Capítulo 14

Leví

Ella era como la poesía, era la expresión de belleza en vivo, incluso aunque tratara de ocultar ese hecho no podía hacerlo, era bella de pies a cabeza. Pero no solamente eso, ella era ese tipo de poesía que expresaba sentimientos profundos, me hacía reflexionar, cambiaba mi percepción de la vida.
Ella era el verso más hermoso nunca antes escrito.
Era esa rima que le daba a mi vida una nueva tonada musical.
Era ese tema amoroso que nunca pensé encontrar.
Era esa manifestación emocional.
Ella era alguien bella con largos versos que pudieron haber llegado a la historia pero como toda buena poesía con gran representación de éxito fue echada al fuego para terminar en cenizas...
Fue arrojada por mi...
Yo la destruí por completo...

—Puedo arreglarlo —aseguré aunque sabía que para esto no había vuelta para atrás y a juzgar por su mirada llena de odio con lágrimas derramadas ella también lo sabía.

—¿Como piensas hacerlo?

—Yo... Yo —tartamudeaba ante cada palabra totalmente indeciso, pues no había solución a algo como esto. Y de pronto todo se lleno de oscuridad y sólo podía verla a ella.

—No lo sabes... No, mas bien sabes muy bien que no hay arreglo.

—Yo aun...

—¡Ya basta! ¡De todas tus tonterías esta a sido la peor! ¡Te odio!

—No, no es así.

—Tan solo vete.

—Dame otra oportunidad.

—Ya no más, solo vete.

—No me pidas que me vaya, yo...

—¡Es suficiente! ¡Ya vete! ¡Largo de aquí! ¡Te odio! ¡Y siempre te odiaré!

—Day.

—No vuelvas me vuelvas a llamar de esa manera... Ya no mas Keyson Leví, ya no más. Tan solo déjame.

—No puedo dejarte—dije mientras me acercaba con desesperación mientras la abrazaba.

—Pero ya lo hiciste.

Mencionó la aleje lentamente para ver su cuerpo cubierto de sangre para después escuchar aquel grito agonizante.

Me levante de golpe mientras mi pecho subía y bajaba sin parar, había tenido nuevamente aquella pesadilla que me atormentaba entre mis recuerdos, gire para observar la hora y notar que aún era de madrugada, me lance a la cama nuevamente para tratar de dormir pero eso nunca sucedió, después de las pesadillas nunca lograba volver a dormir este solo desaparecía dejándome aquellos amargos sentimientos en mi interior.
Incluso aunque intentará olvidar mi pasado mi mente jamás lo permitiría, todo estaba grabado ya en mi memoria, mi conciencia aún me atormentaba y era algo que no podía cambiar sin importar cuanto tiempo pasara.

Escuche como alguien tocó la puerta y solo abrí los ojos sintiendo una gran pesadez en mi interior, no me había percatado en que momento el sueño se apoderó de mi y me hizo caer en un largo sueño, gire para observar a Dina quien me hablaba pero no lograba entender sus palabras, ella se acercó a mí y sentí un escalofrío recorrer mi cuerpo cuando coloco su mano fría sobre mi frente.

—Estas ardiendo en fiebre, Keyson. Creo que deberías quedarte a descansar hoy en casa.

—Me siento horrible.

—Y te ves así, cariño. Iré por algo de medicamento, ¿crees estar bien solo?

Yo solo asentí a lo cual vi una sonrisa en su rostro.
Me arrope más entre mis sábanas sintiéndome algo patético por haberme enfermado y por aquellos amargo recuerdos, aunque más que provocar en mi aquel doloroso sentimiento era como un recordatorio sobre todas las cosas malas que hice, era una manera para señalar mi límite, aquella línea que jamás debía cruzar nuevamente, era mi recordaría para no volver a atrás.
Cuando Dina me entregó algo de medicamento lo tomé de inmediato y volví a dormir. Cuando volví a despertar un gran silencio me invadió, era extraño no escuchar nada en esta casa que constantemente era un completo caos, ya sea porque Patrick o Dina este riendo entre ellos o el escándalo entre las hermanas, mayormente los regalos de Tina hacia Candy por uno de sus tantos actos rebeldes o incluso la ruidosa música de Lemmy quien tambien se paseaba por esta casa como si fuese suya.
Decidí levantarme para tomar una ducha, quería quitarme aquella sensación pegajosa que me dejó el sudor, incluso quería quitarme en cansancio que me provocaba la fiebre. Al terminar salí para buscar algo de ropa, me vestí con un pantalón deportivo ya que quería estar algo cómodo, escuche como alguien toco la puerta y gire para ver la hora, las chicas ya habían vuelto de la escuela al igual que Dina.

—Adelante — conteste mientras seguía buscando alguna camiseta.

—¿Te encu... Por Einstein, lo lamento.

Gire para observar a Edelyn quien se había dado la vuelta, no pude evitar reír mientras tomaba cualquier camiseta para ponerme ya que podía notar su vergüenza desde mi lugar, me acerque a ella tratando de ocultar mi sonrisa.

