Capítulo 5: Folklore


El salón de Folklore; un lugar bastante característico y fuera de lo común: Las paredes eran de un color marrón claro, las mesas eran dobles y de una madera oscura pero a su vez daban un aspecto de antigüedad que llamó mi atención, sus paredes estaban adornadas con mapas e imitaciones de obras de arte antiguas y para qué hablar de los dos grandes libreros que estaban al fondo del salón.

Y lo que más me sorprendió fue su profesor: Un hombre de mediana edad, de gran estatura, cabello negro con algunas canas que le daban un toque plateado y barba negra bastante incipiente. Su atuendo iba a la perfección con aquel lugar único, pues también vestía como si fuera del siglo pasado: Con una camisa blanca y corbata negra, encima tenía un chaleco marrón puesto y unos pantalones a juego. Pero no me sorprendió en sí su atuendo, pues ya lo había visto esta mañana. Este profesor se trataba del señor Monroe…

—Muy bien, todos a sus asientos —Sacó un reloj de bolsillo —La clase está a punto de comenzar —Miró la hora en el antiguo artefacto.

¿Quién en estos tiempos lleva un reloj así?

—Espera un momento, Eva —Me detuvo justo cuando iba a sentarme. 

—Antes de comenzar, démosle la bienvenida a la señorita Eva Holden —Comunicó el profesor frente al salón repleto de estudiantes.

 
Algunos compañeros saludaron educados y otros simplemente hicieron como si yo no existiera. Y entre los nervios por aquella presentación pública frente a treinta desconocidos noté que entre ellos uno sí lo conocía…

Matt…

Estaba sentado solo en la primera mesa, con una torre de tres libros frente a él y un cuaderno abierto entre sus manos. Matt era el único que me miraba, y noté cuando sonrió sutílmente a boca cerrada mostrando un pequeño hoyuelo en su mejilla.

—Vamos a sentarnos —Me pidió Lucy en un susurro mientras me agarraba por el brazo y me conducía hacia nuestra mesa, la cual quedaba justo detrás de la de Matt.

—Gracias… —Le susurré a la chica y esta me devolvió una sonrisa genuina.

—El profesor Monroe siempre le da la bienvenida a los nuevos así —Confesó la chica.

  Desde atrás veía el cuerpo de espaldas de  Matt y él seguía con su vista puesta en el pizarrón, y justo en ese momento ví cómo una bola de papel lo golpeó en la cabeza. Matt volteó a ver y yo también lo hice disimuladamente. Se trataba de un chico grande y musculoso, de cabello oscuro, que vestía con la chaqueta del equipo de fútbol. El muy desgraciado tenía una sonrisa burlona y pasó uno de sus dedos por su cuello haciendo una señal de degollado.

¿Quién es ese?

—Hoy abordaremos el tema de "Las runas" —La voz del profesor me sacó de mis pensamientos —Lo que ven a la derecha son runas de protección, y a la izquierda runas de maldiciones —Explicó detenidamente.

   Había dibujado varias runas a cada extremo del pizarrón, pero todas era idénticas, a mi parecer.

—¿Cómo las identificamos, señor Monroe? —No pude evitar preguntar.

   El señor Monroe sonrió a boca cerrada mientras me dirigía la mirada.

—¿Alguien se sabe la respuesta? —Preguntó el hombre dirigiéndose hacia toda la clase.

—Identificar las runas puede ser un desafío, pero hay algunos factores a considerar: Primero debes observar la forma general del símbolo; por ejemplo, si tiene bordes redondeados o angulares. Los redondeados son runas de protección y los angulares runas de maldiciones. —Respondió una chica morena que estaba en otra de las primeras mesas.

—Muy bien Jenny —Respondió el profesor y continúo dibujando runas en el pizarrón.

—Las runas de protección crean barreras para bloquear energías negativas o dañinas —Dice el señor Monroe mientras señala los símbolos a la derecha del pizarrón. —Por otro lado, las runas de maldición invocan fuerzas oscuras o enferman al objetivo, cada una de ellas puede eliminar lenta o rápidamente, en dependencia de para lo que se cree.

   Esta clase me resultaba bastante rara y descabellada, ¿Este señor me está hablando de magia, de runas de protección y maldiciones? No le veo el sentido a esta clase.

—¿Por qué nos enseñas estas cosas si la magia no existe, señor Monroe? —Pregunté, y el hombre una vez más volteó a verme.

—La magia puede ser un concepto controvertido, pero es importante entender las bases de su funcionamiento para comprender mejor el mundo en el que vivimos. —Respondió sin dudar.

—Yo tampoco entiendo ¿Por qué debemos conocer estas cosas? En el mundo en que vivimos no hay magia, señor Monroe —Esta vez habló el chico que minutos antes le había lanzado la bola de papel a Matt.

