Los primeros recuerdos
Luego de la guerra, Harry, Ron y Hermione, junto con Ginny, habían tomando un merecido descanso pero a su pesar muy breve. Habían decidido los cuatro, hacer un viaje relajante donde las lechuzas jamás lleguen con cartas de malas noticias. Pero lograr eso para ellos era casi imposible.
_ Hermione! Ginny! Apúrense! Si nos demoramos más empezaran a llegar cartas del ministerio solicitando nuestra presencia!_ Se quejó Ron desde el la planta baja de la madriguera, la cual había sido recién refaccionada. Él y Harry estaban listos hacía más de una hora, pero sus amigas no terminaban de decidir cual ropa llevar y cual no. Ellas en el cuarto se Ginny, se probaban cosas, las ponían el sus respectivas valijas y las volvían a sacar. Luego de media hora ya estaban listas, bajaron las escaleras, simplemente espléndidas, los dos chicos se quedaron mirándolas.
_ ¡Por Fin! ¡Tardaron años!_ Comentó Ron mientras se acercaba a darle un dulce beso a su novia, Harry hizo lo mismo pero con Ginny.
Ya estaban listos para salir, cuando una lechuza negra entró volando por la ventana, tenía un sobre atado a su pata izquierda, era una carta de Hagrid. Harry la leyó con el ceño fruncido mientras se lamentaba por la tardanza de sus compañeras, al ver su expresión Hermione le arrancó la carta de las manos.
_ Hagrid pide nuestra audiencia para que reconozcamos entre las víctimas del ataque del Innombrable quienes son mortífagos_ Informó ella. Los cuatro suspiraron resignados, parecía que las vacaciones jamás llegarían.
_ Acaso no saben levantar la manga izquierda y fijarse si tienen la marca tenebrosa!_ Exclamo Ron.
Los cuatro se sujetaron las manos y aparecieron en el bosque prohibido de Hogwarts con una mueca de disgusto.
_ Me alegra verlos!_ Dijo entusiasmado el guardabosques abrazándolos afectuosamente, tanto que casi les partió las costillas_ Bueno verán, lamento interrumpirlos, pero el asunto es que necesitamos su ayuda para reconocer a los heridos_
A ninguno de ellos le gustaba pasar el tiempo de lo que podrían haber sido unas fantásticas vacaciones, revisando a los heridos.
_ Vamos chicos, no creo que sean tantos_ Trató de animarlos Harry.
Pero se equivocaba y mucho. El campo de batalla estaba lleno de cadáveres o gente moribunda, el objetivo era echarle un vistazo a los muertos, ayudar a los heridos y reconocer a los mortífagos. Habían encontrado bastantes estudiantes heridos de gravedad o ya sin vida, seguidores de Voldemort sin posibilidades de volver a abrir los ojos, algunos aurores y otras criaturas mágicas como gigantes, arañas y elfos domésticos.
Era el cuerpo número 85 que Hermione daba vuelta para ver su rostro, cuando notó en su muñeca izquierda la marca tenebrosa. Pero había algo raro en ella, la joven observó la cara del muchacho, ¡Era Theodore Nott! La gryffindor no sabia que él era un mortífago, no se esperaba algo así de parte de él, miró nuevamente la marca, había algo curioso en ella, ¡Estaba incompleta! le faltaba la calavera, ¿Cómo podía ser? Algo raro estaba sucediendo y debía averiguarlo. Además, temía que si sus compañeros descubrían que Theodore era un mortífago lo matarían sin dudarlo, algo que ella no podía permitir.
_ ¡Bueno, han hecho un trabajo espléndido!_ Los felicitó McGonagall, cuando Ron sentenció que el último cadáver era de uno de los que habían peleado contra Voldemort_ Si me disculpan, iré a supervisar el trabajo que están haciendo varios estudiantes, ustedes pueden retirarse_
Varios magos ayudaban a las enfermeras a cargar con los heridos. Otros, enviaban cartas a las familias de los muertos informándoles de lo sucedido. Y por otro lado, se estaba definiendo que harían con los vivos que seguían fieles a Voldemort.
_ Bueno, ahora si es momento de que comiencen nuestras vacaciones_ Dijo Ginny sonriente mientras suspiraba de alivio. Los cuatro se tomaron de las manos para reaparecer en la madriguera. Pero cuando estaban por aparecer Hermione los frenó:
_ Esperen, voy a ir a la biblioteca, necesito verla por última vez_ Dijo la muchacha en cuanto soltaba las manos de los dos hermanos Weasley. Sus compañeros la miraron por un momento extrañados, pero ya la conocían, la biblioteca había conformado gran parte de sus días en Hogwarts. Ella comenzó a circular los pasillos un tanto nerviosa, en cuanto sus amigos dejaran de observarla daría la vuelta y buscaría a Nott.
