Cap.5 - Luces de París

Rápidamente deje el plato en una mesa cercana y me decidí a separarlos.

Ian se agarraba fuertemente de la bata del chico y a pesar de mis intentos por alejarlo, no eran suficientes, por lo que tuve que gritar por ayuda.

Grite llamando a las enfermeras y doctores, que en cuanto llegaron y vieron la situación me ayudaron a separarlos.

Ian estaba bastante enojado y el chico solo lo miraba con odio, no sabía cual fue el inicio de la pelea ni tampoco deseaba saberlo.

Ian se fue a casa y el Chico se quedó en su camilla.

Le dí la comida que había pedido y lo mire comer, gracias al cielo no pidió más.

Seguí dándole de mi comida durante días y rápidamente recuperó su peso, su musculatura empezaba a ser opacada por la grasa que se acumulaba.

Rápidamente el día en el que comenzaba su recuperación llegó, el mismo día en el que tenía que ir a buscar a Lee la perrita, que salvó la vida del Ciel el chico sobreviviente, la perrita fue llamada así por las veterinarias.

Y Ciel llamado por mi.

¿Porque?

Pues comencé a notar que lo que más le gustaba a Ciel era mirar el cielo por la ventana, y eso era lo que significaba su nombre.

"Cielo"

No se si le gustaba o no pero no parecía molestarle que lo llamara así.

-Ciel... Tengo que ir a buscar a Lee, dentro de poco vendrán dos hombres John y Percy, ya los conoces, ellos te llevarán a rehabilitación, no te niegues, ellos solo quieren ayudar, pronto podrás caminar y hablar nuevamente -. Dije sonriendo le, aunque no sabía si me entendía, el escuchaba atentamente -Y tal vez puedas decir quien te causó todo esto y que pague, para que al fin puedas volver con tu familia -. Lo que dije hizo que Ciel frunciera el ceño, por un momento para luego volver a la normalidad  -Ahora me iré, pero no te preocupes volveré, estaré ahí para verte caminar otra vez -. Me acerque a mi bolso buscando algo cuando lo encontré, me acerque a Ciel, tome su mano y lo deje en ellas -Nos vemos pronto -. Dije alejándome, cuando el miro lo que le deje sonrió, le deje mi bien más preciado a su lado, como prueba de que volvería, mi celular.

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Tuve que pagar por el curamiento y la rehabilitación de Lee, por desgracia perdió su patita izquierda trasera, pero aún así estaba muy feliz cuando me vio ir a buscarla.

Las enfermeras dijeron que estuvo muy tranquila cuando la atendieron y que cada día que pasaba en rehabilitación y escuchaba la campana de la entrada, se levantaba moviendo la cola pensando que era yo.

Bueno esta vez no estuvo muy equivocada.

Las cuentas que pague hicieron mucho papeleo y eso hizo que la hora se me pasará volando, en cuanto terminé todo, corrí al hospital, después de todo le prometí a Ciel que estaría ahí para verlo caminar.

En mis brazos llevaba a Lee, que seguramente no comprendía lo que estaba haciendo y me miraba con cara asustada, eso me hizo reír.

Pase por la entrada dejando a mi paso a miles de enfermeras enojadas que me decían que no debía correr.

¿Pero que podía hacer? Llevaba mucha prisa, la recuperación había empezado ya hace media hora.

Y para variar el ascensor no funcionaba por lo que tuve que subir tres pisos por las escaleras.

Cuando al fin llegue al cuarto, con un gran dolor de piernas, intente correr pero mis piernas ya no daban más y temblaban, aun así alcance a llegar al pasillo que me llevaba directo a rehabilitación pero me detuve.

Ciel, estaba de pie frente a mi, algo apoyado en la pared, se veía cansado al igual que yo, pero se le veía feliz.

Intento acercarse a mi pero a penas se dejó de cargar en la pared tropezó.

Logre afirmarlo.

Rápidamente John y Percy llegaron, quienes se suponían tenían que cuidar de Ciel.

