Capítulo 42
Edelyn
"La tragedia de la vida es lo que muere dentro de un hombre mientras vive"
Albert Einstein
Y sin pedirlo termine por saber parte del pasado de la persona que ahora se que su verdadero nombre era Elijah, incluso aunque las cosas contadas fueron desde la perspectiva de su hermano podía notar que no había sido sencillo para él, algo ocurrió que lo hizo cambiar de opinión, algo pasó que le hizo tomar todas esas malas decisiones y no lo hacía avanzar. Tenía tantas cosas para pensar que era difícil mantener la calma, creo que iría a casa a tomar una larga siesta.
—Edelyn,que coincidencia encontrarte aquí, ¿esta todo bien?
Gire para observar a Jung quién se acercó a mi con una enorme sonrisa.
—Si, solo a saludar a un conocido, ¿que hay de ti? ¿Está todo bien?
—Vine a mi chequeo —levanto un poco su pierna—todo esta excelente parece que no tendré que comprar una nueva pierna pronto.
—Me alegro.
—Escuche por mi hermana que dejaste la universidad y que además terminaste con tu novio.
—Si.
—Debo decir por lo primero que es una verdadera lástima puedo notar que tienes mucho potencial, en cuanto a lo segundo me alegro, eso significa que estás libre.
—Estudio en casa y solo porque no tenga novio no significa que estoy libre para una relación.
—Solo bromeaba.
—No fue divertida tu broma.
—Lo siento—dijo palmeando mi cabeza con ternura, yo me aleje un poco—.Tambien escuché que eres una persona solitaria pero no te preocupes yo seré tu amigo, ¿que opinas?
Gire a ver a Jung un tanto indignada pero ese sentimiento desapareció al recordar las palabras de Keyson, en realidad no era una mala persona del todo solo era alguien con ideales bastante diferentes a las mías pero aún con ello parecía que era un buen amigo y hasta cierto punto también un buen hermano pues se enfureció cuando se entero de lo ocurrido entre Suni y Elijah. Ahora que lo pensaba, ¿no estaría feliz Jung de saber que su verdadero amigo nunca lo traicionó y que después de un largo tiempo despertó de un coma? Pero, ¿que derecho tenía yo de revelar la verdad?
—Edelyn.
—¿Que? Oh disculpa mi mente comenzó a divagar—admití un tanto avergonzada.
—Puedo notarlo, dime, ¿que es eso que te hace divagar tanto?
—Si pudieras cambiar algo del pasado, ¿que sería?
—¿Problemas pasados que aún te agobian?
—Los tengo pero la verdad ahora mismo estoy más preocupada por un amigo.
—Entiendo el sentimiento... Si pudiera cambiar algo del pasado seria mi idiotez después de todo eso solo provocó todo.
—¿Hablas de tu incidente con tu pierna?
—No solo eso, mas que mi pierna perdí a un buen amigo. Creo que hasta ahora eso dolió más que cualquier cosa. Pero el pasado sólo es eso, esa cosa que dejamos atrás por otro lado el presente es lo que cuenta pues podemos decidir cómo cambiar ese desagradable pasado.
—Si, supongo que tienes razón.
— Y dime, ¿estas libre hoy?
Le mire un tanto confundida por su repentina propuesta pero antes de poder negarme escuche como alguien me llamó gire hacia el frente para ver al padre de Elijah, retrocedí un tanto temerosa pues su simple presencia era aterradora.
—Señor Engstrom, que gusto verlo.
—Me gustaría decir lo mismo joven—le miró por un momento antes de volver a mi— señorita Rosendo necesito hablar con usted a solas.
—Bueno yo...
—Es una pena, estamos ocupados de hecho tenemos algo de prisa—mencionó Jung mientras colocaba su mano sobre mi hombro—. No digo que lo que usted le tenga que decir no sea importante solo que necesita agendar una cita con ella ya que trabajamos en un proyecto juntos.
Él hombre me miró a lo cual yo solo asentí.
—Comprendo, la última vez fui inoportuno, me disculpo. Llamaré para agendar una cita con usted después.
—Si.
—Bien, nosotros nos vamos—se apresuró a decir Jung sin darle la oportunidad de decir algo más pues salimos con cierta prisa del hospital. Al estar fuera solté un largo suspiro de alivio—. Ese hombre siempre a sabido como intimidar a las personas, ¿todo bien?
—Si, gracias.
—No sabía que conocías al señor Engstrom.
—Tiene negocios con mis padres—me limite a decir pues sabía que si la noticia de que el hijo de los Engstrom había despertado del coma no era pública era porque así lo querían así que no hacía falta que lo hiciera.