_ Hermione, ya te olvidaste para donde era la biblioteca!_ Dijo Ron mientra se acercaba a ella. Ella lo miró durante un momento y luego reaccionó.
_ ¡Oh, no! Es que quería ver aunque sea por última vez los bellos jardines que solo puedes ver por completo y con toda su hermosura desde aquí_ Poniendo un falso tono melancólico.
_ Te acompaño_ Ofreció el mientras tomaba su mano. Hermione lo miró con dulzura, aunque realmente estaba ansiosa por salir de allí y que no la siguieran.
_ Ron, déjame despedirme de Hogwarts sin compañía, por favor_ Pidió ella pestañeando más de lo necesario para tratar de convencer al pelirrojo con sus encantadores ojos marrones. Cuando el se retiró, la Gryffindor se aseguró de que se había ido y empezó a correr, correr como si su vida dependiera de ello. Ahí estaba todavía su cuerpo pálido, lleno de polvo y tierra, e inconciente reposando en la hierba. Por suerte tenía la maraca tenebrosa tapada por su manga izquierda, así que podría estar tranquila de que eso no lo delataría.
Se encontraba en un buen estado salud, seguramente había recibido un Expelliarmus o tal vez un Desmaius y se había golpeado con unas cuantas rocas. Ahora el problema era como ayudarlo, sin levantar sospechas. Tan ensimismada estaba, pensando como salvar a Theodore no se había percatado de la presencia de dos individuos. Entonces una voz la sobresaltó.
_ Hermione!_ Luna se acercó a saludar a su amiga. Estaba junto a Neville.
_ Hola, ¿Qué hacen aquí?_ Preguntó tranquilizándose. Eran tan solo dos amigos.
_Bien. Ya sabes, McGonagall, nos pidió que ayudáramos a llevar a la enfermería a los heridos_ Respondió el muchacho.
Hermione se quedó un momento pensativa.
_ Entonces… ¡Ustedes pueden ayudarme!_ Exclamó ella. Luna sonrió discretamente y Neville la miró extrañado. Hermione corrió la capa que cubría el cuerpo de Theodore_ Por favor ayúdenlo y que nadie se entere_
_ Entiendo, ¿Se trata sobre eso de lo que me has contado, no es cierto?_ Dijo Luna con su tranquilidad de siempre. Hermione asintió nerviosa_ Yo me ocupo, no te preocupes. Y ahora ve, supongo que te estarán buscando_ La Gryffidor estaba tan agradecida que estrujó inconcientemente a su amiga mientras la abrazaba.
_ Gracias_ Gritó mientras se alejaba.
Neville miró a Luna suspicaz, algo se había perdido, pero su compañera estaba hundida en sus pensamientos. Observó a Theodore, acomodó sus ropas y examinó sus heridas.
_ ¿Querrías explicarme que acaba de pasar?_ Éste no comprendía, él jamás había visto a Hermione cruzar ni si quiera una palabra con Theodore y si lo hubieran hecho, no serían más que burlas por parte del Slytherin.
Luna sonrió serena.
_Bueno, según lo que me ha contado Hermione, son amigos, muy amigos. Desde hace mucho tiempo. Fue su primer amigo en Hogwarts, aún antes que Harry y Ron_ La muchacha comenzó a relatar la primera vez en que ellos se hablaron, un acontecimiento inolvidable para ambos…
"Era un día bastante cálido, a Hermione le había tocado ser la compañera de Ron en clase. A Hermione le molestaba lo bruto y molesto que podía llegar a ser el muchacho. Y a Ron le hartaba la soberbia y orgullo de su compañera. Así que, apenas sonó la campana, dando por finalizada la clase de Encantamientos, se acercó a Harry y se quejó de ella, dijo muchas cosas malas sobre la niña, pero lo que mas le dolió fue " Con razón no tiene amigos" esa frase fue la gota que colmó el vaso. Nunca nadie la había comprendido, ni allí ni en su anterior escuela muggle, lo sabía, pero no le gustaba que se lo refregaran por la cara.
Se dirigió a la biblioteca con los ojos húmedos, veía todo borroso a causa de sus lágrimas contenidas, así que apresuró el paso. La biblioteca era el único lugar donde podía estar tranquila, encontraba una paz inigualable y pasaba todo su tiempo libre allí con sus mejores aliados, los libros. No hablaban, no la juzgaban y tampoco la burlaban. Pero contaban maravillosas historias que la entretenían durante horas. Agarró su libro favorito de los estantes "Una historia de la magia" por Batilda Bagshot. Pero no pudo concentrarse en su lectura, ya que las palabras de Ron se repetían en su cabeza una y otra vez. Pero por mucho que tratara de evitarlo, las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Y no sabía cuanto tiempo había estado llorando, cuando un chico la sacó de sus pensamientos.
