Cap.6 - Cruasán con Capuchino.
Todo pasaba muy rápido, todos los días era lo mismo.
Cocinar, darle de comer, rehabilitación y acompañarlo en sus pesadillas, lo único que parecía cambiar era él.
Cada cosa que hacía le beneficiaban a él, ahora estaba mejor, era más fuerte.
Después de todo pudo pasar de una simple caminadora a las pesas en tan solo unos días.
Supongo que la energía que guardo por mucho tiempo salió a la luz.
Y pronto ya era el día en que lo dieran de alta.
Un mes fue suficiente y ahora iríamos a la casa de Ian a por mis cosas, ya que prácticamente viví en el hospital por un mes, era hora de ir a por un departamento y descubrir quién era el chico que había rescatado.
Se había recuperado de sus cuerdas vocales, pero solo podía hablarme en diferentes idiomas, al mismo tiempo, pero al parecer podía entenderme claramente, supongo que durante mucho tiempo se le mezclaron los idiomas, aunque no sabía cómo podía saber tantos...
Salí rápidamente de mis pensamientos al ver que Ciel, iba a cruzar la calle con luz Roja, tome su mano devolviéndolo a la acera, un auto nos sonó la bocina.
-¿En que estas pensando? ¿Acaso no sabes... -. Me calle rápidamente.
Debía pensar bien lo que decía en frente de él, ya que realmente no es su culpa no saber.
-I'm sorry... -. Dijo triste, el sabía que ese era el idioma que más podía entender, pero por desgracia él no sabía español.
-No, no es tu culpa... Tienes que saber que cuando la luz este roja no se debe pasar, solo cuando esta en verde, pero no te confundas, está -. Dije apuntando al semáforo de peatones -Es de nosotros y ésa -. Apunte al otro semáforo -Es de los autos -.
-Ok... -. Dijo bajando la cabeza, aun le quedaba mucho que aprender, se perdió muchas cosas mientras estaba abajo, en verdad parecía un niño pequeño.
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Ya habíamos llegado a la esquina donde estaba la cafetería, miré a Ciel que parecía sorprendido por lo bonita y elegante que era.
Yo solo lo deje mirar, ya que curiosear es la mejor forma de aprender.
Me dirigí a dentro, Ciel me seguía de cerca.
En cuanto entre logre ver a muchas chicas rodeando a Ian, seguramente estaban intentando conseguir su número, Ely no se quedaba atrás ya que también varios chicos intentaban coquetear le, pero ella era más experta y los ignoraba.
-Kyaaa~♡ -. Un gran grito que casi me dejó sorda me hizo reaccionar, una pequeña chica que estaba entre la multitud que perseguía a Ian, apuntaba hacia nosotros o más bien detrás de mi -Mirad que Chico más guapo -. Dijo, haciendo que todas se giraran.
Mire detrás de mi y no había nadie más que Ciel, que estaba distraído mirando y jugando con la puerta que hacia que sonara la campana cada vez que la puerta se abre o se cierra.
¿Acaso se referían a él?
Las chicas no demoraron nada en cambiar a Ian por Ciel, rápidamente lo rodearon y Ciel no tenía escapatoria.
-Hey eres muy guapo -. Dijo una muy cerca de él, parecía que incluso intentaba colgarse le.
-Eh? -. Dijo Ciel intentando separarse, pero si se quitaba una otra la remplazaba.
-¿Tienes novia? -. Hablaban tan rápido que él le costaba entenderle.
-Excuse me but... -. Una de las chicas repentinamente le apretó el trasero, asustando y sorprendiendo a Ciel.
Yo solo reía, su cara de terror era muy graciosa, aunque después de un momento entendió que no querían hacerle algo malo y se calmo, pero si para otras cosas que él no lograba entender... Aun.
-¿Eres extranjero? -. Le preguntó una chica bastante apuesta y alta, casi de la estatura de Ciel, su elegante forma de vestirse y sus largas piernas, hacían creer que era una modeló.
-Ah? Yes yes!! -. Dijo con dificultad, una chica se colgaba de él y reía cuando sus caras estaban tan cerca.
Gracias a esto tal vez deje de temerle a las mujeres... Tal vez.
-¿Puedes hablar español? -. Le preguntó otra, obviamente no le entendía nada, igual que yo.
Ciel me miro en busca de ayuda, me miraba suplicante, pero yo solo le sonreí y moví los hombros, que ironía que pueda estar rodeado de chicas tan pronto.
