Capítulo 33
Edelyn
"Los intelectuales resuelven problemas, los genios los provienen"
Albert Einstein
Podía sentir como el sudor recorría mi frente, mire a Leví quien tenía un gran moretón en su ojo derecho, él me miró y yo desvíe la mirada apenada, lo que sucedió en ese momento no sólo me causó pánico también grandes problemas con Zulema, lo que hizo mi padre provocó cierto pánico en algunas concursantes que soltaron un grito que llamó la atención de uno de los asesores quien al observar la escena casi me descalifican por mala disciplina por suerte mi madre y Zulema lograron la forma de convencer al asesor que todo había sido un pequeño mal entendido, lo dejaron pasar por esta ocasión pero sabía que no había una próxima vez, por otro lado Zulema me dio una severa reprensión y que tendría consecuencias por tal acto imprudente de mi parte.
El sonido de la voz de la mesera me trajo de vuelta a la realidad, vi como dejo mi postre y bebida frente a mi al igual que los demás pedidos, gire a ver a mi padre quien se encontraba a mi derecha para beber de su café y luego a mi izquierda para ver a mi madre quien seguía en silencio.
—Levi, ¿cierto? —habló primero mi madre a lo cual él respondió con un simple a sentimiento —. Bueno, antes que nada debo pedirle una disculpa por lo ocurrido, mi esposo es alguien bastante protector con nuestra pequeña. Y exactamente, ¿hace cuanto tiempo que están saliendo?
—Hace cuatro meses.
Escuche a mi padre toser, mi madre le miró y yo solo quise esconder debajo de la mesa pues sabía muy bien lo que ambos pensaban.
—Es un tiempo bastante considerable y díganme, ¿ninguno de los dos pensaba decirnos?
—Bueno la verdad es que...
—Deja que el muchacho hable—me interrumpió mi padre quien miraba cada vez con más desagrado. Yo por otro lado me sentía avergonzada de mis decisiones, yo había sido la persona que se negó desde un principio a presentar a Leví ante mis padres pues sabía muy bien, incluso aunque Elaine me advirtió de ello.
—Estamos esperando el momento correcto —mencionó Leví.
—¿Y exactamente qué es ese momento correcto? —interrogó mi padre.
—La comodidad y seguridad de Edelyn, no quiero presionarla, ni hacerla sentir temerosa de nuestra relación, quiero que ella se sienta segura de que esto va a ir bien. No quiero que ella se sienta aterrada toda su vida por lo que vivió en el pasado.
Un silencio inundó el lugar mis padres me miraron y yo solo asentí con la cabeza, no quería más secretos.
—¿Que tanto sabes? —se atrevió a preguntar mi madre.
—Ella no entró en detalles y respeto eso, solo me comentó y poco lo sucedido... Yo voy a proteger a Edelyn, no quiero que vuelva a pasar algo así.
Mis padres guardaron silencio, mi madre fue la primera en levantarse pero antes de irse miró a Leví y le dijo:
—No hagas promesas que no puedas cumplir, algo como proteger a alguien eternamente es la peor mentira.
Y entonces se marchó me levante con la intención de ir detrás de ella pero mi padre me detuvo gire a verlo pero él negó.
—Sabes lo difícil que es para ella este tema. Volveremos para tu presentación y prometo que esperaremos a que estés lista.
—Papá.
—Edelyn, mi pequeña niña te amamos mucho no lo olvides—mi padre se puso de pie antes de besar mi cabeza para luego mirar a Leví —. La próxima vez será el otro ojo.
Mi padre se marchó y yo solo pude ver por la ventana como ambos salían del restaurante para dirigirse a su auto, desde mi lugar podía ver como mi madre lloraba y como mi padre la consolaba después de todo yo no e tenido el valor de contarles lo que pasó ese, solo saben lo que escucharon de alguien más pero jamás de mi boca, sabía muy bien como se sentían y aquello también me lastimaba.
