OO2; Aterrorizado.

❛ATERRORIZADO❜

Jihyun y Jinho entraron a la estación de policía rápidamente, acompañados de su abogado, Min Yoongi, que parecía estar agotado, pero aún así se acercó a uno de los comisarios que lo hizo dirigirse hacia un pasillo.

—Ustedes esperen aquí. No hagan absolutamente nada o haré que también los encierren, ¿entendido? —advierte volteando a verlos y cuando estos asintieron, continuó caminando desapareciendo de su vista.

Jihyun suspiró pasando sus finos y largos dedos por las hebras de su cabello oscuro, ondulado y largo, tirándolo hacia atrás, dejando ver sus costados rapados, mientras que Jinho mordía su labio inferior, jugando con sus dedos tratando de mantener la calma. Detestaba pensar en el lío que se armaría cuando su padre volviera de viaje, y se enterara de lo que pasó aquella madrugada, lo cual tenía demasiado frustrado al mayor, Jihyun.

—No puedo creer que siga con esta mierda. 

—Es Jimin. —dice en un murmuro casi inaudible.

—¿Y eso qué? Dijimos que trataríamos de pasar por desapercibidos. Lo prometimos, y este idiota se atrevió a conducir drogado y alcoholizado.

—Es Jimin.

El de cabello largo rodó los ojos y tomó una bocanada de aire, dirigiéndose a una de las tantas sillas que se encontraban a un costado, por lo que Jihyun hizo lo mismo. Tomó asiento a su lado, sintiendo como la tensión iba aumentando con cada segundo, sin que ninguno fuese capaz de decir algo más.

Jihyun en ese momento no podía evitar recordar cada desastre provocado por Jimin, lo que hacía que en ese momento lo detestara, ya que nuevamente iban a volver a ser el centro de atención, porque lo quisieran o no, los demás iban a enterarse. Estaba seguro que ya estaba pasándose de boca en boca, al no haber sido el único arrestado cuando salió de la fiesta esa madrugada, lo cual lo ponía de los nervios.

Iba a tener otra conversación con su hermano al haber roto la promesa.

Al escuchar unos pasos ambos levantaron la cabeza encontrándose con Jimin, que se acercaba con una sonrisa burlona, mientras Yoongi terminaba de hablar con el Oficial, el cual asentía estrechando su mano, por lo que ambos se levantaron rápidamente para acercarse a ellos.

—¿Y mi coche qué?—inquiere molesto.

—Ya cállate y vamos —ordena Yoongi, tomándolo del hombro.

—Oh...y la próxima vez que se atrevan a hacerme limpiar esta pocilga...—Jimin señala al Oficial que llevó las manos a la cadera, alzando una ceja, pero es interrumpido por Yoongi.

—Dije que te calles, ¿o acaso no querías que te sacara? —lo empuja molesto para que caminara.

Jimin se tropezó con sus propios pies, pero fue agarrado por Jinho que lo tomó del brazo y este al girar su cabeza para verlo, sacó de manera brusca su brazo para retomar el camino. Su hermano lo miró decepcionado, pero Jihyun apoyó la mano en su hombro llamando su atención, haciéndole entender que debía restarle importancia a su comportamiento.

Una vez que salieron de la estación de policía, sintieron la brisa fresca de aquella madrugada.

—Gracias, Yoongi —habla Jihyun, llamando su atención haciendo que voltee a verlos al llegar a sus coches—. Vamos a pagarte muy bien...

—Tu padre va a darme una buena cantidad de dinero, sino créeme que no me hubiera despertado para ésto. Ya no creo en sus promesas.

—No puedes contarle...—Jimin intenta acercarse, pero el mayor por unos minutos de diferencia puso la mano en su pecho por un momento.

—Él va a saberlo. Siempre lo sabe todo aunque intentemos que no sea así.

—No todo —aclara, alzando una ceja.

—Yoongi tiene razón. Nuestras promesas son como las de papá, nunca las cumplimos —dice Jinho, en casi un murmuro.

