bueno. No debería sorprenderme —murmuró desviando la mirada—. Pero, de todas maneras, seguiste con él.
—También era una idiota por eso —sonrió a medias.
—Aún no entiendo cómo pudiste tener una relación con él —admitió arrugando el rostro.
—Es que...
—Ya sé lo que dirás —rodó los ojos.
Jonghyun desvió la mirada como si estuviese pensando, mientras que Hyesoo se cuestionaba qué era lo que pensaba él sobre el hecho de que estuviese con Jungkook. Pensaba que, probablemente, por sexo, pero la verdad era que a pesar de que era algo que realmente disfrutaba, ella sentía que había llegado a enamorarse de él, porque recordaba cuando lo vio al botar la basura, cómo había llamado su atención desde esa vez.
—Ya no te desagrado tanto, ¿verdad? —preguntó divertida, llamando nuevamente su atención.
—¿Por qué tan segura de eso? —examinó alzando una ceja.
—Porque estamos hablando bastante —sonrió mientras la observaba fijamente.
—¿Qué haces aquí, Hyesoo?
—Algo tarde tu pregunta, ¿no crees?
—Responde —ordenó con el semblante serio.
—Recuerda que trabajo en la cafetería. Cuando salí, te vi y decidí seguirte un poco —respondió encogiéndose de hombros—. No caminaste mucho.
—En realidad, no iba a eso mi pregunta —aclaró haciendo que ella lo observara desconcertada—. ¿Qué estás buscando?
—¿Por qué buscaría algo contigo? —inquirió frunciendo el ceño.
—Eso deberías respondérmelo tú. No soy idiota, Hyesoo.
Ella tragó con dificultad girando un poco más su cabeza para verlo mejor, sintiendo cómo se veía envuelta por los nervios, ya que temía que pudiese notar sus intenciones.
—¿Está mal que me acerque a ti? —preguntó por lo bajo.
—Sí.
—Pero noto que ya no te desagrado tanto. Además, si fuese así, no me hubieras dejado sentarme a tu lado —respondió intentando ocultar sus nervios—. Yo no creo que esté mal, Jonghyun.
—No me conoces para nada, Hyesoo.
—Pues, entonces, déjame hacerlo.
Jonghyun se sorprendió por un instante, pero observó sus ojos almendrados que parecían tímidos y llenos de inseguridades, como si buscase su aprobación. No comprendía a dónde quería llegar, si estaba hablando en serio o quería algo más.
Observó su piel pálida donde tenía esparcida algunas pecas, sus mejillas sonrosadas, su nariz pequeña y redonda, bajando hasta sus labios rosados esponjosos, los cuales humedeció.
En ese momento, recordaba las palabras de Jungkook, cómo siempre parecía burlarse porque ninguna mujer era capaz de acercarse por los rumores esparcidos.
Sentía cómo el resentimiento volvía a él, porque tenía toda la razón, pero tampoco era como si luego de Haesun deseara estar con alguien más.
Siempre sería ella para él.
Aun así, ahora se encontraba observando cada centímetro del rostro de la castaña que parecía que su respiración se había vuelto pesada. Estaba realmente nerviosa porque notaba su forma de mirarla, por lo que las inseguridades la atacaban. Aquellas inseguridades que le había provocado Jungkook.
Pero para su sorpresa, Jonghyun fue inclinándose hacia adelante acercando cada vez más sus rostros, llegando a que sus respiraciones se mezclaran, por lo que se preguntaba si realmente iba a pasar lo que estaba creyendo. Y de un momento a otro, sintió cómo los delgados labios de Jonghyun se juntaban con los de ella.
Sentía cómo el oxígeno abandonaba por completo sus pulmones mientras que Jonghyun se dejaba llevar por su resentimiento, cuando nunca antes se había atrevido a hacerle algo así a su hermano. Sabía cuan egoísta y posesivo llegaba a ser, a pesar de que solo se metiera entre las piernas de aquellas mujeres, pero no toleraba que nadie de sus amigos se acercaran a ellas, por lo que mucho menos permitiría que fuese uno de sus hermanos.
Sabía que estaba haciendo mal, más que nada por el hecho de que Hwang Hyesoo era la única que había llegado a considerar para que fuese su novia, por lo que si se llegaba a enterar de lo que estaba haciendo, se volvería completamente loco. De todas maneras, en ese momento, Jonghyun no pensaba eso. Solo estaba concentrado en cómo se sentían los labios de Hyesoo sobre los de él, mientras que ella no podía evitar sentirse satisfecha porque eso significaba que su plan estaba funcionando.
Estaba segura de que podría vengarse de Jungkook, porque con ese beso parecía ser que, Jonghyun era un idiota que caía con mucha facilidad.
¡Hola de nuevo!
¿Qué creen que esté ocultando Jungkook que lo tiene así de mal? ¿Creen que Jonghyun caiga tan fácil?
Espero que les haya gustado esta actualización seguida, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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