Capítulo 56

Akira Berglind

Ya han pasado varias semanas desde que volví a la mansión, no sé exactamente cuántas y creo que el tiempo transcurrido no es importante. Todo aquí ha estado complicado respecto a los ataques, cada vez son más fuertes y frecuentes; lastimosamente, no me permiten quedarme cuando llegan nuestros atacantes, tampoco permiten que mis padres se queden.

Cuelgo la llamada y dejo el teléfono sobre mi abdomen, coloco mis manos sobre mi pecho y me quedo observando el techo de mi habitación. Estuve hablando por unos largos minutos con Gastón y luego de que el me llamara, lo hizo Victoria pero con motivos completamente diferentes y uno de esos motivos me incluía a mí.

Ya falta una semana para nuestra última campana y la ceremonia de graduación, todos ya estamos oficialmente graduados de preparatoria. Solo nos falta culminar nuestra actividad de despedida. Pronto me veré libre por un tiempo.

Salgo de la cama y camino hacia la habitación de mis padres, todo a un ritmo realmente lento y desanimado. Giro el pomo de la puerta y luego la empujo con suavidad para evitar cualquier sonido molesto, más para mí que para quien se encuentra dentro. Dejo la puerta a sólo un poco de cerrarla, dejando una pequeña apertura para que la luz del pasillo alumbre el lugar.

El ver su figura completamente recta, con sus manos entrelazadas sobre su abdomen que sube y baja de manera tan imperceptible, su rostro inexpresivo y su piel pálida, sólo eso me hace sentirme preocupada y enojada. Los odio a todos ellos y eso se puede notar con sólo mirarme en este instante, mi gesto y mi mirada sería lo suficientemente fuerte como para dejar claro lo que siento.

Tres días atrás, mi padre, por no haberme prestado atención y no haber captado la información que di, se quedó en la mansión justo cuando se encontraban invadiéndonos. Mi madre y yo ya habíamos salido y no nos dimos cuenta de que faltaba él, apenas mi mamá se dio cuenta de ese detalle, volvió a la mansión para traerlo con nosotros. Hice lo que pude para detenerla pero no logré convencerla, a la final, cuando me di cuenta, ella ya se encontraba fuera de mi alcanze.

Al cabo de unos cortos minutos después de que mi madre se había marchado, yo me mantenía en el centro de la ciudad atenta y a la espera de que regresara junto con mi padre; estaba preocupada porque los segundos pasaban y nada que llagaban. No podía usar a Hunter como mi medio de comunicación porque seguramente se encontraba junto a los otros y esa parte de la mansión está más resguardada que las demás.

El intenso olor a sangre se hizo presente pero solo por unos segundos, luego de eso, todo desapareció junto con la presencia de nuestros atacantes; me relajé por unos instantes hasta que sentí el aroma de su sangre, eso me hizo sentir miedo instantáneo. Sin dudarlo, volví a la mansión luego de haberme ocultado en un callejón.

Cuando llegué y fui donde se encontraban todos, fue imposible el no sentir ganas de llorar, pero escondí mis lágrimas tras mi frustración y odio, esos dos sentimientos eran más fuertes que mi preocupación y miedo. Quiero deshacerme de todos ellos... no, sólo de ellos cuatro, sólo de esos cuatro líderes. Para poder desquitarme, fui donde el jardín trasero de la mansión y me quedé acostada entre las flores del lugar.

Me acerco hacia donde está la cama y me arrodillo a un lado de ella para poder estar a su nivel, me quedo observando su apacible cuerpo que se encuentra así por el estado actual que tiene. Tomo su mano y la cubro entre las mías, está demasiado fría y eso me hace preguntarme, ¿Así estuve yo aquella semana? Seguramente sí.

Apoyo mi frente sobre mis manos que mantiene envuelta las suyas y sin quererlo y sin siquiera sentirlo o pensarlo, mis mejillas se encuentran completamente húmedas.

—Mami...— susurro entre mis silenciosos sollozos que hacen todo lo posible por no ser escuchados. El dolor que siento al verla así es demasiado.