—Tú cállate, idiota —ordena molesto, Jimin.

—Súbete al auto —le exige, Jihyun.

—Yoongi, nunca ruego, pero...

—Deja de drogarte y ésto va a dejar de pasar —le sonríe cínico.

El de piercings gruñó molesto, empuñando las manos y volteó para comenzar a caminar, chocando a propósito su hombro con Jinho. El menor hizo una mueca de dolor, sobándose esa parte, mientras observaba como este se subía rápidamente, cerrando la puerta con algo de fuerza.
Jihyun al escucharlo cerró los ojos por un momento, tratando de mantener la calma con él, aunque quisiera más que nada golpearlo por todos los problemas que provocaba.

—Ya tienen veintiún años, ¿no creen que es hora de que dejen de provocarle problemas a su padre? —inquiere frustrado.

—Lo sé.

—Principalmente, Jihyun y tú. Deberían aprender un poco de Jinho.

Jihyun volteó a ver por un momento a su hermano que jugaba con los bordes su chaqueta, sintiéndose nervioso por las miradas, por lo que rogaba que dejaran de hacerlo.

—Bien, es mejor que vayas a descansar. De nuevo, gracias por haber ayudado a Jimin.

—Todo sea por el dinero —sonríe—. Nos vemos cuando vuelvan a meterse en problemas.

El mayor suspiró observando como el abogado caminaba hacia su coche que estaba estacionado a unos metros, mientras que el menor se dirigía al de su hermano para abrir la puerta del asiento trasero.

Una vez que Jihyun empezó a conducir se quedaron en completo silencio. Jinho observaba por la ventanilla, apretando las mangas de su chaqueta sintiendo como la tensión crecía con cada segundo que pasaba, hasta que Jimin decidió poner música al ya no poder soportarlo, pero Jihyun rápidamente la quitó, provocando que el de piercings suspirara, apoyando la cabeza en el respaldo y riera burlón.

El mayor decidió ignorarlo apretando el volante hasta que sus nudillos se volvieron blancos, tratando de mantener la mirada en el camino. Quería gritar allí mismo, quería explotar en contra de Jimin, que parecía divertirse con la situación y no poder estar quieto, lo cual comprendía perfectamente el porqué, lo que despertaba más su rabia.

Sabía también que aunque explotara en su contra por haber roto la promesa, quizás él no cambiaría, porque siempre le había gustado ser el centro de atención. No solamente con las demás personas, sino también con sus padres, pero con el paso de los años, cuando su familia empezó a derrumbarse, Jimin había cambiado por completo, principalmente con su madre.
Pero siguió buscando la atención de su padre, y no la recibía al cometer un error tras otro que sólo hacían que este enfureciera en su contra.
Por lo cual, los gritos que saldrían de la garganta de Jihyun, los trillizos sabían que no serían nada al lado de lo que recibiría de parte de su padre, y aunque no quisiera decirlo, el del medio en cuanto saliera de ese estado iba a empezar a preocuparse, como también temer cuando su celular sonara y viera el nombre de este en la pantalla.

Al llegar y guardar el coche, Jihyun apresuró el paso para entrar a la casa, acompañado de Jinho , que lo había esperado, mientras Jimin se dirigía rápidamente hacia adentro, sin querer escucharlos. El mayor apresuró el paso y subió las escaleras, observando como Jimin iba a su habitación llevando la chaqueta en su hombro.

—¡Jimin! —alza la voz, por lo que este frena bajando la chaqueta, provocando que tocara el suelo, mientras lo miraba con una expresión aburrida y su hermano se acercaba—. ¿No piensas decir nada?

—No lo sé, ¿debería? —pregunta sonriendo burlón.

—Habíamos quedado en una cosa, ¿lo olvidas? —al ver como este tenía entrecerrados los ojos, los labios presionados fingiendo pensar, sólo logró que lo molestara más—. Tú también hiciste la promesa.

