Capítulo 27
No me sentía cómoda con todo esto. Seguramente ni debí venir, la cosa era que necesitaba saber si Camila estaba bien ya que llevaba dos semanas sin verla. La madre de Camila me había situado en una cafetería cerca, según ella quería hablar conmigo de algunas cosas. Ella estaba entrando al local y con expresión asqueada me miró y luego se sentó.
—¿Qué le sirvo, señora? —preguntó la camarera.
—Un café negro por favor.
La chica se alejó dejándonos solas nuevamente. Sentía la tensión que había entre amabas y seguramente ella lo notaba también.
—Pensaba que no vendrías.
—No iba a venir, solo lo hice para saber de Camila.
Ella se echo a reír con tanta superioridad, esta señora de verdad me estaba asqueado un poco.
—te aseguro que ella estaba excelente, ya que esta con su novio Shawn— la chica dejó el café en la mesa y luego se alejo —. Debes aceptarlo, niña, lo que ella necesita es un hombre que la haga feliz.
—Usted no sabe lo que ella quiere de verdad.
—Soy su madre y lo sé muy bien.
Sonríe indiferentemente. Ya no reconocía a Sinuhe, esa mujer que me había dado apoyo la vez que mis padre se habían divorciado. Ahora era tan diferente.
—Vaya al grano, señora —exclamé.
—Bien ¿cuanto quieres?
Fruncí el ceño, estaba confundida.
—¿Qué?
—Como escuchaste ¿Cual es tu precio?
No dije nada, me quedé en silencio analizando su pregunta, no lograba entender todo lo que estaba en ese momento.
—Oh, vamos niña, todos tienen un precio
—saco su chequera y la colocó sobre la mesa —. Shawn tuvo un precio, ahora debes decirme el tuyo.
—No entiendo nada señora, expliquesé mejor.
—Quiero que te alejes de mi hija —lo dijo con normalidad —, dame una cifra de dinero para darte y así que te alejes de mi hija.
Ella había vendido a Camila, Shawn había aceptado el mendigo dinero de esta señora. Ahora todo tenía sentido.
—No puedo creer que usted se llame madre — ella sonrió con inferioridad.
—Así es la vida, vamos, solo di una cantidad.
—Vender a su propia hija no es de una madre verdadera, usted no se debería llamar madre —ella frunció el ceño.
—Estábamos en una crisis económica y lo sabes tú, siempre lo supiste.
—No quiero su estúpido dinero y menos quiero alejarme de Camila.
Me levante del asiento y salí de ese lugar. Me sentía tan mal al enterarme de todo esto, vaya que Sinuhe había cambiado mucho, había cambiado para mal. La pobre morena estaba en una mentira, mentira que beneficiaba más a su madre que a ella misma.
Entre a mi coche y conduje hacia el único lugar donde estaba la persona que me entendia de sobra: Ally, ella era la única me entendía y me podía ayudar con todo este dolor que me estaba matando por dentro.
Llegar a la cafetería de Ally era algo tedioso ya que debía salir de la ciudad para llegar, cuatro o más horas me llevaría llegar a donde estaba ella, pero valía la pena.
Al cabo de unas horas ya estaba frente al local, salí del coche y entre en busca de la pequeña Ally. Ella estaba muy sonriente cuando la encontré, me di cuenta que estaba hablando con Troy su marino. Me acerque a ellos y los salude.
—Hola, Laur ¿que haces acá?
—Creo... Creo que esta vez la pedir definitivamente, Ally.
—Yo las dejo sola —dijo Troy —. Adiós Laur.
Esperamos a que él salía de la cocina. Ally se notaba con demasiado interés a lo que le diría.
—Siéntate, Lauren.
—Creo que soy la última persona que se da cuenta de todo lo que está pasando —me senté a su lado, ella acaricio mi hombro.
—Tranquila, cuéntame que pasó ahora.
Mientras se lo contaba todo ella tomaba un sembrante tranquilo pero a la vez un poco preocupado. Ella me escuchaba con atención, le comenté todo lo que había pasado con Camila y luego le comenté lo de la madre de la misma, al escuchar que la morena había sido vendida por su madre ella no se lo podía creer o eso pensaba ya que su cara era sin expresión. Sentí que Ally ya sabía todo esto lo que estaba pasando en la vida de la morena. Todo era confuso aún. Luego me quedé en silencio, Ally me Acariciaba el hombro, al estar con ella me sentía en calma y podía sentir que tenía una verdadera amiga. Ella era mayor que yo y tenía más experiencia en la vida que yo.
Ally me dio un té para poder calmarme, las lágrimas estaban azomandose, querían salir, quería llorar ya que me sentía vacía por dentro. Este sentimiento que me tiene loca, de verdad amaba a Camila, pero la amaba tanto que no podía ni pensar en decirle lo que su madre estaba haciendo con ella.
—Siento que soy demasiado lenta para enterarme de las cosas —dije. Le di un sorbo pequeño al té. Miré a Ally —, quiero verla, Ally.
—Lauren, en este momento no pueden hacer nada, sabes que Camila aún esta en el techo de la madre.
—Esa señora no debería de ser la madre de nadie —tenía tanta rabia dentro de mí.
—No espero que me perdones, ya que debí decirtelo —Fruncí el ceño —. Ya sabía lo de la madre, Camila no lo sabe... En una oportunidad hable con Sinuhe y me comentó lo del contrato.
No lo podía creer, Ally lo sabía todo, pero ella no le había dicho nada de esto a la morena. Vaya buena amiga era.
—¿Por qué, Ally? Ella es tu amiga.
—No quería lastimarla, sé que hice mal pero... No quería verla llorar más.
Sus palabras eran sinceras y demasiado tristes. Ella estaba muy triste por ser la peor amiga del mundo, no podía enojarme con ella ya que ni yo encontraba el valor para decirle todo esto a la morena.
—No quiero que me odies, Lauren, perdón por no decirte... Pensé que se lo podías decir y... No quería que ella estuviera triste.
—Debiste decirme, sí, pero ya estaba hecho todo —le di una pequeña sonrisa
—, Camila debe saberlo... Pero te juro que no encuentro el valor para decirle toda esta mierda.
Ella asintió como si me entendiera mejor que nadie. Me abrazo y fue en ese momento que mis lágrimas salieron sin control. Con Ally me podía desahogar, no sabía que tenía ella pero podía decirle todos mis problemas y al mismo tiempo ella misma podía solucionar mis problemas. La quería mucho, Ally era un ángel. Un pequeño ángel lleno de amor y paz.
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