Todo esto pasó cuando mi madre volvió en busca de mi padre. El grupo atacante, al descubrirlo, sólo buscó deshacerse de él lo más pronto posible para así no tener más problemas, eso es obvio, no hace falta pensarlo. Mi madre al llegar, lo vio completamente rodeado por un grupo de ángeles demasiado grande y mis abuelos no podía hacer nada porque estaban rodeados de la misma manera con los demás seres. También la vieron a ella.

Ellos, al darse cuenta de su presencia, atacaron directamente a mi padre y él como pudo, evitó los ataques y fuertes hechizos que logra invocar un ser celestial; varios fueron neutralizados y otros permanecieron.

Mi papá en un momento de descuido, fue atacado y herido; al verse sin oportunidad de defensa, un ángel lo iba atacar por la espalda pero mi madre intervino y recibió todo el impacto. Ella directamente cayó al suelo y mis abuelos al darse cuenta, acabaron en cuestión de segundos con todos los que restaban; mi padre había quedado en estado de shock.

Su impacto fue directamente en el corazón pero no fue lo suficientemente fuerte como para desintegrarlo, automáticamente entró en estado de recuperación y cualquier método para ocultar su aroma es inútil en este momento por lo que está descubierta. Cuando llegué, todo ya había sucedido y no quedaba nadie a excepción de mi familia.

Ninguno quiso decirme lo que había sucedido y eso hacía que me preocupara aún más, quería saber cómo había pasado todo y ellos se negaban rotundamente.

Flashback

— ¡Mamá! — Me traslado inmediatamente al ver su cuerpo en brazos de mi padre quien la mira fijamente. Me coloco de rodillas justo frente a ellos dos ignorando el hecho de haber empujado a mi abuela Lisa. — ¿Cómo... pasó esto? —digo tratando de ocultar mi malestar de enojo. — ¿Cómo sucedió esto? —vuelvo a preguntar, esta vez con la voz un poco más fluida.

—Sólo fue un descuido. — Mi padre con la voz apagada mientras mantiene la vista en cualquier punto. ¡No es sólo un descuido, esto es más que un maldito descuido!

— ¿¡Que fue lo que sucedió!? —Levanto mi vista y observo sin ningún filtro en mi mirada a mi abuelo Richard, quien es el más cercano a mí. — ¡Respóndanme! —Presiono con fuerza mis manos.

—Akira, cálmate. —Me levanto en casi un salto al escuchar eso.

¿Qué me calme? No señor, nada de calmarme. No sé nada del estado actual que tiene mi madre porque no sé cómo fue el ataque, tiene una herida descubierta pero no sé en qué parte del cuerpo está. Estoy preocupada, estoy enojada, estoy ansiosa y no puedo hacer nada; aun sintiéndome así, ¿Quieren que me calme? No.

— ¿Qué pasó? — Vuelvo a preguntar dejando a mi padre levantarse con mi madre en brazos y mi abuelo materno acompañándolo. Solo los observo de reojo, viendo cómo se van alejando de donde me encuentro dejándome con el resto de la familia.

—Es preferible no decirte. — Suelto un suspiro y ahogo un grito.

— ¡Lisa! ¿¡Por qué no!? — Grito su nombre enojada y empiezo a cuestionar el porqué.

Quiero saber qué fue lo que pasó, no me quieren mostrar y no me quieren decir nada; eso no me gusta, no me gusta que me oculten algo así. Camino de lado a lado desesperada pasándome las manos por la cabeza para no hacer nada imprudente pero me detengo en seco al sentir como se intensifica el olor de la sangre de mi madre, presiono mis manos, unas entre otras y logro ver la terrible manera en el que me encuentro temblando. Detengo la mano de mi abuela Adeline, que se acerca solo para hacer que no me hiera la palma de mis manos.

— ¡Akira...!

— ¡No me voy a calmar! —Interrumpo a mi abuelo. Vuelvo a esquivar de un manotazo la otra mano que se acerca hacia mí con autoridad solo para tomarme de un brazo. — ¡Está en reposo y lo sé porque su corazón no está latiendo! ¡Díganme de una buena vez lo que pasó para que ella terminara así! —Chillo de sobre manera.

Un estruendo se escucha justo detrás de mí y al instante, siento varias partículas de algún material de mi alrededor rozarme los lados de mi cuerpo para luego ver como caen al suelo a unos centímetros de donde me encuentro. Me quedo callada al sentir todo eso y mis abuelos quedan quietos en su lugar mirando detenidamente al árbol que está a mi espalda.

