Capítulo 60
Keyson
Mire a mi hermano quien tenía una mirada de agobio mientras seguía sentado sobre la cera de la calle, si fuese otra situación lo habría mandado al diablo para que el mismo resolviera sus problemas pero Edelyn estaba preocupado y la verdad es que si me molesta el hecho de que le preste atención pues no quiero que mi hermano vuelva a tener sentimientos equivocados hacia mi novia y confunda su amabilidad con otro sentimiento pasado. Una vez que le insistí a Edelyn que yo resolvería el asunto y volviera a casa tome asiento a su lado, mire a mi hermano quien soltó un largo suspiro y yo solo solté un suspiro junto con él.
—Creo que esta de más decir que eres un idiota.
—No quiero tus palabras de falso consuelo.
—Se que parezco ser falso pero así es como suena la verdad cuando no se quiere ser aceptada. Elijah, esto va mas allá de lo que ambos podemos hacer o decir, las cosas no se van a resolver con un par de palmaditas o palabras dulces, deberías ir a buscar ayuda de verdad.
—No estoy loco para ir en búsqueda de ayuda psicológica.
—Tal vez no, pero si estas roto y es difícil sanar heridas que no sabes como curar. Además ir al psicólogo no es malo.
—¿Ya tuviste tu propia terapia? —preguntó burlón.
—En el hospital no sólo recibí ayuda física cuando desperté, incluso Edelyn aún recibe terapias una vez por semana en casa y si puedo acompañarla ambos estamos juntos sanando eso que no se puede ver.
Soltó una leve risa antes de rascar su cabeza.
—Sanar heridas que no se pueden ver. ¿Que clase de problemas puedes tener tu?
—Bueno para empezar tomar el lugar de otra persona y olvidar cómo eres en realidad no está bien para la salud emocional... Elijah, también tuve ese momento donde desee ser como tu, también quería recibir los elogios de nuestros padres y que se sintieran orgullosos por eso me gustaba tu vida tranquila y llena de elogios pero ese no era yo, debí cambiar mi actitud y empezar a ser yo mismo antes de querer ser alguien mas—gire por un momento donde para observar la puerta del hogar de Edelyn —. Cuando comienzas a ser tu mismo te das cuenta que si habrá personas que amen esa parte de ti que puede ser difícil aceptar... Te vas a dar cuenta que no están tan solo como crees.
—Haces sonar las cosas de una manera fácil.
—No lo es, de hecho es la cosa más difícil pero te das cuenta que vale la pena y tiene sus propios beneficios.
—¿Como cuáles?
—Tengo una fabulosa novia que digo la persona más divina y grandiosa, su familia es agradable conmigo y me quieren incluso aunque no lo aceptan, nuestros padres ahora son mas comprensibles y tengo buenos amigos.
—Parece que lo tienes todo—soltó un tanto sarcástico.
—No tengo exactamente todo pero si lo que me hace feliz, y sabes hermano también mereces el tenerlo así que deja de ser orgulloso y ve a terapia realmente trae muchos beneficios.
—Lo tendré en consideración.
—Eso es un no así que no te preocupes este hermano mayor te llevará.
—No, no lo hagas.
—Tarde ya lo eres en el momento menos esperado.
—Nunca has sido un hermano mayor responsable, ¿por qué hacerlo ahora?
—Nunca es demasiado tarde para hacerlo.
Elijah me miró para soltar una leve sonrisa tras un largo suspiro para luego asentir.
—Suena bien.
—Me enorgulleces, ahora largo que vine a pasar tiempo con mi novia pero todos parecen querer interrumpir.
—El gran Keyson Engstrom, el casanova rompe corazones que deja suspirando a muchas suplicando como niño que lo dejen pasar tiempo con su novia.
—Ya deberías saberlo que ella es especial.
—Si, si lo se... Así que se bueno con ella y no le rompas el corazón.
—Antes de hacer eso yo tendría que estar muerto.
—Vaya que eso sono profundo —bromeó con burla mientras se levantaba para ir hacia su motocicleta —. Te espero en casa.
—Es un buen primer paso, te veo en casa.
Elijah se despidió con un simple gesto en la mano el cual correspondi antes de entrar a la casa. Comencé a buscar a Edelyn una vez que entre a su casa entre a la sala de estudios de ella y sonreí al verla sentada leyendo me acerque lentamente y ella giro para verme también con una sonrisa cuando tomé lugar a su lado.
—¿Todo está bien con Elijah?
—Esta bien, dijo que iría a casa y creo que tendré que llevarlo a terapia, ¿crees que la doctora Izabal tenga tiempo?
—Podría preguntarle, me alegro que empiece a hacer las cosas bien.
—¿Y que hay de mi? —pregunté a lo cual ella me miró confusa— También hice las cosas bien, exijo una recompensa.
Aquello la hizo reír mientras me acercaba, me sonrió para besar mi mejilla.
—Lo has hecho bien, estoy bastante orgullosa de ti.
Le sonreí para acercarme más a su lado la abrace para besar su frente, la mire con atención notando esa timidez en ella que me era tan encantadora, aquel brillo en sus ojos, su suave cabello, el olor de su piel y sus finos labios.
—¿Que sucede?
