La Última Maga

Primero que nada. Temazo.

Si los que están leyendo esto saben de que anime son, significa que son de cultura. De base espero que les guste este singular crossover que trae a escenario a uno de mis personajes favoritos de este anime —además de ser waifu—. Acabando con el relleno.

Que comience...

—SECRETOS DE UNA FALSA MORI SUMMER—
[NARRA IZUKU]

Todos siempre mostramos algo de nosotros mismos, que en algún momento terminamos arrepintiéndonos con el paso del tiempo. Es normal que sea actos o ciertas palabras que nos reprochamos una vez que podemos observar las cosas como realmente son.

Sin embargo...

¿Qué me dirías, si te revelo qué hay cierto síndrome que lleva esto a otro nivel? Y no, cuando hablo de otro nivel, no me refiero a sentarse como un personaje de tu anime favorito, o creer que si actúas como cierto protagonista o personaje secundario de una obra de ficción, las chicas serán atraídas por tu olor rancio.

Yo hablo de la cumbre de los arrepentimientos que puede cometer una persona cuerda —en el ámbito estudiantil—.

Y el nombre de este "terrible" mal, no es otro que "el chuunibyou". Algo así como el síndrome del octavo grado.

Para contener todo lo que engloba este concepto, dire le cuatro reglas básicas para entrar a perder tu orgullo.

Estupidez, necesidad, cantidad extraordinaria de imaginación, junto con una buena dosis de dudosas influencias. La combinación de estos factores, te pueden dar como resultado, un síndrome que te arruinará fácilmente toda tu vida en secundaria.

Si tienes suerte y ganas de olvidar esos errores, lograrás llevar una vida normal en preparatoria, sin embargo, si no tienes la dicha. Te puedes ir preparando para joder toda tu vida estudiantil.

Los más importante que debes hacer, y que de ello depende que te ahorres la burlas, consta solamente de...

~Guardar tus secretos~

{Primer Encuentro}

Salí de mi hogar corriendo.

—Diablos, estoy llegando tarde.

Pasé las zonas peatonales y crucé las calles de Musutafu lo más rápido que mis piernas me lo permitían.

Estuve varias veces cerca de caerme, pero finalmente llegué a donde se comenzaría a formar mi futuro.

—Finalmente estoy aquí —miré la enorme edificación que había en frente de mí—. Academia U.A.

Una fuerte brisa llegó hacia mí, cerré los ojos para evitar que me entrara algo en ellos. No pudo evitar querer llorar. Después de tanto esfuerzo, por fin podía pararme en la línea de inicio.

Aquella meta que parecía imposible, ahora se me presentaba para que la pudiera tomar, simplemente genial.

—Muy bien, es hora de entrar —saqué mi billetera de mi bolsillo trasero y tomé la tarjeta de reconocimiento.

Cuando ya estaba por registrarme, un grito de alguien detrás de mí me detuvo.

—!Espera un momento! —recogí la mano y me giré para ver de quién se trataba.

Era un chica, más baja que yo. Sus ojos eran de un castaño claro con un ligero pigmento anaranjado, su pelo era relativamente largo, de castaño claro. Tenía una pinza para el pelo de color rosa en sus flequillos.

Un momento... ¡Es una chica!

—Aún no pases la tarjeta, por favor —dijo con la respiración acelerada, seguramente también tuvo un contratiempo.

—¿Por qué? —pregunté calmado, por suerte ella mantenía una distancia entre ambos.

—Dejé mi tarjeta en mi casa... y se que sin ella no puedo entrar —con su mano derecha se rascó su cabeza mientras sonreía—. ¿Me dejarías entrar contigo, por favor?

Una chica me está pidiendo entrar con ella algún lado... ¡y no es una enfermera!

Sin perder tiempo asentí con la cabeza.

—Gracias.

Puse mi tarjeta en el escáner, las puertas metálicas se abrieron hacia los lados dejándonos pasar a ambos.

Al ambos entrar pasamos corriendo, de todos modos estábamos llegando tarde. No por mucho, pero no estoy dispuesto a perder más minutos.

Una vez los dos llegamos a la entrada de las dos torres que estaban conectadas, cada uno tomó un camino distinto.

—Gracias de nuevo, por cierto. Soy Nibutani Shinka —alzó la mano y la agitó.

