Capítulo 51


Hunter Shadow

En este momento tengo el pómulo izquierdo un poco inflamado y con un moretón, lo mismo con mi labio y nudillos, también me duele un hombro y no puedo moverlo mucho; la razón de todo eso es porque luego de hablar con Akira, una persona que no conozco pero que el a mi si, llegó insultando me y pidiéndome explicaciones de porque estaba con Akira, que porqué estaba hablando con ella y que porqué estuve a punto de besarla, que si me gustaba y yo no sé qué cosas más insignificantes a las cuales no le preste atención; al ver que no le respondía inmediatamente, me golpeo el rostro y yo no me quedé atrás y le devolví el ataque. Parece que alguien se puso celoso.

La pelea no terminó en buenos términos pero lo bueno fue que yo fui quien salió menos lastimado. Nos citaron a dirección, nos dieron una charla poco importante que no era la primera vez que la escuchaba; a él lo castigaron por una semana y su castigo comenzaría el miércoles y a mí solo me agregaron veinte horas más de servicio. Lo bueno de tener a tu tío de director en el lugar donde estudias es que tienes ciertos privilegios, bueno, aunque sea para eso sirve porque no parece familiar mío; sabe de la muerte de mis dos padres y ni pregunta donde me estoy quedando ni como me siento.

No he estado trabajando en días de semana sino solamente los sábados y domingos a turno completo para poder terminar con más rapidez las horas de servicio que debo cumplir y realmente he estado agotado. Hubo un tiempo en el que no hacíamos nada en clases pero de un momento a otro empezaron a bombardearnos con trabajos por todos lados.

—Joven Hunter. Me dieron la orden de curarle ese golpe. —Hago un gesto de molestia al ver como la puerta se va abriendo. El golpe desaparece solo, nunca he tratado mis golpes, solo heridas.

El hombre que está en toda la entrada de mi habitación es la misma persona que se encarga siempre de mí, es extraño porque habiendo tantos sirvientes en la mansión, él es siempre el que viene a mí. Normalmente hace acto de presencia porque se lo ordenan las personas a las cuales tengo de tutores. Antes estaba un hombre llamado Raúl pero luego lo cambiaron por este que se llama José.

—Está bien. —Acepto porque sé que aunque diga no, él seguirá insistiendo.

Pasa por completo a la habitación con una pequeña caja semitransparente en mano, sobre la tapa de la misma hay dos bolsas de hielo llenas y otra cosa que no distingo. Eso me parece mucho para un golpe.

—Me dijeron que te venias sujetando tu hombro cuando venías en camino y por la mala postura que traes, puedo pensar de que no puedes moverlo correctamente. —Abro mis ojos por la sorpresa que me dan sus palabras. ¿Con solo ver a una persona se puede saber eso?— Con su gesto puedo decir que si ¿Haría el favor de retirarse la franela para poder colocarle la bolsa con el hielo? —Suelto un bufido por tanta educación en una sola oración. Eso más que una pregunta, es una orden disfrazada.

Hago con dificultad lo que me dice y con un simple gesto le señalo donde me molesta el hombro, justo en el omoplato, nombre que me lo aprendí a duras penas cuando veíamos anatomía. Hago un movimiento brusco al sentir el frío de la bolsa con el hielo y como unas cuantas gotas heladas corren en mi espalda; una venda cubre todo mi hombro y yo solo puedo mantenerme con el ceño fruncido por el dolor que me causa el hielo.

(...)

Akira Berglind

Antepenúltimo día de abril, el día de mi cumpleaños que para esta ocasión no será para nada ameno.

En estos seis días que me he mantenido en la casa de Victoria para mantener mi "Seguridad", he estado completamente preocupada y todo por la estúpida amenaza que tienen mis abuelos y esa preocupación no me ha hecho bien.

Muy bien pudimos vender la mansión y mudarnos a otra ciudad o a otra comunidad pero la mansión es de suma importancia en la familia, y esa importancia está centrada en las emociones y en los recuerdos. Hay mucha historia en ella y si se revisan los registros de hace casi un siglo atrás, tal vez más o menos tiempo, las personas se negarían rotundamente a comprarla. Ha habido muchos mitos y leyendas de la mansión desde que se construyó y algunos no se alejan mucho de la verdad pero eso no importa porque esas leyendas son muy, muy antiguas.