—No te preocupes, no fue nada espectacular que ver.

—Escuche que estabas enfermo y vine a entregarte los apuntes al igual que la tarea.

—No te hubieras molestado. Pudiste haber enviado un mensaje.

—Pensé en lo mismo ya que no quería molestarte pero Candy insistió en que... —ella callo cuando la tomé por los hombros para girarla en mi dirección. Su mirada estaba fija en la mía, su sonrojo aún se encontraba y no pude evitar sonreír —. Deberías secar tu cabello, así jamas te recuperarás por completo del resfriado.

—Estaré bien. La verdad es que ahora me siento mejor que antes.

—¿Ya tomaste algo de medicina?

Pregunto con tanta inocencia que me conmovía, me limite a asentir a lo cual ella sonrió aliviada.

—Te hice una copia de los apuntes y tareas.

Mencionó mientras retrocedía un par de pasos para buscar algo en su mochila la cual me entregó. Tomé la carpeta para observar las notas, no lo había notado hasta ahora pero su letra era muy bonita, al igual que su caligrafía. Sentí un poco la garganta seca por lo que tosi un par de veces.

—¿Aún te sientes mal? También traje algo de vitaminas y medicina—dijo mientras sacaba una bolsa de su mochila— aunque Candy me contó en el camino que su madre es enfermera así que tal vez no lo necesites.

—Lo quiero—dije al ver su intención de volver a guardar la bolsa, tomé la bolsa junto con su mano para sonreír —. En verdad estoy bastante agradecido, realmente eres una persona bastante fantástica.

Pase a mi habitación para dejar el folder con las notas a un lado para sentarme en la cama para ver lo que Edelyn había comprado, la vi de pie en la puerta y ella solo me dio una media sonrisa.

—Pues pasar, no hay ningún problema.

—Oh no, yo —ella miró a través del pasillo y después me miró nuevamente para pasar un tanto desconfiada, se acercó lentamente para tomar asiento en una de las orillas de la cama—. El profesor Barner nuevamente realizó un proyecto en parejas, como estabas enfermo me dejó ser tu pareja nuevamente.

—Realmente fue una completa fortuna.

—Si, eso creo.

Deja las cosas a un lado para acostarme en dirección a Edelyn, recargue mi cabeza sobre sus piernas y pude notar su confusión.

—En verdad me siento bastante mal.

—Lamento que te sientas así.

—Yo también... Sabes, cuando era niño mi abuela solía cuidarme mucho, incluso me consentía bastante, recuerdo que solía acariciar mi cabeza mientras me tarareaba la canción Claro de luna.

Mencioné y a los pocos segundos sentí como Edelyn comenzó a acariciar mi cabeza para comenzar a tararear la canción Claro de Luna.

Susurros que se van
Junto con tus lamentos
Que escapan de tu cuerpo
El cuello un saxo que al vibrar

Me levante lentamente para verla a los ojos mientras ambos cantábamos aquella melodia.

Llena de oscuridad de música francesa
Y dulce de amor.

La vi a los ojos observando mi reflejo en su mirada y simplemente la besé.
Fue tan sorpresivo al principio para ambos al inició, pero en aquella mirada tan confusa también pude notar cierta curiosidad por lo que con más confianza tome sus mejillas para volver a besarla. Sus labios eran tan suaves, podía sentir el dulce sabor del Frappe azucarado que había tomado. Una de mis manos viajo hacia su nuca con la intención de intensificar aquel dulce beso, recorte lentamente a Edelyn sobre la cama para colocarme encima de ella con cuidado para evitar aplastarla con mi peso pero ella se alejo con brusquedad y en aquella mirada donde antes pude percibir curiosidad estaba llena de terror, de inmediato me levante para verla apenado, ella llevó sus manos hacia su rostro pero aún así pude darme cuenta de cómo es que ella quería llorar. Antes que pudiera decir algo ella tomó sus cosas y se marchó corriendo de mi habitación, me quedé de pie recordando no sólo lo que había pasado ahora si no también en el pasado peor esta vez no me quede de pie sin hacer nada, fui detrás de ella.
Salí de la casa para ver a Edelyn de cuclillas llorando mientras ocultaba su rostro sobre el asiento del copiloto, me acerque lentamente a ella para arrodillarme a su lado, quería abrazarla pero no sabía cómo fuese a reaccionar.

—Lo siento, Edelyn... No quería asustarte... Yo jamás te obligaría a nada.

Dije ella solo seguía llorando.

—Edelyn, perdón... En verdad, perdoname... Yo jamás te haría daño, lo digo enserio.

Dije mientras tomaba la orilla de su camiseta, verla de esa forma sin poder hacer nada tan solo revivia cada vez más mis recuerdos del pasado.
No pude evitar seder al llanto mientras pedía disculpas sin parar, sentí como ella también tomó la orilla de mi camiseta, la mire aún con lágrimas en los ojos notando aquel sufrimiento que al igual que el mío no podía ser contado, por lo que limite a compartir con ella nuestro sufrimiento a través del llanto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top