—Bueno ahora parece que tienes negocios conmigo.
—¿De qué hablas?
—Nos sigue observando, sería raro que te fueras, si lo haces se dará cuenta de que mentimos.
Gire en dirección hacia la entrada donde efectivamente estaba el señor Engstrom observando mientras hacía una llamada, regrese de inmediato mi mirada hacia el frente donde vi a Jung abrir la puerta de un auto, se que esto no es la decisión más sabia pero no quería estar al lado del señor Engstrom por lo que solo me resigne para ir con él.
—Oye, tranquila, no me veas como si fuese a hacerte algo terrible. ¿No me digas que aun desconfias de mi?
Yo guarde silencio ante su broma, giro a verme nuevamente antes de llevar una de sus manos hacia su pecho.
—Auch, ese silencio dolió más que las palabras. Sabés el día de hoy pienso demostrarte que soy alguien digno de confianza.
Mire por la ventana observando a las personas que caminaban por la cera, reían mientras conversaban era un día bastante tranquilo a pesar de que la mañana había sido bastante ajetreado y es que no todos los días podía encontrarme con una persona tan honesta como lo era Keyson aunque el decía que era el malo de la historia no me parecía que fuese así, tal vez solo fue un joven que tomó malas decisiones por las razones equivocadas, desde el espejo pude observar por un momento el reflejo de Jung, ciertamente también fue alguien con una mala reputación incluso nuestra primera impresión no fue buena pero ahora quería cambiar es hecho y tal vez debía darle una oportunidad, si realmente yo quería cambiar tenía que aprender a dejar ir ciertas cosas para ver más allá de lo que me limita.
Deje de bajar entre mis pensamientos cuando él auto se detuvo, mire el restaurante que se encontraba enfrente, tenía una hermosa decoración con flores, baje del auto para acercarme un poco y mire a Jung.
—Escuche que a las chicas les gusta este lugar.
—Debes traer a todas tus citas a este lugar.
Jung soltó una carcajada mientras llevaba a sus bolsillos.
—La verdad es que solo e venido con Suni, la última vez me arrojó un pan al rostro antes de marcharse molesta, solo espero que tu no decidas arrojarme una bebida caliente cuando estés molesta.
—No creo hacer tal cosa pero—gire a verlo para sonreírle—ya veremos como te comportas.
—¿Fue eso una broma? —preguntó feliz mientras entraba al restaurante junto conmigo.
Tomamos asiento en una mesa que se encontraba en el jardín trasero, el ambiente era tranquilo y armonioso que me hacia mantener la calma de alguna forma se sentía a toda la escena de Suni, puedo entender porque le gusta. Cuando llego el mesero decidí ordenar algo que me fuese conocido para tener una idea del sabor que tendría.
—Sabes algo Edelyn, la razón por la cual te invite el día de hoy es que quería disculparme formalmente. En verdad, lo lamento mucho —mencionó inclinando su cabeza.
—¿De qué hablas?
—De nuestro primer encuentro —mencionó levantando su cabeza —creo que nunca me disculpe de una manera correcta. En verdad lamento mucho lo que hice.
—No hace falta que te disculpes. Ciertamente la primera impresión no fue buena y tampoco las demás debo admitirlo pero puedo notar que no eres una mala persona.
—¿Realmente han sido bastante malas todas mis impresiones?
—Siempre logras impresionarme pero nunca de la manera correcta.
—Si creía que era un idiota ahora me doy cuenta que en realidad soy un estúpido, Suni tiene razón todo el tiempo.
—Si, si la tiene.
—Sabes, otra razón por la cual quería reunirme contigo es para agradecerte.
—¿Agradecerme? —pregunté confusa.
—Si, por ser una buena amiga con mi hermana, puedo notar que las mentiras no son lo tuyo pero aún así decidiste a ayudar a mi hermana para que no fuese descubierta por mi, incluso seguiste a su lado aún sabiendo que tiene a un hermano tan idiota como yo. Se que Suni no es una persona fácil de tratar, siempre a sido tan cerrada con las personas pero lo fue aún más cuando perdió a varias personas importantes para ella, no es muy buena expresando su sentir o siendo amable pero aún con ello es una buena persona, da alguien bastante leal, mi hermana es increíblemente necia pero valiente.