Suelto un bufido cargado de frustración y me doy la media vuelta dándole la espalda a mis abuelos. El árbol terminó casi igual que cuando lo impacta un rayo, la única diferencia está en que no está quemado; sólo tiene una gran abertura en todo el medio que recorre desde abajo hacia arriba, algunas ramas están esparcidas en el suelo y la corteza desapareció en algunas partes del tronco.

—Akira, calma...

— ¿¡Cómo quieren que me calme de así por así!? Si el impacto hubiese sido más fuerte, mi mamá ya no estaría aquí físicamente —Listo, mi enojo no puede ser mayor al que tengo ahora; con sólo escuchar mi voz se pueden dar cuenta. —; además, no conocemos ni nuestra propia naturaleza, no sabemos si su alma se desintegraría o si quedaría libre para poder tener otra vida. —Varios crujidos se escuchan consecutivamente.

—Andrew... —La voz de mi abuela Camila queda al aire.

—No lo hagas. —Seguidamente habla mi abuela... Lisa. —No ensucies más su corazón con odio.

Lo que esperaba, mi abuelo Andrew cediendo como casi siempre lo hace pero no esperaba con mis abuelas negándose a eso, eso no es muy común que pase. Seguramente están debatiendo sobre qué hacer, no lo sé, me es imposible escuchar con claridad mi alrededor por la frustración que tengo en este momento pero tengo en claro que se encuentran debatiendo entre ellos.

— ¡Díganme! —Grito de nuevo y otro crujido más fuerte se escucha. —Es muy difícil que pudran mi corazón más de lo que está, eso ya deberían saberlo.

—No te lo vamos a decir. —Me abrazo a mí misma para tratar de controlarme.

—Akira...

— ¿¡Qué quieres!? ¿¡Acaso eres incapaz de decir otra cosa que no sea mi nombre!? ¡Llevas diciéndolo todo este tiempo para tratar que me relaje pero no va a funcionar! — Lo encaro girando sobre mi punto de apoyo y avanzando hasta quedar a escasos centímetros de él. Lo miro fijamente a los ojos mientras el aún se encuentra desconcertado.

Cuando se da cuenta de mi cercanía, su vista se carga de enojo y seguramente es por mi actitud actual y por cómo le respondí pero eso poco me importa ahora, lo que quiero es saber la razón de cómo demonios sucedió lo que acaba de pasar. Con una de sus manos me toma firmemente del cuello de mi camisa para luego golpear mi frente con fuerza para mostrarme lo que vio con sus propios ojos.

—Sería capaz de provocar un... — Es lo último que logro escuchar de mi abuelo antes de caer desmayada entre sus últimos recuerdos.

Fin Flashback

Siento como poco a poco mi cuerpo se vuelve más pesado, lo mismo con el ambiente de la habitación. Mis latidos se han vuelto irregulares y mi respiración también se encuentra en ese estado, mi vista poso a poco se va nublando pero con sólo pasar una de mis manos sobre mis ojos, vuelve a la normalidad.

— ¡Hija...! — Escucho una voz sorprendida a mis espaldas.

Ronald Berglind

Abandono mi estudio luego de haber estado casi todo el día en ese lugar bocetando sobre mi tableta de diseño y terminando algunos mínimos detalles de algunas obras inconclusas. Siempre termino inspirado en momentos de tensión o cuando hay sentimientos muy fuertes de por medio.

Aun no puedo asimilar que Mutsuki se haya atravesado para evitar que fuese herido, sino lo hubiese hecho, quien sabe lo que habría pasado. Aun si me defendió y eso me hizo feliz, también me preocupé y de cierto modo me enojé por haber hecho eso.

Sé que el ataque del ángel iba con todo hacia mí pero luego se volvió lento y todo eso pasó porque Mitsuki lo aturdió. Al haber estado indefenso gracias a los hechizos que se dirigían concretamente hacia mí y por mis heridas, sólo me quedé a esperar el golpe que nunca llegó; cuando vi el cuerpo de Mitsuki en el suelo, no supe que hacer y ese sentimiento de duda empeoró cuando vi a Akira frente a mí con un triste y furioso gesto en su rostro.

