Capítulo 21

Hunter Shadow

Estoy completamente nervioso, estoy ansioso, inquieto, irritable, no quiero hablar con nadie pero sigo en horas de trabajo; aparte, no ayuda el saber que hoy viene la dueña del restaurante y según mis compañeros de trabajo, es una mujer muy estricta y detallista con cada uno de los empleados.

Tengo en cada mano una bandeja con varios platos en cada una, peleo conmigo mismo para poder mantener el equilibrio y así evitar hacer un desastre porque eso significaría pérdida de dinero para mí y no me quiero eso pero, mi inquietud no ayuda. Dejo en una mesa el pedido de cuatro personas así librándome de una bandeja, estoy a punto de retirarme a la siguiente pero la voz de un cliente me detiene.

En la noche al llegar a la casa hago algo de ejercicio para descargar energía y todo lo que tengo acumulado. Estoy algo restingido en la casa de los hislop porque ahí sí cumplo reglas por no ser mi casa ni mi familia, cosa muy distinta a cuando estaba con mi mamá que salía cuando me diera la gana, hacia donde quisiese e iba a las fiestas que me provocaba y es algo bastante chocante; no estoy acostumbrado.

— Esto no fue lo que pedí —Tomo aire con gran disimulo ocultando mi molestia y enojo por el simple hecho de escuchar eso, oculto mi mala cara y me acerco de nuevo con una sonrisa.

No te creas la gran osa por ver que estás fajado de billetes y estar con las mujeres que te dé la gana.

— Disculpe, pero este es exactamente su pedido —respondo cordialmente de la manera más fingida y tranquila que puedo. 

Coloco la bandeja libre debajo de mi brazo para mayor comodidad e ignoro la mirada de los presentes en la mesa que se posan sobre mí, inspeccionándose y aparte, susurrando algo mientras me ven. 

Ahora si sonrío con ganas. Lo sé, soy bello, no es necesario que no lo disimulen pero, deberían mejorar la técnica. 

— Mesa número ocho. Ensalada César es de la señorita a su derecha, pasta a la carbonara es del hombre frente a usted y la mujer a su izquierda; su pedido es el especial con el nombre del restaurante que consiste en un platillo llamado "mititei"   —Ni idea que es eso pero es algo típico de algún país europeo— y un postre llamado papanaşi —Explico relajado mientras leo el pedido sacando la copia del block. 

— La cartilla decía otra cosa, no incluía nada de lo que está aquí. Exijo el cambio del pedido —brama el señor... 

"Vamos, Hunter. No te alteres por un cliente maleducado. Sigue la etiqueta del restaurante". 

— El menú explica detalladamente lo que cada platillo incluye; además, se me hace imposible cumplir su petición de cambio, la norma principal de este restaurante prohíbe esta acción. —Vuelvo a sonreír falsamente.

— Eso me parece algo ridículo... —Alza su brazo tomándome de la corbata del uniforme y me hala con brusquedad.

Y aquí es donde demuestro mi experiencia como mesero. Alzo mi brazo derecho en un difícil y doloroso movimiento evitando que caiga el pedido de la otra mesa mientras hago apoyo con el otro que mantenía la bandeja libre ubicada en mi costado, al caer en el suelo provoca un gran estruendo y el silencio se hace presente inmediatamente por unos segundos pero luego desaparece. Algo bueno tuve que haber aprendido después de tanto tiempo trabajando como mesero, sino fuese por esto, mi pago sería una miseria.

— Cumples con lo que pido o te verás metido en un gran problema conmigo, pequeño. —Lleva su mano libre hacia mi cara empezando a apretar mis mejillas con fuerza sin apartar su vista de mí.

— Mesa trece —digo al sentir que alguien me retira la bandeja. 

Profesionalismo ante todo pero ahora falta que me suelte. 

— No es necesario querido —dice una voz femenina a mi espalda sorprendiéndome. 

Soy apartado de la mesa apenas me libran del agarre y, de manera inmediata, un grupo de vigilantes se encargan de inmovilizar a los de la mesa por sobre esta colocándole los brazos por detrás de su espalda. Las mujeres del grupo, no hacen más que verse sorprendidas y nerviosas.

— ¡Sáquenlos! —Ordena aquella mujer que dijo lo anterior haciendo que los guardias cumplan de manera inmediata sacándolos a todos.

