Capítulo 22: "Flashbacks"
Alcalde Lockhood hablando:
(Luego del baile)
Reuní a todos en mi despacho, ni un solo miembro del consejo se reusó a faltar: Regina, John Kelna, la señora Dickersons, Ana, Monroe, mi hombre de confianza; Saúl Yarros y el jefe de la policía eran las únicas personas con las que tenía que hablar sobre la desaparición de mi hijo.
—¿Alguien puede decirme dónde está mi hijo? —Miré a cada uno de los ahí presentes —¡¿Por qué no está aquí?! —Realmente estaba molesto, asustado, exaltado.
¡Y cómo no estarlo! ¡Mi único hijo había desaparecido!
—Sólo ustedes sabían que Matt estaba usando el apellido de soltera de su madre ¡Y ustedes dos! —Miré furioso a la mujer y al hombre que estaban frente a mí —Saúl, Regina, ustedes eran los encargados de mantenerlo vigilado mientras su madre y yo estábamos fuera de Aston.
Ellos no hicieron más que agachar la cabeza…
Regina era la encargada de cuidar a mi hijo mientras estuviera dentro de los pasillos de la escuela, en cambio, Saúl era su entrenador, su guardaespaldas. Él tenía que vigilarlo en todo momento. Solo los miembros del consejo sabían la verdadera identidad de Matt, nadie en el pueblo sabía que nosotros teníamos un hijo. Decidimos mantener el secreto porque fuera de las barreras de Aston hay muchos enemigos, y no quería darle motivos para que lo usaran contra mí.
—Gracias a Tarah y a Regina, descubrimos que la barrera se está debilitando. ¡Hay enemigos que nos están acechando y no sabemos quiénes son ni qué es lo que quieren! ¡Y ahora mi hijo está desaparecido! ¡Maldita sea! —Di un manotazo sobre mi escritorio. La impotencia, la tristeza y la rabia corrían por mis venas y sentía que mi corazón iba a estallar.
—No te preocupes Edward... lo encontraremos, mi nieto y Jordan están organizando en este momento una búsqueda para esta noche —Me dijo con voz calmada la señora Dickersons.
—Por favor amigo mío, no culpes a Regina y a Saúl, ellos también están sufriendo con todo esto, todos estamos preocupados por Matt —Habló John.
—¡Señor! —Interfirió el sheriff —¡Logramos rastrear su celular! Su ubicación dice que está en el bosque.
—Entonces, es al bosque a dónde iremos. —Dijo Saúl.
***
Jordan hablando:
Se estaba haciendo tarde, la noche comenzaba a caer y aún tenía que pasar por Lucy a su casa, no estaba de acuerdo con que fuera a la búsqueda, el bosque es muy peligroso de noche, han habido avistamiento de osos y de lobos... pero aún así ella insistió en ir y no había forma de que la hiciera cambiar de opinión. A veces odio lo terca que puede llegar a ser, pero luego recuerdo que esa es una de las cosas que me encantan de ella.
Compré suficientes municiones para todos: linternas, meriendas, pomos con agua y hasta teléfonos satelitales. Mientras las guardaba en el maletero del auto mi padre me interrumpió:
—Jordan hijo, antes de que te vayas tenemos que hablar de algo importante —Me informó mientras se desabrochaba los puños de su elegante traje.
Fuimos juntos hasta su despacho y me senté frente a él en su escritorio. Mi padre, además de haber heredado una buena fortuna por parte de mi bisabuelo, él también es el dueño de una ganadera aquí en Aston. De pequeño me encantaba ir con mamá a visitar a papá a los establos, para ver a las nuevas crías dar sus primeros pasos al nacer.
—Hijo... Iba a esperar a que cumplieras tu mayoría de edad para contarte esto pero... producto a la desaparición de Matt Lockhood, preciso decirte en cuanto antes algo muy importante.
—¿Qué pasa papá? —lo miré extrañado y algo preocupado, pues sólo una vez hace muchos años ví a mi padre así de asustado, y en esa fecha, algo realmente malo había sucedido.
—Las familias fundadoras, no sólo somos la cara de la ciudad... —Suspiró —Aquí existen cosas muy oscuras e inimaginables hijo mío, cosas de las que preferiría no hablar pero, por tu bien, tengo que hacerlo —Percibí un tono de voz serio.
—No entiendo nada papá, ¿Qué es lo que quieres decirme?
—Todas las clases e historias que les enseñó Monroe en Folklore, todas son reales, absolutamente todo de lo que les habló es real.
—¿De qué hablas papá? —Dije burlón, no podía creer que mi padre, el señor John Kelna me estaba diciendo que todos los cuentos de brujas de Monroe eran ciertos.
—Así es hijo, no estoy loco como debes estar pensando en este momento, decidimos incluir esa asignatura, además de la de defensa para que ustedes, nuestros hijos, estuvieran preparados para el futuro... al final, ustedes van a heredar las riendas de este pueblo.
—¿Preparados para qué exactamente?
—Ven, es mejor que lo compruebes con tus propios ojos —Dijo mientras se levantaba de su silla.
