Capítulo 15
Edelyn
"La medida de la inteligencia es la capacidad de cambiar"
Albert Einstein
Gire sobre mi cama al no poder conciliar el sueño, las cosas entre Leví y yo se habían vuelto extrañas desde ese día. Sabía muy bien que jamás debí haber ido a su hogar pero me deje engañar fácilmente por las palabras de Candy para terminar accediendo.
Se suponía que solo le dejaría las notas y la bolsa de medicamentos para terminar marchando era algo sencillo que termine complicando absolutamente todo, jamás debí haber entrado a su habitación, jamás debí haberme dejado llevar por el impulso más bajos, no debí haberlo besado, no debí haberme dejado llevar, no debí haber deseado más de lo que podía sostener, entre en pánico, recordé cosas del paso que pensé haber enterrado, confundí de una manera horrible a Leví, le tuve miedo, no quise que me tocará, quería alejarlo lejos. Pero cuando fue detrás de mi para arrodillarse y pedir mi perdón entre lágrimas entendí que no era la única que estaba sufriendo, podía ver en el una culpa mezclada con un dolor agonizante, ni siquiera se atrevió a tocarme, se limitó a llorar mientras tomaba la orilla de mi camiseta para que me diera cuenta que estaba ahí, a mi lado pidiendo un perdón por un sentimiento que se sentía tan familiar.
Al final ambos nos limitamos a llorar mientras tocábamos una parte de nuestra prenda por temor a tocar nuestros cuerpos por temor a lastimarnos con nuestro pasado.
No nos hemos vuelto a dirigir la palabra desde ese día, yo tuve un resfriado que duró tres días, él solo se limitó a enviarme los trabajos y tareas a través de mensajes sin decir nada más, realizamos nuestro proyecto por correo y cada quien siguió sentando al otro lado de cada clase, era horrible tener que estar así, no sólo lo evitaba a él, también a Candy, al igual que a todos en la cafetería.
Estaba siendo una cobarde que no quería enfrentar la realidad, estaba volviendo a ser aquella persona que prometí no volver a ser nunca.
Al despertar a la mañana siguiente observe a Suni quién estaba afinando su violín, me levante de la cama sintiéndome aún algo somnoliento para verla en silencio, a pesar de haber recuperado ya del resfriado seguía sintiéndome bastante cansada.
—Ya era hora de que despertarás —mencionó a lo cual observe la hora notando que apenas serían las ocho.
—¿Tienes algún plan en mente?
—Mis padres enviaron dinero como disculpas, después de todo es lo único que saben hacer. Pensaba en ir y gastarlo por ahí, contigo.
—Pero es tu dinero.
—En parte también es tuyo. Además mi hermano fue un idiota contigo.
—Ya te dije que todo fue un mal entendido.
Suni giro a verme, arqueo su ceja pero no dijo nada solo se limitó a guardar su violín.
—Solo prepara tus cosas.
Me dirigí al baño para tomar una ducha, tampoco es que tuviera algo más que hacer ya que mi tiempo libre solía pasarlo con Leví pero ahora que las cosas se habían vuelto tan extrañas entre ambos no tenía nada que hacer, además las cosas con Suni siempre eran bastante tranquilas así que no me preocupa que algo malo fuese a pasar.
Una vez que me aliste, salí junto con Suni en dirección a la ciudad en mi auto, el camino era silencio pero tampoco es que tuviera algún tema en común con ella así que solo me limitaba a seguirla por todas partes.
Al llegar al centro comercial miraba cada tienda que pasamos hasta que nos detuvimos en una gran tienda de tecnología
—¿Que hacemos aquí?
—Vamos a comprar un video juego.
—No sabia que te gustaban los juegos.
—Hay muchas cosas de las cuales no eres consciente de mi.
—Cierto, ¿pero realmente puedes culparme? No me dejas saber mucho de ti.
Ella me miro en silencio por lo cual desvíe la mirada.
—Nací el quince de Abril, ya conoces a mi familia, son todos unos idiotas, estudio grado de ingeniería electrónica, robótica y mecatronica.
—Eso en verdad suena interesante, ¿y que es lo que haces exactamente?
—En resumen, la revolución tecnológica—dijo y se detuvo para observar a un hombre alto que le sonrió mientras se acercaba—. Hércules.
