14; ACCIDENTE
𝐒𝐄𝐂𝐑𝐄𝐓𝐎𝐒 𝐄𝐍𝐓𝐑𝐄 𝐋𝐎𝐒 𝐓𝐑𝐈𝐋𝐋𝐈𝐙𝐎𝐒 𝐉𝐄𝐎𝐍
❝ACCIDENTE❞
Jungsuk al llegar a su casa y ver que no había nadie más que la servidumbre que estaba en la cocina, tomó rápido la mano de Aeri, mientras en la otra llevaba su bolso para que pudieran subir a su habitación. Ambos temían ser vistos, más que nada él que estaba seguro de que si sus hermanos lo veían, no serían capaces de callarse, principalmente Jungkook que parecía querer hacer ver que sus hermanos no eran unos hijos ejemplares, puesto que su padre explotaba por todo en su contra. Y Jungsuk también estaba seguro que si su padre llegara a saberlo, la echaría, porque no era alguien que estaba a su mismo "nivel".
La única joven que había sido presentada fue Haesun, la cual todos creían que era perfecta para Jonghyun. Estaba casi a su mismo nivel económico, era realmente una mujer que dejaba boquiabierta a todos. Daba todo en sus estudios y no dudaba demostrar su inteligencia, una de las principales cosas por las que se enamoró Jonghyun, pero lo que más le enamoró era su forma de ser en privado, lo cual nadie más que él y la tía de ella sabían. Por esas razones era por las que Jungsuk creía que si él presentaba a alguien, debía ser igual que Haesun, por lo que Aeri no sería para nada aceptada por su familia, así que no debería permitir que nadie de ellos la viese.
Al llegar a su habitación, cerró con seguro notando que la tensión empezaba a crecer, pero aún así se encargó de guardar el bolso de la fémina en su armario mientras ella observaba a su alrededor. Le parecía una habitación adecuada para él, aunque se veía mucho más lujosa de lo que esperaba con cuadros de pintura colgados en la pared.
Al ver un sofá con una gran televisión en frente y un mando de videojuegos, no pudo evitar sonreír, pues no se había esperado que le gustara eso, aunque se decía que quizás debió hacerlo.
—No juego tanto como debes estar pensando —aclaró avergonzado sintiendo sus mejillas arder.
—Si tú lo dices.
Jungsuk pudo notar cómo intentaba esconder su sonrisa, por lo que sonrió dando un paso hacia adelante acercándose más a ella, pero unos toques en la puerta llamaron rápidamente la atención de ambos.
—¡¿Joven Jungsuk?! —escuchó la voz la servidumbre detrás de la puerta.
—¿Q-qué sucede? —titubeó acercándose a la puerta.
—Su padre se encuentra abajo junto a sus hermanos y pregunta por usted. Le recomiendo bajar, porque al parecer se encuentra molesto.
—Ahora bajo.
Al escuchar los pasos de la servidumbre alejarse, giró a observar a Aeri que parecía nerviosa.
—¿Crees que sepan que me has traído? —preguntó algo temerosa—. No les gustará, ¿cierto?
—Hey, tranquila. No pensemos en eso —pidió con suavidad, acercándose para tomarla de los hombros—. Iré a ver qué sucede, ¿sí?
—Está bien —asintió mientras intentaba mantener la calma.
—Cuando salga coloca seguro. Al volver daré tres toques para que sepas que soy yo, así me abres.
Jungsuk antes de salir de su habitación, intentó regalarle una sonrisa tranquilizadora, aunque él se encontraba aún más nervioso al conocer perfectamente a su familia y cómo podían llegar a actuar. Rogaba que el enojo que dijo la servidumbre que tenía su padre no fuese porque de alguna manera sabían que Aeri estaba allí con él.
Se preguntaba si uno de sus hermanos estaba allí y no había sido capaz de verlo, qué era lo que había hecho mal.
¿La servidumbre lo vio y había sido capaz de traicionarlo? No quería pensar en eso, ya que sabía que para aquella mujer era su trillizo favorito
Al bajar los escalones sentía cómo se le iba dificultando respirar, pero aún así caminó hacia el despacho de su padre, empuñando las manos al intentar mantener la calma.
En cuanto llegó, vio la puerta que estaba abierta y cómo allí se encontraba Jonghyun suspirando, Jungkook de espaldas, su padre frente al escritorio con las manos apoyadas en este al estar inclinado hacia adelante, y mirando con las facciones endurecidas a sus hermanos.
—¿Sucede algo? —intervino llamando la atención de ellos.