Solo pude retirarme con Mitsuki en mis brazos y dejar a mi hija discutiendo con mis padres y suegra, detrás de mi venía Thomas en silencio dejando de lado su típica actitud burlona. Su corazón había dejado de latir desde hace unos segundos.

"Esto pasó por no prestarle atención a mi hija." — esas fueron las únicas palabras que pude pronunciar luego de haber estallado en llanto mientras Thomas me abrazaba tratando te consolarme. No lo logró y solo pude calmarme tiempo después cuando me fui al lago a sentarme en la orilla del mismo

A pesar de que sabía que no iba a pasar nada más de ahí, las imágenes de Mitsuki herida volvían una y otra vez a mi mente y eso sumado a lo que mi mente imaginaba ante la posibilidad de que ella haya podido ser eliminada.

La puerta de mi habitación está abierta y eso me indica que hay alguien dentro por lo que antes de entrar, me asomo y me mantengo en el marco de la puerta. La imagen que hay frente a mi es algo que nunca pensé que vería ni ante lo peor que pueda pasar y eso me hace sentir mal. Todo se vuelve triste e impotente en mí.

— ¡Hija...! —Digo apenas logro reconocer bien todo lo que sucede

Akira está arrodillada en el suelo y mantiene su cabeza en toda la orilla de la cama con sus manos bajo de ella, se mantiene llorando en un intento de hacerlo en silencio pero no lo logra; es muy raro cuando Akira llora, si lo hace es por total preocupación. Eso no es lo que me llamó completamente la atención sino que lo hizo el par de gigantes alas blancas como la nieve que se mantienen firmemente extendidas hacia los lados.

—Ven conmigo. —le llamo para poder apartarla de Mitsuki y que no siga aquí.

Se levanta con cuidado y al hacerlo, se tambalea un poco abriendo sus ojos seguidamente con mucha sorpresa para luego mirar disimuladamente sus alas. Parece que no se había dado cuenta.

— ¿Qué estás haciendo aquí? Te dije que no vinieras.

—Nada papá. —Camino hasta donde se encuentra y apenas me encuentro lo suficientemente cerca, me da un abrazo el cual lo recibo inmediatamente.

Sus ojos completamente azules están viéndome al rostro como si tratasen de decir algo pero al mismo tiempo miran a la nada y no dicen nada, están perdidos. Corta cualquier contacto conmigo y me pasa a un lado para salir del lugar pero se detiene en toda la puerta llevándose una mano a la cabeza.

—Me si... — Me acerco a toda velocidad donde ella para atraparla antes de que caiga al suelo y la cargo tratando de no lastimar sus alas que se han recogido pero no han desaparecido. ¿Tan desanimada está que se desmayó de la nada?

Busco salir del lugar para llevar a Akira donde mi padre para que revise su estado pero cuando estoy a punto de cerrar la puerta, un débil cosquilleo en mi mano y unos suaves murmullos me hace detener. Bajo mi rostro para saber si fue Akira la que murmuró algo pero está completamente inconsciente y lo del cosquilleo en mi mano sólo significa una cosa, Mitsuki está recuperándose.

—Akira... — Doy la vuelta con sorpresa al escuchar su voz.

— Mitsuki, voy a llamar a mi padre. No te vayas a levantar, tu estado no está estable. — vuelvo hacia su lugar y detengo su acción con una de mis manos que logré dejarla libre.

—Ella...

—Se desmayó pero no te preocupes, está bien. Ya vengo. —Le interrumpo para salir inmediatamente de la habitación en busca de mi padre.

Antes de cerrar la puerta, escucho como Mitsuki dice algo pero no logro entender lo que dijo.

(...)

Hunter Shadow

Estúpidos sueños que no me dejan dormir tranquilamente, inútiles recuerdos que solo me hacen sufrir, malditas palabras que oigo entre mis sueños de parte de la imagen de mi madre que es creada por mi mente. ¿Por qué cuando logro dormir con facilidad termino teniendo pesadillas? Bueno, últimamente son muy frecuentes.