—Suni. Vieja amiga.
Yo miraba al gran hombre con un pequeño acento, luego mire a Suni quien le miraba con furia.
—En nuestra última batalla me hiciste trizas, pero esta vez voy a ganarte.
—Ya lo veremos—reto con una sonrisa en sus labios Suni.
—¿Quien es él?
—Hércules, un rival de robótica. Solemos tener peleas clandestinas.
—¿Peleas clandestinas?
—pregunte sorprendida pero Suni continuó su camino.
—El camino por aquí es algo agitado, tal vez te empujen de aquí por allá así que si no me ves solo pregunta por el área de música y te buscaré ahí.
—Pareces acostumbrada a este tipo de cosas.
—Un consejo,no te separes de tu bolso.
Mencionó a lo cual abrace mi bolso al ver una gran multitud de personajes, me encamine tratando de ir detrás de Suni. El camino fue un constante de empujones, pisadas, disculpas y un interminable camino estrecho por tratar de llegar a algún lado, al salir de entre la multitud pise a alguien me disculpe para seguir avanzando entre tropezones para terminar chocando contra alguien.
—Deberías tener más cuidado, sería malo si tu lindo rostro se arruina.
Mencionó una voz familiar mientras me sostenía por los hombros, levante la vista para ver a Jung quien me sonreía de inmediato me aleje de él y lo escuche reír.
—Veo que aún me odias... ¿Estas con mi hermana? ¿O has venido sola?
—Oye Jung... Vaya, vaya pero que primor, ¿amiga tuya?
—Compañera de clases de mi pequeña hermanita—respondió Jung a su amigo quien me sonreía con coquetería.
—Primor de primera, soy James. ¿Dime preciosa, te gustaría venir con nosotros?
—No, gracias.
—Vamos, será divertido.
Mencionó acercando su mano en mi dirección lo cual me estremeció. Escuché como aquel chico se quejo y gire para ver a Jung quien sostuvo su mano.
—Amigo no insistas, es obvio que ella prefiere la compañía de alguien más.
—Tan arrogante como siempre, Jung.
—Por más arrogante que sea no hablaba de mi, ella se perdió. Esta buscando a mi hermana y si ella se entera que molestamos a su amiga se volverá a alterar, ¿acaso ya olvidaste lo que sucedió la última vez?
—Cómo si pudiera, tu hermana si que es como un demonio. En fin, te vemos el restaurante.
Note como aquel chico se marchó por lo que Jung ahora me miró con una sonrisa.
—Gracias, por ayudarme.
—¿Ahora con esto ya no soy tan idiota?
—¿Por qué te habría de importar mi opinión?
—Eres hermosa, jamás podría vivir siendo odiado por una chica tan linda.
—Cuando odiamos a alguien, odiamos en su imagen algo que está dentro de nosotros.
—Hermann Hesse—mencionó el autor antes que yo—. Entonces tomare eso como un no al odio pero un si al que soy un idiota.
Dijo y desvíe la mirada a lo cual el comenzó a reír.
—¿Y donde esta Suni?
—No lo se, dijo que si me perdía la esperara en el área de música.
—¿Y crees poder llegar sola?
—No tengo cinco años, puedo ir por mi misma.
—Preciosa, no lo digo por eso—dijo señalando detrás de mi—el área de música está al otro lado, tendrás que pasar a través de la gran multitud de cerebritos.
Aquello me hizo soltar un gran suspiro, será una caminata en verdad larga, volví a abrazar mi bolso para adentrarme entre la multitud, en momentos como estos me daba cuenta de las desventajas de ser tan pequeña, sentí como el camino se volvía cada ves más estrecho y constantemente era golpeada por la gente de un lado a otro, incluso alguien me toco el trasero y aquello fue tan incómodo, las grandes multitudes eran tan sofocantes, pero al sentir como alguien volvía a tocarme gire para observar solo a varias personas entre la multitud, solo era una coencidencia, seguí mi camino pero me detuve al escuchar a alguien soltar un quejido.
—Amigo, a las damas no se les debe tocar —Jung sostenía con fuerza a un hombre al cual empujó, todos giraron en nuestra dirección pero Jung solo se acercó más a mi—¿Continuamos nuestro camino?