No he dormido bien últimamente por los molestos y odiosos sueños que he tenido, algo significan pero yo no puedo hacer nada. Ya no hace falta decir cómo me pongo cuando no descanso o me alimento bien y eso, sumado a las horas de servicio comunitario, el tiempo gastado en corregir el proyecto de graduación, exámenes finales, trabajos, exposiciones, el castigo que me dieron por haberme salido de clases veces anteriores y pare de contar con cosas relacionadas con el instituto, claro, sin olvidar la solicitud que me pidió hace una noche el departamento antiterrorista del país para resolver los asuntos con algunos problemas y la falta de comodidad que tengo debido a tantas cosas; bueno, todo eso me tiene de mal humor. ¡Ah sí! El castigo no me lo dieron por haberme salido media hora antes de la clase de deporte la semana pasada sino que fue porque revisaron mi historial de faltas a las reglas y todas las que tengo tienen que ver con deporte por "Contestarle al docente", "salir de clases sin autorización", "mal comportamiento" y ya; lo bueno es que no estoy sola ya que Victoria también está en esa lista. Somos catalogadas como las nerds del curso pero eso no significa que nos comportemos como unas santas pues... No somos muy sociales pero no somos tímidas, más bien es lo contrario, no somos el centro de atención cosa que agradezco ya que no hay arrastrados por ahí molestándome pero casi siempre estamos en boca de todos recibiendo cualquier crítica envidiosa y es irónico porque dicen que no le agradamos a nadie pero siempre están atentos a nosotros, si preguntas por nosotros en algún salón, te darán respuesta y por eso siempre digo esto "Aunque nos odian, nos conocen"

— ¿Qué tienes Akira? —Suelto un bufido y busco una galleta en mi bolso—Haz tenido una cara de "Odio a todo ser viviente" —Río de lado debido a la idea de mi amiga.

—No es que odie a todo ser viviente, es que me molesta que me molesten cuando no quiero que me molesten— Abro el paquete de galletas y me llevo una a la boca. Tengo sueño.

—Súper normal tu respuesta. Ya vengo.

—Te espero afuera. —Victoria desaparece de mi campo visual y yo continuo caminando.

Justo hoy es jueves, un lindo y hermoso jueves; tan hermoso que me encuentro aun en el instituto saliendo apenas de las horas de nuestro castigo. Nos mantuvieron sentados mirando a la nada mientras el docente que nos supervisaba hablaba de que sabe qué pero no le presté atención porque logré quedarme dormida por unos quince minutos hasta que me despertó en un solo grito. Que bello día ¿No?

Observo como los pocos alumnos que quedan se van retirando en compañía de sus representantes o en sus propios autos, algunos con expresiones neutras y otros enojados. Me encanta ver los gestos de enojo de sus padres porque el aroma que desprenden al estar enojados es agradable.

Todo lo negativo desprende un dulce aroma al punto de ser realmente atrayente, por eso muchos caen ante la tentación pero esa dulce esencia puede desaparecer si todo se vuelve abusivo y macabro, si eso sucede, todo puede cambiar a algo insoportable. Lo positivo también tiene su delicioso aroma, da un sentimiento de paz tal como estar en medio de una montaña disfrutando de la vista, huele a los perfumes de nos da la naturaleza y no importa que tan grande puedan ser lo bueno, el aroma agradable no desaparece.

Alguien me toma de un hombro con fuerza y me empuja hasta que mi espalda choca una pared, su mano se posa a un lado de mi cabeza mientras la otra la mantiene con firmeza en mi hombro derecho. Suelto un bufido y bajo mi cabeza debido a su cercanía. ¿Quién es este?

—Oye, me contaron que hoy estas cumpliendo años. ¿Te gustaría un regalito? —Con esta actitud, ya sé quién es. Si no soporto a nadie de la misma sección que yo, menos soporto a este. Me desagrada su actitud abusiva creyéndose el mejor.