—No hay de que, Nibutani-san. Me llamo Midoriya Izuku —repetí la acción de ella y me fui de allí corriendo feliz.

—¡Adiós, Midoriya-san!

Era la primera vez que realmente hablaba con un chica. Esta vez si intercambié palabras.

Simplemente épico.

Al pasar varios pasillos, y subir algunos pisos me di cuenta de algo.

—No sé dónde queda mi salón...

Ese día recibí mi primer regaño por culpa de llegar tarde. La conclusión fue sencilla, perdí y gané, pero creo que gané más de lo que perdí.

{Un descuido}

Llegué a mi hogar cansado. Tenía entre mis manos un montón de papeles sobre trabajos que tenía que realizar.

Mamá no estaba, así que tendría mi hogar solo hasta que ella termine de trabajar.

Fui hacia la nevera y saqué una lata de gaseosa. La bebí hasta la mitad y deje la lata sobre la mesa.

—Bueno, esos trabajos no se van a hacer solos —saqué las cosas que necesitaría para hacer mi tarea y comer mientras lo hacia y entré a mi cuarto—. Primero comienzo por historia de quitas...

Encendí mi computadora y abrí mi navegador Guugla (sin copyright) y entre a wiquipedia (sin copyright) y empecé a buscar lo que me pidieron.

Tome y una de las hojas de al principio, y leí la primera pregunta.

—Primeros registros de Quirks; Primeras mutaciones; Descubrimiento del factor Quirk; Consecuencias en la sociedad; Quirkless... —apreté un poco la hoja, nunca me gustó ese término con el que se me calificó desde pequeño.

Me senté en mi silla y me acerqué hacia la pantalla.

Ahí comenzaron varias horas buscando información verídica, que esté sustentada con fuentes de confianza, y que hayan sido tomadas por "innegables".

Sin embargo, cuando llegué al penúltimo punto, me encontré con algo curioso. Ni siquiera yo que había sido un friki de los quirks tenía la menor idea.

Cómo se vio afectada la mente de las personas, trastornos mentales, demencia, etc. Gente que no pudo aceptar del todo la actual realidad de la sociedad y su mente no pudo con ello.

—Tengo que tomar algunos ejemplos.

Abrí algunos links que me dirigieron hacia una página cuya enfoque principal era hacia ese tema.

—Hay bastantes. Tomaré tres al azar.

Tras copiar las primeras dos, inició mi búsqueda en la tercera, pase algunas. Hasta que llegué a una que decía "Chuunibyou (Quirkless)".

La curiosidad me ganó y entre a esta. Empecé a leer la información de esta en voz alta.

—El síndrome de octavo grado (Chuunibyou), se basa en la obsesión de cierto individuo con los mangas, animes y videojuegos hasta el punto de creerse un personaje, normalmente inventado por él, que combate en un mundo de fantasía, sentando unas bases propias del los juegos de rol pero creyendo que éstas son reales...

Baje la página para seguir leyendo.

—Sin embargo, esto era antes. Con la aparición de los quirks, también la gente que sufría de este síndrome cambió. A día de hoy, según estudios de la Universidad de Tokio, el Chuunibyou, se presenta en gente que carece de un quirk —miré de reojo la ventana, se estaba oscureciendo el cielo—. Estos al sentir que no tiene forma de encajar, se introducen en un mundo en donde tienen algún poder que compensa la falta de el de ellos. Generando así, el Chuunibyou (Quirkless)

Más información.

Copié algunas cosas más, y terminé el primer trabajo. Decidí que era mejor tomar un pequeño descanso.

Me paré en frente de la ventana y la abrí. El aire helado entró sin control, las cortinas se sacudieron un poco. Reposé mis manos en el borde de la pared y cerré los ojos.

—Algo que tenemos sólo nosotros... ja. Por primera vez puedo decir que tenemos algo más que los demás no —el cielo bramó—. Sin embargo, eso podría empeorar la condición de quien lo sufra incluso después de "curarse". Menos mal no lo tuve.

Cerré de nuevo la ventana y volví a tomar asiento. Tome otra de lado hojas al azar, y así empezó una larga jornada de tareas, pero no fue del todo aburrida.

Mientras resolvía algo de física, recibí un mensaje por Lain (sin copyright). Casi se me cae el celular al ver de quien se trataba.

Hola, Midoriya-kun.

Hola, Nibutani-san.

