Capítulo 15
Akira Berglind
Justo cuando siento una corriente de aire frío cubrir mi cuerpo desde cada extremidad, es cuando logro identificar en el anterior estado en el que me encontraba tomando por primera acción el de levantarme cuidadosamente con el apoyo de mis manos pues, resulta que estaba acostada pero no reconozco dónde pues, justo ahora, reconozco que estoy completamente a oscuras, tanto así que mis ojos no logran reconocer nada a pesar de mi buena visión cuando estoy en esta condición, aparte, mi cuerpo no logra percibir nada, ningún objeto sólido ni nada cerca, solamente puedo escuchar débiles murmullos que hacen sentirme en confianza pero al mismo tiempo hacen que mi corazón se acelere por la incomodidad y el nerviosismo; aparte de eso, puedo escuchar gotas que caen de algún lugar de manera constante.
— ¿Dónde estoy? —pregunto con la esperanza de recibir respuesta pero no, nadie responde.
Al no escuchar nada más que esos murmullos que empiezan a volverse molestos y el sonido del agua que no cesa, empiezo a caminar con mucho cuidado dando pequeños pasos al no reconocer nada a mi alrededor en busca de algo pero esto parece no terminar en oscuridad; largos e interminables minutos transcurren en el que no dejo de avanzar hacia nada y mientras más lo hago, más fuertes y envolventes se vuelven los sonidos, como si provinieran de todas partes pero a la vez de ninguna.
La desesperación empieza a cubrirme de manera sorprendentemente rápida hasta ser completamente terrible pero no elimino ese granito de esperanza de encontrar salida de este lugar y con eso en mente, decido correr con miedo en mi sentir que aumenta mi desesperación con cada segundo que pasa volviéndome impaciente en encontrar algo. No sé por dónde voy o donde estoy, lo único que quiero es salir de este lugar y oscuridad que parece infinita.
Los sonidos que anteriormente eran fuertes ahora lo son mucho más por encontrarme en estado de alerta y por eso, están retumbando en mi cabeza con intensidad generando un terrible eco que solo se crea dentro de mí y no donde estoy ahora. Mis manos viajan a mis oídos cubriéndolos por mero instinto para buscar apaciguar lo que me atormenta mientras detengo mi paso para dar una pequeña y lenta vuelta en el mismo lugar en mi mismo objetivo pero este sigue sin dar resultados, no hay nada ¡¿Por qué no hay nada y dónde demonios estoy metida!? ¿¡Ah!? ¿¡Demonios que hicieron conmigo!?
Un quejido sale de mis labios con tantos sentimientos negativos mezclados en mí, los cuales aborrezco porque siempre suelo estar tranquila. No aguanto la desesperación y molestia de todo y no reconozco mi límite emocional ni como controlarlo en esta situación que se escapa de mis manos.
— Tranquilízate —dice una voz lejana provocando que me detenga quedando viendo hacia abajo, espacio que se supone debería ser el suelo. Los murmurllos empiezan a bajar de intensidad pero estos no tardan volver a intensificarse de nuevo y lo único que eso logra es enerviarme de nuevo.
Esa voz parece la de una niña, es dulce, suave y pacífica; me imagino que si no fuese por la infinidad de este lugar, seguramente se escucharía el eco pero no, el siquiera pensar que esa voz se repetiría a causa de que chocara con algo me hace sentir extraña. No me agrada para nada el pensar que eso ocurriría.
— ¿Estás bien? —pregunta notando como ahora su voz se escucha mejor y con más claridad. Relamo mis labios al mismo tiempo en el que junto mis manos presionándolas con firmeza.
— Sí —respondo suavemente buscando la paz dentro de mí, cosa que me está costando más de lo debido gracias a los latidos de mi corazón y ¿Qué con su pregunta? No sé si estoy bien o no ¡Ni siquiera sé dónde estoy metida!— ¿Quién eres? —interrogo con gentilidad necesitando ya saber dónde estoy y qué hago aquí.