Pasó la mirada uno por uno, hasta que se encontró con la de Jonghyun, notando cómo tenía una herida en su ceja, lo que hizo que se preocupase porque parecía ser que también lo habían golpeado, aunque sabía perfectamente que a diferencia de él su hermano sí sabía defenderse.
—¡¿A ustedes les parece bien tener a mis tres hijos con marcas de golpes en sus rostros?! —preguntó molesto, golpeando el escritorio con sus manos abiertas.
Los trillizos se observaron entre ellos, el hematoma en el pómulo de Jungkook estaba desapareciendo, pero las heridas en los otros dos eran nuevas, por lo que tardarían.
—¡Jungkook sin un golpe en su rostro no es él, lo mío no tiene importancia para nada, pero, carajo, lo de Jungsuk es completamente distinto! ¡Él no sabe defenderse! ¡¿Acaso no puedes actuar como un verdadero padre preocupado?!
—preguntó exaltado, Jonghyun.
—¡Ese imbécil va a volver a atacarlo si no haces algo! —aseguró Jungkook.
—¿Qué rayos sucedió, Jungsuk? —inquirió su padre alzando una ceja.
—Y-yo solo... Es lo mismo de siempre —mintió desviando la mirada.
Jungsuk temía contar cuál fue el motivo por el que lo golpearon, porque si fuese así, tendría que hablar de Aeri, y podrían llegar a sospechar. Además, su padre insistiría en saber de ella y le terminaría prohibiendo que se acercara porque no era lo que él quería para sus hijos.
—¿Por qué mientes? ¡Dile la verdad, idiota! —exigió Jungkook.
—¿Qué está sucediendo? —su padre interrogó, mirando a Jonghyun que soltó un suspiro negando con la cabeza cuando conectó su mirada con Jungsuk, que pudo notar rápidamente que Jungkook le había contado lo sucedido.
—¡Dile a nuestro padre que te han golpeado porque andas enamorado de la novia de ese idiota!
—¡¿Eso es verdad, Jungsuk?! —inquirió, por lo que no era capaz de mirar a ninguno de ellos y negaba repetidamente con la cabeza.
—N-no...
—¿Y ella sí te corresponde? ¡Dime! —indagó pareciendo emocionado, lo que hizo que Jungsuk levantara la mirada sorprendido.
—Espera, ¡¿realmente no te importa lo que acaba de suceder?! —cuestionó indignado, Jonghyun.
—Quiero que me responda lo que acabo de preguntarle.
Jungsuk volvió a conectar la mirada con la de su padre, notando que parecía realmente interesado en saberlo, por lo que tragó con dificultad.
—C-creo que lo hace y por eso él me ha golpeado.
—¡Ese es mi campeón! —exclamó emocionado, acercándose para palmear su hombro—. Estoy orgulloso de ti.
—¿En serio? —preguntó arrugando el rostro sin poder creérselo, a pesar de ver su gran sonrisa de satisfacción.
—Claro que sí...
—¡Papá...! —alzó la voz el pelilargo, pero él levantó la mano haciéndole entender que debía callarse.
—Ya puedes irte, Jungsuk.
—Pero...
—Hazlo. Ahora debo hablar con tus hermanos.
—Está bien —musitó sintiendo las intensas miradas.
Sin más, salió de allí sin ser capaz de mirar a sus hermanos porque sentía que estaban molestos con él, a pesar de que no comprendía exactamente el porqué.
Tampoco podía llegar a comprender la actitud de su padre, que pareciera tan feliz de que haya querido quitarle la novia a Taejoon que fue quién le golpeó, pero suponía que era porque no quería pensar que a él realmente podría interesarle los hombres.
El solo hecho de pensar en eso, provocaba que sintiese una presión en su pecho y su sangre hervir por la rabia, aunque se decía constantemente que no debía molestarle que su padre pensara eso, porque hacía un tiempo que pudo darse cuenta de que sí podía enamorarse de una mujer. Pero la rabia seguía ahí, intentando ser reprimida.
Se dirigió a la cocina encontrándose con Doyeon, la servidumbre que estaba cortando verduras. Ella al escuchar sus pasos, levantó la cabeza abriendo los ojos a la par por la sorpresa y preocupación al ver las marcas en su rostro.
—Cuando escuché a sus hermanos hablando sobre que le golpearon, no quise creerlo, pero así fue —habló acercándose y le acarició la mejilla cariñosamente, por lo que bajó la mirada por un momento, intentando regalarle una sonrisa tranquilizadora—. ¿Se encuentra bien? ¿Le duele, Jungsuk?