—Pues, ¿qué crees? —da un paso hacia adelante—. Somos hijos de Park Jaewook. No sé cumplir mis promesas.

Jinho observaba algo temeroso la situación, porque sabía la forma de actuar de Jimin podría provocar que todo se descontrolara, y eso lo ponía de los nervios. Le hacía desear irse a su habitación, pero no era capaz de moverse, y al sentir como este conectaba su mirada con la suya, no pudo evitar estremecerse porque sabía perfectamente que aquella mirada no era por algo bueno.

Cuando la apartó sintió alivio, pero el del medio volteó con la intención de irse a su habitación, por lo que Jihyun al no haber terminado de hablar, gruñó.

—Aún no he terminado, Jimin —habla molesto tomándolo del brazo.

—¡No me toques, Jihyun! ¡No eres nuestro padre, así que no me jodas con tus mierdas!  —grita soltándose bruscamente, provocando que este hiciera un paso hacia atrás al tambalearse.

—¡Quedamos en algo!

—¡En algo que sólo el imbécil de nuestro hermano y tú querían! —apunta y Jihyun lo mira con la respiración pesada, tratando de contenerse, pero dio un paso hacia adelante con la intención de enfrentarlo, hasta que Jinho apoyó la mano en su hombro.

—Déjalo, Jihyun. Es mejor hablarlo mañana —habla con suavidad. Jihyun lo miró de reojo y luego volvió a mirar a Jimin, que observaba al menor y soltó una risilla cínica.

—Es cierto. Hazle caso al sabio de nosotros.

Los miró por última vez para luego voltear y dirigirse a su habitación, aunque no tuviera para nada sueño, pero prefería recostarse que escuchar el reproche del tatuado. Mientras que el mayor pasaba los dedos por las hebras de su cabello ondulado, tomando una bocanada de aire para así volver a calmarse.

—Sabes que cuando está drogado es imposible hablar con él, Jihyun.

—¿Algún día va a cambiar? —pregunta frustrado.

—¿Algún día mamá va a ser la primera en llamar?

—No.

—Ahí tienes tu respuesta —sonríe a medias.

—Iré a descansar.

—Es lo mejor. Yo también lo haré —suspira sacando su celular para ver la hora y al ver las 05:10 AM, se sorprendió—. Descansa, Jihyun —se despide volteando para dirigirse a su habitación.

—¿Jinho?

Este al escuchar su nombre, volteó a verlo ilusionado porque quizás quería hablar más, lo cual necesitaba aunque no fuese capaz de decirlo, ya que al contrario de cómo hablaba este con Jimin, con él no era nada.

Jihyun observaba como se aferraba a las mangas de la chaqueta, por lo que suspiró negando con la cabeza, y Jinho presionó los labios asintiendo, para luego retomar el camino a su habitación, pero esta vez desilusionado.
Mientras el mayor pensaba en porqué no fue capaz de decirle que, en realidad, no estaba durmiendo cuando entró a su habitación, pero es que no sé sentía capaz de tener una conversación profunda.

Park Jinho estaba entretenido con un videojuego, luego de haber almorzado solo, ya que Jimin dormía y a Jihyun no lo había encontrado por ningún lugar de la casa, pero sabía que este simplemente solía desaparecer sin decir absolutamente nada.
Quiso despertar a Jimin, pero estaba seguro de que lo ignoraría y que si ambos estaban solos, él aprovecharía la situación para molestarlo hasta hacerlo llorar.

A veces deseaba volver al pasado cuando eran tan sólo unos niños para así sentirse aceptado, para que sus padres pudieran hacerles ver que debían ser unidos, pero eso no era posible y aunque quisiera, se le dificultaba mucho estar solo. Su cabeza empezaba a torturarlo con muchos pensamientos, haciéndole ver lo felices y cómodos que parecían estar sin él.
Trataba de distraerse con el videojuego aunque no funcionaba del todo, hasta que sintió el sofá hundirse a su lado y al girar un poco la cabeza vio a Jihyun, que se inclinó hacia adelante, tomando un trozo de manzana del plato que se encontraba en la pequeña mesa de cristal de al frente.