— Si no te tranquilizas no te lo diré —dice con diversión de manera que algo me hace reconocer esa actitud. Frunzo el ceño pero suelto un suspiro... Tiene razón sea quien sea con quien hablo en este preciso instante.
Me dejo caer en el suelo con cuidado sentándome de piernas cruzadas sobre la superficie en la que estaba de pie, cierro los ojos y respiro hondo hasta lograr llenar mis pulmones en lo que podría decir por completo quedándome unos segundos así hasta que exhalo el aire contenido en un suave hilo siendo eso lo suficiente para calmar algo mi corazón que, al ralentizar sus latidos, me trae un poco de calor a mi cuerpo. Respiro de manera pausada obteniendo un buen resultado.
— Ya estás calmada, está bien, ya te puedo decir quién soy. —Muerdo mi labio pues, no estoy completamente calmada pero parece que para ella es suficiente—Yo... ¡Yo soy tú! —Suelta con mucha alegría, su tono y su timbre se parece mucho a la mío cuando era pequeña.
Río suavemente sin comprenderlo, no es posible y no entiendo nada con lo que quiere decir.
— ¿Me puedes explicar? —pregunto esta vez con sutileza porque no reconozco su actitud y no quisiera que se marche dejándome sola en este lugar, puede de ser de mucha ayuda para poder salir.
— Abre tus ojos, por favor. —Hago esto de extrañeza pero decido cumplir con su petición.
Abro mis ojos con algo de indecisión pero apenas lo hago, reconozco inmediatamente justo delante de mí un gato de tamaño mediano completamente hermoso... No, es una gata. Ella y yo nos encontramos rodeadas por una luz de la cual no encuentro su procedencia, solo viene desde arriba pero no hay nada que le dé razón de estar ahí. Su pelaje es de color negro brillante, un hermoso negro azabache; tiene una ligera mancha blanca en todo su pecho y abdomen que al comenzar es un poco gris hasta quedar en blanco dándole una hermosa imagen; sus orejas son delicadamente puntiagudas y negras al igual que el resto del pelaje, su cola es larga y peluda siendo esta también de color negro y, esta última, se mueve suavemente con mucha elegancia, con una hermosa elegancia que es típica de los gatos; sus patas son de color blanco pareciendo pequeñas zapatillas. Sus ojos son hermosos, son grandes y ovalados y su color es de un verde claro intenso.
— ¿Ahora ves? —dice abriendo su pequeño hocico— Yo soy tú, tú eres yo. Somos la misma persona, el mismo ser. —Con esa elegancia que ya tiene, se acerca a mí frotando cuidadosamente su mejilla contra mi rodilla— Esta será tu forma, la forma que te representará como animal entre aquellos con alas.
Acato a su respuesta buscándole el sentido mientas tomo al animal en mis brazos y empiezo a acariciarlo suavemente al ver que acepta, no tardo en sentir un pequeño ronroneo y en mí, una nueva calma cubriéndome completamente. Esto... sí, esto es de lo que hablaban ellos dos...
— Entiendo menos lo de que somos el mismo ser —digo más para mí y con eso, su gesto corporal cambia a uno un poco más activo.
— Eso mismo, no tengo otra manera de explicarlo ¡Ahora despierta que te están esperando! —La miro con extrañeza. Se expresa de maneras muy diferentes... Así era yo de pequeña y ahora lo sigo siendo pero con menos frecuencia.
— ¿Dónde estoy? —Aún no lo sé y quiero saberlo.
— Pronto lo sabrás y tu pregunta también entenderás—responde en lo que me podría imaginar como una sonrisa.
Bajo mi vista a mis manos soltando una mínima queja al sentir un fuerte pinchazo en mi mano derecha ¡Me mordió! Y lo hizo tan fuerte y en una zona tan vulnerable que ya el dorso de mi mano ha empezado a sangrar con abundancia a través de la marca de sus colmillos... No pasan muchos segundos en los que ya no me duele ni arde.