—Estoy bien. No tiene de qué preocuparse, en verdad.
—Hacía tanto no le sucedía esto, mi niño —suspiró frustrada—. ¿Qué sucedió? ¿Quiénes fueron los idiotas?
—La verdad ahora no quiero hablar de eso. Quizás luego pueda contarle —hizo una mueca—. Solo vine para pedirle si puede subirme la cena a la habitación.
—¿No comerá con su padre y hermanos?
—No estoy de ánimos. Además, debo estudiar para un examen.
—Está bien. Le llevaré la cena a su habitación.
—Pero sírvame un buen plato, por favor. Hoy tengo demasiado apetito —pidió tímido y sonriendo.
—Así me gusta. Debe comer más porque está demasiado delgado —dijo pasando las manos por sus hombros—. Ya le subiré su plato.
—Gracias, Doyeon.
Este sin más se marchó con una gran sonrisa en su rostro, sintiendo una pequeña emoción al pensar que en cuanto entrara a su habitación podría ver a Aeri.
Mientras que en el despacho seguían sus hermanos realmente indignados con el comportamiento de su padre. Pues, no parecía estar para nada preocupado por el hecho de que hayan golpeado a Jungsuk. Jonghyun parecía el más molesto por la situación, preguntándose si era porque quizás estaba acostumbrado por todo lo que vivió en el instituto cuando ellos dos debían defenderlo constantemente, pero ahora se dificultaba al estar divididos y tener distintos horarios, así no podían estar pegados a él cuidándolo como pasaba antes.
Creían que ya no pasaría nada, ya que en el primer año de Universidad sabían que recibía alguna que otra burla por su manera de ser. La mayoría de tiempo estaba solo y sabían que eso le afectaba, por lo que cada vez que tenían oportunidad pasaban tiempo con él, como Hoseok y Taehyung.
Pero ahora al cambiar todo, a Jonghyun por más que evitó, le preocupaba que estuviese solo, y al saber que tenía un nuevo amigo le tranquilizaba. Ahora se detestaba por no haber podido estar para defenderlo de aquella pelea, pero agradecía que haya estado Jungkook, lo cual le sorprendía demasiado que sí lo defendiera.
—No piensas hacer nada con aquel idiota que lo golpeó, ¿verdad?
—¿Y tú por qué vienes golpeado? —inquirió alzando una ceja.
—Eso no importa.
—A mí sí. ¿Cómo podría llevarte a una cena con esa herida? ¿Crees que se lo tomarían bien? —preguntó mirándolo disgustado de pies a cabeza.
—A Jungsuk no le preguntarás siquiera quién es esa chica, ¿verdad? —soltó una risa amarga, Jungkook—. Te presenté a alguien como Haesun, pero eso no llenó tus expectativas. En cambio, con Jungsuk cualquiera que te presente lo hace.
—¿Realmente crees que puedes mentirme a mí, Jungkook? —soltó una risotada cínica, acercándose a él que tenía las facciones endurecidas—. Eres tan idiota en verdad. Yo sé todo. Absolutamente todo.
Jungkook al notar la burla en su mirada, cómo lo había descubierto sin siquiera decírselo, y ahora lo hacía sentirse completamente humillado, sintió su sangre hervir. Empuñó las manos tratando de contenerse, aunque estaba temblando de impotencia y quería poder seguir sus impulsos por más que arruinara su vida.
—¡¿Por qué no puedes aceptar nada de mí?! ¡¿Por qué en Jungsuk ni siquiera te importa quién te presente?! —reprochó indignado.
—¡Porque no quiero que Jungsuk sea un maldito marica y me avergüence en frente de los demás! —escupió la verdad, sorprendiendo a sus hijos. Jaewook se apoyó en el escritorio llevando la mano a su frente para masajearla al sentirse realmente frustrado con la situación—. Es tan simple como eso. ¿Acaso creen que una verdadera mujer podría fijarse en él por su manera de ser? Siempre tuve miedo de que fuese de esa manera y nos hiciera pasar vergüenza. Es tan retraído, tan...
—Cállate, por favor —pidió por lo bajo, Jonghyun—. ¿Qué carajos importa si le gusta los hombres?
—Para la imagen de la Empresa es demasiado importante.
—Solo te importa tu imagen —chasqueó la lengua.
—¡No! También me preocupo por él. ¿Tú crees que es demasiado fácil porque muchas personas tienen la mente abierta? Pues, en los negocios no es así, hijo —explicó molesto—. Yo no quiero que arruine su vida.
