Capítulo 14
Akira Berglind
La única que se quedó un día más después del veinticinco fue Victoria quien con ella, lo que hicimos fue ver Yaoi, siendo yo obligada por ella; vimos una serie impuesta por mí de terror con la cual Victoria terminó casi llorando y para que se calmara, tuve que poner una película de la famosísima y vieja marca de Mattel con su más famoso juguete entre niñas y su mundo de rosas: Barbie. Sorprendentemente y con eso, nos entretuvimos... y nos quejamos para terminar riendo por unas que otras estupideces. Quise poner un clásico de Disney pero ella se negó diciéndome que le iba a arruinar la trama infantil porque sabe que me sé las versiones originales de cada cuento y las teorías de algunas y, no son para nada inocentes.
Entre todo eso, sacamos el tema de cierto rubio que está enamorado de cierta castaña y viceversa. Supe que estaba emocionada a mil porque se le notaba en sus ojos, claro, no se lo conté de manera directa, le dije que "Yo también creo que él siente algo por ti" Eso fue suficiente como para que ella y su mente empezaran a trabajar a como sea que lo hace la de ella.
Llamamos a cierto pelirrojo "enamorado o encaprichado" diciéndole que ya sabíamos lo que pasaba con él. Su reacción fue única. Tardamos hablando con él como más de una hora y fue porque tuvo que salir. Luego de eso y con la mente "Fujoshi" de mi amiga, se tiró en el suelo a dar vueltas con su galleta en la boca hasta que se golpeó la cabeza con la punta de la pata de mi cama que, gracias a eso, sí se le salieron unas lágrimas. A partir de eso, fue que me obligó a ver yaoi y yo le obligué a ver terror.
Hoy es martes por lo que me toca entrenamiento con los demonios de la familia y por sus miradas cómplices, sé que me harán algo de lo cual obviamente no podré controlar y no sé con qué finalidad será porque me dijeron que no preguntara nada respecto al día de hoy.
Debido a la grandeza de esta área siendo un poco más pequeño que la mansión, al espacio libre, la falta de obstáculos y el ser restringido para los empleados, esas son razones lo suficientemente buenas para encontrarnos los tres en el último piso de la mansión; lo único que hay reduciendo el espacio son las habitaciones en rincones de todo el piso que se usan para guardar materiales y algunas otras cosas que se dividen en:
Habitación para almas, un lugar donde en bastantes repisas descansan una notoria cantidad de almas enfrascadas con fecha de captura, fuentes de vida de personas que han traicionado a la familia o de las cuales nos hemos hecho cargo, almas de todas esas personas que han buscado hacernos mal o de las cuales no hay ningún problema en el mundo por su ausencia y las de sus almas; clasificadas en sufrimiento y potencia en sabor o aroma, manera de clasificación que mi familia conoce con solo verlas. Almas que solamente utilizamos en situaciones de emergencia como el desvanecimiento de uno o de los dos demonios, problemas, heridas completamente graves que incluyan gran pérdida de sangre... Algo que puede hacerlos entrar en ansiedad o recuperación y para evitar su ataque inconsciente o el último estado, se les da un alma para que se recuperen de manera casi inmediata.
Habitación para especias, un apartado donde hay repisas con distintas mezclas de hierbas, algunas en solitario, otras en conjunto, en infusiones, pomadas, en remojo, salmuera o simplemente secas, hierbas perfectamente distribuidas, clasificadas y organizadas por mi abuela Camila, con conocimientos aprendidos desde que empezó a profundizarse con la cocina, con las cuales se pueden preparar potentes venenos y medicinas que sanarían o matarían a un humano rápidamente y que para un alma, el sanado sería lento y su desintegración sería lenta y tortuosa. Todo esto, siguiendo libros escritos antiguamente desde el siglo XVI con un reglamento para una perfecta, si es posible de ser así, clasificación.
Una tercera habitación donde hay armas punzantes tales como puñales, dagas, espadas, katanas, sais, o cualquier arma que no sea pesada o llamativa, que sean fáciles de utilizar y especialmente usadas por defensa; casi todas de ellas son de colección y perfectamente puestas en vitrinas sobre un delicado soporte en descubierto o en su respectiva caja o vaina... o ambas. La mayoría compradas y el resto son robadas de personas perecidas en misiones y que quedarían a la deriva por nadie, o simplemente ganadas en apuestas, subastas y trabajos antiguos de la familia. Armas que utilizamos en entrenamientos pero rara vez descubiertas y así ha sido desde que recuerdo, desde que me incluyen en entrenamientos y eso ha sido desde que he podido ser capaz de sostenerme bien y de sostener las cosas.