Sería capaz de hacer lo que sea para dejar de verla, no quiero saber nada más de ella pero no puedo hacerlo... siempre aparece en los sueños de los cuales siento que van a ser tranquilos. Es como si apareciera a propósito, como si quisiera atormentarme y quitarme la poca felicidad que me queda; si es así, lo está logrando. ¿Cómo soy siquiera capaz de pensar en eso si sé que está muerta? Estoy realmente mal de la cabeza por pensar en eso.

Hace rato me llamaron para ir cenar pero realmente no tengo ganas de comer ni de salir de mi habitación, no me siento mal pero no tengo ganas de nada realmente.

Camino hacia el baño que hay en mi habitación pero apenas coloco mi mano sobre el pomo de la puerta, una fuerte punzada se hace presente en todo el lado frontal de mi cabeza. Permanece allí por unos segundos y cuando justo se va desvaneciendo, mi vista se nubla al punto en que llego a marearme y necesito de la mismísima puerta para evitar caerme.

¿Viste? Eso te pasa por no hacerme caso, eso te pasa por no querer unirte a mí.

Finalmente termino cediendo mi agarre quedando en el suelo con un ligero temblor en mi cuerpo. Su voz... sonó tan cercana, como si estuviera justo a unos centímetros de mi pero no es posible eso. ¿Por qué me pasa esto?

Apoyo mi espalda contra la pared, me llevo mis manos a la cabeza y sacudo mi cabello repetidas veces con la intensión de liberar mi frustración acumulada. Flexiono mis rodillas y oculto mi cabeza entre ellas echándome finalmente a llorar por todo el dolor emocional que siento. Quiero salir de esto y no puedo hacerlo.

No te consideré como mi hijo pero si como un buen objeto a utilizar para ganar. Resultaste ser poco manipulable. — ¿Por qué aun la sigo escuchando?

— ¡Cállate! — Grito aun si sé que no hay nadie. — ¡No quiero escucharte! ¡Tú estás muerta! Estás muerta... lo estas. —Definitivamente lo está

De eso no hay duda, claro que si lo está. Yo mismo vi las imágenes capturadas por la prensa que descubrió el hecho causado por la familia de Akira gracias a una familia de la localidad que estaba por la zona, yo mismo leí todo por internet.

Todo lo que vi me causó gran impotencia y sentir más odio hacia ella del que ya sentía. "Le harán lo mismo que me hicieron a mí". Aun si esas no fueron las palabras exactas de ella, eso fue lo que entendí y lo que seguramente me quiso decir. Las cortadas que se podían ver a través de las imágenes eran realmente grandes y a pesar de que la imagen tenía poca calidad para intentar "censurarla" un poco, me pude dar cuenta de que eran demasiadas.

Hunter, todo me salió mal gracias a que te revelaste en mi contra y sé que no lo hiciste solo.

—Cállate y déjame en paz. —Susurro.

Levanto mi rostro para poder respirar mejor y cuando lo hago, la veo justo ahí, sentada al borde de mi cama con una expresión llena de pura diversión y con una sonrisa que me causa repulsión. Su piel más pálida y su oscura vestimenta que resulta extraña a la vista es lo que logra resaltar más en ella.

Ahogo un quejido debido al miedo y a la sorpresa que causa ver de nuevo su imagen, ella sólo ríe como si viera un entretenido show. Torpemente me levanto del lugar pero me es imposible hacerlo porque caigo de nuevo al suelo.

— ¡Vete! — Grito con fuerza. — ¡No te quiero ver! — Sabiendo que es inútil hacer algo, vuelvo a la posición en la que me encontraba.

Escucho movimiento desde donde se encuentra aquella despreciable persona que no debería estar aquí, sus pasos cada vez son más cercanos pero no alzo la cabeza por nada del mundo. Su mano se posa sobre mi hombro y la tomo inmediatamente haciendo presión con todas mis fuerzas en toda su muñeca.

—Hunter...

Al identificar esa voz, suelto suavemente mi mano y alzo mi cabeza con lentitud hasta que logro tener una completa visibilidad de ella. Sus ojos me miran con preocupación mientras pasa suavemente su mano por mi espalda.

—Cálmate ¿sí? — Mi respiración está entrecortada por el susto de momento.

—Ella...

