Capítulo 21

Zulema

Desperté al escuchar la alarma de mi celular, solté un leve quejido mientras me levantaba para ir en dirección al baño para lavarme la cara, ser la líder de una fraternidad en verdad apesta, sin mencionar que es como un horrible grano en el trasero, quiero graduarme de una vez para dejar esta idiotez. Detesto el levantarme tan temprano por la mañana tan solo para entrenar con las novatas y las no tan novatas, nunca nadie aprecia este tipo de esfuerzo.
Procedí a vestirme para ir a entrenar un poco, era ya irritante el hecho de tener que levantarme tan temprano por la mañana y lo era aún más el tener que lidiar con los problemas de las demás, estas chicas tenían falta de disciplina, pero no pensaba encargarme de ellas por ahora, al menos no ahora, tenía problemas más serios de los cuales lidiar.
Una vez que terminé de entrenar fui por un desayuno ligero, algo simple para después ir a vestirme para continuar con mi problema más serio, si no fuera porque necesitaba esto mandaría todo al demonio para seguir durmiendo durante un fin de semana.

Salí al jardín para preparar las cosas del entretenimiento pero me detuve al verla a ella, al menos siempre era puntual pero su acompañante siempre era un completo fastidio, sabía muy bien que ese chico ocultaba cosas y ahora me hacía una idea cuando la vi a ella en su lugar.

—¿Que hace esta aquí?
—le pregunté a la joven la cual temblaba como si de un perro chihuahua se tratara.

—Leví no pudo venir debido a su trabajo, así que le pidió a Candy que me cuidara en su lugar.

—Siempre supe que tu lugar como gorila rabioso serviría de algo.

—Dilo más fuerte zorra.

—¿Zorra? ¿Que no tienes un mejor insulto que ese?

—Parece que alguien amaneció con humor de una pelea, ven acércate rubia y te meteré una paliza que te hará llorar hasta...

—Candy—habló en un tono de súplica la novata lo cual hizo soltar un gran bufido a la loca de Candy.

—Si lose, lo siento maldita perra, se me olvido que es ilegal el maltrato animal.

—Como siempre tus insultos son tan patéticos como tú.

—Esta maldita rubia, voy a...

—Candy, por favor.

—Le meteré una patada en el trasero pero a tu novio por haberme obligado a venir.

Mire a Candy quien seguía quejándose sin parar debido a que había venido como perro guardián de la novata, aquello fue algo sorprendente de ver tomando en cuenta el carácter tan necio y terco de Candy, eso significa una sola cosa aquel chico tenía algún tipo de poder sobre ella, sabía que mi instinto no se había equivocado ese chico era tan ruin que trataba de ocultar con una simple sonrisa, ese chico solo es un desastre y aparentemente se está esforzando por no serlo con la novata. Es una chica hermosa no lo negare pero con falta de mucho carácter, cualquiera pudiera abusar de su eso, creo que la enseñaré a ser una maldita para que pueda defenderse de cualquier estúpido que se le atraviese, parece que este año las cosas se tornará en verdad interesante.

—Andando novata, no tenemos tiempo que perder.

Le indique mientras me encaminaba en dirección al escenario, le escuché decir algo a Candy la cual solo volvió a quejarse, la novata me siguió para tomar asiento en su lugar indicado, se quito sus zapatos para colocarse las zapatillas rojas, se reincorporo nuevamente y me miró en silencio. Solté un largo suspiro al no ver ni una pizca de determinación, esta chica ni siquiera tiene una pizca de ambición, ¿como se puede corromper eso?

—Escucha con atención novata.

—Tiene un nombre y es Edelyn.

—Cierra la boca procuro de Willy Wonka.

—No te atreviste a llamarme así, rubia oxigenada.

—Lo hice—dije mientras giraba a verla—y lo volveré a hacer.

—Ahora si, ya tienes boleto.

—Candy—dijo casi en un grito la novata a lo cual Candy solo se quedó de pie, soltó un largo quejido y se dio la media vuelta.

—Al demonio, dile al estúpido de tu novio que no volveré a hacer esto.

Candy se cruzó de brazos para volverse a sentar, mire a la novata quien estaba de pie de manera recta, parecía que si había algo de determinación después de todo, esta chica es un diamante en bruto.

—Los últimos días hemos estado aprendiendo tu andar, los modales y las reglas básicas para este concurso pero escucha novata, si no hay determinación no podrás hacer nada. Necesitas ser una maldita perra.