Suspiro con bastante pesadez y tensión en mi cuerpo, con el enojo presente todavía en mí e incluso ahora mayor que antes por la actitud del gerente... ¡Quiero irme al carajo y hacer otra cosa! Nojoda, ahora tengo que lidiar con el dolor que tengo en mis mejillas y la molestia que se hizo en el interior de una de esas por la presión que acabó lastimándome.

Me agacho, respirando hondo antes de tomar la bandeja que se encuentra en el suelo y girándome hacia quien hizo todo esto para sacar a aquellas "clientes". Gran sorpresa es la que me llevo al reconocer esa blanca y larga cabellera, esa pálida piel y esos ojos increiblemente pálidos.

— Hijo, no me mires así ¿Acaso tan fea soy? —Bufo intentando sonreír ante su respuesta— Vamos, acompáñame—Pronuncia al darse la vuelta, comiendo el contenido de la bandeja. 

Así que era ella, es la misma ropa pero la mujer tenía un gran sombrero que le ocultaba el rostro y por eso no logré vérselo y ahora, lo trae puesto pero corrido hacia atrás. La sigo hasta el área autorizado de los empleado y de manera inmediata, el gerente aquí se levanta rápidamente, con sorpresa. 

— ¡Ve a ver qué están haciendo los oficiales! —dice con voz autoritaria la señora Camila en dirección a ese odioso ser que me gritó más temprano. 

— ¡¿Qué oficiales?! —pregunta sobresaltado y nervioso.

Lo han atrapado vagueando, lo hicieron... Lerolero. 

— ¡Anda! 

Él sale corriendo con velocidad, dejándome solo con la imponente figura de la abuela de Akira que poco a poco empieza a inspeccionarme con la mirada, manteniendo una de sus manos en la cintura al mismo tiempo que comienza a beber del vaso con el encargo que ella pidió. La observo de igual manera, detallándolo con vista periférica pero manteniendo mis ojos sobre su rostro... ¿Cómo se puede ver tan jove? Y si son cirugías y botox, se lo aplicaron muy bien porque no parece falso.

— ¿Estás bien? Tienes las mejillas rojas —Su rostro muestra una leve sonrisa, una que logra contagiarse.

— Y así estarán por un corto tiempo. —No se me harán moretones y la marca roja va a desaparecer de manera rápida. No me preocupa mucho.

— Hoy Akira estaba haciendo un trabajo del instituto ¿Qué pasó contigo?—Ladeo el rostro con confusión ¿Por qué hablar de ella? 

— Pues... estoy aquí así que lo haré cuando termine mi turno.  

Cosa que no es verdadera, lo va a hacer Gastón él solo porque le expliqué que no me da tiempo de reunirme por estar trabajando. Realmente no sé cómo haré para subir mi promedio cuando trabajo desde las cuatro de la tarde hasta las diez de la noche, llego a la casa media hora después porque pago taxi privado a pesar del costo... 

Voy a tener que hacer grandes esfuerzos pero estoy preocupado, me quiero graduar este año para tener mi título de bachiller y ver después si consigo entrada en una universidad pública ya que una privada no voy a poder pagarla; mi otra opción en entrar en una academia de futbol pero la cuestión es pagarla y el encontrar una beca es completamente complicado porque la mayoría de las veces, por lo que tengo entendido, es con trampeo. 

¡Coño! Si no fuese por mi estupidez o por la culpa de mi mamá... No estaría aquí trabajando como mesero y quizás estuviese en un equipo profesional. No quiero pasar mi vida trabajando de algo que no es satisfactorio porque la mayoría de veces, se necesita un título de bachiller y aun así, todo es muy limitado; prácticamente, nuevamente sería arrancarme las alas y quedarme con lo que me alcanza para poder subsistir.

No sé si pueda dar la talla para alcanzar el promedio establecido y si no lo alcanzo, me rindo... definitivamente lo hago. Sacrificaré mi tiempo y horas de sueño para poder hacer todo, así me afecte y no pueda salir siquiera a alguna fiesta por estar ocupado. No me queda de otra, definitivamente. 

— Eso es muy tarde... Hunter, sé que no vives en una condición que te permita vivir cómodamente porque de lo contrario, no estarías aquí trabajando —Sí, es obvio y bastante— Anda. —Frunzo el ceño.  

— ¿Qué? 