Mi padre caminó hacia uno de sus libreros, tomó uno de los libros, el cual resultó no ser un libro real, sino una palanca. Al tirar de ella el librero se abrió como si fuera una puerta, dejando al descubierto un pasadizo secreto. No tenía ni idea de que eso existía, aunque, ahora que lo pienso, mi padre nunca me dejó entrar solo a su despacho, y ahora entendía el por qué.
Caminamos por unos estrechos pasillos, en sus paredes habían unas antorchas que mi padre iba encendiendo a su paso con una antorcha que tenía en sus manos. Al llegar al final, entramos en una extraña habitación. Esta estaba llena de cadenas y esposas colgadas por todas partes, y toda clase de cuchillos, pinzas y alicates sobre una mesa de metal que estaba junto a un gran sillón con esposas atadas en él; parecía una habitación de tortura.
Habían rastros de sangre en el suelo, tanto fresca como más antigua, incluso en el fondo habían dos grandes celdas. El olor a humedad y a sangre era fuerte y penetrante... Simplemente no podía creer lo que mis ojos veían.
—Hijo, la familia Kelna tiene un secreto, nosotros somos verdugos de bestias. Somos los encargados de castigar e interrogar a los seres que nos amenazan.
—Papá —lo miré aterrado —¡¿De qué hablas?! —Estaba asustado, por mi mente estaba pasando que mi padre era un psicópata.
—¡Sé que es difícil de creer, Jordan! ¡Pero tienes que hacerlo! Los vampiros, brujas, hombres lobo ¡Sí existen!
—¡¿Te volviste loco?!
—¡Ven! —Me sostuvo fuerte por el brazo y me llevó hasta una de las celdas —¡Compruébalo tú mismo!
Entonces fue que alcancé a ver...
Desde la oscuridad de la celda salió un ser: sus ojos eran negros y debajo de ellos habían venas oscuras, de repente, aquel hombre, si es que se le podía llamar así, se abalanzó con gran velocidad hacia los barrotes provocando que yo retrocediera unos pasos asustado...
Su instinto era matarnos y fue ahí cuando pude ver de cerca sus colmillos afilados. Eran auténticos colmillos de vampiro. Al tocar los barrotes sus manos comenzaron a quemarse, obligándolo a alejarse instintivamente mientras se quejaba de dolor.
—¡Pero qué diablos! —Miré a mi padre asustado —¿¡Cómo es posible!?
Mi corazón latía acelerado, mi pecho subía y bajaba... Realmente me había asustado de muerte.
—Es un vampiro... —Se acercó sin miedo alguno hacia la celda —Los barrotes están impregnados de verbena, si has puesto atención en las clases sabrás que esa planta les hace daño. Hace semanas me lo trajeron, este monstruo asesinó a una pareja de jóvenes cerca del lago —Miró con odio al monstruo que se ocultaba en la oscuridad de la celda.
—¡Espera! ¿Los chicos que se ahogaron? —Pregunté sorprendido, pues hace días ví en las noticias esa tragedia, donde anunciaron que una pareja de excursionistas fueron tragados por un remolino en el lago.
—Esa es la noticia oficial, la realidad fue otra muchacho... Mi trabajo era eliminarlo, pero sé de buena fuente que hay un clan asentándose en las afueras de Aston... aunque hace días que no sé nada de ellos, es como si se los hubiera tragado la tierra.
Estaba en blanco, no encontraba las palabras correctas para decir lo que estaba pasando por mi cabeza...
—Hijo, te conté la verdad para que estés alerta... No estamos a salvo muchacho.
—Papá...
—Sé que tienes miedo —Me interrumpió —Es normal, a tu edad yo también lo sentí, incluso reaccioné peor que tú —Reímos —Pero este es tu legado hijo mío.
***
Era casi de noche, las luces de las calles comenzaban a prenderse, todos los que iban a asistir a la búsqueda comenzaron a salir de sus casas en dirección al punto de encuentro: la entrada del bosque.
El frío viento otoñal movía las hojas de los árboles, tirándolas al suelo, moviendo mi cabello de un lado a otro. En el camino a su casa sólo pensaba en una cosa; no quiero que vaya. Pensaba en todo lo que me confesó mi padre, ahora estaba más preocupado porque Lucy viniera a la búsqueda. Pero ella me insistió y cómo resistirme a su capacidad de convencerme a hacer cosas que no quiero...
Minutos más tardes...
Aquí estaba, sentado en su sala de estar, a un lado tenía a su madre tejiendo un suéter y al otro estaba su padre leyendo el diario local.
De repente ella apareció, ahí estaba, en la cima de las escaleras, a punto de bajar. Estaba perfectamente abrigada y su cabello lo tenía recogido en una trenza.
—¿Segura que quieres ir? —Preguntó su madre con miedo.
—Mamá —Comenzó a bajar las escaleras con determinación —Matt es nuestro amigo, y no pienso abandonarlo.
—Cuídala Jordan, nuestra hija está en tus manos —Me pidió su padre.
—No se preocupe Rob, la voy a cuidar con mi vida —Le aseguré, pero en el fondo moría de miedo a que ella viniera conmigo.