—Qué bueno que te contaron pero me molestas. Suéltame. — Alzo mi rostro y lo miro con firmeza.

Trato de evitar hacer cualquier movimiento para mi defensa porque si lo hago, el terminaría con un tierno golpe en el primero lugar donde impacte mi mano pero si no me hace caso en menos de tres minutos, triste por él.

—No te soltare, quiero decirte algo. —Suelto un suspiro— Algo que te puede gustar. —Creo que estoy teniendo mucha paciencia en este momento.

—Ajá, ¿Qué es? — Me mantengo con mi amada expresión de molestia.

—Ay, parece que sí es verdad lo que dicen de ti. Eres muy fría incluso en esta situación teniéndome a mi frente. —¿Qué espera? Que le dé falsas bendiciones con flores en mano porque se trata de él. Está muy equivocado.

—Estoy esperando a que me digas lo que me vas a decir. —Sólo le quedan dos minutos y no estoy bromeando.

—Chica difícil ¿no? —Suelto un bufido y hago una mueca— ¿Sabes? Eres muy bonita. —Lo sé, no es necesario que me lo digan.

— ¿Eso es todo? —Frunzo el ceño al sentir como toma mi cabello entre sus dedos.

—No, no es todo. —Acerca más su rostro al mío— Me gustas y quiero que seas mi novia.

— ¿Es enserio? —Endulzo mi voz haciéndome ver interesada y para completar mi actuación, hago un gesto de sorpresa— Wow, eso no lo esperaba. —Él sonríe con dulzura cosa que me deja sorprendida. ¿Qué con él?

— ¿Entonces? —Su rostro se acerca más hasta el punto de casi besarme.

—Deja de soñar —Digo con voz dura.

Detengo su rostro con mi mano agarrándolo de la barbilla, lo giro hacia la izquierda y salgo debajo del brazo del cual se mantiene apoyado de la pared; por pura maldad, muevo su brazo haciendo que suelte su punto de apoyo y por cosas lógicas del equilibrio, golpea su frente con la muralla frente a él. Camino tranquilamente con una sonrisa en la cara.

El único amigo de él que se encuentra en este momento va a ayudarlo y las pocas personas que lograron grabar algo empiezan a reírse con cierto disimulo. Un mensaje llega a mi teléfono y sé que ya enviaron lo que paso al grupo de mi sección, sorprendentemente estoy en ese grupo pero lo silencio cada vez que me acuerdo.

(...)

Ayer el día terminó siendo un poco más agradable después de haber rechazado al chico de ayer. Apenas Victoria subió al auto, empezó a bombardearme con preguntas y a mostrarme todos y cada uno de los vídeos que había recibido sobre lo que pasó. Amé el escuchar tantas burlas y comentarios tanto negativos como positivos hacia mí porque así me doy cuenta de que tan interesada está la gente en la vida de los demás ignorando de esa manera su propia vida, y pensar que ellos no son nada para mí.

Salí en la tarde con Gastón y Victoria a un centro comercial a gastar el tiempo y terminamos hablando de cualquier tontería que nos pasara por la cabeza, fuimos a una presentación de varios modelos en el hotel del mismo centro y terminamos con una cena que me fue pagada por ambos, luego fuimos a una dulcería. No hicimos nada del otro mundo pero si disfrute mucho con ellos y logre relajarme un poco cosa que agradezco mucho.

Finalmente en horas de la noche, mis abuelos llamaron dándome señales de vida porque no lo habían hecho ante la situación en la que se encuentran, me dieron el porqué no habían atendido a ninguna de mis llamadas y terminaron felicitándome por el día de mi cumpleaños. Dijeron que después me darían algo.

Justo ahora me encuentro en la entrada de unos de los restaurantes de la cadena de mi abuela Camila atendiendo a la petición que me dio para supervisar el servicio. Ningún empleado del lugar me conoce porque no vengo muy a menudo a este lugar y eso en una ventaja.

Es de noche, alrededor de las ocho por lo que el restaurante está full. Veo como los meseros van y vienen con las bandejas llenas de comida y otras completamente vacías pero... ninguno ha venido a atenderme y lo peor es que no soy solamente yo sino como tres o cuatro mesas más.