La última, es simplemente un espacio que utiliza mi abuelo Richard para almacenar cada libro de diseño que ya ha terminado y sabe que no hará más uso de ése, son demasiados los que hay dentro y, aparte de eso, tiene percheros y percheros y maniquíes y maniquíes con diseños antiguos dignos de exhibir siendo estos vestidos o trajes de gala antiguos usando como inspiración antiguos libros de la familia y sus tiempos de fundación como inspiración, vestuarios utilizados en bastantes películas con temáticas antiguas. En ella hay bastantes vestuarios japoneses o Victorianos y, la mitad de los últimos son de principios de la fundación de la familia, pasos de mi abuelo materno que quiso tomar en base a la historia de la familia, en base a la historia luego de conocer lo suficiente para empezar a hacer un cambio.
La historia de la familia es algo complicada pues, somos un núcleo que ha venido de distintas partes del mundo y finalmente, somos el apellido que portamos por demasiadas cosas que tuvieron que hacer los fundadores de la familia que, entre todo y todo, han ido buscándose para mantener de manera perfecta nuestro historial como Berglind... Así han hecho rompiendo barreras que un asiático que ahora un "Berglind"
— Akira, la semana pasada te enseñamos a capturar almas y por lo que veo, lo manejaste a la perfección el sábado. —Sonríe el albino de ojos intensamente verdes.
— Es demasiado fácil. —Sonrío.
Me encantó el sentir el sentimiento de dolor salir de esas personas en un grito silencioso por la manera en las que se le retiraba su alma en plena vida, es un aroma extasiante en delicia; lo malo de eso es que tuve que guardarlas inmediatamente evitando dejar salir el aroma, me encantaba la sensación que me dejaban en las manos, era fría, suave y cosquilluda, una sensación completamente grata que no quería dejar escapar. Aparte de eso, tuve que mantener un gran autocontrol porque me sentí altamente atraída por ellas al momento de tenerlas en mis manos, no sé, quería saber como era el tenerlas en mi sistema, mezclándose conmigo y todo lo podrido de ellas... Eso, era una sensación de querer abalanzarme sobre algo que nunca había sentido y que no me gustó porque no soy así ¡No soy de querer abalanzarme sobre algo nunca! Soy alguien que se sabe controlar por tantos castigos, una resistencia que he aprendido a controlar por sobremanera y que haya querido hacer eso, fue realmente chocante.
— Solo hay que saber trabajarlo, si quieres hacerlo lento o rápido —completo. Cosa que no sé pero no me importa en este momento y a ellos, saben que eso no es de importancia.
— Luego trabajamos autocontrol Akira, puede ser que tengas bastante pero ahora considérate inestable porque con tener parte demonio, te vuelves así. —Relamo mis labios. No me gusta la idea pero no me queda más que aceptar— Va a ser difícil y lo sabes.
— Forma animal portada por ángeles y demonios, una que queremos saber cual será para ti y proceder poco a poco para trabajarla en par con hechizos y pruebas físicas y mentales —Mi abuela me mira para luego asentir con mi padre cambiando tema de conversación. Frunzo el ceño.
— ¿Eh? —No creo que tenga alguna forma animal llamativa aunque eso es mejor porque te escabulles mejor y más rápido. Todo depende de la suerte y habilidad mental que poseas— Seguramente será la de un ser alado al igual que ustedes... o mi abuela Danielle la cual es una mariposa.
— Exacto, por lo que hemos visto entre nosotros, es lo más probable. —Tamborilea sus dedos en un compás específico— Tenemos nuestra forma natural en en ti es general y la animal la cual solo tenemos nosotros demonios y ángeles. —Me llevo una mano a la frente ¿Por qué siento que me lo habían explicado de una manera más complicada antes cuando estaba más pequeña?
— Empecemos tomando lo que nos caracteriza como demonios ¿Nos has visto con nuestra forma natural? — ¿¡Qué clase de pregunta es esa!? Miro con irritabilidad antes lo que acaba de decir la ojiazul pálido.
— Claro que sí —respondo con voz gruesa tratando de conservar la calma—. ¿¡No te acuerdas!? —Miro fijamente a mi abuela con una sonrisa completamente falsa.
