Capítulo 19: "Luna de Sangre" Parte 1
Luke hablando:
—Tráenos a la bruja y a su hija. Permitiremos que te quite la maldición antes de hacer con ella lo que queremos —Esas fueron las palabras de la líder del aquelarre.
Supuse que la hija sabía los secretos de su madre, incluso pensé que me estaba enfrentando a dos brujas en vez de a una, pero luego me di cuenta de que no era así…
Las brujas sintieron su presencia en cuanto entraron en el territorio del bosque. Antes de llegar a Aston hay un kilómetro sin protección, un pequeño espacio donde los sellos protectores pierden su poder, y fue justo ahí cuando ellas notaron que Tarah y su hija estaban llegando.
A todas esas yo no tenía ni idea… Simplemente tenía la tarea de rastrearlas, pero mi trabajo se facilitó cuando ellas decidieron venir hasta mí… solo que vinieron en la noche menos indicada.
Esa noche en que llegaron a Aston era luna llena. Una noche de éxtasis de poder inigualable, pero para mí, significaba una explosión de maldad y dolor…
Las brujas habían creado un hechizo que me permitía sentir el olor de Tarah a cinco kilómetros de distancia, ellas aún poseían pertenencias de su traidora, y justamente esa noche yo lo había absorbido todo. Esa noche mi transformación llegó antes de que pudiera tomar el antídoto, y gracias a la rapidez que me otorga mi cuerpo animal y al olor de Tarah en mi nariz, llegué hasta ellas en cuestión de minutos...
Y casi rompo con mi parte del trato, casi acabo con la única oportunidad que tengo para librarme de esta maldición… pues casi las despedazo.
Para nada me esperé ver a Eva mirando tranquilamente hacia el lago, pero en ese momento de éxtasis, dolor y sed de sangre, lo único en lo que pensaba era en despedazar su cuello y sentir su sangre correr.
Y eso era lo que intentaba hacer cuando salté sobre ella…
Solo que no me esperé que ella entendiera las palabras que yo estaba pronunciando, pues es imposible que un humano o una bruja, escuchen a un lobo hablar.
Por eso me di cuenta de que ella no era una humana normal. Ella pudo entenderme, y eso es imposible. Comprendí que Tarah la quería fuera de este mundo, pues ni siquiera fue capaz de reconocer a un Uros, y eso que son criaturas creadas por las brujas, más bien son un hechizo fracasado, porque los Uros se libraron del control de sus creadoras y ahora son una especie independiente; si antes eran peligrosos bajo el mando de las brujas, ahora lo son más en libertad.
Pero aunque la ignorancia puede ponerte en peligro, no era mi deber contarle la verdad de este mundo, a fin de cuentas, lo único que me interesaba era capturarlas y acabar con mi agonía. Pero cada vez se me hacía más difícil capturarlas, aún teniéndolas a metros de distancia, cada vez me arrepentía más de haberme aliado a las personas equivocadas… pero ya no había vuelta atrás.
Eva me sacó de mis cabales. La muerte de Matt es algo con lo que voy a vivir toda la vida, pero el que ella me culpe es como recibir una puñalada al corazón. No sé por qué su opinión me importa tanto, sólo sé que es la única que puede hacerme daño con solo mirarme con desprecio.
Nuestra discusión en el bosque y la caminata de un kilómetro de distancia nos había demorado más de lo que hubiera querido…
Un kilómetro andando en silencio, ignorándola, obligándola a caminar lo más rápido que sus piernas se lo permitían… Hasta que por fin llegamos.
—¿No es el auto de tu madre? —Le pregunté mientras nos parábamos junto al auto.
—Ella ya llegó. —La miré, detallé cada detalle de ella. Su vestido rasgado hasta los muslos, una funda para dagas sujeta a su muslo, de la cual no tenía ni idea hasta que la ví amenazando mi cuello, su cabello con mechones sueltos y pegados a su frente por el sudor de la caminata, y un pequeño corte encima de su ceja derecha producto del choque con el auto.