—No...
—Basta, Jonghyun —intervino Jungkook—. Haz alguna de tus mierdas para que ese idiota no vuelva a acercarse a tu hijo si realmente te preocupa. Chae Taejoon está mal y no me sorprendería que golpearlo es lo mínimo que le haga.
—Yo me encargaré de que no vuelva a acercarse a él.
—¿Realmente no te importa quién es aquella chica? —preguntó indignado, Jungkook.
—Solo quiero que me demuestre que hemos estado equivocados con él. No me importa si solo quiere dinero.
—¡¿Y qué hay de mí?!
—¡¿Qué carajos quieres de mí, maldita sea?! —alzó la voz enfurecido, levantándose hasta quedar en frente de él.
—¿Por qué nada de lo que hago te parece bien? —reprochó dolido, sintiendo un nudo en su garganta.
—¡¿Acaso crees que podría sentirme orgulloso de que al fin asentaras cabeza en una mierda, cuando no has hecho más que mentirme?! —cuestiono tomándolo de la camiseta—. Esa chica lo menos que tenía era clase, Jungkook. Jamás, pero jamás podrías mentirme. Yo lo sé absolutamente todo.
—¡Tú no sabes nada! ¡No sabes una mierda de mí! —aseguró empujándolo, logrando zafarse de su agarre—. ¡No sabes nada de nosotros!
—¡Ya basta! —intervino colocándose en medio, Jonghyun.
Jaewoon lo observaba con las expresiones endurecidas, intentando mantener la calma, mientras que Jungkook tenía sus ojos cristalinos y su pecho subía y bajaba por la respiración pesada. Empuñaba las manos conteniéndose para no escupirle toda la verdad que deseaba, aunque moría de ganas por ver su rostro.
—¿Por qué nunca se puede hablar con tranquilidad con ustedes? —preguntó molesto.
—No me interesa hablar con alguien a quien no le importo —espetó con frialdad el pelicorto, acercándose a la puerta para abrirla.
—¡Ve a seguir haciendo tus mierdas que luego tendré que arreglar por ti!
—¡Basta, carajo! —ordenó Jonghyun.
Jungkook salió dando un portazo, mordiéndose la lengua para no seguir gritándole como deseaba para poder descargarse, aunque sentía que era lo que más necesitaba. Al llegar a la sala vio a la servidumbre con una bandeja con comida, por lo que frunció el ceño.
—¿Y eso? —preguntó llamando su atención.
—Oh, es para el joven Jungsuk.
—¿Va a cenar en la habitación?
—Sí, dijo que debía estudiar. ¿Podría avisarle al señor Jeon y a su hermano que ya pueden pasar a cenar?
—No cenaré, así que avísele usted. Yo le llevaré esto a Jungsuk —dijo tomando la bandeja.
—Pero...
—¡Haga lo que digo! —ordenó provocando que la mujer se sobresaltara y obedeciera rápidamente.
Este sin más comenzó a subir los escalones tranquilamente, para luego dirigirse a la habitación de su hermano.
Al estar frente a la puerta, tomó la bandeja con una sola mano para así tocar la puerta.
Pensó que este la abriría rápidamente, por lo que al no pasar, arrugó el rostro apoyando la oreja en la puerta sin poder entender bien lo que sucedía, así que volvió a tocar.
—¡Vamos, abre! ¡¿Qué estás haciendo?! ¡¿Ya llegó la hora para masturbarte?! —preguntó molesto, tocando más fuerte—. ¡Abre de una vez y deja de tocarte, que no me creo nada la excusa de...!
La puerta fue un poco abierta y vio a Jungsuk asomarse con su cabello húmedo, por lo que este al notar que parecía no querer que entrara, empujó la puerta con fuerza abriéndola por completo. Notó como Jungsuk parecía asustado, por lo que entró mirando a sus lados sin entender qué le sucedía para que actuase de una manera extraña.
—¿Por qué actúas tan raro? —inquirió dejando la bandeja en la mesita de noche, tomando el vaso de jugo para darle un sorbo mientras volteaba a verlo. Observó cómo este se acercaba al armario, colocándose en frente jugando con las manos, por lo que alzó una ceja—. ¡¿Qué te sucede?! Actúas más raro de lo normal y eso que ya lo eres lo suficiente, Jungsuk. Das miedo, en serio.
—N-no es nada. ¿Qué quieres?
—Como digas. Tampoco me interesa —rodó los ojos y le dio otro sorbo al jugo—. Ya hablé con el idiota de nuestro padre. Se encargará que ese imbécil que te golpeó ya no se acerque. Le dije lo necesario porque le pedí a Hoseok que lo conoce que me hable de él, así que nuestro padre se encargará de lo demás.
