Epílogo
El momento del entierro estuvo lleno de dolor y un silencio total, únicamente interrumpido por los sollozos de familiares y amigos de la viuda de Blair. La última persona con vida de esta familia era la joven Elena Blair, quien a pesar de tener las lágrimas corriendo por sus mejillas rosadas lucía tranquila, como si ya estuviese preparada para el momento que se aproximaba: la despedida.
En cuanto todos los presentes en el funeral se retiraron dándole palabras de apoyo a la joven dama, Benjamín tomo la mano de su esposa, dándole un beso en ella, le dejo sola un momento para tener su último instante junto a su madre.
Elena permaneció inmóvil, tan solo observando a su amado alejarse de ella. Cuando éste desapareció de su vista soltó el aire que estuvo reteniendo, volvió su vista a la lápida frente a ella, se arrodillo delicadamente y coloco sobre la tumba de su madre la última carta que alguna vez le haría.
Al hacerlo no notó a la persona que pasaba por ahí y que al verla depositando dicho objeto, se dirigió lentamente a ella. Elena salió del cementerio donde su familia descansaba en paz, con paso veloz, evitando cualquier contacto con otros.
El detective James, la había observado y su curiosidad le llevo a tomar en sus manos la carta que tan cuidosamente había sido sellada. Con la lectura de lo que escribía sus sospechas se confirmaban, pero para este momento ya no habría quien creyera en su teoría sobre la verdadera muerte del joven Robert Blair.
Querida madre:
Odio. Odio es lo que siento por aquel que los arrebato de mi lado; por tanto tiempo mi corazón privado de amor ha quedado, lleno de ira causada tan solo por su existencia. Hice lo que debía hacer, mi corazón pedía venganza.
Cuando apenas disfrutaba de la alegría de mi obra consumada, tu muerte, dulce madre, fue la estocada final que acabo con cualquier rastro de duda que aguardaba en mí. Haberle conocido fue mi maldición desde un principio, pero ahí estuve hasta el fin, fingiendo que aún quedaba aunque fuera un poco de amor hacía él.
No puedo negar que aquel acto fuese atroz, aunque tampoco estoy segura de sí lo disfrute. Pero al hacerlo sabía que, a pesar de todas las razones para odiarle también había muchas para amarle; así es, lo que pensé en aquel momento mientras dejaba aquella rosa blanca en sus manos recordaba los instantes que vivimos juntos, mi hermano mayor y yo.
Todo comenzó tras la muerte de mi padre, todo se complicó en nuestras vidas; no había momento en que no me sintiera presionada por hacer las cosas como los demás querían, y todo empeoro cuando en todo momento quien recibía la atención era Robert. Solo un poco de atención, apoyo y cariño esperaba.
No fue al azar todo lo que hice, por el contrario, todo tuvo un significado especial para mí. Recuerdo que en algún momento leí que "el amor es un prisma que descompone la luz del ama en distintos colores." El blanco que en algún momento significo el cariño pasa a ser de aquel color violeta que represento los celos, y de ahí al rojo de la ofuscación rencorosa.
Una rosa blanca que para él era un intento de volver a la inocencia y pureza, sembradas y cuidadas en el jardín donde los restos de mi padre permanecen intactos, se han teñido de un rojo oscuro, símbolo de la fuerza, la cólera, ira, malicia y valor, todas las sensaciones y emociones que me inundaban en el momento en que coloque el veneno en la rosa, sabiendo que él la tomaría y en medio de su ensoñación, volvería a herirse e ingeriría aquel liquido mortal.
El rojo oscuro que ahora no está lleno de deseos de venganza, sino de la añoranza que hoy siento por todo lo que fue y por lo todo lo que pudo ser.
A pesar de escribir esto más para librarme de la carga y la culpa que carcome a mí, y a la mucama que me ayudo a matarle, que por el deseo de hacerlo. La confusión es cada vez mayor, y ahora que te has ido no me queda nada más que esperar que con el tiempo los secretos que he guardado salgan a la luz; tal vez en algún momento alguien se encuentre esta carta que reposará en tu tumba, la lea y descubra la verdad tras el "suicidio" de Robert Blair.
No hay mucho más que pueda decir, siempre dijiste que habría que ocultar del mundo aquellos defectos y fingir que nada de lo que sucedía importaba, ahora sé que guardar un secreto arrebata lo que más se quiere y duele mucho más que decir la verdad.
Esperaba que mientras escribía esto pudiese recordar lo bueno que viví al lado de mi hermano y por fin pudiese perdonarle por algo que él no causo, pero por más que lo intenté no he podido perdonarle de la forma que esperaba: no quiero perdonar a nadie solo porque es lo que merece, quiero perdonarle por darme cuenta de que en verdad le quise. Pero se que no lo haré, después de todo, la mejor venganza es sonreírle al odio; no se trata de hipocresía, solo es elegancia.
Por siempre tuya E. B.
Tal vez no habría manera de desentrañar todos los misterios que la enigmática y olvidada familia ahora ocultaría eternamente bajo tierra. Pero si algo era seguro, sin lugar a dudas era que todo lo glorioso que alguna vez fue el apellido que orgullosamente portaban, ahora estaba manchado por el oscuro origen de los secretos de la familia Blair.
Un agradecimiento a ItsSxmmm de OblivionCompany por la maravillosa portada.
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