El profesor se sentó en su escritorio y nos miró a cada uno de nosotros, como si estuviera estudiando nos.

—Es una clase interesante, pero no creo que estas cosas nos sirvan en la vida cotidiana. —Esta vez opinó Lucy.

—Puede parecer poco práctico aprender sobre magia y runas, pero nunca se sabe cuándo podría ser útil. Incluso si no creen en la magia o sus efectos, estudiar estas cosas les dará una comprensión más profunda del mundo que nos rodea…

No entiendo nada…

Justo en ese instante el timbre que finaliza la clase sonó y todos los alumnos comenzaron a salir del aula.

—Te espero afuera —Me dijo Lucy segundos antes de dejarme junto a Matt, quien aún estaba recogiendo sus cosas.

—Matt —Alzó la vista para verme —Si ese estúpido te sigue molestando, no dudes en pedirme ayuda, te debo una ¿Recuerdas? —Sonreí.

—No creo que el que una chica me proteja, sea de mucha ayuda —Sonrió a boca cerrada —Tranquila, yo puedo solo. —Se levantó y salió del aula y yo comencé a seguirlo.

—¡Eva! —Esta vez fue el señor Monroe quién me llamó.

Caminé hacia su escritorio, temerosa de lo que me iba a decir, probablemente me iba a regañar por cuestionarlo en su clase.

—¿Si, señor Monroe? —Hablé temerosa.

—Sé que es difícil de creer —Me miró a los ojos y pude percatarme de lo oscuro que eran los de él —Pero debes estar abierta a otras posibilidades.

—No lo entiendo…

Él sonrió.

—Tranquila, si tenemos suerte, no hace falta que me entiendas… Anda ve a almorzar que desde aquí escucho tu estómago rugir —Sonreímos y salí de ahí sin hacer más preguntas, que por lo visto, me iban a dejar más confundida.

***

   En el almuerzo…

—¡Aquí están! mi cerebro va a explotar por tanta información de runas —Exageró Lucy mientras se sentaba de forma cansada a la mesa.

—Honestamente, a mí me gustan las clases del señor Monroe —Aclaró Marcos mientras nos acercaba el almuerzo que previamente nos habían comprado.

—¡Claro! eso lo dices tú que te encantan esas fantasías, además, eres el alumno estrella del profesor Monroe, por eso te prestó uno de sus extraños libros —Dijo Jordan mientras bebía de su jugo. 

—La verdad, si es una peculiar asignatura... pero no puedo negar que tiene su encanto —Agregué y Marcos alzó su mano para chocar las palmas a lo que yo divertida accedí.

   El ambiente era tan agradable y tranquilo, disfrutaba tanto de la compañía de aquellos chicos, parecía que los conocía de toda la vida... Hasta que mi paz se vió afectada por alguien con quien desearía no volverme a cruzar jamás en la vida.

Luke…

Cada paso que daba desprendía seguridad. Ni siquiera miraba a los lados, es como si para él no existiera nadie más en el mundo... ¡Y así era! Mientras las chicas babeaban por él al verlo caminar de esa forma tan segura y despreocupada, él ni siquiera se enteró de que estaba poniendo nerviosa a más de una en el comedor, o tal vez simplemente no le importaba.

El chico se sentó en una de las últimas mesas junto a la ventana, desde donde yo estaba sentada podía verlo perfectamente, no sé por qué me resultaba difícil dejar de mirarlo, la vista se me desviaba involuntariamente hacia él...

Vestía un suéter negro, unos jeans color mezclilla gastada y unas botas estilo militar. Ví cuando puso de mala gana sobre su mesa la bandeja de almuerzo, ignorándolo así por completo, dirigiendo toda su atención a lo que tenía en sus manos; se trataba de un papel, un papel que comenzó a leer detenidamente, me atrevería a decir que era una carta, y por la expresión en su rostro, no parecía tener buenas noticias.

—Muy bien, hablemos de la clase de defensa personal —Habló Lucy trayéndome a la realidad.

—Nunca había escuchado que una escuela enseñara defensa personal… Aunque, ahora que lo pienso, Folklore se salió de los estandartes —Confesé.

—Heverhood no es cualquier escuela —Comentó Jordan.

—Tranquila, defensa personal es para los de segundo y tercero, así que estás igual de perdida que yo —Lucy interfirió —Menos Marcos y Jordan, ellos sí que saben pelear.

—¿Cómo así? —Los miré sorprendida —No me digan que son una clase de vengadores clandestinos.

—Solo es algo de nuestras familias. —Respondió Marcos.



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Hola hola, esto se está poniendo más intenso.

En multimedia tienen el café literario y el colgante de Eva ❤️

¿Díganme algo de la runa misteriosa?

Díganme ¿qué les pareció el capítulo?

Gracias por su fiel lectura, los quiero ❤️

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