¿Estás ocupado?

Esto es increíble, estoy hablando con una chica por celular. Parece algo de fantasía.

Más o menos, estoy haciendo unos trabajos.

—¿Necesitas ayuda?

No, además no quiero molestar.

Creo haber dicho lo mismo cuando estudiaba para mis exámenes, pero alguien decidió ayudarme con todo lo que pudo. Además no recibiré un no por respuesta.

No pude evitar reírme por eso, me sorprende que ya hayan pasado 6 meses desde que conocí a Nibutani-san.

Está bien, ¿necesitas que te pase de nuevo la dirección?

No, solo abre la puerta.

Me levanté de mi silla y fui hacia la entrada del apartamento, en cuanto abrí la puerta casi se me sale el alma del cuerpo.

Ella estaba parada, tenía un paraguas en su mano derecha, estaba vestida con un saco de color rosa pastel, y una sudadera jogger de color rosa también. Su pelo estaba como siempre, y su nunca ausente pinza de color rosa.

—¿Estabas aquí desde antes de escribir?

—Jejeje... mejor te ayudo y después vamos con las preguntas —cambió el tema y pasó a mi lado—. ¿Algo muy complejo para ti, genio-san?

—No te dejaré ver mis exámenes de nuevo, Nibutani-san. De todos modos agradezco tu ayuda. Y mejor pasa antes de que te enfermes por el frío.

—No soy una chica débil —bufó ofendida—. El hecho de no tener quirk no hace que mis defensas sean nulas.

—Solo intentaba ser bueno —suspiré y ella rio al verme.

—Lo sé, es por eso que somos amigos.

Casi lloro con esas palabras, sin embargo me contuve. No quería parecer un llorón en estos momentos, lo soy, pero no puedo serlo siempre.

Ella caminó hacia mi habitación —en la cual ya había estado un par de veces— y se sentó sobre mi cama.

Yo venía detrás de ella y le ofrecí un poco de té para que no se congelara.

—Empecemos —dijo ella, y seguido de eso un trueno resonó en el cielo.

A los pocos segundos, el ciclo del agua continuó dejó la mejor parte.

La lluvia.

Sin más que hacer, tomé las hojas que tenía y se las enseñé, ella decidió que haría las más cortas.

—Si que te enseñan cosas extrañas —se levanto y de la cama y fue hacia mi silla—. Ahora repitiendo tus palabras "un héroe no solo ayuda con los puños, por ahora considérame como tal" —imitó su tono de voz y no pude evitar rascarme la cabeza nervioso.

—Ya por favor.

Lanzó una mirada burlona y empezó a buscar cosas en la computadora, mientras eso pasaba, opté por revisar mis anteriores trabajos para rectificar de no haber cometido ningún tipo de error.

Pasé varias hojas sin encintara nada extraño, pero cuando volví a leer la parte del síndrome de los quirkless. Me pregunto que ella pensará de ese tema.

—Nibutani-san —ella se giró para prestarme atención—. ¿Alguna vez habías escuchado acerca del Chuunibyou?

Al hacer la pregunta ella casi se cae de la silla, y su mirada se desvió rápidamente de la mía. Que extraño.

—¿Po-por qué preguntas eso?

—... Fue una de las consultas que hice antes de que llegaras.

—Ah, era eso.

—Eso significa que si lo sabes, ¿conoces a alguien que haya pasado por eso? —sus ojos se cerraron como si no pudiera responder—. Perdón por eso, no quería ponerte incómoda, Nibutani-san.

—N-No es eso. Es solo que no precisamente —respondió, pero eso solo me dejó con más dudas.

—Está bien.

Volví a lo mío, ignorando lo que acababa de pasar. Tal vez es un tema delicado para ella. Puede que incluso alguien cercano lo sufriera, debe ser complicado hablar de eso.

Aunque no toqué el tema de nuevo, sentía que el ambiente estaba un poco tenso. Me estaba poniendo ligeramente incómodo.

Tenía que hacer algo para arreglarlo.

Pero. ¿Que debería hacer? Tal vez un chiste... no, soy muy malo son eso. ¿Qué tal si le enseño mis apuntes de héroes? No... ya los leyó y se rio de mí.

Piensa Izuku, no es tan difícilmente, ¿verdad?

Tras casi expandir mi mente a límites inimaginables, decidí optar por la opción más simple/ básica que puede haber actualmente.