— ¿Por qué lo hiciste?
— ¿No lo recuerdas? Tú sangre es tú única salida se entras aquí sin que sea por obligación. —¿Eh? Esto me suena familiar ¿Por qué?
Las gotas rojas se van deslizando por el contorno de mi mano y no hago más que levantarla mirando detalladamente el movimiento de cada una. Las pequeñas gotas se acumulan de una en una hasta formar una grande que cae al suelo por el peso y en cuanto toca la superficie en la que me encuentro sentada, siento mi cuerpo volverse más pesado para luego quedar completamente en blanco.
Sé que sufro un cambio de ambiente y ahora reconozco mi cuerpo cubierto por sudor frío y con mi respiración agitada y mi corazón acelerado, todo contrario a como estaba hace nada de segundos ¿Qué pasó? Me siento reconociendo el lugar donde me encuentro al instante en el que abro mis ojos. Apoyo mis manos en el suelo de madera ganando que desde estas, se forme un escalofrío a causa del frío del material.
— ¿Por qué hay tanto frió? —pregunto esperando respuesta al recordar que estaba con ambos demonios— Son tan bellos —digo esta vez con sarcasmo y para mí misma porque... bueno, estoy sola en el último piso de la mansión.
Me levanto dando una vuelta por el lugar notando que es de noche ¿Cuándo? Me quedo de pie cerca de una ventana observando desde esta como llueve con fuerza y, lo peor de todo, es que todas las ventanas están abiertas provocando que el viento y el agua entren ¡Por eso es que tengo tanto frío! ¡Tengo frío porque la mansión es fría, está haciendo frío afuera y el viento helado está entrando porque los ventanales están abiertos aparte de que mi corazón ahora acelerado no ayuda con mantener mi temperatura corporal así que ¡Tengo frío por cuatro razones! Me acerco a una de las grandes ventanas para cerrarla pero una ráfaga de viento hace que todo mi cabello choque con mi cara.
¡Que esto se quede así, yo no voy a cerrar nada!
Me aparto dejándola abierta de par en par y con dificultad gracias a mis mechones de cabello que están húmedos y no me permiten ver bien, me lo aparto del rostro para terminar saliendo de aquí cerrando la puerta que prohíbe la entrada del personal ¡Se sabe que me gusta la lluvia pero eso no significa que me dejen aquí tirada como si no fuese nada!
Bajo las escaleras dando pisotones y sigo caminando hasta llegar al comedor donde están todos sentados con todos con su gran tranquilidad mientras dos empleados van sirviendo la comida de cada lado.
— Parece que alguien está enojada —dice en tono cantarin mi abuelo Richard desde su silla al verme entrar.
— ¿Cómo no estarlo si me dejaron allá sola por más de —Miro a la pared donde se encuentra el reloj en un tiempo extremadamente corto en el que no se notaría que me detuve para verlo—... seis horas? ¿¡Por qué no me despertaron!? —Intento controlar el volumen de mi voz.
— Por que estabas muy concentrada dentro de tu conciencia y si te despertábamos, seguramente nos ibas a golpear con todas tus fuerzas por la sorpresa —responde mi padre entre risas— ¡Y nadie quiere un golpe de tu parte! —dice alzando sus manos.
¡Wow, qué excusa! Yo sé que golpeo con fuerza cuando me asustan pero no es para tanto, ¿O sí?
— ¿Qué me hicieron? —Miro a los dos albinos.
— Te hipnotizamos con el fin de que quedaras en lo más profundo de tu propia conciencia y recuerdos, ya que es la única que sabe todo de ti —dejo mi vista en el ojiverde.