Abrí el auto de su madre y la obligué a meterse dentro.
—Espérame aquí —le ordené.
—¿Quién te crees para darme órdenes? —habló furiosa.
Justo en ese instante percibí un olor característico: Olía a hierbas, animales, bosque... fue en ese momento en que me di cuenta de que ya era demasiado tarde.
Si mis sospechas eran ciertas, Tarah estaba en peligro, y por nada del mundo iba a permitir que Eva también lo estuviera… Si antes, el trato era entregarlas a las brujas, ahora no iba a permitir que ellas se las llevaran… en esta historia yo soy una víctima, no el victimario.
—Escúchame bien, Eva —Le hablé con fuerza y ella se estremeció de miedo —Tu madre y tú están en peligro, no es momento de explicar nada, si quieres que ella salga con vida de esto, por favor quédate en el auto y no salgas por nada del mundo.
Caminé hasta la casa y entré con cuidado... No había una sola luz eléctrica encendida. La luz de la luna entraba por las grandes ventanas de cristal y se colaban a través de las cortinas blancas, y eso era señal de que dentro de pocos minutos yo no iba a ser de mucha ayuda.
Tengo que apurarme en sacar a Tarah de aquí para ponerlas a ambas a salvo...
No ví a nadie en la sala de estar, ni en la cocina, más bien parecía que no había nadie en casa... pero podía escuchar perfectamente dos corazones latiendo, uno de ellos dentro de la casa, y el otro bastante cerca de aquí.
De repente oí un ruido proveniente de las habitaciones de arriba. Subí las escaleras corriendo, subí tan rápido que me iba saltando varios escalones hasta llegar a la habitación, entré cuidadoso y fue entonces cuando sentí algo filoso apuntándome en la espalda y por instinto me voltée dispuesto a atacar...
—¡Tarah! —Me sorprendí al verla —¡Tienes que huir! ¡No es seguro aquí!
—¡¿Qué haces en mi casa?! —Preguntó furiosa amenazándome con una daga.
A medida que la luna llena avanzaba, menos podía controlarme... Mis ojos habían cambiado de color y mi rostro ya no tenía rasgos humanos, y eso puso aún más en alerta a Tarah.
—¡¿Cómo pudiste burlar mi hechizo de protección?!
—Tarah, tranquila —Puse mis manos en alto —Solo vine a ayudar, no te voy a hacer daño ¡Por favor vámonos de aquí! Eva nos espera afuera.
Y de repente comencé a sentir el dolor insoportable que sufro cada Luna Llena… ese dolor que puede doblegarme, que me pone de rodillas, que me hace ver débil frente a los demás, que me deja sin aliento y me hace desear terminar con mi vida de una vez por todas... Ese dolor por el que hice todo lo que hice en un principio, por el que traicioné a personas inocentes aún sin merecerlo, por el que asesinaron a ese pobre chico sin tener la culpa de nada, un dolor que puedo evitar perfectamente transformándome, pero si lo hago tendría consecuencias mucho peores que las que ya estoy viviendo...
Esta luna era diferente, mi poder se multiplicaba aún más frente a este fenómeno inusual que ocurre una vez cada cien años, eso significaría un éxtasis de poder inimaginable para los de mi especie, pero para mí, significaba más dolor y sufrimiento.
Sentía como mi pierna me quemaba y el ardor avanzaba hacia mi abdomen.
Tarah se dió cuenta de mi insoportable sufrimiento, dejó caer su daga al suelo y corrió hacia mí, levantó mi camisa y fue cuando lo vió...
—¿Quién eres chico? —Me miró sorprendida —¿Cómo es posible que tengas esta maldición?
—Soy hijo de Lucian… —Mi respiración era agitada mientras que la mujer frente a mí me miraba sorprendida —Necesito tu ayuda.
—¿Cómo es posible que ese monstruo fuera capaz de tener un hijo?
Diciendo esto ya no pude aguantar más el dolor...