-¿Como llegaste hasta aquí? -. Pregunto Percy.

-Si, lo mismo me pregunto yo, se suponía que debía de estar siendo cuidado por ustedes -. Les dije, ambos bajaron la cabeza, después de todo esto era su trabajo.

-Bueno... Él se negaba a caminar o a moverse de su silla hasta que llegaras, mientras el veía por la ventana, nosotros tomamos un pequeño descansó, en cuanto volteamos a ver, él ya no estaba en su silla de ruedas...  -. Percy me explicaba lo ocurrido mientras John traía la silla de ruedas.

-Hey no te enojes... Gracias a eso descubrimos que puede caminar ¿no? -. Dijo con ironía John, algo en sus palabras me enojaban más, a parte de la arrogante actitud, que tenía cada vez que hablaba con una chica, alagándola para ganarse su confianza,  y lo peor es que yo caí el primer día en que nos conocimos.

-Vamos!! Vamos... Di que lo sientes -. Percy intentaba calmarnos y obligaba a John a disculparse.

-Bien, lo siento... -. Dijo con desgana, intentando tomar mi mano -Ah! -.  Ciel, golpeo su mano alejando la de mi y tomando una actitud protectora -Tu!! -. Dijo John intentando abalanzarse contra Ciel, pero Percy lo detuvo y yo a Ciel.

-Basta!! -. Les dije a ambos -Sigamos con la rehabilitación -. Dije llevando a Ciel a la caminadora.

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Estaba feliz al saber que Ciel ya podía caminar y empezaba a recuperar su peso, mientras el dormía yo lo observaba y ahora podía notar mejor sus rasgos faciales.

Era algo fino, su piel suave y blanca, sus manos frías y delgadas, pero de alguna forma elegantes y masculinas, acompañadas de marcas en sus muñecas, debido a las cadenas, que seguramente lo acompañarían de por vida.

Cuerpo aún delgado que rápidamente empezaba a recuperar su peso y cuando lo ví de pie frente a mi pude notar lo alto que era.

Seguramente tenía mi edad o más.

Lentamente comenzó a moverse, una nueva pesadilla empezaba a atormentarlo.

Esta vez sostuve su mano antes de que despertara y se calmó.

Pero aún así despertó, aún sentía pena por él.

Y miedo, al pensar cuanto tiempo sobrevivió ahí abajo.

Él claramente sabía en lo que pensaba, pero no tenía ninguna forma de comunicarse conmigo.

Y eso lo ponía triste también.

Queriendo no pensar en ello mire hacia afuera, el cielo estaba oscuro, ya era de noche.

Se me ocurrió una idea.

Tome la mano de Ciel intentando levantarlo, el esperaba que le dijera lo que estaba haciendo pero solo guarde silencio y le hice señas de que se levantara y me siguiera.

Caminamos hasta el pasillo, Lee se quedó en la habitación.

Lo lleve al ascensor de solo personal autorizado, para algo debo utilizar la tarjeta que me fue dada, y subimos hasta el último piso, al salir del ascensor, nos acercamos a una puerta de emergencia que nos llevaba al tejado.

Deje salir primero a Ciel, que estaba indeciso y confundido de lo que estábamos haciendo.

En cuanto salió ví sus ojos iluminarse.

Se podía ver claramente la Torre Eiffel, con sus luces encendidas, y como miles de luces de parte de los edificios, casas y calles, le hacían el acompañamiento perfecto.

Aunque no se pueden ver las estrellas aquí, hay algo aún mejor que no se le iguala, las luces de París.

Ciel se dejó caer y empezó a hacer ruidos y a taparse la cara con las manos, eso me decía que estaba llorando.

La verdad quería alegrar lo, no ponerlo más triste de lo que ya estaba.

Intente calmarlo, me acerque a él, apenas toque su cabeza recibí un abrazo, ahora que estábamos más cerca, podía escuchar sus sollozos y pequeñas risas.

Rápidamente lo entendí, el estaba llorando de emoción.

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