Y eso, maravillosamente, me responde todo lo que me preguntaba. Entonces, uno cantó su canción mientras la otra hacía lo mismo en conjunto ¿Para qué? Para nada más y nada menos que controlarme para hacer que entrara en mi consciencia, cosa que me entero que podemos hacer, sin saber con qué objetivo pues ahí sí que no sé nada porque dijeron que nada más era para estar dentro. Cada vez hay algo mucho más extraño aquí que sale de lo normal pero conociéndonos, eso se volverá demasiado común así que... Normal y ya.
— Entonces que f...
Recibo llamado de atención al momento en el que busco sentarme en la mesa, siendo observada por un par de ojos azules los cuales me detallan con preocupación ¿Ahora que pasa que me miras y llamas así? Pregunto inmediatamente a qué se refiere mientras me inspecciono con la mirada sin encontrar nada que rompa con las reglas del comedor; estoy presentable, limpia y no tengo nada que logre alterar a los de la mesa. Mi abuela Danielle, adelantándose a mi madre, señala mi mano en cuanto pregunto. Hago un gesto de extrañeza llevando mi mirada hacia donde apunta su mano señalándome y, apenas noto la herida que tengo, la duda es lo primero que se hace presente en mi cabeza ¿Cómo si eso fue allá y no aquí? Se supone que son cosas que no se deben mezclar, el sueño y la consciencia con la realidad donde estamos ubicados.
— Las historias que te conté de pequeña como que te sirvieron de algo —dice de modo juguetón mi abuela Camila haciendo que me llegue a la mente un recuerdo de mi niñez que hasta aburrido me parecía a pesar de que a mitad de todo por alguna extraña razón llegaba a entretenerme.
Flashback
— Kira, Kira. Presta atención al cuento.
Todas las noches mi abuela Camila me cuenta un cuento antes de dormir por alguna razón que nunca me explica, pero eso no me molesta a pesar de que me aburra en un momento.
— Ya..., abuela. —respondo sin ánimos.
A pesar de que todos son distintos, siempre tienen una parte que se repite en cada uno y casi me los sé de memoria; solo eso porque el resto siempre es diferente.
— Haz silencio que voy a continuar.
— Ya estoy en silencio.
— Andrian corría y corría entre llantos queriendo salir de esa tenebrosa casa abandonada, y mientras lo hacía, pensaba en el error que cometió al dejarse llevar por su curiosidad. —Mi abuela hace una pausa y toma un vaso de agua que está a su lado para beber un poco de su contenido. Le miro con querer saber más— Bajó las escaleras principales buscando la puerta de entrada y cuando la encontró, se sintió algo aliviado pues ya había encontrado su salida; trató abrirla con desesperación pero no se esperó que alguien le halaría de un pie haciéndolo caer al suelo de súbito —continúa dejando el vaso a su lado.
— ¿Que le tomó el pie? —pregunto curiosa.
Aun así, siempre terminan gustándome y terminan haciéndome ceder a sus relatos aun si no quiero... Me gustan pero al rato me aburren y luego me vuelven a gusta. No sé, mi amiga dice que soy rara.
— Si me dejas continuar, te darás cuenta. —Asiento con la cabeza indicándole que continúe. — Una criatura de color negro y deforme con una extraña sonrisa en lo que parecía ser su rostro, en su cara había un par pequeños puntos de color morado brillando sobre esa macabra sonrisa. —Una pequeña risa escapa de mis labios.— El niño al ver a esa criatura, quedó paralizado del miedo e incapaz de moverse, el extraño ser se aprovechó de la situación y lo tomó del cuello con una de sus extrañas, largas y huesudas manos. Con su uña, cortó profundamente la mejilla del niño dejando salir un pequeña línea sangre la cual empezaba a correr hacia abajo. El pequeño no sabía que hacer, su mente estaba paralizada del miedo y había quedado shockeado por quien lo sujetaba además, ya no le estaba llegando aire a los pulmones por lo que terminó desmayándose. Su herida no había terminado de sangrar y una gota se acumuló hasta caer y, justo cuando el líquido carmesí impactó el suelo, todo desapareció. Adrián asustado despierta identificando que todo fue un sueño.
