Capítulo 11
Leví
Me sentí feliz por Edelyn cuando menciono que había salido fuera con su compañera de habitación, eso indicaba que se habían convertido en amigas por lo que tendrían una nueva convivencia sin mencionar que le vendría bien una amiga tranquila y no alguien como Candy que parecía que le sonreía con maldad cada vez que miraba a Edelyn, a veces me preocupaba que ella la metiera en problemas y conociendo a Edelyn no se negaría a nada con tal de complacer a la otra persona.
Pensé que hoy la vería feliz, que cuando me acercara a ella estaría tan emocionada que me contaría todo lo que pasó con total alegría pero en vez de eso la encontré en su asiento con un par de audífonos mientras sólo miraba un libro el cual estaba al revés, me acerque a ella para pero no parecía prestar ni la misma atención a lo que se encontraba en su entorno, tomé el libro para girarlo y ella giro a verme mientras se quitaba los audífonos.
—¿Estas bien?
—Si, no es nada.
—Ya veo—dije mirando el libro un poco convencido —no sabía que tenías el talento de leer los libros al revés.
Ella miró el libro y sólo me dio una media sonrisa antes de mirarme nuevamente.
—Supongo que me sumergí en mis pensamientos.
—¿No te fue bien en el viaje con tu compañera?
—No es eso, de hecho ya somos más cercanas.
—¿Y cuál es el problema?
Te ves bastante triste y sabes algo, no me gusta verte así.
Ella me miro en silencio, volvió su mirada al libro mientras lo abría y cerraba sin parar, se veía bastante dudosa, yo me incline un poco para recargar mi cabeza sobre su banca.
—Esta bien si no quieres contarme pero si hay algo que pueda hacer para hacerte sonreír solo dilo.
—Realmente no es nada, es solo que... ¿No tienes algún amargo recuerdo? Ese que aunque ya halla pasado mucho tiempo sigue doliendo.
Mencionó y de inmediato el recuerdo de ella llorando mientras me gritaba furiosa vino a mi, yo asentí mientras tomaba su mano con cierta necesidad de entender aquel dolor que parecía mutuo.
—Los tengo, son tantos que a veces creo que voy a ahogarme.
—¿Y como superas todos esos recuerdos?
—Sinceramente nunca se superan, la única opción que queda es aprender a vivir con ellos. Aceptar que son parte de nosotros.
—¿Incluso aunque aún te hagan llorar?
—Esta comprobado que el llanto es la mejor manera de expresar alivio.
—No considero eso como un alivio, es más como una carga.
—Tal vez porque estas acostumbrada a llorar sola pero la próxima vez que quieras llorar solo llámame, prometo estar ahí.
—No estoy segura de llorar frente a ti.
—No te preocupes, puedes esconderte en mi pecho mientras yo te abrazo.
Ella me miro en silencio con cierta inseguridad pero aún asi asintió con la cabeza, su vista ahora se concentró en su mano la cual sostenía y note como se alejo lentamente como si mi agarre le fuese incómodo por lo que la deje ir lentamente.
—Patricio me obligó a tomarme el día de hoy, ¿te gustaría ir por un helado?
—
Suena bien.
—Bien, vayamos juntos después de clases.
Ella solo me regalo una media sonrisa, quise seguir a su lado para continuar conversando pero el profesor entró al aula mientras nos felicitaba por ser los primeros en llegar para después ser él, el protagonista de la conversación por lo que tuve que volver a mi lugar. Por supuesto no la perdía de vista ni por un momento, siempre la encontraba a Edelyn en mi campo de visión durante todas las clases, ella es alguien quien se que vale la pena.
Al finalizar las clases fui directo a su asiento con gran alegría sin embargo mi sonrisa se borro al notar cierta palidez en su rostro.
—¿Estas bien? —pregunté preocupado y ella negó.
—Me siento un poco mal
—me confesó mientras se levantaba.
—¿Quieres ir a la enfermería?
—Solo es un pequeño malestar, estaré bien
—mencionó ella dio un paso pero se detuvo cuando una de las chicas de la clase le susurro algo por lo cual ella tomó asiento de inmediato —oh, gracias.
—No es nada—le respondió la chica antes de marcharse. Mire confuso a la joven pero esta confusión solo creció más cuando observe a Edelyn quien estaba completamente roja del rostro.
—¿Estas bien? —pregunté y ella solo a sintió —¿Que fue lo que esa chica te dijo?
—No es nada importante.
—¿Aún quieres ir a la enfermería? —Pregunte y ella negó. Me acerque a ella al notar que el sonrojo crecía, coloque mi mano en su frente —. Estas ardiendo, ¿segura que no quieres ir a la enfermería?
—Estoy bien, no es nada.
—Estoy seguro que te pasa algo, si no piensas moverte de tu lugar yo tampoco lo hare—ella me miro y note su sonrojo crecer mientras me miraba y finalmente me dijo algo pero apenas y pude comprender—. No pude escucharte, ¿podrías decirlo en voz alta?