—Nada, solo pienso que en verdad soy afortunado por tenerte en mi vida, realmente muy, muy afortunado.
Ella me sonrió lo cual hizo un gran revoltijo en mi corazón sabía que la había dejado sin palabras y que ese sonrojo expresaba mucho más sus palabras de acercó a mí para besar mis labios acción que correspondi de inmediato, me gustaba tenerla cerca, sentir su calidez me encantaba que fuese ella la persona a mi lado, nos separamos cuando tire sus cosas de la mesa por accidente, ella se levantó para levantar su cuaderno.
—¿Que estas haciendo?
—Solo terminaba un par de detalles de mi tarea... ¿Nunca has pensado en volver a estudiar?
—Bueno debido a que Elijah se pasó por mi durante tanto tengo buenas calificaciones y buenas referencias académicas podría ingresar a alguna universidad sin problemas pero realmente no es algo que tenga en cuenta ya que no tengo algo en especial que me guste hacer.
—Pensar en ese tipo de futuro si que es difícil, la verdad es que yo también tuve cierta dificultad en escoger mi carrera por un lado siempre me gustó la música pero también tenía un gran fanatismo por la literatura.
Gire a ver uno de los tantos premios de música que había en los estante de este hogar para volver mi mirada a Edelyn.
—¿Y por qué te decidiste por literatura?
—Aún tenía miedo ya sabes por lo que ocurrió en esa ocasión, sentí que nadie pudo escucharme debido a la música así que hubo un tiempo que la odie pero supongo que sólo estaba buscando cualquier excusa para no encontrarme con ciertas personas.
Fue entonces cuando lo recordé aquel chico del pasillo aún necesitaba darle una lección.
—Música o literatura no importa lo que escojas se que serás grandiosa, lo único que importa es que eso te haga feliz. Dime, ¿te hace feliz?
Ella asintió mientras me miraba.
—¿Que hay de ti?
—Supongo que puedo averiguarlo en el camino.
—¿Realmente no estas seguro de que hacer en el futuro? Podría ayudarte.
—De hecho si hay algo de lo cual estoy seguro y es que quiero pasar todo mi tiempo contigo... Si hay futuro que puedo imaginar es el de estar a tu lado.
—Yo también quiero un futuro a tu lado... Estos últimos días me dejas sin palabras.
—Espero que te acostumbre a ello por que empezaré a hacerlo durante todo nuestro futuro... Cada día cuando tenga la oportunidad lo contaré sin parar como pude escuchar tu voz cuando estaba inconsciente en esa cama, escucha sin parar muchas cosas desde personas lamentando lo sucedido hasta disculpas sin parar incluso llantos peor nunca la voz de alguien tan preocupada y angustiada por su propia situación, estabas tan preocupada por ser una entrometido que dabas vueltas sin parar preguntando que hacer que me dio curiosidad por saber quien era esa persona escandalosa y luego tu cara de susto.
Solté una breve risa pero ella guardo silencio con cierto asombro en su mirada que cambió por vergüenza.
—¿Realmente escuchaste todo?
—Recuerdo muy vagamente las voces de algunas personas pero a ti te escuché claramente, por eso respondí a todas tus preguntas incluso con un rostro de pánico eres hermosa—peine sus cabellos para ver atentamente su mirada — de todas las personas con las cuales pude encontrarme me alegro que hallas sido tu, me alegra que seas una entrometida.
—Yo no, bueno tal vez un poco pero no lo digas de esa forma.
—Puedo que lo diga muy seguido al menos que me detengas, me gusta cuando me callas a besos.
—Siempre buscas una excusa para que te bese.
—Qué te puedo decir soy un adicto a ellos, soy una persona que ya no puede pensar en nada más que en ti.
—Deberías preocuparte por otras cosas.
—Lo hago pero mi prioridad siempre serás tú—acaricie su rostro besando por un segundo sus labios— Edelyn Rosendo.
—¿Si?
—Tengo tanto por decirte pero aún no encuentro todas las palabras adecuadas así que solo quedate conmigo incluso aunque soy desesperante a veces, solo dame la oportunidad de hacerte feliz.
—Ya lo haces.
Ella se acercó para besarme, la envolvi entre mis brazos sintiendo la pasión de su tacto me gustaba sentirla de esta manera, saber que era el único que podía hacer esto me hacía tan orgulloso, la subí a mis piernas acariciando sus piernas para llevar una de mis manos bajo su blusa ella se separó un poco para mirarme de cierta manera juguetona.
—No podemos hacerlo aquí, mi madre está en casa.
—No lo está, ella me dijo que iba a salir y que alguien tenía que cuidarte.
Aquello la hizo reír.
—Vaya manera de cuidarme.
—Bueno, debo mantenerte cerca de mi lado no quiero que nada te pase.
—Qué conveniente.
Tome sus manos para llevarlas a mi rostro las cuales descendieron lentamente.
—Aunque la verdad yo también necesito que alguien me cuide, cuando estoy sin ti soy un desastre.
Ella me beso y yo la cargue para levantarme junto con ella quitando por completo todo lo que estaba en la mesa cuando la coloque sobre esta la escuché reír mientras besaba su cuello, la mire nuevamente y supe que debía mantener esa sonrisa incluso si me costaba mi propio vida yo cuidaría de Edelyn por siempre.
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