Dinero, eso quiero para no sentirme como una jodida carga en esa casa, sí, sé que es la culpa de los Hislop por mantenerme y ahora tener una custodia temporal sobre mí pero es exactamente eso "Temporal" porque quien sabe si luego me dan emancipación, estoy muy grande como para que lleguen y "Sí, claro. Lo adoptamos" Eso no va a pasar nunca por lo que es más probable que quede emancipado... 

Quiero ayudar en la casa, no estoy acostumbrado a que me den las cosas sin esfuerzo. 

Me están ayudando con mantenerme allí y, el trabajo no lo voy a dejar a pesar de que me lo han dicho, no lo voy a hacer porque eso significaría dejar de tener ingreso de dinero y no hay nada más cómodo el que quieras comprarte algo y puedas hacerlo sin tener que estar pidiendo dinero, todo queda a tu responsabilidad. Aparte, no me gusta estar mucho tiempo encerrado en una casa haciendo quién sabe qué y el dejar de trabajar no me asegura el poder cumplir con la propuesta de mi tío; prefiero hacerlo que ya me puse en mente, así estoy más cómodo.

— Diste una buena fidelidad a las normas de este lugar, demostraste profesionalismo y un gran esfuerzo, además no te dejaste llevar por la amenaza de ese hombre. Te estuve observando todo el día Hunter, así que como recompensa puedes retirarte para que puedas hacer tu tarea pero con una condición. —Sonríe con mayor intensidad mirándome fijamente— Que salgas bien, y para asegurarme de eso estaré en contacto con Gastón y Akira. Solo de esa forma te permitiré el pago completo del día más un pequeño bono.

— Pero... 

Esto me parece muy raro... es demasiado raro ¡Esto debe tener truco! Eso nadie lo hace, en ningún lugar lo hacen ¿Desde cuando el mundo te recompensa por trabajar y estudiar? Nunca, haces lo que tienes que hacer para tener lo que quieres porque nadie te va a ayudar, las cosas no caen del cielo.

— Anda, no hagas que me arrepienta.

Akira Berglind

Recibo otro golpe en mis pies con un reclamo por mi lentitud, por cosas de la gravedad, termino impactando fuertemente en el suelo pero con la rápida oportunidad de poder levantarme, cosa que no logro debido a la velocidad de mi abuela Danielle quien, apenas logro dar vuelta sobre mí para escapar de su movimiento, se sienta sobre mi abdomen, tomándome de las manos para inmovilizarme.

— Lenta, lenta, lenta —dice repetidas veces hasta que se levanta sobre mí.

— ¡Tomemos un descanso! —grito en un tono agudo mientras tomo aire en el suelo... 

¿Cuanto llevamos así? Bastantes horas y estoy herida por tantos golpes que he recibido y me he dado contra el suelo, los entrenamientos son el doble de fuertes que antes porque anteriormente seguían un ritmo limitado por no tener ninguna habilidad desarrollada pero ahora, que puedo dar más, aumenta cada tiempo su nivel sin por cada vez que les tomo el ritmo y con tantas veces que se ha repetido eso, me falta demasiado porque ellos aun siguen por debajo de su media normal.

Me quedo mirando el cielo que está completamente negro y solo se pueden ver unas cuantas estrellas, tal vez es las ocho de la noche; no lo sé, no hay luna por lo que aún no sé deducirlo. Llevamos toda la tarde practicando de todo, creo que se tomaron el "entrenamiento general" muy enserio. 

Estamos cerca del jardín de flores, tomamos este espacio por el terreno al aire libre que según ellos, será muy bueno para que me acostumbre a cualquier tipo de terreno.

— Ultimo descanso de diez minutos, Akira. —Aclara mi papá programando el reloj que están en su muñeca— Después cenaremos que también me estoy cansando.

Me siento sobre el césped para alzar la cabeza, observando desde mi posición inferior a quienes se encuentran de pie de la manera más tranquila que pueden sin mostrar algún indicio de agotamiento, se ven completamente perfectos y es muy diferente a como me encuentro, siento como si en algún momento mis piernas no fuesen a responder. No es fácil pelear con cinco personas que te atacan de todo y con todo pero aparte de eso, debo sentirme aliviada porque mi abuela Camila no está y ella es, entre todos, la reina con la habilidad física; ella ataca pero todos aprendemos al mismo tiempo.