Mi piel se estaba quemando, mis huesos se estaban fracturando todos a la vez...
Sentía mucho dolor, estaba sufriendo y no lo podía evitar... Grité tan fuerte que resonó en toda la casa y probablemente en toda la calle, mi grito ya no era normal... ahora era un rugido.
Eva, desde el auto me escuchó, podía oír su agitado corazón acercándose, no era la primera vez que lo escuchaba, me divertía tanto cuando su corazón latía así de fuerte cada vez que me le acercaba... lo que ella no sabía, y lo que aún yo no entendía, era que el mío también latía así de rápido cuando la tenía cerca...
—¡Mamá! —Entró corriendo en la habitación —¿Qué está pasando aquí? ¿Qué le sucede a Luke? —Dijo la chica asustada al verme tumbado en el suelo.
—¡Tienes que transformarte muchacho! —dijo Tarah exaltada —¡Vas a morir si no lo haces! ¿Por qué demonios está avanzando tan rápido?
—No hay tiempo Tarah, necesito que me ayudes —Estaba agitado, adolorido, no pensaba con claridad, solo quería salir de ese sufrimiento.
—¡Maldita sea qué está pasando aquí! —gritó Eva aterrada.
En ese instante la gran ventana de cristal de la habitación se rompió, dispersando pequeños pedazos de vidrios por todos lados, obligándonos a cubrir nuestros ojos con las manos.
Una fuerte brisa entró en el cuarto, seguido de una persona conocida.
—¡Einar! —gritó Tarah sorprendida.
—Hola, Tarah... —Sonrió de una forma siniestra —¿Cuánto tiempo ha pasado… diesiciete años? Supiste esconderte bien —Dijo la bruja mientras se acercaba con lentos y calmados pasos.
Al verla caminar hacia Tarah, junté las pocas fuerzas que me quedaban para ponerme frente a ella como un escudo e impedir que le hiciera daño.
Todo esto es mi culpa, es por eso que estoy dispuesto a dar mi vida por ellas.
—¡Qué patético eres principito! ¿Proteges a la que te maldijo? —Se rió burlona mientras hacía un movimiento con sus manos y una fuerte energía me lanzó con fuerza contra una pared.
Eva corrió hacia mí para ayudarme a levantar, estaba tan débil que a penas podía mantenerme en pie.
Mientras tanto, una pelea se desató entre ambas brujas.
Einar invocó un torrente de llamas negras que se dirigieron hacia Tarah, la cual se agachó y colocó sus manos en el suelo, al instante las manos de Tarah se iluminaron y el suelo a su alrededor de oscureció, parecía como si estuviese canalizando la madera del piso. Y fue ahí cuando Tarah lanzó una ráfaga de electricidad. En ese instante, Einar hizo un movimiento con sus manos y unas sombras rodearon a Tarah, sujetándola con fuerza en una especie lazo, alzándola en el aire y atrayendo su cuerpo hacia ella.
Eva permanecía a mi lado, mirando aquella pelea imposible de creer para ella. Y justo en ese instante, Tarah logró sacar una de sus manos de las sombras que la apresaban, y aprovechó que estaba lo bastante cerca de Einar y tocó su pecho.
—Transportatio —Pronunció Tarah en cuanto su mano se iluminó y tanto Eva como yo nos vimos envueltos en una esfera mágica y luminosa.
—No tengo suficiente fuerza para todos —Me miró con seriedad —¡Protege a mi hija muchacho! ¡Ella es la clave!
—¡Mamá no!
Y en un abrir y cerrar de ojos aparecimos en el auto de Tarah...
~~~{•}~~~~{•}~~~~{•}~~~~~{•}~~~~{•}~~
Hola, hola.
¿Qué les pareció el capítulo?
¿Qué pasará con Tarah? Quédense para que lo averigüen.
Como ya vieron esta es la primera parte de Luna de Sangre... Les prometo que la segunda está mejor.
Gracias por leerme chicos nos vemos en el próximo capítulo.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top