Abro mi folio, saco mi lapicero y coloco el papel carbón bajo una hoja de rallas y sobre otra del mismo tipo para empezar a tomar nota de lo que ocurre, esto terminará siendo una copia para el gerente con la hoja original en mis manos.

Alzo la mano para ver si de esa manera vienen y me atienden porque tengo hambre, no esperé a la cena en la casa de Victoria por esto. Un mesero ve mi seña y se acerca a mí, cierro la tapa del folio para cubrir la hoja con lo escrito para evitar que lea algo.

—Tengo más de quince minutos esperando a que me atiendan pero nadie venía, ellos también están esperando y llevan mucho más tiempo que yo. —Señalo las otras mesas y me comporto como la cliente que soy— ¿Hay algún problema con el personal?

—Esta sección le corresponde a un mesero que cambió de turno temporalmente por lo que aún nos encontramos buscando a alguien que cubra su puesto —Responde con amabilidad—. Estamos muy llenos por lo que le pedimos que logre entender la situación.

Lamentablemente se de quien se trata y que justo ahora el estaría saliendo de su horario establecido y nunca ha habido problema con ello ya que hay más meseros que mesas por lo que no debería de estar pasando esto; además, este restaurante no funciona por secciones sino individualmente. Pedido atendido, ganancia para el mesero por el porcentaje establecido. Otra cosa para anotar.

—Entiendo. — Realmente no.

— ¿Cuál será su orden? —Saca su libreta.

—Pasta a la carbonara con pollo y una ensalada a la Tijuana, de bebida quiero un té frío de limón con poco hielo. —Pido sin la necesidad de una carta porque se me ya todo el menú de memoria.

— ¿Algo más? —Niego y él se retira.

Empiezo a escribir de nuevo en la hoja y minutos después, siento como dos sillas se mueven y se colocan a mis lados, alzo a la cabeza y ahí están, el demonio y shinigami sentados frente a mi mirándome seriamente. Suelto una risita y termino de hacer lo mío para prestarles atención.

—Por lo que veo me hicieron caso. —Apoyo mi rostro sobre mi mano— Ahora tienen el aroma de un humano pero tengo una pregunta. ¿Cómo obtuvieron esas almas?

—Robadas, claro está. —Me responde el demonio y yo sonrió.

— ¿Qué los trae a la misma mesa que yo?

Estoy empezando a divertirme con la presencia de ellos dos. Me mantengo mirándolos de manera intercalada detallando su vestimenta y sus facciones para grabármelas más de lo que las tengo. Ambos tienen un anillo en conjunto del mismo modelo y puedo asegurar que ese es su protector.

—Íbamos pasando y te vimos. —Río mientras al mismo tiempo suelto un bufido.

—Queremos hacerte unas preguntas. —La mujer se acomoda en la silla— ¿Cómo te diste cuenta de nuestro aroma en estos días si ya lo teníamos oculto? ¿Quién y qué eres?

— ¿Por qué decidiste ayudarnos aquel día? — Vuelvo a tomar mi lapicero y anoto una falta que acaba de cometer la cajera.

—Porque el hechizo que tenían era inútil para mí porque tengo los sentidos más desarrollados que ustedes, no les diré todavía quién soy y creo que no es necesario decirles. —Respondo sin dejar de anotar. —Demonio, ahora respondo tu pregunta. Porque quise y porque no quiero que los eliminen porque odio esas leyes.

—No confiamos en ti... aun. — Suelto una risita.

—Yo tampoco pero sé que están usando sus rostros perfectamente al momento de su muerte por los tengo bien grabados, si quiero localizarlos, puedo hacer uso de mis contactos y eliminarlos si me llegan a causar algún inconveniente, tanto para mí como para mi familia. No me costaría nada. —Respondo con toda la confianza posible usando un tono de voz realmente educado, el mismo que usamos en los negocios— Lindo anillo, me lo prestarían para verlo mejor.

—No te lo daremos—Responden al unísono—Es...

