Edelyn

"Todo debe hacerse lo más simple posible. Pero no más sencillo"
Albert Einstein

Mire la hora en mi celular un tanto preocupada al no observar ninguna señal de Zulema, la preocupación crecía a medida que el tiempo avanzaba, ella siempre era una personal puntual de hecho demasiado así que el tener un retraso de más de diez minutos me era un tanto inquietante.
Pensé en llamarle más de una vez pero no estaba del todo segura si ella contestaría el teléfono, solté un largo suspiro para finalmente comenzar a marcar su número de teléfono pero me detuve al observar un auto conocido, este se estacionó frente a mi y note como el vidrio bajó lentamente.

— Princesa, ¿que haces aquí sola?

—Creo que la pregunta correcta es, ¿por qué llevas todo eso?

—¿Papá? ¿Mamá? ¿Que hacen aquí?

—Responderemos cuando tu respondas primero—mencionó mi madre quien me miraba de pies a cabeza.

—La verdad es que yo...

—Tenemos un gran retraso y todo es por tu maldita culpa—escuche a la lejanía a Zulema, gire para verla bajar de la motocicleta de Lemmy para luego verla arrojarle el casco—. Novata tenemos que irnos, la inspección será pronto y no podemos perder ni un segundo más.

—¿Novata? —interrogó mi madre.

—¿Amiga tuya? —preguntó papá.

—Mamá, papá, ella es Zulema, es amm..

—¿Tus padres? Genial, ellos pueden llevarnos, es mucho más seguro y cómodo que una motocicleta.

Zulema no espero a que respondiera o dijese algo, solo abrió la puerta y me subió dentro del auto para después subirse ella, mi padre nos observó un tanto confundido para después cambiar su gesto por sorpresa pues Lemmy abrió la puerta pero antes que pudiese decir algo Zulema le golpeo el rostro para volver a cerrar la puerta pero esta vez colocando el seguro.

—Consejo del día novata, si un idiota te molesta romperle el rostro, no tengas miedo de mandarlo al hospital.

—Me agrada la chica —comentó mi padre mientras colocaba el auto en marche.

—¿Y quien es la chica, Edelyn?

—Zulema Muller, actual entrenadora de su hija.

—¿Entrenadora? —preguntó confusa mi madre.

—Hicimos un trato, a cambio de que ella concursara como señorita Distrito yo le enseñaría a tener más confianza en su misma. Es realmente ver a su chica de su clase inclinarse ante todos, debería ser poderosa e intocable pero para eso necesitará de mucho más que un entrenamiento así que me basta con dejarla como alguien decente ante los problemas

—Y exactamente, ¿que es decente para ti, señorita Zulema?

Desde mi lugar podía sentir la molestia de mi madre y la verdad es que no podía culpar la considerando todo lo que había sucedido en el pasado pero Zulema no se intimidada ante nada y al parecer tampoco ante nadie así que desafiando la mirada de mi madre desde el espejo retrovisor respondió.

—Alguien capaz de negarse ante algo perjudicial incluso si su corazón dicta lo contrario. El corazón es engañoso y los sentimientos un estorbo, es mejor actuar con la cabeza.

Un silencio se formó y podía notar como ambas se seguían observando a través del espejo y fue entonces cuando mi madre por fin sonrió por un par de segundos.

—También me agrada —dijo mirando a mi padre —espero que puedas lograr convertirla en esa persona decente.

—Y entonces señoritas, ¿a donde nos dirigimos?

Tras mencionar la dirección Zulema comenzó a darme indicaciones sobre cómo debía comportarme en la prueba de talento en el escenario, como la espalda recta, cabeza en alto, con seguridad mirando al frente y absoluta concentración, yo repetía cada indicación cuando ella me lo indicaba y mi madre a sentía con la cabeza en concordancia a lo que mencionaba, se veía tan feliz por el hecho de que quisiera cambiar incluso mi padre pero yo estaba aterrada por dentro, incluso aunque era mi idea, incluso aún con la intención y con todo el deseo de hacerlo era aterrador, sentía seguridad el tener a alguien a mi lado pero aún así me reprimía y no sabía lo que haría si un día me encontrara sola.

Baje del auto al llegar a nuestro destino pero me detuve para observar a mis padres quienes también bajaron del auto.