Mire a aquel hombre que se encontraba en el suelo para recordar que lo había visto desde que había entrado y a juzgar por el actuar de Jung sabía que me había seguido para contemplar todo pero no quería entrar en detalles para darle tantas vueltas al asunto y terminar en una crisis emocional.
Salí de la gran multitud gracias a la ayuda de Jung quien me guiaba y constantemente hacia a las personas a un lado, mire el área de música para después ver a Jung.
—Gracias—me limite a decir para ir al área de música y tomar asiento en uno de los grandes sillones. Mire a Jung quien se coloco frente a mi para ver varios discos pero yo desvíe la mirada para evitar verlo.
—¿Acaso eres una musa? Por qué te veo y...
—Hey amigo, agradecería que dejaras de coquetearle a mi novia
—mencionó Jung a lo cual el chico que tomó asiento a mi lado se levantó para marcharse.
Mire al chico, luego a Jung, ¿que les pasa a los hombres el día de hoy?
—Cuando digo que preciosa no es un coqueteo, hablo enserio
—Jung tomo asiento al otro lado del sillón mientras observaba el álbum de un disco.
—No hace falta que fingas —mencione aquellas palabras que Suni me menciono que dijese si volviera a ver a su hermano, tenía miedo pero sabía que debía reunir todo mi coraje —. Se el tipo de persona que eres, lo que has hecho, jamás has tenido a una chica como algo serio, para ti todos son un juego para tu mero entretenimiento.
—¿Así que eso piensa mi hermana de mi? —interrogó y gire a verlo—puedo notar que esas son sus palabras no tuyas. Pero bueno, es de esperar que mi hermana piense eso de mi.
—Eres consiente del tipo de persona que eres pero aún así no tratas de cambiar, ¿por qué?
—No se puede cambiar lo que tienes definido desde tu nacimiento. Estoy seguro que Suni ya te hablo que el matrimonio de nuestros padres sólo es una imagen, cada quien vive con sus amantes, jugueteando por ahí.
—¿Y solo por que tu familia es así, tu también debes serlo? Creo que lo que define a una persona es ella misma, sus creencias, sus valores, el deseo de ser lo que sueña.
—Son palabras bastante profundas para un pianista.
—¿Y sólo porque soy pianista no puedo ser profunda?
—Se que en realidad no estudias en el instituto musical, ni Suni. Se que ella está en la universidad estudiando robótica pero tu por otro lado no tienes esa esencia de ingeniera, ¿que es lo que estudias?
Me interrogó pero la verdad es que me preocupo más el hecho de que supiera que Suni no estaba en el instituto de música. Lo escuché reír mientras inclinaba su cabeza en mi dirección.
—No te preocupes, no le diré a mis padre sobre lo que en verdad estudiando Suni. Después de todo ella sabe lo que está haciendo y no quiero interponer.
—¿Por qué?
—Es su futuro y sólo ella sabe cómo lo va a definir... Entonces, preciosa, ¿me digas que es lo que estudias?
—¿Por qué necesitas saberlo?
—Cuando quiera ir a buscarte será más sencillo encontrarte.
—¿Por qué harías algo como eso?
—Es porque soy un idiota.
—Es bueno que seas consiente de ello—mire al frente para observar a Suni con los brazos cruzados mientras que su amigo Hércules le acompañaba —nos vamos, Edelyn.
Yo me levante para ir a su lado y vi como Jung también se levantó pero fue detenido por el amigo de Suni.
—¿No me dejaras acompañarte?
—Buscate alguna de tus tantas amigas y pierdete con ella.
—Lo tomare como un no.
—Por cierto preciosa, aquello será nuestro secreto.
Dijo guiñando su ojo en mi dirección, escuche como Suni bufo mientras tomaba mi mano para encaminar nos fuera de la tienda.
—Vaya que tenemos una pésima suerte, espero que mi hermano no te halla molestado.
—No hizo nada, solo se sentó a mi lado para conversar.
—Sea lo que sea que te halla dicho no confíes en él. Sus palabras están tan vacías.
—Comprendo.
Dije pero la verdad es que me quede pensando en todo lo que había dicho.
El futuro es algo que sólo nosotros definimos y no quería que mi futuro continuará sin Leví, no quería que terminara, al menos no aun.
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