—¿Dónde estabas?

—¿Jimin sigue dormido? —pregunta curioso Jihyun, para luego llevar el trozo de manzana a su boca.

El menor hizo una mueca al saber que no tenía la intención de responder su pregunta, lo cual probablemente tuvo que saber que pasaría. A veces, sentía ganas de seguirlo, pero estaba seguro que este lo descubriría y que terminaría molestándose, algo que quería evitar para no sentirse más apartado.

—Como siempre duerme hasta tarde.

—Déjalo aprovechar las últimas dos semanas antes de volver a la Universidad.

—¿Crees que esta vez estudie?

—¿Qué están haciendo?

Al escuchar esa otra voz masculina, ambos hermanos voltearon a ver a Jimin, que se acercaba refregándose uno de los ojos que estaban hinchados por recién despertar. Este bostezaba y su cabello corto estaba revuelto, vestía una camiseta gris que parecía el doble de su tamaño y un pantalón de algodón negro. Verse así a sus hermanos les daba un aspecto tierno, lo que era algo extraño viniendo de él.

—Jihyun acaba de llegar y yo estoy jugando.

—¿Dónde fuiste? —inquiere acercándose con el ceño fruncido.

—Sólo...estaba paseando.

—Y Jinho decidió perder virginidad, ¿no? 

Este al escucharlo volteó a verlo rápidamente, observando la expresión de diversión en su rostro.

—¿Puedes callarte?

—¿Dónde fuiste, Jihyun?

—¡Estoy hablándote, Jimin!

—Ya, como sea. ¿Dónde has ido?

—¡¿Por qué rayos tienes que ser así conmigo?! —pregunta histérico al ver como este pasa de él, dejando notar su aburrimiento, mientras que Jihyun lo miraba sorprendido de que esté decidido a enfrentarlo.

—¿Sabes? Hoseok me dijo que esta noche hay una carrera clandestina, podríamos ir como antes —no aparta la mirada del mayor, a pesar que este parece incómodo—. ¿Qué dices? ¿Vamos a divertirnos un poco?

—¡Deja de ignorarme como si no estuviera aquí! —grita levantándose bruscamente para acercarse.

—¡¿Qué carajos quieres de mí, Jinho?!  —voltea a verlo frustrado.

—¡¿Qué rayos te he hecho para que seas así conmigo?!

—Cálmense de una vez —trata de intervenir Jihyun, cansado de escucharlos.

—¡Dime, Jimin!

—¡No eres más que un marica y una molestia! ¡Mírate! —lo observa de pies a cabeza con una mueca de disgusto—. ¿Por qué no mejor llevas tu drama y tus lágrimas a otro lado, así nos dejas tranquilos de una maldita vez?

Jinho con la respiración pesada y la vista nublada por las lágrimas, volteó a ver a Jihyun. Quizás esperaba que este dijera algo para hacerle saber que Jimin se equivocaba, pero este, simplemente, desvió la mirada a la vez que pasaba la lengua por el interior de su mejilla, sin intención de hablar.
Rápidamente volvió a ver a Jimin, que seguía observándolo esperando que se diera cuenta que tenía razón.

—¿Sabes qué? Eso haré —dice en casi un murmuro con la voz temblorosa.

Salió de allí dando un portazo, provocando que el mayor se sobresaltara, mientras que Jimin sonreía volteando para dirigirse a la cocina, llamando a su hermano para que almorzaran juntos.

Jinho con la mano empuñada, se limpió las lágrimas con fuerza, repitiéndose que no debía llorar cuando ellos parecían sentirse bien lastimándolo. Así se dirigió rápidamente a su coche, para subirse y comenzar a conducir sin saber muy bien a dónde ir.

Sólo sabía que quería estar tranquilo y distraerse de lo mal que ellos le hacían, cuando antes era todo distinto.
Quería saber qué fue lo que sucedió en la cabeza de ellos para hacerlo a un lado de un momento a otro, porque parecían saberse los secretos del otro, pero también guardarse tanto para sí mismos, y eso parecía estar a punto de hacerle perder los estribos...otra vez.