Primero practicamos un poco de control conjuros, manipulación mental y entrenamiento psicológico, después pasamos a ataques y bloqueos de hechizos con el objetivo de ir adelantando nivel; con aquello prácticamente memorizado y en mis manos, mezclaron técnicas y se fueron contra mí. Con todo eso, aun siguieron conmigo, agregándole a mi agotamiento y dolor de cabeza por lo anterior, la práctica para dominar mis transformaciones individuales y general; finalmente, peleas de cuerpo a cuerpo tal como lo hacemos ahora.

— Estoy agotada —murmuro al cabo de unos minutos ganándome la risa de mi abuelo Richard.

— Mi pequeña, ve acostumbrándote porque esto será a diario e, incluso cuando estés a nuestro nivel, será la mayoría del tiempo en el que nosotros podamos. Cuando estemos de viaje, entrena psicológicamente por cuenta propia y disfruta el tiempo libre. —Sonrío pero mi gesto cambia al momento en el que coloca su mano por sobre mi cabeza... ¡No me despeinó!

Vuelvo a sonreir, cerrando los ojos a su cómoda caricia cálida. 

— Aki, cada día será más fuerte y habrá entrenamientos donde saldrás lastimada abiertamente pero es la única manera en la que te acostumbres. —Asiento sin mirarle. 

— Ya pasaron los diez minutos, continuemos. —Vuelve a hablar mi padre.

Ok, hablé muy tarde, mi abuelo si me despeinó el cabello apenas mi papá dijo eso.

Me levanto volviendo a estar en medio de una circunferencia hecha por los presentes, aquellos que me miran fijamente mientras espero algún movimiento por parte de ellos. Mi mamá es la primera en atacar, siento los primeros que se me hacen casi imposibles de bloquear pero, el resto, apenas logro esquivarlos y muy pocas veces, atacarle; aun así, así voy con ella hasta dejarla en el suelo en un barrido. Mi abuelo Lucas tampoco perdió tiempo, esquivarlo fue lo más factible para primero poder sacar de partido a mi mamá, él no espera a mi ataque, solo aplica su técnica a gran velocidad impactando la mayoría de las veces hasta que por un mal esquive mío, encuentro el momento perfecto para tomarle del brazo en inmovilizarlo.

— Espero que se sientan cómodos como yo hace un rato. —Sonrío.

— Por estar...

— No lo creo. 

Sin soltar a mi abuelo Lucas, defiendo el golpe de mi padre con una patada y, con el impulso que tomo en ese movimiento, doy una vuelta en forma de estrella por sobre el ángel de la muerte quedando más cerca del albino, que, entre bloqueo y patada, encuentro dejarlo en el suelo con una llave de MMA, con su cabeza por cerca de mis pies. 

— Quiero acabar con esto rápido, estoy cansada y tengo hambre —digo fastidiada... Girando sobre mi mismo punto, usando una técnica simple de pelea, colocando el brazo de mi abuela Danielle detrás de su espalda. 

— Está bien, ya es suficiente para ti. Lo pudiste tumbar porque se dejaron —Giro a verlos con sorpresa y ellos... solo alzan sus hombros como si nada ¡Eso no se hace! 

Todos toman el mismo camino del asiático, hacia la entrada de la mansión y, antes de que hagan el pedido del menú por teléfono debido a la ausencia de mi abuela Camilia y chef, digo lo siguiente:

— Quiero comer en la calle. —Todos voltean a verme extrañados y ante sus reacciones, sonrío con inocencia.

— ¿Y eso? —pregunta mi mama

— No sé, me provocó comer en un establecimiento de comida rápida. Quiero algo simple pero pesado —respondo con poco interés.

— Está bien... ¿Por qué no?

No es raro que se extrañen cuando pido comer en la calle, no suelo comer comida grasosa porque me desagrada muy rápida pero Gastón me dijo que hay un lugar bastante bueno y me lo recomendó. 

(...)

Cierro los ojos ante el intento de burla de Marcela ¿Es estúpida? Sí y bastante. Sonrío de lado esperando que cierre su boca mientras pienso qué le voy a decir.

— Todavía tengo tiempo de decirle ¿Sabes? Aquí voy  —Me levanto del asiento completamente lista para decirle a la profesora que "No hizo nada".

— ¿No crees que es tarde?