_ Disculpa, pero ¿Ya lo terminaste? Necesito leerlo para una clase de Historia_ Dijo la voz de un niño a sus espaldas. Tenía ojos azules como el mar, donde uno se podía quedársele contemplando durante horas. Y cabellos negros, negros como el carbón. El niño la observaba expectante, así que Hermione levantó la vista_ Oh, lo siento ¿Qué sucedió?_ Quiso saber al verla llorando.
Hermione dudó si debería confesarle el porqué de sus traicioneras lágrimas. Pero el muchacho insistió. Finalmente, ella le contó lo sucedido.
_ No te preocupes, a todos nos cuesta hacer amigos. Los verdaderos no se encuentran en un solo día, puedes tardar años buscándolos. No te aflijas si no los encuentras en el primer mes aquí, yo tampoco lo he hecho_ La consoló el muchacho.
_ Tienes razón_ Comentó ella con voz ligeramente ronca, secándose las lágrimas_ Hermione Granger_ Se presentó extendiendo su mano.
_ Theodore Nott_ Estrechó su mano mientras sonreía.
_ ¡Espera, eres de Slytherin!_ La Gyffindor se sorprendió alejando su mano lentamente.
Theodore suspiró.
_ Por tus respuestas en clases, pensé que eras mas astuta y dejarías los prejuicios de nuestras casas atrás_ Comentó él mientras le dirigía una mirada de reproche.
_ Nuevamente tienes razón_ Ella sonrió_ Ya empezaras a estudiar para los exámenes?_
_ Bueno pienso que si quiero obtener buenas calificaciones debería esforzarme_ Respondió él.
_ ¡Claro! ¡Es lo mismo que opino yo! Todos me tratan como si fuera una loca, pero faltan menos de 12 semanas. ¿Cómo piensan aprobar si no comienzan a estudiar?_ Dijo la chica emocionada. Al fin alguien que la comprendiera.
_ ¡Exacto! Bueno...emm... creo que hoy me tomare un descanso y me deleitare con las delicias que el director ofrecerá esta noche. Bien, adios Hermione, ha sido un gusto_ Se despidió Theodore. La Gryffindor se quedó paralizada. Era la primera vez que un Slytherin la llamaba por su nombre, ya que estaba acostumbrada a los constantes insultos del engreído de Draco Malfoy, quien siempre le hablaba por su apellido.
Hermione se incorporó de la mesa de un salto y guardó el libro en su respectiva estantería, iría a cenar esa noche, para demostrarle a Harry y especialmente a Ron que no necesitaba amigos para disfrutar las cosas, aunque ella creía que esa tarde había encontrado a uno"
_ Espera, espera, espera, ¿Y tu cómo sabes todo eso?_ La interrogó Neville sorprendido.
_ Un día fui a la biblioteca en cuarto año y los encontré hablando muy animadamente. Hermione me descubrió y me hizo jurar que no diría nada. Soy, mejor dicho era, la única que lo sabía_ Contestó ella.
_ Bueno, que conmovedor, creo. Es algo muy extraño, ¿no te parece? Jamás me lo hubiera imaginado, ya sabes…Nott y Hermione, ¿amigos? ¿Y sabes si pasó algo más?_ Preguntó él tratando de ocultar su completo interés por la historia.
_ ¿A que te refieres?_ comentó Luna.
_ ¡Que si alguna vez entre ellos hubo algo más que una amistad!_ Explico él.
Luna lo pensó un segundo.
_ No, y si hubiera pasado algo dudo que me lo contara_
Si Hermione no hubiera tomado aire para seguir corriendo, habría desfallecido tirada en los verdes pastos de Hogwarts. Así que paró unos segundos para llenar sus pulmones y seguir corriendo en dirección donde había dejado a sus amigos la última vez.
_ ¡Hermione! ¿Qué pasó? ¿Por qué tardaste tanto?_ Preguntó Ginny extrañada al ver a su amiga tan agitada.
Pero la castaña no tenía fuerzas para contestarle y mucho menos para inventar una mentira creíble.
_Déjala, Ginny, está cansada_ Trató de defenderla Ron, también confundido por el estrés de Hermione.
_Bueno, por eso iremos a la madriguera a buscar nuestras cosas y apareceremos en un lugar lejano y tranquilo, para que todos, especialmente Hermione, podamos descansar_ Dijo animadamente Harry, sonriendo con la idea de que por fin habían llegado sus tan ansiadas vacaciones.
Los cuatro se tomaron de las manos y la Gryffindor sintió una punzada al saber que dejaría a Theodore allí. No debería preocuparse, ya que tenía a Luna y a Neville cuidándolo.
Lo último que Hermione pudo ver de Hogwarts fueron sus hermosos jardines.
Trató de no pensar en Nott, pero no lo pudo evitar, no quería abandonarlo.
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