Ella me miro por primera vez molesta y vi como oculto su rostro entre sus manos.
—Que estoy en mi período y que fue una pésima idea usar blanco hoy.
Oh... Oh... Ahora todo tenía sentido.
—No tienes que sentirte apenada, es un proceso natural en todas las mujeres —dije mientras me quitaba mi chaqueta
— Ven, te ayudare a ocultarlo y buscar un baño.
—Esto es tan vergonzoso.
—No tiene porque ser así, creo que todos deberíamos ser más conscientes y verlo como algo de lo más normal.
Ella tomó mi chaqueta para enrollarla en su cintura, se levantó lentamente y me miró apenada por lo que me gire ya que sabía cuál era su preocupación.
—Lamento haber arruinado esto.
—No te preocupes, no es como si lo hubieras hecho a propósito.
—Yo iré al baño por un momento.
Yo solo asentí con la cabeza, gire al escuchar sus pasos para verla caminar lentamente mientras llevaba sus manos a su abdomen, aun recordaba aquel experimento social que Candy me hizo participar y como se sentía el simulador de dolor en un período por lo que me hacía la idea de su incomodidad. Me acerque a ella para ayudarle con sus cosas para así caminar juntos al baño.
Todo el recorrido hacia su habitación fue de un silencio total, no quería incomodarla por lo que no dije ningún otro comentario al respecto, solo quería que ella se sintiera más cómoda.
—Nos vemos después —se despidió cuando entró llegamos al edificio donde se encontraba su habitación, me despedí con gesto pero al verla subir los escalones con tanta dificultad fue cuando decidí acercarme.
—Creo que no necesitas ayuda.
—No hace falta, no quiero ser una molestia.
—Jamás serias una molestia para mi—dije mientras la ayudaba a subir por todos los escalones.
—En verdad lamento mucho esto—podía notar el sonrojo de sus orejas mientras la ayudaba a subir por las escaleras.
—No te preocupes, la verdad es que estoy acostumbrado. A diferencia de ti, Candy es una sin vergüenza que no le apena nada por lo que e vivido este tipo de situaciones más de una vez.
—A veces quisiera ser como ella.
—No lo hagas, esta bien como eres. Me agradas de esta forma.
—Desconfiada y con poco autoestima.
—Me refería a amable y bondadosa. Pero si quieres tener más confianza es algo en lo que puedes trabajar, solo se paciente.
—No se como podré cambiar algo como eso.
—No te preocupes, puedo ayudarte.
—Es por aquí —comento mientras giramos por el pasillo hasta llegar a su habitación, la vi rebuscar las llaves entre su bolso pero antes que pudiera encontrarlas la puerta se abrió y mi vista cayó en ella.
—Conoces las reglas Edelyn—hablo Suni mientras la miraba a ella.
—No te preocupes, Leví solo me acompañó ya que tuve un problema.
—¿Levi? —interrogó con un tono casi bromista que apenas pudo ser perceptible.
—Muchas gracias por acompañarme y ayudarme, te devolveré tu chaqueta después.
—No hay problema.
—Cuidate de regreso a casa —se despidio mientras entraba. Mire a Suni quien me cerró la puerta en la cara sin embargo no me fui, desde mi lugar las podía oír conversar y tras pasar unos minutos la puerta se volvió a abrir y fue cuando vi a Suni encaminarse hacia las escaleras.
—Suni, debemos hablar.
—Si quieres que no me entrometa en el juego que estás haciendo ahora no hace falda que vengas y me adviértase, mientras no se interponga en mi camino no diré nada.
—Esto no es como el pasado. Edelyn en verdad es mi amiga —baje los escalones junto con ella hasta estar a la par. La escuche soltar un risa burlona—. Habló muy enserio, sin trucos, ni apuestas está vez. Edelyn es mi amiga y por eso no quiero que ella sepa la verdad.
—Sigues siendo el mismo idiota no importa que tanto trates de ocultarlo. Estoy segura que tarde o temprano lo arruinaras y ella se dará cuenta del tipo de persona que eres.
—En verdad cambie, se que aún sigo siendo una persona con muchos errores, que sin importa lo que haga no puede enmendar todo lo que hice pero aún así me esfuerzo.
—Ver para creer Keyson.
—Es enserio Suni—dije mientras tomaba su mano para que me mirase—. Ella me gusta, en verdad me gusta y no quiero que me odie.
—Vaya imbécil. ¿Realmente crees estar enamorado de ella? Al final solo la vas a lastimarme.
—Se lo que piensas...
—No, no es así.
—Si supieras lo que piensas te darías cuenta por ti mismo lo estupidez de tus palabras. Edelyn no te gusta por lo que es y mucho menos por ser una mujer de grandes encantos que pudieran aparecer en tus sueño, lo único que ves es un reemplazo al cual crees que podrás sumar puntos para enmendar tus errores. Si crees que saliendo con ella te hace mejor persona no sabes en el gran error que estás.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top