— Mamá... —habla mi padre de la misma manera mientras la toma del brazo.
— Perdón, se me olvido —dice con aparente y tal vez fingida inocencia, su aroma sentimental lo tiene bloqueado. No me gusta que toquen ese tema del pasado ¡Lo odio!
— Ya dejen de hablar de eso y continuemos. —Ahora estoy molesta, menos mal que Victoria no recuerda nada de lo que pasó aquel día, eso lo agradezco grandemente por la inconsciencia que habían provocado.
Ambos albinos sonríen.
Mi padre y mi abuela se transforman haciendo notables las diferencias entre un humano y un demonio, sus ojos se tornan de un rojo intenso que brilla intensamente a pesar de la luz que hay aquí dentro, su piel se vuelve más clara de lo que ya es volviéndose falta de color como una hoja y sus dientes, varios se vuelven más afilados siendo estos los colmillos los más largos y algunos molares; sus alas las mantienen ocultas por comodidad. Algo típico también es la vestimenta, esas prendas de colores oscuros bien definidos, nada de un color claro o neutro, colores faltos de luz; todo de la vestimenta depende de la época en la que murió esa persona o con la última prenda formal que utilizó, pero mi padre, presenta una vestimenta acorde al siglo XVIII y es gracias a que lleva la ascendencia de uno de los fundadores de la familia siguiendo la línea del árbol. Es algo que se lleva en la sangre y comúnmente, es impredecible.
Con una señal hecha por la cabeza de mi abuela Camila, me indican que es mi turno pero yo niego haciendo una mueca.
— No sé cómo hacerlo —confieso con gesto dudoso.
— Solo relájate y piensa en cambiar a forma demoníaca —indica mi padre ¡Se escucha fácil pero no lo es! No sé— Mentalízate en lo que quieres.
Relamo mis labios para soltar un suspiro y cerrar mis ojos, me relajo e intento buscar la manera en la que pueda cambiar a mi estado demoníaco pero no es tan sencillo como ellos lo hacen ver. Nace una presión en mi pecho que no logro evitar el prestarle atención por lo que hago un gesto de dolor y eso, sumado al ardor que se forma en la boca de mi estómago... Cosa que me incomoda bastante.
— No puedo —susurro abandonando todo.
— ¡Claro que sí! —gritan al unísono— ¡Sí puedes!—Los dos se miran sorprendidos, cosa que hace reir a la mayor pues, hablaron al mismo tiempo diciendo lo mismo. Quizás sucedió lo mismo con mi padre en un pasado.
Presiono mis manos volviéndolo a intentar.
Luego de uno largos y agotadores minutos que parecen eternos desde mi punto de vista, entre lo mismo llamado "Intento", logro hacerlo pero termino completamente sudada y para que eso suceda, es dificil; también termino agotada sintiéndome falta de energías por el gran esfuerzo físico y mental que tuve que realizar. Alzo mis manos buscando equilibrio.
— ¿Por qué esto cansa tanto? —me quejo tomando aire dejando que en mi voz se refleje lo que siento en este preciso instante.
— ¿No lo habías hecho con los demás? —cuestiona mi padre. Niego.
— ¡No! — Exclamo volviendo a tomar una postura correcta a pesar del dolor. No me voy a mostrar débil.
— Eso lo dice todo —dice después de una risa sarcástica mientras me detalla de pies a cabeza— Luego hablo con ellos. Te ves hermosa así. —Sonríe con suficiencia o quizás, orgullo al momento en el que desaparece de mi campo visual haciendo quien sabe que cosa.
Mi papá pregunta algo pero no le presto atención.
— Los olores, son... mucho más fuertes. —Me sumo en la mezcla de fragancias que hay a mí alrededor dejando todo de lado, han llegado de pronto. Muerdo mi labio— Algunos son intensamente dulces y atractivos —agudizo un poco mi voz, me encanta.
Observo fijamente el suelo de madera percibiendo de allí la mayoría de los aromas hasta que escucho como pronuncian mi apodo con el final de mi nombre sobresaltándome, poso mi mirada sobre los ojos verdes que me examinan como si fuese algo frágil ¡No me mires así, Ronald, no me gusta y lo sabes! No soy nadie frágil por lo que no hay razón por la que me miren así.