Suelto un suspiro haciendo una mueca de molestia. Aburrido final, quería que pasara otra cosa.
— ¿Eso es todo? —Siempre resulta ser un sueño, un sueño el cual la única manera de despertar es que tu sangre caiga al suelo— Tus cuentos son aburridos.
— ¿Ah sí? Ya verás cómo te servirán en un futuro. Vamos duérmete. — Acerca sus manos a donde estoy y me arropa con la manta dándome un beso en mi frente
— ¿Y mamá? —No ha venido a despedirme.
— Ella salió de viaje en la tarde. —Hago un gesto triste... ¿Por qué no me dijo?— No pongas esa cara Kira, fue de imprevisto. —Habla con voz suave— Pórtate bien esta noche y mañana salimos ¿Sí? —La miro con duda pero termino sonriendo. Ella ríe— Buenas noches —desea apagando la luz de mi habitación.
— ¡Buenas noches! — Me despido después de un bostezo.
Fin Flashback
— ¡Akira te estoy hablando! —grita mi madre llamando mi atención y al mismo tiempo, sobresaltándome.
— ¿Cómo?
— Que te limpies esa herida. No permitiré que te sientes en el comedor así. —¡Ahg! ¿Por qué mi abuela materna y mi madre son así?
Suelto un suspiro antes de salir del comedor para dirigirme a uno de los baños más cercanos tomando así, el botiquín que siempre está detrás del espejo del baño o debajo del lavamanos; no tardo nada en sacar de allí lo que necesito antes de abrir la llave del agua y colocar debajo del chorro, mi mano herida dejando descubierta al estar libre de sangre, las marcas de los colmillos de aquella felino. Limpio la herida lo suficiente y la vendo para guardar todo nuevamente. Si pudiese controlar mi proceso de cicatrización, esto no sería necesario hacerlo... Esto lo hará de hoy a mañana.
— Nunca pensé que la mordida de ese gato se formara en mi mano de verdad —susurro entrando al comedor expresando lo que no ha salido de mi cabeza desde que mi mamá me gritó por siempre importante aseo.
— ¿Qué gato? —preguntan todos al mismo tiempo dejando de lado su tema de conversación y eso logra extrañarme pero no le tomo importancia.
Los gatos son buenos escabulléndose, escapando y ocultándose aparte de que sus métodos de ataque y defensa son buenos y su habilidad en movilidad a mi parecer, es la mejor en cualquier caso aparte de que la elegancia que presentan me encanta bastante pues, no actúo de forma contraria a esa a no ser que me sea indicado o sea realmente necesario.
— El gato que vi —digo sentándome en la silla. Ya todos van por la mitad del primer plato sabiendo que voy a comer con ellos..., y después se quejan de eso cuando uno no los espera— ¿Por qué tanta sorpresa con un gato? —Coloco la primera comida sobre el plato base.
— Sí lo que viste fue un gato—murmura mi padre mirando alternadamente a cada miembro de la familia— Significa qué
—... tu forma animal es el de un felino —continúa mi abuela Camila llevando su cabeza a sus brazos apoyados sobre la mesa ocultando el rostro entre ellos dejando de lado la comida, desde aquí puedo ver como su espalda se expande por una profunda inhalación... Ok ¿Por qué tanta preocupación?
Un incómodo silencio se hace rey del comedor mientras entre mi familia, se dan miradas entre ellos con entera preocupación... ¿¡Por qué!? ¿¡Qué detalle tan importante no me ha contado mi familia esta vez!?
— Bueno, era de esperarse —dice mi abuelo Richard rompiendo el silencio pero ahora con completa seriedad, cosa que no suele ser muy común en él—, Akira no es el ser más normal. —Frunzo el ceño con ligera molestia
— ¿¡Me pueden explicar por qué tanta sorpresa de su parte!? —grito captando la atención de todos con algo de sorpresa— Inclúyanme.