—Nibutani-san, ¿te gustaría ver una película? —ofrecí no muy convencido de su respuesta.

Al parecer la pregunta la tomó desprevenida.

Se quedó viéndome por unos largos segundos que se me hicieron tan eternos como cuando la comida está en el microondas.

Pero, repentinamente ella se paró de la silla y se acercó hacia mí con una mirada sombría. Me tomó por los hombros y me lanzó una mirada amenazante que me hizo tener un escalofrío por todo el cuerpo.

—¿Que hiciste con el nervioso Midoriya Izuku? —mis labios temblaron.

Era la primera vez que decía mi nombre completo. Creo que es una mala señal.

—E-es qué es mejor si tomamos un descanso —contesté acelerado—. A-además tengo plazo de presentar esos trabajos hasta la otra semana.

—Sigue siendo extraño —me soltó de los hombros y se señala el pecho con el dedo—. Pero acepto.

Fiu, menos mal no terminó mal.

—Ok. Hay una película que recién se estrenó en Imazon Primer (sin copyright). Mientras puedes esperar.

Ella asintió y se acostó sobre mi cama.

A veces me sorprende lo increíblemente cercanos que nos hemos vuelto. Tal vez es porque ambos somos quirkless.

No es hora de pensar eso ahora.

Busqué en internet la película.

—Midoriya-kun. ¿Cómo se llama la película? —oprimí el entre y me aparecieron los resultados, sin embargo, algo me llamó la atención.

Había una pagina cuyo título era "Mori Summer, la última maga del mundo"

—La ultima maga del mundo —dije sin más—, pero encontré algo de Mori Summer, que nombre raro, ¿no crees, Nibutani-san? —no recibí ninguna respuesta—. ¿Nibutani-san?

De la nada alguien me tapó los ojos con fuerza y me jaló hacia el piso y se puso sobre mí.

—¡No veas eso! —gritó con los ojos cerrados y con la cara roja.

—¿Por qué? —desvíe mi mirada hacia la pantalla, y para mi sorpresa, estaba la foto de una chica.

Tenía un velo transparentado sobre la cabeza, como si fuera el de una casada. Con un uniforme de color blanco, acompañado con un cinta de color rojo. Un brazalete de color dorado, y finalmente una pinza con piedras que simulaban ser preciosas.

Pero los más raro de todo...

—¿Nibutani-san? ¿Tú eres Mori Summer?

—¡Te dije que no vieras! —su enojo se notó bastante y me levantó del piso tomándome de la camisa y acercándome a su rostro—. Escúchame bien, Izuku —pase saliva nervioso de lo que sea que fuese a pasar—. Si llegas a decirle a alguien de esto lo lamentarás, ¡¿entendido?!

—S-si.

—Más te vale, porque yo también tengo secretos de ti, noveno —sus ojos se clavaron en los míos, se mistaba muy intimidante.



¡Ah! Casi se me olvida decirlo. Esta es la historia, de como descubrí su secreto y me terminé volviendo parte de el... uno que si supo guardar.

Un secreto de ambos.













































































Aún sin quitarme los ojos de encima o siquiera alejarme de ella. El silencio de ambos permaneció por unos segundos hasta que la puerta fue abierta sin previo aviso.

—Izuku. Ya llegué —dijo mi madre—. Vi el paraguas de Shinka-Chan. ¿Ella está aquí...?

Se quedó callada al vernos a ambos. Su cara plasmó su sopéese y se tapó los ojos.

—¡N-No es lo que parece!

—Perdón por interrumpirlos —cerró la puerta dejándonos a ambos con el rostro rojo.




















Yujuuu. Por fin saqué esta historia, la tenía guardada desde hace un tiempo, pero hoy, por fin sale. Espero que les haya gustado. Si tiene alguna sugerencia pueden dejarme en los comentarios.

Entre más votos reciban los One Shots, más me animaré a escribir más cosas de este tipo. Así que dejen su estrella si quieren más de ello.

Cómo se habrán dado cuenta, esta historia tendrá una segunda parte ya que no quería sobre cargarla en un solo caso y meter tantas palabras. Quiero que en lo posible sea ligero de leer, no como héroe en aprendizaje.

¿Les gustó?

Continuará...

GottoCatch

Palabras usadas (Sin relleno): 2581

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