—Lo sé, ya la eché de aquí. — Con su otra mano, me toma de la mano. —Ven, levántate. —Me levanto con su ayuda. —Dentro de un rato veré si puedo colocar una barrera aquí, con eso no volverá a entrar.

—Está bien. —No entendí muy bien a que se refiere con barrera pero cualquier cosa que me ayude a no volver a tenerla cerca, lo aceptaré sin duda. — ¿Por qué hace esto? —Con su brazo izquierdo sobre mi espalda y su mano derecha tomando la mía, soy encaminado hacia afuera de mi habitación.

—Porque se niega a la idea de haber muerto. Vamos al comedor y ahí hablas un poco conmigo.

—Danielle. — Me mira indicando que continúe. — ¿Cómo sabías que ella estaba ahí conmigo?

—Porque supe de su presencia y porque Akira llegó donde estaba quejándose por lo que estabas sintiendo. —No pregunto más nada. —Mírate como tiemblas.

Ronald Berglind

—Papá, se supone que su recuperación iba a tardar una semana o más. ¿Por qué despertó luego de tres días? —Pregunto por lo extraño que resultó todo esto.

Me levanto de donde estoy sentado para luego sentarme más cerca de mi padre y así escucharlo mejor sin distraerme por mis pensamientos que están en busca de una respuesta a este hecho.

—No lo sé, estoy bastante sorprendido. — Se acomoda en su silla. —Y lo que me contaste sobre Akira, tal vez ella tenga algo que ver.

He pensado en lo mismo por todas estas horas que han pasado desde que despertó Mitsuki, algo tuvo que pasar en ese lapso de tiempo en el que Akira estuvo con ella. Fui unas horas antes a la habitación y su herida todavía estaba con una fina capa de una costra, ni siquiera estaba seca por lo que era imposible que despertara en ese estado. Cuando fui de nuevo, luego de dejar a Akira en el piso de arriba descansando, resulta que ya estaba casi cicatrizada, tal como si hubiesen pasado días.

—He pensado en ello pero Akira no puede sanar, no tiene la capacidad y tú lo sabes. — Ella nació siendo pecadora y por ello no puede recitar el hechizo de sanación. Su poder siendo ángel es casi nulo en lo que respecta a casi toda la mayoría de los encantamientos. — Sus poderes están muy bloqueados por sus pecados y por los nuestros pero su apariencia puede ser capaz de engañar a cualquiera.

Coloco mi mano en mi frente.

— ¿Rápida recuperación? Tal vez se elevó su capacidad de sanación en ese momento. —Niego ante la idea. — ¿Te dijo algo?

—Dijo algo pero no la escuché, sólo sé que dijo "ella"

Varios toques en la puerta hacen que callemos por unos segundos hasta que mi padre permite la entrada de la persona que se encuentra fuera. Estoy dándole la espalda a la puerta por lo que no sé quién ha entrado.

—Te dije que te quedaras allá. — Me levanto rápidamente justo cuando entra en mi campo de visión.

—No quiero hacerlo y estoy bien; además, necesito hablar con toda la familia a excepción de Akira, ella no puede enterarse de nada.

— ¿Sobre qué se trata? — Tomo sus manos con delicadeza.

—Lo que puede ser nuestra liberación y libertad plena.

Fijo mi mirada sobre Mitsuki mientras mantiene su vista fija sobre sus piernas, aún se encuentra pálida pero me alegra que no le haya pasado nada y que se encuentre aun aquí, con todos, conmigo, a mi lado. La acerco a mí con rapidez y le doy un abrazo para luego darle un suave y rápido beso en sus labios, ella lo corresponde.

— ¿Te preocupaste por mí? — Habla en mi oído.

— ¿Cómo no hacerlo si casi terminan eliminándote por simplemente protegerme? —Rompo el abrazo. —Tú quieres que a mí me dé algo. —Río suavemente y ella me imita.

__________________

LO TERMINEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE

TERMINE EL CAPÍTULO QUE TANTO ME HIZO SUFRIR PARA ESCRIBIRLO... EL P.O.V DE HUNTER ME HIZO SUFRIR. (Y ESO QUE ES CORTO)

Bueno, me voy rapidito porque tengo cosas que hacer... Bye. 

Se les quiere, besos y abrazos. No se les olvide comentar para que ayuden a esta novata en la escritura. 


Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top