Al estar conduciendo miraba a sus lados por momentos, buscando así algún lugar que se le hiciera agradable, aunque sea hasta que pudiera regresar otra vez a esa casa y ser capaz de ver a sus hermanos.

Cuando vio una cafetería pequeña, decidió estacionar a mitad de cuadra y al voltear a ver el asiento trasero, dándose cuenta que allí estaba su mochila, no pudo evitar sonreír sintiéndose agradecido consigo mismo, ya que tenía el libro que estaba leyendo en los últimos días.
Tomó su mochila y bajó del coche, para caminar hacia la cafetería, donde luego de ordenar un café y un trozo de pastel de chocolate, se dirigió a una de las mesas.

Le gustaba el hecho de que no hubiera nadie, además de una joven, por lo que se sentó en una de las últimas mesas a un lado de la ventana. Pasaban pocos coches, no se veían tantas personas pasar como en los mayorías de los días, por lo que este pensaba que se debía a que estaba lloviznando.

Sacó su libro apoyándolo en la mesa, para abrirlo en la hoja que había marcado. Estaba listo para comenzar a leer, pero su vista se levantó un poco y empezó a ver la joven de cabello oscuro que estaba sentada en frente.
Su cabello largo cubría un poco su rostro al tener la cabeza gacha, por lo que se preguntaba si ella tampoco estaba bien ese día y si estaba esperando a alguien.

Parecía más joven que él y su curiosidad iba creciendo, hasta que un joven se acercó asustándola, apoyando las manos en sus hombros, provocando que esta chillara. Pero en cuanto giró su rostro a verlo, soltó una risilla hasta que él juntó sus labios en un pequeño beso, provocando que Jinho abriera sus ojos a la par porque...se parecía a ella.

Sentía como su respiración se volvía pesada y quería acercarse, pero a la misma vez huir. Si no fuese por su cabello oscuro y lacio, se sentiría seguro que era ella.


Los días pasaban con rapidez para los hermanos al estar tan tranquilos sin su padre, y tan sólo faltaban dos días para regresar a la Universidad. Eso tenía contento a Jinho, porque iba a poder tener la cabeza en sus libros y ya no iba a prestarle tanta atención a sus hermanos, que lo hacían a un lado con mucha facilidad, sin importarle nada en lo absoluto, o eso creía él.
Mientras que Jihyun pensar en regresar, provocaba que se le dificultara respirar, y a Jimin sólo le estresaba porque no era para nada bueno en eso, por lo que sabía que volvería a escuchar a su padre gritarle por no tener buenas calificaciones, y quedar libre en la mayoría de materias.

Jihyun junto a Jimin habían ido a la carretera en sus motocicletas, divirtiéndose y pasando un buen momento como antes. Pues, ambos eran demasiado competitivos, más que nada entre ellos, pero aún así, se divertían a pesar de molestarse cuando el otro ganaba, porque eso lo olvidaban rápidamente cuando el ganador le invitaba un trago al otro.

Al volver ambos riendo por el comentario gracioso de Jimin, se encontraron con Jinho, que estaba en el sofá concentrado en el videojuego, por lo que el de piercings rodó los ojos.

—¿No crees que te pasas mucho tiempo jugando a esa mierda? —inquiere frunciendo el ceño, por lo que Jihyun le dio un leve golpe en el brazo llamando su atención, y cuando este le miró, negó con la cabeza dándole a entender que era mejor que lo ignorara y siguiera con lo suyo.

—¿Eso te importa? —coloca en pausa el juego y gira su cabeza a verlo con curiosidad—. Digo, salieron otra vez...sin mí.

—La verdad es que no me importa para nada, pero creo que sería bueno para ti salir de esta casa, y quizás, descargarte un poco por primera vez —baja la mirada, señalando su entrepierna y conecta nuevamente sus miradas, sonriendo falsamente—. No sé si me entiendes, hermanito.