—Su protector —Les interrumpo con seriedad—Es obvio.

—La única manera de que seas tan fuerte es que seas un felino. —arrugo mi entrecejo— Porque... ¿entonces como serias tan fuerte como para dejarnos indefensos el día que te atacamos?

—Ni un felino es tan fuerte así. —Con eso les niego mi forma animal; ademas, ellos son muy débiles pero no estamos hablando de su fuerza, estamos hablando de la mía y si llegan a aceptar, les diré que son extremadamente débiles— Soy diferente, con eso les digo mucho. —No hace falta decirles que disfruto de la tortura de las personas que odio por lo que vivo alimentándome todo el tiempo, claro y que no me alimento de eso solamente.

— ¿Diferente de qué manera? —Vuelvo a sonreír por su gesto de confusión.

Coloco mi mano izquierda sobre la mano de la chica y la otra la levanto en el aire; con mi mano contraria levanto fácilmente el lapicero haciendo uso de mi telequinesis mientras que al mismo tiempo voy humedeciendo la mano de la mujer al punto de que se queja por lo caliente que resulta estar el agua que voy emanando. Suelto mi agarre y ella acaricia su mano entre muecas.

— ¿Eres un demonio y mataste a otro para alimentarte de su sangre? —Alzo los hombros evitando una respuesta a la pregunta del hombre.

— ¿¡Por qué tardan tanto!? —Me quejo y continuo anotando el mar servicio que llevan esta noche. Me acomodo en mi silla y apoyo completamente mi espalda al espaldar— ¿Solo vinieron aquí para preguntarme eso? —Ya me aburre el ritmo de nuestra conversación— Porque les tengo una propuesta. —Cruzo mis brazos.

— ¿Qué clase de propuesta?

—Antes de decirles de que se trata, quiero saber que no están en mi contra. —Elimino todo rastro de amabilidad en mi voz por lo que ellos inmediatamente se ponen tensos. Son demasiado débiles emocionalmente y eso me lo esperaría de la shinigami y no del demonio pero está vez no es así.

— ¿Cómo haremos eso?

— Llamen a los líderes de cada mundo y enfréntenlos para dejar en claro que están en contra de ellos. —La chica abre sus ojos con sorpresa.

— ¿¡Qué te pasa!? Sabiendo nuestra posición, aun así te dignas a pedirnos eso ¿¡Estás loca!? Estamos escapando de ellos y aun así nos pides eso. Prefiero estar en tu contra que hacer eso. —La castaña se altera completamente dejando un intenso aroma debido a ese sentimiento de enojo.

—No haremos algo que nos coloque en peligro, no queremos ser descubiertos y por eso te hicimos caso, por eso hicimos lo que nos dijiste con estos anillos. —El moreno responde con completo enojo, incluso mayor que el de la castaña pero logra controlarse mucho más.

Sus reacciones y sus respuestas son sinceras por lo que puedo decir que no están actuando para descubrir a los demás fugitivos. Apoyo ambos codos sobre la mesa y sonrío ampliamente, con ese simple gesto logró que ellos me miren con confusión.

—Todo salió como quise. — Veo como las personas de las otras mesas se levantan con sus cosas y se retiran. Empiezo a golpetear la superficie de la mesa con mis dedos— Con eso, con sus respuestas me hicieron escuchar lo que realmente quería. Ya sé que estamos del mismo lado.

— ¿¡Todo eso lo dijiste para verificar si éramos francos con nuestras acciones!? —Alzo mis hombros.

— ¿Qué esperaban? Si no eres inteligente con tus actos llegarás al punto en el que te encontrarás en un laberinto sin final y al no encontrar salida caerías ante la desesperación de haberte encontrado con tu final. Todo por no tomar las precauciones necesarias. —Saco mi teléfono y empiezo a llamar a mi abuela Camila. Ella atiende inmediatamente.

Akira, ¿qué sucede? ¿Algún problema?

—Sí y muchos, luego te dejo un informe. Tengo algo que contarte y creo que les puede servir.

¿De qué se trata?