—N-no es necesario...
—¡Claro que lo es! ¡Mírate, carajo! —lo empujó con una mano, provocando que este chocara contra el armario y lo mirara asustado—. No eres capaz de defenderte. Mañana empezáramos a entrenarte junto a Jonghyun. No puedes seguir así de débil.
—Jungkook...
—Lo de tus gafas... No quise actuar así —bajó la voz y desvió la mirada como si se le dificultara hablar sobre eso—. Es solo que la mayoría del tiempo me vuelves loco, así que trata de dejar de ser tan idiota.
—¿Estás disculpándote? —preguntó intentando reprimir su sonrisa.
—Eso solo en tus sueños —respondió con una sonrisa cínica, entregándole el vaso—. Y ya, deja de andar viendo pornografía que está quemándote el cerebro por lo visto.
Sin más, se marchó cerrando la puerta detrás de él, por lo que Jungsuk se apresuró a colocar seguro, escuchando cómo el armario se abría, pero un estruendo lo sobresaltó y escuchó un gemido de dolor.
Volteó rápidamente observando como la fémina estaba en el suelo y frente a ella una caja negra con sus pinturas esparcidas.
—¿Pintas? —preguntó curiosa tomando una de las pinturas en las que podía ver un cuerpo femenino cubierto con una sábana, aunque podía ver uno de sus senos, pero Jungsuk se acercó rápidamente colocándose en cuclillas, dejando el vaso en el suelo, para así arrebatarle rápidamente la pintura y guardar las demás en la caja negra.
—¡No toques mis cosas! —exigió tomando la caja para volver a levantarse y acercarse al armario.
—L-lo siento, no era mi intención...
Jungsuk se colocó en puntillas de pies, para dejar la caja nuevamente arriba y cerrar las puertas del armario. Al voltear, observó cómo ella se levantaba llevando un mechón de su cabello detrás de la oreja, sin ser capaz de verlo al sentirse culpable por haber querido ver aquellas pinturas.
—D-discúlpame. Creo que exageré. Es solo que no me gusta que toquen mis cosas —explicó con suavidad, acercándose tímido.
—Está bien. Ya no lo haré, lo prometo.
—¿Comemos? —tomó el vaso que dejó en el suelo y ella asintió—. Siéntate.
Aeri tomó asiento en su cama, aún sorprendida por su tamaño y lo cómoda que era, mientras que Jungsuk colocó la bandeja en medio de los dos.
—¿Quién era él? —preguntó curiosa.
—Ese es Jungkook. Seguro has escuchado hablar de él.
Aeri abrió los ojos a la par por la sorpresa por un momento, recordando todo lo que solía escuchar sobre él, por lo que decidió no decir nada en absoluto.
(...)
Jungkook se encontraba golpeando la bolsa de boxeo, completamente concentrado sintiendo cómo descargaba toda la ira que lo había invadido el día anterior. Frente a él estaba el pelilargo bebiendo agua, aún con las vendas envueltas en sus manos y Jungsuk estaba sentado en la banqueta, pasando la mano por su frente sudada.
El de piercings comenzó a desconcentrarse al sentir una intensa mirada, por lo que la levantó fijándose en la ventana de la habitación de Jungsuk, notando que la cortina se movía, pero rápidamente pensó que podría tratarse de la brisa que entraba al tenerla abierta. Esa fue razón suficiente para volver a concentrarse en golpear la bolsa de boxeo.
—¿Qué te sucede, Jungkook? —indagó el menor sorprendido por cómo parecía no cansarse.
—Su novia no lo debe dejar follársela —bromeó el mayor, dejando la botella a un lado de Jungsuk.
—¿De qué novia hablas? —inquirió entrecortado por la falta de aliento al seguir golpeando la bolsa de boxeo.
—¡¿Terminaron?!
—¿Realmente creías que Jungkook podía durar más de un mes con alguien, Jungsuk? —negó repetidamente con la cabeza a la vez que presionaba los labios y luego soltó una ligera risa.
—Aunque sea una sorpresa para ti, fue la única que me follé en ese tiempo.
—¿Y por qué terminaron, JK? ¿Te olvidaste que tenías novia y te follaste a otra? —bromeó, lo cual hizo que Jungkook golpeara más fuerte la bolsa y luego se alejara, intentando recuperar el aliento.
—Algo así.