—¿Te refieres a que haga como tú, que donde sea que haya un agujero, coloca su pene pareciendo desesperado? —pregunta cínico, alzando una ceja—. No, gracias, Jimin. Prefiero seguir sin ninguna ETS.

—Escúchame bien, maldito idiota...

—Bien, ya basta —Jihyun tomó del brazo al de piercings que parecía molesto y con ganas de golpearlo—. ¿Por qué no pueden hablar bien por una maldita vez?

Jimin se soltó empujando a Jihyun para acomodar su camiseta, sin quitar la mirada Jinho que volvió la suya al juego, demostrando lo tranquilo que se encontraba, mientras que a Jimin eso parecía enfadarlo más.

—Papá está en casa.

—¿Qué? —preguntan sorprendidos al unísono los dos hermanos.

—¿Cuándo volvió? ¿Dónde está? —la curiosidad de Jihyun era demasiada como la sorpresa, por lo que miraba a sus lados.

—Volvió hace una hora y vino una familia. Parece que papá se alteró porque fue a encerrarse al despacho —explica concentrado en el juego.

—¿Vamos a verlo, JM?

—No, paso. Gracias por la invitación de todas formas, hermano —palmeó su hombro dirigiéndose a la escalera—. Subiré a darme una ducha porque hoy, este galán, tiene una fiesta y va a buscar un agujero donde meter el pene, como dice nuestro querido hermanito virgen  —comenta alzando ambas cejas, mientras sonríe.

—¿Una fiesta? —Jihyun frunce los labios por un momento, mientras se acerca a las escaleras como él—. Si me prestas ropa puede que piense en ir.

—¡¿Hablas en serio?! —pregunta emocionado.

—Claro. Jinho, ¿quieres venir? —alza la voz.

—Cállate. Déjalo con sus jueguitos aburridos, algún día aprenderá a usar su pene.

—Oh, vamos...

—Entonces, ¿también vuelves a ser parte de la banda? —pregunta ilusionado golpeando su pecho.

—También cantas bien, no creo que...

Al escuchar unos pasos, ambos levantaron la mirada, encontrándose con su padre. Este llevaba un pantalón de vestir ceniza, una camisa blanca con los primeros dos botones sin abrochar y las mangas dobladas hasta sus antebrazos, su cabello oscuro y corto tirado hacia atrás.

Park Jaewook no aparentaba para nada tener cincuenta años. Se veía más joven y era demasiado atractivo, por lo que al ser también un hombre adinerado y divorciado, tenía una fila de mujeres a las cuales no se negaba, porque así como ellas querían algo de él, este también de ellas. Y algunas de sus aventuras duraban un tiempo hasta que se aburría, lo que hacía que sus hijos detestaran darse cuenta de lo mucho que había cambiado, porque tenían que soportar y hacer buena letra con esas mujeres, para así no hacer molestar a su padre.

Jimin tragó en seco al conectar sus miradas, pero aún así sonrió para luego hablar.

—Papá, seguro va a alegrarte saber que Jihyun está...

Este no alcanzó a terminar de hablar, cuando sintió un fuerte ardor en su rostro y terminó cayendo al suelo por la fuerza del golpe, provocando que Jihyun observara boquiabierto, mientras que Jinho tenía las manos apoyadas en el sofá, y una pequeña sonrisa de satisfacción que intentaba esconder.

—Papá...—dice con voz débil.

No podía creerse que apenas lo viera hiciera algo como eso, pero cuando sus miradas se conectaron notó su rabia, lo cual lo tenía aterrorizado.

—¡¿No te fue suficiente con que la policía te encerrara por conducir drogado y alcoholizado, que ahora te atreviste a dejar embarazada a una chica que ni el nombre te debes acordar?!

...


fuera de todo lo último (no puedo creer eso de ti Jimin 😜).

yo seria Yoongi JAJAJA "Todo sea por el dinero" claro que yEssS

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