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Por un momento pensé que las chicas jamás se irían, después de que le preguntarán miles de cosas a Ciel, rápidamente el lugar comenzó a llenarse de chicas, hasta que ya fue hora de cerrar, esperaron fuera toda una hora, hasta que finalmente se rindieron, el que más sufrió con esto fue Ciel, que ahora se escondía de las chicas.
Yo solo me reía de lo ocurrido y el me miraba enojado.
Yo y Ely conversamos de muchas cosas mientras todo eso ocurría, cosas que no pude decirle antes.
Debido al peligro de salir con las chicas aún rondando por ahí, decidí en quedarme en su casa por una noche.
Ciel dormiría en la habitación de Ian y yo dormiría en la habitación de Ely.
Aunque ya había pasado bastante tiempo desde la última vez que Ian y Ciel se habían visto, aún se guardaban algo de rencor.
Pero podían contenerlo mientras yo estuviera cerca.
Ian y yo apenas compartíamos miradas, parecía querer disculparse por algo, pero no le daba el coraje para decirme que.
A la hora de dormir aún no parábamos de hablar con Ely, teníamos mucho que contarnos por lo que hablamos hasta largas horas de la noche.
Hasta que caímos dormidas.
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Al despertar, note que Ely no estaba en su cama y ni Ciel ni Ian estaban en su habitación.
Supuse que habían bajado y que me había quedado dormida.
Tome este valioso tiempo a solas para arreglarme, algo que no había hecho muy bien en un mes entero.
Me di una merecida y relajante ducha, una que me era casi imposible cuando estaba en el hospital, tenía que tener cuidado que no me vieran las enfermeras y solo tenía unos 40 escasos minutos.
Me maquille y elegí una ropa simple, al sacarme el cabello note que me había crecido un poco.
Note varias cosas en mi que no había notado, como las grandes ojeras que me habían salido o el simple cambio de color de piel, de piel bronceada a pálida.
Solo por estar tanto tiempo bajo techo...
Recordé la piel pálida de Ciel, tal vez por eso...
Me negué a meterme en eso, este era un tiempo para mi y debía disfrutarlo.
Cuando ya estuve lista, baje por las escaleras, el segundo piso estaba lleno de clientes, bebiendo café con acompañamiento y el primer piso estaba lleno de chicas que se morían por hablar con Ian o Ciel.
Pero ellos estaban atendiendo a los que de verdad querían comprar o beber algo.
Al parecer Ian y Ciel se dieron las pases, porque en cuanto pasaron uno al lado del otro chocaron puños, haciendo que varías chicas gritaran.
Ciel tomaba la orden de los que querían algo rápido, anotando todo en su libreta y entregándole la nota al Tío Peter que seguramente el entendía su inglés
Hoy parecía estar más lleno que todos los días, así que me decidí en ayudar.
Tome un delantal y me puse manos a la obra.
Ví las ordenes varios pedían de acompañamiento un Cruasán con capuchino, deje algunos Cruasán que estaban recién salidos del horno, en los platos y tome la Azúcar Flor, lo lebante hacia arriba, le coloque un poco a todos los Cruasán de paso sin detenerme hasta llegar al último, lo justo y necesario, llame la atención de algunas personas incluyendo a mi tío, Ely, Ian y a Ciel con lo que estaba haciendo, tome las tazas para el café y las deje en fila igual que los Cruasán, tomando el termo con el agua calientes las llene, no tan al tope.
Era en realidad una experta.
En un vaso plástico aparte mezcle un poco de café con leche y al ponerle una tapa lo batí, después lo repartí entre los vasos que estaban esperando la mezcla y deje un poco de chocolate en polvo encima de la espuma.
La azúcar era a gusto, ellos se la echaban.
Cuando entregue la orden algunos lo bebieron de inmediato y me aplaudieron.
Eso me hizo enrojecer.
-No sabía que tenía esas habilidades, Mía -. Dijo el tío, dándome un abrazo.
-Gracias, he aprendido algunas cosas -. El tío siguió con lo suyo y yo con lo mio.
Supongo que nunca le dije a nadie lo buena que me volví en cocinar o hacer café cuando estaba trabajando.
A veces un gran café puede darte la energía para terminar tu trabajo.
Eso lo supe cuando me quedaba hasta altas horas de la noche terminando proyectos.
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