—¿La extrañas? —preguntó Jungsuk, lo que hizo reír a Jonghyun—. Todo te lo tomas a broma. Quizás él realmente estaba enamorándose —reprochó molesto—. ¿No pueden volver?
—No —respondió sin más, quitándose los guantes.
—¿Lo ves? —observó al menor de ellos, sintiéndose triunfante al haber acertado.
—Pero quizás...
—Ya, Jungsuk, no soy estúpido como ustedes.
—Enamorarte no te hace estúpido.
—Mírate tú, golpeado por buscar a una que está con alguien más. Eso... te hace estúpido —dijo alzando una ceja y soltó una risa amarga.
Jungkook sin más entró a la casa dejando a sus dos hermanos solos, lo que hizo que sus palabras quedaran rondando por la cabeza de Jungsuk, que al sentir la mirada del mayor, levantó la suya conectándolas.
—Tiene razón.
—Ya, quizás...
—¿Y cómo es ella? —indagó curioso, tomando la botella de agua que le quedaba menos de la mitad.
—¿Importa? —preguntó incómodo, entrando a la casa, siendo seguido por él.
—¿Te gusta demasiado?
—Sí, pero ya —suspiró girando la cabeza para verlo—. ¿Podemos dejar de hablar de ella?
—Creí que tú eras el más sentimental de los tres —soltó una ligera risa, provocando que deje de caminar.
—¿Y eso qué?
—Que es más fácil para ti hablar de esto.
—Tú al principio hablabas demasiado de ella, así que tú eres el más sentimental.
—Oh, vamos, los tres sabemos que ese eres tú, así que es raro que no digas nada al respecto.
—¿Para qué me gastaría en hacerlo si nadie me creería? —cuestionó alzando una ceja, y Jonghyun desvió la mirada recordando las palabras de su padre.
—Jungsuk, a mí no me interesa en absoluto eso.
—Sabes que sí.
—No. A ti parece importarte demasiado.
—Claro que lo hace porque no han dejado de molestarme con esa mierda —escupió molesto y subió los escalones rápidamente.
—¡Jungsuk, vamos!
Este lo ignoró completamente, caminando a la vez que se dirigía a su habitación con las manos empuñadas. Sentía demasiada rabia en su interior, como también unas intensas ganas de llorar, de descargarse, pero no sabía qué era lo que le molestaba en realidad, porqué había dicho todo aquello cuando nadie había tocado ese tema.
Detestaba no comprender a fondo cómo se sentía.
Estaba confundido y agotado de su patética situación en la que se había metido por actuar estúpidamente, siguiendo sus impulsos. Sin más, al estar frente a la puerta, tocó, pero al no recibir respuesta alguna, la abrió sorprendiéndose de que no llevase seguro.
Una vez dentro y que cerrara con seguro, escuchó el sonido de la ducha, por lo que comenzó a caminar de manera lenta e insegura hacia la puerta.
Se preguntaba qué era lo que estaba haciendo, porque sentía que no era para nada correcto, pero recordar las palabras de sus hermanos y de su padre lo hacían actuar de manera impulsiva para asegurarse de que estaba bien consigo mismo, por lo que tomó el pomo de la puerta, abriéndola de manera lenta.
El vapor golpeó su rostro al asomar la cabeza, por lo que cerró los ojos por un momento, pero cuando su vista se fue aclarando pudo divisar su cuerpo desnudo. Aeri estaba dándole la espalda, mientras enjuagaba su cabello y este recorrió su cuerpo desnudo con la mirada a la vez que tragaba en seco.
Dio un paso hacia adelante abriendo más la puerta, dispuesto a seguir sus impulsos porque los recuerdos de esa tarde comenzaban a invadirlo.
Quería más que nada entrar, quitarse la ropa y meterse junto a ella en la ducha, pero al reaccionar se detuvo observándola boquiabierto.
Sin más, el miedo volvió a invadirlo por lo que salió rápidamente de allí cerrando la puerta tras su espalda sin importar que ella pudiese escucharle.
Debía buscarle un lugar para que ella pudiese quedarse antes de que cometiera otra estupidez.
(...)
Jungsuk durante el camino fue tranquilo, intentando de que conversaran. Pues, el tener a Jimin allí en el asiento trasero hacía que se sintiese cómodo por más que este no hablara como normalmente lo hacía, lo que hacía que Aeri y Jungsuk hablaran más.
En cuanto llegaron al edificio, Jimin fue el primero en bajar con el bolso en su mano, mientras que Jungsuk le regaló una sonrisa a Aeri, la cual se la devolvió antes de que ambos bajaran y él tomara el bolso que llevaba el rubio, que lo observó aunque este no lo hiciese para nada y volteara sonriente acercándose a la pelinegra.