— ¿Conoces esos sitios dónde entras en una sala para recrear un juego? —Me mira prontamente con extrañeza— Te acabaste desmayando bajo condiciones de miedo y nerviosismo ante la recreación de un videojuego —¡Mentira!— y con tu reacción, fue suficiente para escribir lo que la profesora pidió.

— ¿¡Qué!?

— ¿Seguro quieres que le diga a la profesora que no trabajaste nada? Aún no se ha ido de aquí, ellos se van media hora después que nosotros los alumnos. —Hace un gesto de molestia, yo le sonrío ladinamente aguantándome las ganas de reír— Estás tardando mucho para bufar, dar media vuelta con tu mano en la cintura e ir a sentarte en las piernas del amigo de tu novio...; como este ya se fue, no te queda de otra que ir con otro.

Bufa justo como se puedes esperar, se queda de pie unos segundos sin moverse al momento en el que da la media vuelta pensando en lo que le dije porque ¿Qué otro motivo tendría para no moverse en este preciso instante? Acomoda su cabello como toda mujer de comiquita cliché para volver a mirarme con... No sé explicarlo definitivamente pero lo único diferente que hace es caminar, pasando por mi lado y chocándome el hombro de manera intencional.

Oh, tu no te pasas de lista. Doy dos pasos hacia atrás para colocar mi pie disimuladamente entre los suyos provocando su tropiezo y de manera inmediata y obvia, su caída; antes de que pueda darse cuenta de que fui yo quien provoco eso, me desplazo cuatro pasos hacia adelante y unos dos a la izquierda para quedar frente a la cartelera. No pasó nada y nadie vio nada, aparte, no puedes decir que fui yo porque estoy a casi un metro de distancia de ellos y por lo tanto, se cayó sola.

Observo la hoja fichada detrás del cristal manteniendo mis ojos cruzados, sintiendo la presencia y percibiendo el aroma de Victoria y Gastón apenas se colocan a mi lado, sonrientes como dos locos.

"El humano, un ser pensante que cuando se siente en peligro no es capaz de pensar, irónico ¿no? Pero así es. Cuando se sienten en peligro, actúan por instinto dejando de lado todo tipo de razonamiento. Golpes, gritos, espasmos, desconfianza e incluso la inconsciencia son las consecuencias del miedo y nerviosismo extremo."

"Nervios y miedo llegan juntos, trabajan juntos y aun así sus efectos son diferentes. No importa lo que se haga, todo el mundo lo siente y lo peor de todo es que siempre actúan en el momento más inesperado"

Akira Berglind - Marcela Liscano

Último de preparatoria en ciencias. Sección "B"

Sonrió con malicia al ver que mi pequeño experimento sirvió de mucho y, acabó por ayudarme a culminar un entrenamiento pendiente con los espíritus de la familia ¿Qué puede ser más divertido que eso?

— Tienes un hermoso y resaltante morado... aquí. —Irgo mi espalda con sorpresa al sentir la mano de Gastón presionar con fuerza la parte baja de mi muslo, por debajo de mi falda pero por arriba de mi rodilla.

  — ¿¡Qué te pasa!? ¡Eso dolió! —Alza los hombros— ¿¡Qué expresión es esa!? Aparte... ¡No me toques ahí! —¡Bien...! mis mejillas se calentaron.

— ¿Por qué? —Río junto con Victoria— ¿Te digo algo? Pareces un conejito bonito con las mejillas rosaditas. 

Ella le dijo que se lo hiciera, los conozco como si fuesen la propia esencia de mi familia y Gastón por cuenta propia, no lo haría; él es muy respetuoso en esa parte pero si tiene a una loca que le impulse a hacer cosas que sabe no le traerá problemas graves o siquiera, ninguno aparte de un reclamo pues... ¿Por qué no hacerlo?

—  Espacio personal... Y no digas eso, no soy un lindo conejo, soy un ser cruel y malvado. —Y eso es más que suficiente como para que los dos se ría. Ya veo como esto va a ser burla entre los dos conmigo, sabiendo como es Victoria.

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Hello, otro capítulo más...

Espero que les guste este cap. No se olviden de votar y comentar. 

En multimedia les dejo uno de mis OST favoritos de uno de los primeros animes que vi, no tiene nada que ver pero me encanta bastante y quise compartirselos. 

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