Cap.2 - "Las Catacumbas"

Me sentía algo arrepentida de haber ayudado a el perro, le daba un poco de comida decente y me pagaba robando me mi celular.

Eso no era justo.

Lo seguía desde casi media hora y por algún motivó nadie se interponía en mi camino, las calles estaban vacías ni vagabundos había alrededor. Corría calles detrás de él pero nunca lo perdí de vista, parecía que quería que lo siguiera.

Repentinamente la lluvia comenzó a caer.

Y me decidí en apresurar el paso, aquí el temporal era "o se detenía o llovía más fuerte".

Pronto ya no había calle que recorrer, el perro entró en un lugar, que aunque la ubicación me era desconocida, el lugar lo conocía muy bien.

Eran "Las Catacumbas".

El lugar más prohibido de París, que aunque no tenía seguridad, si eras descubierto dentro de ellas sin supervisión pagabas muy caro. Además del hecho de que cubren Miles de kilómetros de París y podrías perderte con facilidad, ya que tiene túneles que se unen con las redes de los sistemas de transporte más antiguos, como el metro.

Pero ese no era el caso, el perro entró en uno de esos lugares y yo estaba pensando es seguirlo o no. Estos lugares estaban repartidos por todo París y siempre estaban rodeados de letreros que decían...

"No entrar"

"Prohibido su ingreso"

"El que pase de aquí, no vivirá para contarlo"

"Estas delante de las puertas de infierno"

Y varias frases más, muy motivaciónales debo decir. Pero a pesar de eso, las cadenas, los alambres de púas y las tablas con clavos mal colocadas, el perro se decidió entrar.

Supongo que aún los perros no saben leer.

Dude en entrar o no, si me descubrían o me perdía no había forma de que le dijera a alguien. Pase como pude la cerca y cuando estuve en frente del pasillo que daba a los oscuros escalones, pensé si lo que hacia valía de verdad la pena.

No es como si un celular valiera más que mi vida, pero en el tenía toda mi vida personal desde simples fotos, hasta contactos ultra importantes de modelos, actores de películas y directores que adoraban mis estilos de ropa.

Lo pensé de nuevo.

¿Y si me perdía?

Encontrar el celular no serviría de nada ahí abajo, la señal no llegaba para nada y no tenía suficiente barras energéticas en mi mochila para sobrevivir hasta que me encuentren.

Una idea vino a mi mente, abrí mi mochila y de ella saque una cuerda, la cual amarre su extremo en un Fierro cercano a la entrada, doble nudo casi imposible sacarlo, no sin técnica, el otro extremo lo amarre a mi cintura, siempre ejerciendo presión en la cuerda, para que así sintiera si es que se soltaba.

Camine con paso lento a pesar de que también tenía mi linterna, no me fiaba de la tan antigua construcción de huesos humanos, desde sus cráneos hasta los huesos de los pies, todo estaba perfectamente posicionado en las paredes del lugar.

Por un momento perdí al perro llamándolo como "Perrito" camine hasta llegar a una incrusijada, varios pasillos se extendían ante mi y no era capas de elegir uno. Empecé a pensar que lo que hacia era tonto por lo que decidí en volver, al girar me tope con el perro que me dio un susto de muerte. Casi caí hacia atrás, pero me sostuve sobre mis pies y con mi mano toque la pared, algo toco mi mano y me hizo asustarme, cuando ví que era, solo se trataba de una rata, una sucia y asquerosa rata que transmiten miles de enfermedades, un escalofrío recorrió mi espalda y me contuve de gritar, solo... Quería estar lejos de este lugar tan pronto como fuera posible.

Seguí al perro, si eso es lo que el quería eso es lo que yo haría, el camino se me hacia cada vez más largo y complejo, varias veces moje mis zapatos y caí en mini fosas de agua, la lluvia de afuera se filtraba a través de las paredes reforzadas de huesos, haciendo solo ruidos de ratones a lo lejos y algunas goteras cercanas.

Pronto mi linterna comenzó a fallar, le di varios golpes para que volviera a prender pero simplemente la batería murió. Decidí seguir mi camino lento y guiándome solo por el tacto, la visión ya no servía de nada ahora, puse mis manos en las paredes del pasillo y esperando que nada podrido o asqueroso tocará mis manos avance.

Huesos y más huesos tocaban mis manos, el perro estaba enfrente de mi lo oía caminar, el silencio del lugar lo hacia más fácil, gotas por la humedad caían sobre mi cabeza y algunas entraban entre mi espaldas y ropa, escalofríos sentía cada vez que pasaba.

-¿Donde me estoy metiendo? -. Me pregunte a mi misma al ver que el pasillo no se acababa nunca, estaba entrando cada vez más profundo en las catacumbas, si me perdía nadie me encontraría a tiempo...

De repente la pared se acabó, y estaba en una nueva habitación, no sabía si era otro cruce de pasadizos o si estaba en una simple habitación-tumba, investigue alrededor solo con mis manos, repentinamente ellas pasaron de hueso a metal, o mejor dicho barras de metal, toque cuanto pude para saber que era una celda o tal vez era una reja que separaba los pasillos y las áreas de...

Estaba tocando tan insistentemente tratando de descubrir lo que era que no me di cuenta de que había una puerta y al apoyarme se abrió.

Caí sobre algo musgoso y fétido, se escuchaba como el agua caía a través de las paredes, haciendo eco en todo el lugar, eso era lo único que oía antes de que me pusiera a gritar como loca por haberme metido en este lugar.

Varias palabras, algunas incoherentes salieron de mi boca, hasta que finalmente me levante, estaba harta de seguir a un perro sin rumbo. Hablando de él, lo ví en frente de mi, lo note porque estaba recostado mordiendo mi celular y en eso mordió uno de los botones que encendió la pantalla. Salte arriba de el y le quité mi celular,  de inmediato prendí la linterna para saber en que lugar me había metido.

-Oh por Dios!! -. Dije asustada retrocediendo, algo extraño estaba en frente de mi, o mejor dicho alguien.

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