—Vamos —dijo animándola, por lo que ella asintió.
Comenzaron a caminar hacia la entrada del edificio, y Jungsuk saludó al de seguridad, dirigiéndose hacia el elevador siendo seguido por ambos.
—Era el cuatro, ¿verdad? —le preguntó por lo bajo a Jimin que asintió desviando la mirada desinteresado.
Sentía en todo momento la mirada atenta de Aeri, como también su timidez, pero a la vez emoción, y él no podía evitar relajarse al pensar que ya no la tendría cerca todo el tiempo, lo que provocaba demasiado sus nervios. Pues, intentaba poder ser menos tímido con ella, hasta sentía que su confianza en esos días había crecido demasiado.
Ella hablaba más con él, la notaba más cómoda, pero no disfrutaba tenerla todo el tiempo allí, aunque a la noche al dormir en el sofá mientras la pelinegra ocupaba la cama, no podía dejar de verla hasta que caía en un profundo sueño.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, los tres salieron caminando por el pasillo y Aeri miró ambas puertas con el ceño fruncido, hasta que Jungsuk se acercó a la treinta y cinco.
Introdujo la llave y al abrirla permitió que ella pasara primero, observando sorprendida el lugar.
Tenía sala, comedor y cocina compartido. Era un departamento pequeño, pero se veía algo lujoso, lo cual la tenía encantada aunque sentía que era demasiado para ella.
—Jungsuk, no sé qué decir...
—¿Te gusta? —preguntó entrando.
—¡Me encanta! Pero esto es demasiado. No podría pagarlo.
—¿Dije que tenías que hacerlo? No tienes que preocuparte por eso.
—Pero...
—Tú ahora preocúpate por estar bien, y cuando puedas hacerlo, podrás encargarte de pagar este lugar —habló tranquilo, acercándose más a ella, la cual no pudo evitarlo y lo abrazó. La envolvió entre sus brazos sin poder evitar sonreír al sentir cómo su aroma a flores se colaba por sus fosas nasales—. No te preocupes por eso, ¿sí?
—Gracias, en verdad. Has hecho tanto por mí...
—Jimin me ayudó a conseguirlo, ¿no es así? —giró su cabeza a verlo, cómo se encontraba con una expresión seria, mirando a su lado con una mano en uno de los bolsillos de su pantalones. El rubio al escucharlo, lo observó.
—Algo así.
—Gracias a ambos —sonrió tímida, y Jimin solo asintió con la cabeza, intentando sonreír, aunque le salió más una mueca torcida.
—Tienes que ver la habitación y el baño.
—¡Cierto!
—Por cierto, me encargué junto a Jimin de comprarte lo necesario para que puedas comer por unos días...
El rubio aún al frente de la puerta, observó cómo se dirigían a la habitación mientras conversaban animadamente y la escuchaba agradecerle. No quería estar allí, pero durante la mañana había ayudado en lo necesario a Jungsuk, ya que se le había hecho imposible al escucharlo tan rogante y tierno por la llamada.
Los minutos fueron pasando y notó como Jungsuk parecía pendiente del celular, por lo que no pasó mucho cuando se despidió de ella, la cual volvió a abrazarlo, provocando que Jimin sintiese cómo su estómago se revolvía sin entender el porqué, pero agradeció demasiado que pudiese marcharse junto al pelinegro luego de tan solo decirle un "adiós" a Aeri.
El tiempo que pasaron dentro del elevador vio a Jungsuk que no podía dejar de sonreír, guardando las manos en los bolsillos de chaqueta blanca con rayas negras que llevaba. Se mantuvo en silencio y serio, pensando en que por primera vez estaba detestando pasar tiempo con él.
—¿Te sucede algo? —preguntó cuando caminaban hacia su coche.
—¿Por qué preguntas?
—Porque no has hablado como de costumbre, ni me has sonreído, quizás —respondió aunque sonó más como una pregunta.
—Solo... No he tenido un buen día, ¿está bien? —explicó quedando frente él que presionaba los labios.
—¿Puedo ayudarte en algo? —lo miró preocupado, deseando que pudiera decirle que sí porque lo haría sin dudarlo.
—No, está bien. Tampoco sé qué es lo que me sucede. Necesito pensarlo con tranquilidad.
—Está bien, pero puedes escribirme. Lo sabes, ¿cierto?