—Hace unos días me encontré con una pareja realmente sorprendente, se parece a ti y a Lucas. —Evito llamarle abuelo. —Shinigami y demonio.

—Akira... —Me reprende con voz molesta.

—Tranquila que los acabo de dejar en una situación incómoda y con eso confirme su veracidad. Tome todas las precauciones necesarias. —Coloco la llamada en altavoz— Estás en el altavoz.

Muy bien.

—Bueno, la persona con quien hablo se llama Camila. —Doy su nombre falso y evito el apellido porque con eso, es posible que reconozcan quienes somos. — Sobre la propuesta que les daba, espero que sea de su agrado.

Antes de proceder, me gustaría saber sus nombres.

—Ángeles Hernández —responde la castaña.

—Dylan Nebreda. —Ahora es el moreno quien da su nombre. — ¿Cuál es tu apellido?

No es bueno que tutees a alguien que no conoces aun. —Suelto una risa por su falta de educación. — Luego se los daré, no se preocupen.

—La propuesta es servirle a mi familia y a cambio le daremos seguridad y protección. —Apenas digo eso, ellos muestran ojos curiosos— La condición es que sean fieles, honestos, eviten el peligro, olvidarse de cualquier pensamiento de traición hacia nosotros  y hagan caso a las órdenes que se les den sin ninguna duda.

— ¿Cómo nos darán seguridad y cómo podemos asegurar que esas órdenes no nos pondrán en peligro?

—Pregunta inteligente. —Anoto mi malestar en la hoja y el tiempo transcurrido.

Porque la propuesta es darles seguridad y la seguridad se les dará con entrenamientos específicos y generales para que puedan ser más fuerte y puedan enfrentarse a cualquier problema pero para eso tienen que entregar su existencia a nosotros. ¿Son capaces de hacer eso? ¿Son capaces de entregar su existencia para defendernos de cualquier peligro en el que nosotros nos encontremos?

—Mientras podamos permanecer juntos, somos capaces de todo. —Responde sin vacilar el moreno. Sonrío ante ese gesto de unión porque eso demuestra que lo de ellos no es pasajero.

Eso me gusta. Si aceptan, no serían los únicos en hacerlo y con ustedes serían un total de cinco seres bajo nuestra protección pero que al mismo tiempo nos protegerán. —Los que están sentados frente a mi parecen convencidos— Debo decirles algo.

— ¿De qué se trata ese algo?

Estamos bajo amenaza y por eso necesitamos de ustedes, mientras nos hagan caso, ustedes estarán bien. Cuéntenme, ¿desde cuándo se encuentran ocultándose? —La voz de mi abuela se vuelve más seria de lo normal.

—Desde hace unos meses.

Son novatos en esto pero no importa, les enseñaré lo necesario para que sean capaces de esconderse por sí solos. ¿Aceptan?

—Ángeles, ¿qué te parece? —La muchacha parece dudar— No parecen mentir.

No lo hacemos.

—Bueno... ¿Realmente estaremos bien a pesar de que ellos se encuentran amenazados? —En su voz hay miedo.

Tranquila, todo estará bien. —Ella sonríe.

—Aceptamos.

Ok. Ahora nuestro apellido. —Sonrío con amplitud. —Akira, yo me voy. Te dejo que les digas nuestro apellido y dirección. —Ella corta la llamada.

—En los diferentes mundos no se sabe que apellido portamos actualmente pero seguramente les han contado la historia de los famoso cuatro fugitivos. —Empiezo a explicarles. Ellos buscan hablar pero se los impido— Mis abuelos son esos fugitivos los cuales son conocidos como Strudwick, Knox, Foucault y  Berlgind; pero el apellido que tenemos cada miembro de la familia es el ultimo que nombré.  —Ambos abren los ojos con completa sorpresa y se miran entre sí sin poder creerlo.

— ¡Si nos hubiesen dicho eso desde un principio no hubiésemos dudado! ¡Ustedes han hecho lo que muchos no han podido!