— Un felino, una especie animal de emociones neutras y habilidades sorprendentes. — Mi abuelo Lucas entra en la conversación— Cualquier ser que posea esta forma tendrá un gran poder en sus manos.
Siento como mi piel se vuelve de gallina a causa de un escalofrío que nace desde lo más bajo de mi espalda.
— En el infierno son los más fuertes y los más perseguidos por todo el poder que poseen, cualquiera que logre acabar con la vida de uno de ellos y consuma su alma antes de que esta se desintegre, tendrá su habilidades y tendrá su fuera —explica mi abuela Camila— Son muy pocos los que tienen esta forma debido a que toman su existencia.
¿Por qué exactamente eso si son muy pocos? Ni siquiera soy un alma real, son una creación a base de experimento utilizado en mis padres, cosa que funcionó perfectamente porque o sino, ellos no estuviesen aquí porque no habrían podido ser creados... Pero aun no capto porque toda su preocupación... Ok, un felino entonces te otorga más fuerza ¿Y qué? Normal y así es mejor porque hay más lado positivo en el lado de defensa de la familia por si llega a ocurrir un atentado. No comprendo ya que no me cazarían porque mi aroma está bloqueado siendo camuflado por el de un humano y el contacto con algún demonio, no es de importancia porque no me reconocerían como felino o demonios; solo como un simple humano.
— Según una leyenda que me contaron antes de vivir aquí en este mundo, ellos eran los jefes en todos los enfrentamientos que se hacían entre el infierno y el cielo; eran los jefes luego de los líderes —Informa mi abuela materna.
— Tienes mucho poder en tus manos, Akira; ten mucho cuidado —Advierte mi abuelo Lucas mientras juega con sus dedos.
— Ve a tu habitación —ordena mi madre—, enviaré tu cena para allá.
— Pero...
— ¡Hazle caso a tu madre! —grita mi padre haciéndome dar un pequeño brinco por la sorpresa ¿¡Qué le dio!? ¿¡Desde cuando me gritas tan de repente!?— Tenemos algo que hablar entre nosotros.
— ¡Ok! —Acepto a regañadientes.
Me levanto de mi silla con brusquedad y salgo del comedor enojada por esto tan repentino ¿¡Qué me ocultan!? Algo me están ocultando y no me quieren decir ¿¡Por qué!? En vez de ir a mi habitación como dijo mi padre, decido ir al salón de tiro para calmarme y distraerme un poco; después de todo, ellos no me quieren en el comedor ni cerca de ellos pues, van a hablar de quien sabe que cosa de la cual no quieren que me entere.
¿Qué es tan importante que no me lo pueden decir? ¿Qué es tan importante así como para que mi papá me gritara de esa manera? Cosa que él no acostumbra a hacer. No me gustó para nada la reacción de todos, se pusieron muy tensos y pude reconocer el nerviosismo que tenían en la mesa.
¿Tanto poder es el que corre en mi sangre para portar tan sorprendente habilidad? Pues no creo, todos en la casa estamos dentro de lo normal, excepto mis abuelos que han evolucionado algo pero es por todos los esfuerzos que han hecho para mantenerse existiendo... aun así, no sobrepasan lo normal.
Estoy preocupada, solo quiero saber qué es lo que está pasando por sus cabezas y no puedo saberlo.
_____________________________________________
Este es todo el capítulo. Un poco corto lo sé pero hasta aquí me llego la inspiración.
Este capítulo iba a ser para el miércoles pero no pude terminarlo porque fui para una fiesta, el jueves me fui para la casa de mi familia y ayer estuve todo en día en el cumpleaños de mi tío.
Espero que les guste, besos y abrazos.
Quien empieza clases este lunes. ¿Solo yo?
Voten y comenten. Los quiero.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top