Una sonrisa se formó en su rostro, no era algo difícil de ver en él ya que siempre lo hacía pero ahora se sentía de una manera diferente, se sentía tan genuino y con gran orgullo, fue en ese momento que me di cuenta que Jung compartía el mismo sentir que Keyson, ambos estando en la cima manteniendo una imagen falsa para impresionar a los demás para tratar de abrazar de eso como suyo pero por dentro en realidad estaban cansados, agotado de tener que seguir siendo aquello fue forjaron, solo quería un poco de paz que incluso ellos mismo se negaban.
—La verdad es que yo soy la que debería estar agradecida con Suni, incluso aunque no es una persona que demuestra sus afectos si es alguien sincera que se a preocupado por mi a su manea. Suni me a tenido mucha paciencia pues no soy una persona con muchas cualidades, reconozco que me hace falta mucho como persona pero aún con ello, ella no me abandono.
Mencioné al recordar como es que ella se presentó en aquel concurso incluso aunque había dicho que no lo hacía que ya le traía malo recuerdos.
—Yo soy la que se sienta agradecida con ella.
Escuche como Jung soltó un largo suspiro le mire para verlo sonreír con cierta ternura.
—Ahora comprendo las palabras de mi hermana, y puedo decir que siento lo mismo.
Le mire confusa pues no entendía a lo que se refería y algo me decía que si preguntaba él no me diría a lo que se refería por lo que intente cambiar el tema de conversación.
—Sabes yo...
—Lo veo y no lo creo, Edelyn Rosende.
Me estremecí al escuchar su voz, podía sentir como las piernas comenzaron a temblar al escuchar el sonido de sus tacones, gire a verla tratando de ocultar mi nerviosismo.
—Natasha.
Ella sonrió de manera arrogante me miró de pies a cabeza antes de observar a Jung.
—Parece que esos terapeutas tan costosas que tus padres invirtieron en ti funcionaron, me alegro así ya no eres una mojigata y debo admitir que tus gustos mejoraron.
—No es lo que piensas Natasha, ahora si...
—¿Que? Vamos dilo más alto que no te escucho, grita tan fuerte como ese día.
—¿Acaso te es divertido? ¿Crees que molestándome cambiará el hecho de que tu hermano esté en prisión?
—Vaya nunca pensé que fuese a sacar primero el tema.
—Fuiste tu quien lo insinuó primero.
Ella soltó una pequeña risotada, miró a Jung quien permanecía en silencio antes de volver a mirarme.
—Disculpe señorita, debo pedirle que se retire esta molestando a nuestro clientes—le menciono un mesero a Natasha quien me miró con furia.
—No estoy molestando a nadie, solo conservo con una amiga.
—A mi me parece que esto llegaste a ladrar, Alfred por favor da el anuncio de que esta persona nunca está vetada de por mi de mi restaurante.
—Si señor.
—¿Que? —preguntó indignada mientras giraba a ver a Jung para luego verme—. Vaya Edelyn al parecer aprendiste a como convencer a los chicos desde ese...
—No es divertido, ni es un tema de burla ni de superioridad el recordarle a una persona el día que abusaron de ella sexualmente —la encare mientras me levantaba —debería darte vergüenza por que yo en tu lugar habría hasta lo imposible por que olvidarás ese día, si mi hermano hubiera hecho lo que tu hermano me hizo a mí jamás lo perdonaría y estaría a tu lado mostrando mi lealtad como tu amiga pero tu Natasha ni siquiera fuiste mi amiga en primer lugar. Eres una persona tan falsa e hipócrita que jamás lograrás tener amigas de verdad, al final te quedaras sola.
Ella me levanto la mano con la intención de golpearme pero Jung la detuvo pude notar en su mirada cierta ira y sabía el porqué pero yo no quería hablar con él sobre ese tema por lo que me marche, pude escuchar como me llamaba pidiendo disculpas sin parar pero yo no me detuve, no quería quebrarme, ni abrir mi corazón, solo quería estar solo. Subí a un taxi mientras escuchaba los gritos de Jung pidiendo hablar conmigo pero yo lo ignore pues solo le indique al taxista que me llevara a casa. Ese día fue el camino más largo a casa, sentí como mi pecho dolía, como la tristeza me gritaba por salir, como el miedo volvía para dejarme sin voz, en cuanto el taxi llego a mi domicilio baje sin esperar a que me diera el cambio solo entre a casa corriendo hasta mi habitación para abrir la llave de la regadera ni siquiera me desvesti para entrar a la bañera solo me coloque de rodilla para sacar de mi pecho aquel dolor, aquella tristeza que aun seguía para tratar de aquellos amargos recuerdos se fuesen con el agua, momentos como estos solo quería dormir y no despertar jamás.
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