—Por eso mismo lo mantuvimos oculto, para saber si son realmente capaces de hacer lo que sea. —Saco una hoja del folio y anoto la dirección de la mansión, luego la doblo— No pierdan esta hoja por nada del mundo, lleguen allí el día de mañana, la prorroga máxima es para pasado mañana y serán recibidos por mi familia o por alguien del servicio. Apenas lleguen al lugar, entreguen esa hoja. Eso será prueba de su eficacia.

—No lo duden. —Ahora que saben quiénes somos, ellos emiten otra aura, una más agradable.

—Yo me retiro, necesito arreglar unos asuntos aquí.

Me levanto de la silla y guardo mi celular en el bolsillo de mi blazer, tomo en mi mano derecha el sujetapapeles con el lapicero y con mi otra mano el folio. Sin decir nada, empiezo a caminar con lentitud detallando a cada empleado trabajar con eficacia en el restaurante excepto en la zona en la que me encontraba que realmente está vacía, observo a cada cliente y cuáles son sus reacciones al dar el siguiente bocado a la comida. Todos los meseros, tanto hombres como mujeres, se encuentran bien uniformados, actúan con elegancia y con respeto, llevan con profesionalismo las bandejas y mantienen una buena postura, cosa que es de suma importancia en el lugar; las tres cajas se encuentran en funcionamiento pero la actitud de una de las personas que se encuentra detrás de la barra no es muy agradable a la vista.

Camino hacia la zona de empleados como si fuera la dueña del lugar, después de todo, soy nieta de la dueña. Al entrar me encuentro con una gran sorpresa, cinco mesero se encuentran tranquilamente en un sofá y uno de ellos es quien se supone que me atendía. Apoyo mi cuerpo en el borde de la pared y ellos al percatarse de mi presencia empiezan a mirarme con molestia.

—La entrada de los clientes está...

—Cállese y no hable, estoy muy enojada con ustedes. ¿Dónde está el gerente?

—Justo detrás de ti. ¿Quién es usted y qué hace aquí? Sólo el personal autorizado puede entrar.

—Estoy más que autorizada para estar en este lugar.  Me doy la vuelta con suavidad y termino de anotar la actitud y la falta del gerente, todo sin siquiera dirigirle la mirada; se supone que él debería estar poniendo orden en el lugar— Tome la copia de este informe detallado que realicé sobre mi estadía en este lugar. —Le entrego la hoja que se encontraba bajo el papel carbón.

— ¿Es usted acaso un tipo de crítico para una revista? —Pregunta mientras lee la hoja con sorpresa.

—Peor que eso. —Vuelvo a apoyar mi cuerpo en la pared— Soy Akira Berglind, nieta de Camila Berglind, su jefa.

—Eh...—Busca palabras con nerviosismo.

—Están dejando el restaurante en malos comentarios y en malos términos para los medios de comunicación y nuestra clientela. Mi abuela me envió para inspeccionar porque había disminuido la entrada de ingresos en este restaurante de toda la cadena de la ciudad—Paso a su lado y me detengo en la salida. — No se esperen una bonificación después de esto, esperen un buen despido cuando venga personalmente mi abuela. No es agradable esperar hora y media y no ser atendido. — Salgo del lugar cerrando la puerta con mucha fuerza captando la atención de varias personas y provocando el silencio de muchos.

El sonido de mis tacones, mi manera de caminar, la presencia y actitud que llevo más mi vestimenta, no es necesario decir quién soy. El sonido de mi teléfono rompe el silencio y me detengo en medio de todo el restaurante; es mi abuela quien llama.

—Ya di el informe, cuando llegue lo escaneo y te lo envío. Tienes muchos arreglos que hacer con el personal. — Escucho murmullos sobre mí a mí alrededor.

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Ok, ok, ok. Un capítulo bien largo a decir verdad.

Los Berglind consiguieron mas aliados y eso puede resultar bueno. 

Bueno, aquí tienen un capítulo siendo publicado a las 00:07 (hora militar XD) 

No se olviden de votar y comentar para que apoyen a esta pequeña novata en la escritura.

Creo que buscaré modelos para el resto de los personajes tales como los sirvientes y los nuevos. Tal vez lo haga, tal vez no. 

Quiero un folio como el de multimedia. 

Bueno, con esto me despido. 

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