—¿A donde van?

—Creo que es obvio que vamos a acompañarte—respondió mi padre.

—No nos perdimos ninguna audición de tu hermana y mucho menos un concurso, contigo tampoco sera la excepción, ¿cuando es el concurso?

Pregunto mi madre mirando a Zulema quien le entregó uno de los folletos junto con mi horario para luego entrar mientras me indicaba que la siguiera. Entre siguiendo el paso apresurado dejando un poco atrás a mis padres.

—Mis padres no debían enterarse de esto—le susurre a Zulema quien no abandono su andar.

—Bueno son las circunstancias que te tocaron, solo acéptalo novata. Ahora ve a probarlo y vístete.

Me ordenó cuando entramos a la habitación donde todas las demás concursantes se encontraban. Me fui a un vestidos vacío para quitarme mi ropa y colocarme un vestido de prueba, una vez que salí Zulema me llevó hasta una silla para comenzar a maquillarme.
Solté un largo suspiro cuando ella terminó, giro la silla para que pudiera verme, siempre que ella hacía algo como esto no podía creerlo, me veía tan diferente, era como volver a esa parte oculta de mi.

—Bien novata, ve ahí y da una pequeña muestra de lo que eres capaz.

Yo solo asentí mientras me levantaba, escuche como me llamaron por lo cual salí un tanto temerosa, mire a la presentadora al igual que sus asistentes.

—Edelyn, solo queremos recordar que es un pequeño ensayo, así que no sientas presión esto no cuenta como ningún punto solo queremos que todo esté dentro de las reglas ya que no queremos ningún pequeño incidente.

Yo asentí antes de dirigirme hacia el piano y tomar asiento, mire nuevamente hacia el escenario donde estaban mis padres quienes miraban con atención después de todo había dejado el piano hace tiempo y solo se había vuelto un simple hobbie.
Comencé a tocar las notas con suavidad, recordando dentro de mi la melodia de la canción ante de comenzar a cantar.

I don't know if you can hear me
Or if you're even there
I don't know if you would listen
To a gypsie's prayer
Yes I know I'm just an outcast
I shouldn't speak to you
Still I see your face and wonder
Were you once an outcast too?
God help the outcasts

—En verdad que tienes talento—hablo la directora cuando me detuve de cantar, me miró antes de observar la guía de mi programa—estoy segura que será una representación bellísima.
Puedes retirarte, bien, la siguiente, por favor.

Yo asentí mientras me levantaba, mis piernas temblaba al igual que mis manos tenía tanto tiempo sin hacer esto en público que me era un completo horror, al salir del escenario observe a Leví de pie frente a mi, él tenía sus manos dentro de las bolsas de su pantalón y me sonrió por otro lado yo me sentía tan confundida pues le no había informado sobre mi horario de hoy, desde que Lemmy había declarado sus sentimientos hacia Zulema las cosas se volvieron un tanto complicadas en especial con Candy quien ya no estaba de acuerdo en acompañarme pues no quería saber nada de Zulema, sabía que tenían discusiones y que me ocultaba ese hecho así que no quise seguir incomodando por lo que le mentí por primera vez, le dije que pasaría todo el día con Suni así que era totalmente extraño verlo frente a mi.

—Leví, yo...

—Estuviste grandiosa—me interrumpió antes que pudiese decir algo.

—Lamento tanto el haberte mentido.

—Ya sabía sobre la mentira.

—¿Como fue que?

—Parpadean mucho tus ojos pero esta bien, no tienes que preocuparte se que lo hiciste para no inquietarme respecto al hecho de dejarte sola con Zulema, y bueno las cosas se volvieron extrañas desde que Lemmy soltó tal bomba.

—¿No estas molesto conmigo?

—Tal vez un poco pero podría perdonarte por un beso.

Aquello me hizo sentir avergonzada, yo le mire pero antes que pudiese negarme él ya se había acercado para besarme cuando trate de corresponder sentí como se separó bruscamente, abrí los ojos para observar como mi padre tomaba de la camiseta a Leví para después golpearlo.
Esto no era bueno.

—Papá, no lo hagas —le entrometi cuando note su intención de volver a golpearlo—. Él es mi novio

—¿Que? —pregunto confuso y note como aquella mirada volvió y no solo en él también en mi madre.