— Con las prácticas he mejorado mucho mis reflejos, abuela. —Río leve haciendo gesto inocente tomando entre mis dedos el dardo que se dirige con velocidad a mi cabeza abandonando la percepción de los aromas que llegan a mi sentido del olfato.
Doy la vuelta encontrándomela cerca de una mesa llena de dardos con una risa y gesto travieso, se traslada de aquel lado hasta quedar frente a mí tomando mi mano para llevar mi dedo a sus labios y luego lamer la cortada que me acabo de hacer con el mismo dardo; lo retiro rápidamente marcando distancia entre mi mano y rostro. Vuelve a reír de forma juguetona.
Mi padre pronuncia su nombre de manera severa provocando que suspire.
— Ya veo, parece que tienes razón. Tú sangre sabe realmente bien, si un demonio llega a sentir su aroma verdadero, seguramente la querría —dice con un pequeño tono de burla relamiendo sus labios. Mi papá vuelve a llamarla provocando que bufe—. "Si, Deus me relinquit." —Miro con extrañeza a la ojiazul quien se aparta sentándose sin borrar su sonrisa macabra... La miro fijamente—Ego deum relinquo."
Está cantando esa melodía que me trae malos recuerdos de mi infancia porque con esto, era que creaban algunos castigos, no sé qué están tramando porque mi padre se mantiene con un gesto de complicidad y eso no me gusta; los conozco y esto con los dos nunca es buena señal y menos si estoy en pleno entrenamiento con quién sabe qué objetivo. Me abrazo sintiendo un escalofrío y sin poder controlarlo, un mareo me hacer perder el equilibrio pero no lo suficiente como para hacerme caer y, sin siquiera ser un segundo y pensando en que he logrado salvarme de tocar suelo, una punzada en mi cabeza me hace caer firmemente al suelo golpeándome con fuerza; empiezo a sentir pesado mi cuerpo y no me gusta. ¿Qué están tramando?
"Solus oppressus nigram clavem habere potest,
"Hey mírame bien, soy aquel que viene de la profundidad"
"Omnias ianuas praecludo"
"Asi es, soy un ser de la oscuridad, así que cuidado con estar cerca de mi caminar"
"Sic omnias precationes obsigno."
La letra de la canción la entiendo a pesar de que es latín pero sé que es por la forma que mantengo ahora, sin esto, no reconocería palabra alguna. Mi padre le sigue detrás a mi abuela cantando una melodía rápida siendo así semejante a un rap o algo parecido creando un contraste gigantesco con lo que canta mi abuela que es una melodía completamente lenta.
Mi cuerpo está más pesado de lo normal, debido a ello se me hace imposible levantarme siquiera hacer el intento de esto y no es como si la desorientación que estoy empezando a sentir ayudara mucho. Un zumbido empieza a hacerse presente en mi cabeza al paralelo con las punzadas, mi corazón empieza a latir rápidamente provocando que mi temperatura disminuya más de lo que ya es y sin ser eso suficiente, empiezo a sudar frío y a temblar.
Papá, abuela ¿Qué están haciendo? No sigan, por favor que no me gusta lo que siento.
"Sed"
"El tablero está ordenado a la perfección"
"Qui me defendet?"
"Las piezas cumplen mi orden sin refutar mi posición."
"Ab me terribilissimo ipse"
"No importa dónde esté o cómo esté, tout fonctionne bien"
— ¡Deténganse! —chillo con fuerza pero solo logro emitir un débil susurro que seguramente, a oídos de un humano, sería imposible de escuchar pero eso no me importa porque sé que los dos seres aquí, con la forma que manejan ahora, si se lo proponen, serían capaces de escuchar el sonido de un clavo impactar con el suelo.
En mi mente inunda el miedo y la desesperación cegando mis sentidos haciendome que poco a poco deje de percibir, escuchar, sentir y de olfatear y eso, lo reconozco como el principio de la caída de mi consciencia dejándome en plena oscuridad la cual es incierta y dudosa porque no sé con qué objetivo me hicieron caer de esta manera.
_________________
Aquí va otro capítulo, espero que les haya gustado.
Voten y comenten, no se les olvide.
Dentro de una semana empiezo clases :( así que después del 9 estaré actualizando una vez por semana, si es que la clases me lo permiten.
La canción de multimedia es la que sale escrita al final del capitulo.
Nota: Les deseo un nuevo año lleno de bendiciones. Que tengan mucho amor en su vida.
Se les quiere.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top