***
Al llegar, vimos la gran cantidad de chicos que se habían reunido para la búsqueda. También se nos unieron adultos, como es el caso del profesor Yarros y de la policía. Matt no era muy querido por la mayoría de estos chicos, muchos de ellos le hacían la vida imposible a ese pobre muchacho. Hasta que aquel día en la clase de defensa dejó bien claro de lo que él era capaz. Ese día se ganó el respeto de todos… y dos días después, estábamos buscándolo en el bosque.
—No logré comunicarme con Eva, tal vez su madre no dejó que viniera —Dijo Marcos mientras se acercaba con su celular en la mano.
La verdad respiré aliviado al saber que Eva no vino, era una chica menos en peligro. Con todo lo que sé, me da mucho miedo que mi Lucy entre a ese bosque.
Nos organizamos en grupos de a tres... por supuesto, nosotros permanecimos juntos. Ya la luna comenzaba a ponerse roja, era un extraño eclipse que ocurre una vez cada no sé qué tiempo, sólo Marcos conoce de esas cosas raras.
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Ya había pasado una hora y ni rastros de Matt, cuando de repente encontramos su celular, casi ni se veía entre tantas hojas secas, de no ser porque la luz de la linterna hizo que la pantalla diera un ligero destello no lo hubiéramos visto. Lucy lo guardó en una bolsa para evidencias que previamente nos había entregado la policía.
Justo cuando íbamos a continuar nuestro camino, salió de entre los árboles un gran lobo negro, su tamaño era mucho más grande que el de un lobo normal. Nos quedamos inmóviles para ver si ese animal desistía de nosotros y seguía su camino pero, en vez de eso, comenzó a atacarnos.
Fue directo hacia Marcos, tirándolo al suelo al instante, mi amigo dió un grito de dolor en cuanto se cayó. Le grité a Lucy que corriera lejos de ahí, prefería mil veces que entrara en el bosque antes de que estuviera aquí con ese lobo a punto de despedazarnos.
Rápidamente saqué una de mis dagas y fuí sobre el animal, el cual estaba completamente sobre Marcos. Lo único que los separaba era una gran rama que mi amigo había alcanzado con sus manos.
Llegué corriendo hasta ellos, y fue cuando ví que la pierna de mi amigo estaba atrapada en una trampa para osos... con todas mis fuerzas quité al lobo de encima de Marcos, cayendo de esa forma al suelo producto al impulso.
Esta vez quién estaba peleando por su vida era yo. Mientras estaba forcejeando con la bestia me percaté que uno de sus ojos era color rojo sangre y el otro era amarillo brillante, sus colmillos eran incluso más grandes que los de aquel vampiro, y su aliento tenía un fuerte olor a muerte.
De repente ví como Marcos reunió fuerzas y se arrastró hasta donde estaba el cuchillo que se me había caído con el forcejeo. Mi amigo gritaba de dolor mientras la trampa le impedía casi mover su pierna, hasta que logró acercarse lo suficiente y me lo lanzó... fue así como logré apuñalar al lobo en su estómago repetidas veces, hasta que por fin me soltó y salió corriendo, perdiéndose así entre los árboles.
—¡¿Estás bien amigo?! —Me levanté rápido y corrí hacia él —¡Tenemos que buscar ayuda! —le dije exaltado mientras abría con todas mis fuerzas aquella trampa. Mi amigo entre lágrimas y gritos de dolor sacó su pierna de ahí lo más rápido que pudo.
—Voy a estar bien —Su respiración era agitada —No te preocupes por mí pero... ¿Tú lo estás? —Señaló hacia mí brazo.
Al mirar me dí cuenta de que tenía una gran mordida, era tanta la adrenalina que tenía que ni siquiera sentía el dolor.
—Estoy bien, no te preocupes —Le dije aún un poco agitado mientras comprobaba qué tan grave estaba mi brazo.
—Tengo el teléfono satelital, ya mismo pido ayuda ¡Corre! ¡Ve a buscar a Lucy!
Diciéndome esto salí corriendo dejando a mi amigo ahí. Corrí tan rápido que muchas veces me golpeaba con las ramas de los árboles, de repente, escuché un grito desgarrador...
¡Es Lucy!
Reconocería esa fina voz a leguas, corrí aún más rápido por aquel oscuro lugar hasta que finalmente la vi... Estaba sólo ahí parada, desde mi posición podía escuchar sus sollozos mientras miraba fijo al suelo.
—¿Lucy? —Pregunté con voz temblorosa —¿Estás bien? —Le dije mientras me acercaba cuidadoso hacia donde ella estaba.
La llegar a su lado un mal olor golpeó mi nariz y mis ojos se abrieron aún más cuando miré al suelo…
Un escalofríos corrió por mi espalda al instante, solo atiné a abrazar a mi Lucy y apartarla de ese lugar para que no siguiera viendo el cuerpo ensangrentado que se encontraba tirado entre las hojas secas... se trataba de Matt...
Encontramos su cadáver...
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Hola hola.
Cuéntenme qué les pareció el capítulo.
Y ahora, qué creen que pasará con nuestro Jordan.
Gracias por leerme. Nos vemos en el próximo capítulo❤️
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