—Edelyn, esta bien—sentí la mano de Leví sobre la mía pero yo me aleje mientras negaba, cubrí mi rostro con mis manos y no pude evitar el llorar—Edelyn, no llores, estoy seguro que a tus padres no les gustaría verte así.
—Es que yo siento que los e decepcionado, estoy segura que los herí. Debí haber sido honesta con ellos desde un principio.
Leví se levantó y se coloco a mí lado para palmear mi cabeza.
—Posiblemente ellos piensan lo mismo que tú. Solo tomate tu tiempo, estoy seguro que sin importar lo que pase ellos jamás dejaran de amarte. Deberías escuchar las palabras de tu padre, en verdad te aman.
—Es solo que yo.
—No llores, por favor. Verte así también me lastima a mi.
Gire a verlo notando como me sonreía a pesar de su herida.
—Lamento lo de tu ojo.
—No es nada, desaparecera en un par de días.
—En verdad te ves horrible —trate de bromear, él me observó con seriedad—. Perdón yo no quería...
Calle cuando lo escuche reír.
—Si, ciertamente me veo horrible pero aunque luzco así tu estas a mi lado y estoy seguro que sigo siendo igual de atractivo para ti
—Si, así es.
📚📚📚
Llegue a mi habitación y mire alrededor al observar que me encontraba sola, era extraño llegar y no encontrar a Suni pero supuse de inmediato que ella había ido a atender sus propios asuntos.
Entre al baño dispuesta a tomar una ducha, me quite mi blusa pero al recordar que no había traído mi toalla conmigo salí del baño para ir por ella.
—Y decías que no vería nada interesante.
Gire de inmediato al reconocer aquella voz, Jung estaba de pie en la habitación mientras que Suni miraba en silencio, antes que pudiese soltar un grito tome mi alarma y se la arroje a Jung antes de correr de vuelta al baño, podía sentir como la vergüenza me invadía, no podía creer que esa persona me había visto en sostén aquello había sido tan incómodo.
Me coloque mi blusa de inmediato y abrí la puerta lentamente.
—Puedes salir tranquila, se marchó —escuche decir a Suni por lo cual salí.
—¿Que hacía tu hermano aquí?
—Solo es el misma molestia de siempre, ¿que hacías tu sin blusa?
—Olvide la toalla en la habitación, nunca pensé que algo así fuese a suceder.
—No debió haber sucedido, supongo que en parte tengo culpa, prometo deshacerme de él correctamente la próxima vez.
Aquello captó mi atención, Suni había mencionado una próxima vez por lo que significa que ambos se verían más seguido lo cual era extraño tomando en cuanto que a ella no le agradaba mucho su hermano.
—¿Como están las cosas en casa?
Suni me miró, parecía molesta por la pregunta pero no dijo nada, solo se limitó a responder con simpleza.
—Bien.
—Me alegro, es bueno ver que ahora te llevas bien con tu hermano.
—No confundas las cosas, esa escoria solo es una piedra en el zapato.
—Ya veo, lo lamento.
—Como sea.
Un enorme silencio inundó la habitación pues las cosas entre ambas aún eran difíciles pero en especial se torno asi desde que mi relación con Leví aumentaba.
—Suni, ¿puedo pedirte un favor?
—¿Que es?
—Tendré una presentación en el concurso me preguntaba si pudieras tocar junto conmigo.
—No—mencionó tan fríamente que me sorprendió.
—¿No? —pregunté un tanto sorprendida.
—Puedo devolverte el favor que te debo con cualquier otra cosa pero evita el involucrarme con los concursos de belleza.
—¿Por qué? —pregunté por inercia, ella me miro pero antes que pudiese decir algo la vi soltar un largo suspiro.
—Esos lugares son problemáticos, además solo me traen malos recuerdos, la última vez que fui a un concurso de belleza perdí todo lo que tenía... Perdí a mi única amiga.
Aquella confesión me resultó bastante sorprendente y por un momento la curiosidad me invadió, quería saber más al respecto pero no era nadie para meterme en la vida de Suni por lo que solo guarde silencio y me marche al baño.
No era la única persona con secretos.
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