—Sí, claro que lo sé —recalcó soltando una risilla. Jungsuk al verlo no pudo evitar sonreír, por lo que Jimin al notarlo y conectar sus miradas, sintió sus mejillas arder.
—Me gusta cuando sonríes. Sigue haciéndolo más seguido, por favor —pidió sin pensar, lo que hizo que este abriera los ojos la par por la sorpresa.
—¡Jungsuk, basta! —exclamó golpeando su brazo al sentir su rostro arder, pero él desvió la mirada avergonzado—. De todas maneras, ¿qué harás ahora?
—¿Por qué lo preguntas?
—Porque quizás podríamos beber algo, ¿qué te parece?
—Me encantaría, pero recibí un mensaje de Jonghyun y está esperándome junto a Jungkook —respondió notando cómo hacía una mueca, desviando la mirada.
—Está bien. ¿Me dejas en mi departamento o debes volver rápido?
—Primero te dejaré. No importa que se molesten porque me tarde.
Jungsuk estaba disfrutando de que Jimin estuviese volviendo a la normalidad donde se robaban sonrisas y algún que otro sonrojo, aunque seguía sorprendiéndose de que pudiera hacer sonrojar a alguien como el rubio. Pues, sentía que al contrario de él, Park Jimin era alguien demasiado seguro de sí mismo, como también demasiado atractivo que sabía cómo ser atrevido a la perfección, por lo que no se esperaba que él siendo tan tímido pudiera lograr algo así, pero cada vez que pasaba sentía ganas de volver a hacerlo.
(...)
El sonido de los motores de los coches podían escucharse en aquella carretera. Jonghyun llevaba una sonrisa en su rostro al ver cómo estaba ganándole a Jungkook, ya que él antes de que salieran de su casa había alardeado que les ganaría a ambos. Iban tranquilamente observando por momentos a Jungsuk, el cual iba detrás de en su motocicleta, hasta que de un momento a otro pasó por medio de ambos coches, sorprendiéndoles.
Hacía demasiado tiempo no hacían algo como eso, pero en todas Jungsuk siempre perdió porque no era algo que le gustara, por lo que no podían esperarse que este se mostrase tan interesado en ganarles. De todas maneras, aquella tarde les había sorprendido que Jungsuk quisiera utilizar la motocicleta de Jungkook, pero aceptaron.
El pelicorto fijó su vista en él que llevaba un casco negro, y sin más comenzó a acelerar dejando atrás a Jonghyun.
El mayor ya no era para nada su competencia, solo tenía ojos para Jungsuk.
No podía perder contra el débil de ellos.
Eso era lo que se repetía en su cabeza una y otra vez, endureciendo sus facciones. Observó por el espejo retrovisor cómo llevaban varios metros de distancia con Jonghyun, y volvió a mirar a Jungsuk girando el volante para cambiar de carril, pero para su sorpresa su hermano hizo exactamente lo mismo.
Volvió a intentarlo una vez más, llevándose la misma sorpresa, lo que hizo que apretara el volante hasta que sus nudillos se volvieran blancos.
Jungsuk jamás podría ganarle.
Se decía a sí mismo sintiendo su sangre hervir, más que nada al ver el puente, el cual habían dicho anteriormente que era su meta.
¿Cómo quedaría él que había alardeado tanto con que les ganaría y resultó ganador Jungsuk? ¿Por qué tenía que ser él?
Sabía que una carrera era solo una estupidez y habían quedado en que el ganador decía lo que debían hacer los otros dos, pero no podía soportar la sola idea de que justamente él fuera el ganador.
Detestaba a Jungsuk, y en ese momento más que nada, porque, además, empezaba a recordar la razón de su resentimiento.
Él no podía volver a ganarle...pero lo hizo.
Jungkook vio cómo Jungsuk giraba para volver al haber llegado al puente que estaba ubicado por encima, pero sin pensarlo ni un por segundo, actuando por su impulso, aceleró.
El impacto fue inmediato. Pudo observar como Jungsuk rodaba llegando al césped, mientras la motocicleta quedó en el carril.
—Oh, mierda...—murmuró sorprendido, abriendo los ojos a la par a la vez que apretaba el volante.
Jungkook escuchó el coche a su lado y observó cómo Jonghyun corría hacia Jungsuk, gritando su nombre horrorizado.
Él realmente había provocado ese accidente.
¡Hola!
¿Qué les pareció este nuevo capítulo? ¿Por qué creen que Jungkook le guarda rencor a Jungsuk?
Espero que les haya gustado, si es así no se olviden de votar y comentar
¡Nos leemos pronto!
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