—¿Que? Yo no lo comprendo.

—Y no lo harás, después de todo una maldita perra no se puede comunicar con un humano.

—Y sin embargo tu pareces haberme entendido bien, quien lo diría aún ladras.

—Tambien muerdo.

—Apuesto que si—mire a la novata quien aun parecía bastante confundida —¿Como eres cuando tienes sexo con tu novio?

—¿Disculpa? ¿Que? No, nosotros no, no tenemos ese tipo de cosas.

—¿Por qué no me sorprende? Ustedes las vírgenes si que son complicadas.

—No es que sea complicada o me avergüence del todo, además no es que también sea virgen, yo no lo soy...

Menciono en un susurro las últimas palabras, podía ver como su mirada se volvió oscura, como sus ganas de llorar aumentaron, se veía aterrada, se avergonzaba ese hecho y detestaba el conocer esa sensación.
Maldita simpatía.

—Cómo sea, eso no es importante. Continuaremos entonces con los temas básicos de aprendizaje, este concurso no se trata sólo de ser bonita y elegante, también requiere de inteligencia, espero que estés lista novata.

—Lo estoy.

Mencionó segura lo cual me hizo sonreír pero sólo un poco.
Lo que esa chica no tiene de determinación lo tiene de inteligencia, al menos puedo asegurar que en área académica tenemos el lugar asegurado pero esa chica necesita más que eso para triunfar y no sólo en el concurso.

👑👑👑

Mientras caminaba por los pasillos pude ver el terror, respeto, envidia incluso indiferencia de los alumnos. En este mundo es fácil sobresalir cuando eres tonto, inteligente, atlético incluso atractiva pero difícilmente sobresales con tus habilidades, no solo soy alguien atractiva, ni la líder de la fraternidad, soy alguien que aprendió a nadar entre tiburones para convertirse en uno, también por ser arrogante, alguien perfeccionista incluso alguien cruel.
Este mundo no es para los débiles.

Las puertas de la cafetería se abrieron, escuche el susurro de los estudiantes ya que este lugar no era algo que frecuentaba pero ahora mismo necesito inspeccionar a mi más grande contribución.
Me detuve frente a la mesa donde ella se encontraba sentada, me miró un tanto temerosa el sentimiento que creció cuando coloque mis lentes oscuros sobre mi cabeza.

—¿Que estas comiendo? No espera no me respondas, ¿tienes idea de cuantas calorías tiene todo eso? No me respondas, Frida, ve por un almuerzo decente.

—¿Ahora controlarlas que comerá? —preguntó si novio indignado.

—Dudo que un hombre como tu lo entienda, esto es importante, si después de todo quieren comer grasas y alto contenido de colesterol adelante pero mientras tanto no.

—Tu no puedes...

—Esta bien Leví, no tengo ningún problema. Cuando mi hermana participó en sus concursos la acompañaba a hacer sus dietas, esto no es ningún problema.

Frida llegó con el plan de almuerzo con la ensalada, le hice una seña de que cambiará el plato por lo cual Frida lo hizo de inmediato.

—Ahora tira eso.

—¿Que no sabes que la comida es sagrada? —interrogó aquella voz tan irritante.

—Perdona, dale la comida a la joven del criadero—dije mirando a la joven azabache.

—Vaya suerte la tuya, ahora si puedo borrar esa linda sonrisa tuya.

—Adelante.

—Vamos chicas, ¿por qué la disputa? —interrogó él mientras colocaba su brazo alrededor de mi—Hola Zule.

—No me llames así, chico punk—dije quitando su brazo de mi.

—Antes solías llamarme...

—Tus bromas de mal gusto siguen, Lemmy.

—Y tu cara de reina malvada también.

—Patético. Escucha novata—me dirigí a ella lo cual la sobresalto—te entrego tu plan de dieta y ejercicio, espero que lo sigas correctamente. No tendremos práctica hasta el viernes, espero ver avances para ese entonces.

—Claro que si Zulema.

—Eso espero—me di la media vuelta mientras me colocaba mis anteojos para continuar mi camino.

—Pero que zorra.

Mencionó Candy a lo cual Lemmy comenzó a reír, quise detenerme para decirle que era ella la que era una completa zorra pero eso solo demostraría mi debilidad y no era alguien débil.
Yo soy y siempre seré alguien fuerte que lucha siempre contra todo.

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