Capítulo 12
Hunter Shadow
Últimamente el comportamiento de mi madre ha sido muy extraño, más de lo normal, creo que ahora es exagerado en lo anormal. Hay momentos donde dice que no le intereso, cosa que creo que ya es común en ella desde hace demasiado tiempo pero luego me dice que me quede y no me valla, y no sé de dónde saca eso si no tengo donde ir... o creo que sí tengo. Realmente no la entiendo y quisiera hacerlo, quisiera entenderla para lograr razonar con ella y preguntarle qué le pasa y ella me responda de manera correcta y sin insultos.
Ayer en unos de sus ataques extraños, consiguió lastimarme el rostro pero no sé con qué lo hizo, nunca vi con que me golpeó pero me imagino que fue con un trozo de espejo porque sé que era algo de vidrio. La herida que tengo se extiende desde mi oreja, hasta la mitad de mi mejilla, por suerte, es solo un rasguño debido a que reaccioné con velocidad evitando así una cortada profunda que me podría dejar una gran cicatriz, la cual no quisiese tener porque mi rostro es sagrado.
Estoy en la casa de mi amigo y es extraño que mi madre me haya dejado venir sin armar escándalo porque siempre le preocupa el dinero que voy a gastar, le preocupa demasiado y eso que yo no soy de comprarme cosas caras, a decir verdad, es muy raro cuando compro algo pero lo que hace eso más raro, es que es mi dinero, no suyo.
— ¡Matías te estoy hablando! —¿Qué le pasa a este chico? Anda en las nubes.
— ¿Ah? ¿Qué decías?
—Te pregunté el porqué estas tan pensativo, distraído, más lejos de Marte, en el fondo del océano y con tu mente en otra dimensión. —¿Qué le habrá pasado? Es raro que esté así, siempre es él quien me vuelve a colocar los pies en la tierra.
— Ah eso, es que el sábado, el amigo de la chica que ha limpiado el piso contigo dos veces...
— No digas eso, ¿Cuántas veces te lo voy a decir? Lo hace porque me dejo para no hacerle nada —le interrumpo con molestia ¿Qué se cree Matías para estar diciendo que ella puede más que yo?
—Las veces que sea necesario —responde con burla y con una sonrisa—. Como decía. Ese chico me invito a una reunión que harán el viernes en casa de esa chica y me permitió invitar a una sola persona.
— ¿Y aceptaste?
— ¡Claro! Es una fiesta en casa de una persona millonaria, esta oportunidad no se presenta todos los días ¿¡Cómo no voy a aceptar!? —dice obvio.
Bueno, admito que tiene razón en esto. Todos los días no se te acerca un rico y te invita a pasar una fiesta en casa de una persona mucha más rica. Hay que aprovechar estas oportunidades a como dé lugar y cómo sé, Matías me va a llevar a mí porque no tiene a quien más ¿O me equivoco? Al menos que tenga una novia escondida y yo ni enterado. Con mi mamá, yo veré qué mentira le meto porque sé que si le digo que voy hacia allá, no me dejará.
— ¿Sabes porqué te invitó? —pregunto sentándome en la computadora de mi amigo para ver qué cosa consigo que me pueda a ayudar con seguir investigando de la ojiverde pero no he encontrado nada, ni con sus amigos.
— No entendí mucho la razón pero acepte porque me pareció interesante ir, es más, va a ser el día de navidad.
— Bueno y como sé, seguramente me vas a llevar ¿Verdad? —pregunto obvio— ¿Cómo se llama el chico? — Lo normal, que estudies con alguien y no sepas ni su nombre.
— Gastón Aldrich. — Ah, ya me acorde bien de quien es... Cómo no hacerlo si fue la persona que me sacó a la fuerza del baño el día de la piscina. Nunca me habría imaginado que el fuese capaz de hacerlo, siempre se ve tranquilo y apacible, aunque lo he visto algunas veces enojado y ahí su comportamiento cambia de manera terrible.
Después de teclear su nombre en internet, aparecen pocas páginas con información de él, su familia y varias redes sociales.
— Mat, mira —le llamo mientras abro mientras abro en varias pestañas las diferentes páginas—. Lee esto.
— ¿Qué tiene de interesante eso? —pregunta después de pasar entre pestaña y pestaña— Su padre es un diseñador e ingeniero mecánico automotriz y su madre es una doctora cirujana reconocida a nivel mundial por su limpio trabajo y documentales a su nombre, mi papá ha trabajado con ella pocas veces. —¿Por qué me sorprende que tengan esas profesiones? Ni idea.
— ¿Acaso todos los estudiantes del lugar donde estudio son ricos? —pregunto haciendo énfasis en "todos".
Cierro todo y coloco música a mi gusto.
— ¿Acaso sabes cuál es la mensualidad? —Niego moviendo la cabeza— Eso dice mucho. Es muy costosa, aun me pregunto cómo es que Carl la paga.
— Ni yo sé. —Mi papá no me ha llamado ni me ha escrito y eso es raro ya que siempre está pendiente de mí... aun si nunca me dice nada y no se comunica conmigo todos los días, mayormente lo hace los fines de semana— Últimamente no he recibido ni llamadas ni mensajes de él. —Y yo sigo con el presentimiento de que algo debo saber pero nadie me dice nada, es como un mal presentimiento y he soñado con cosas para nada gustosas, claro, cuando consigo hacerlo.
— ¿Enserio? —pregunta algo sorprendido. Hago una mueca.
— ¿Sabes? Mi padre es la única persona que me ha apoyado en todo, de manera indirecta. Sin él, no sé qué haré. —Confieso. No me fui a vivir con él solamente por su mujer, no la soportaba, por eso me quedé con mi madre pero a él lo soporto más que ella.
Y otra vez este sentimiento de tristeza atacándome nuevamente y uno que he ignorado cada una de sus apariciones. Es un vacío, me molesta eso que se arremolina en el pecho, aborrezco esa sensación porque algo me recuerda a eso, algo que no recuerdo y quiero saber qué. Ignoro todo eso porque simplemente hay algo que me dice que no me lleve por ellos.
Sonrío. Claro que puedo seguir haciéndolo.
— ¡Oye, no te olvides de mí! —dice a modo de juego pero su sonrisa se borra y gira su rostro hacia un lado en un gesto "Molesto" . ¿Por qué le gusta jugarse de manera tan expresiva?
— Jamás lo haría. Tú siempre estás junto a mí en las buenas y en las malas —Con mis nudillos, golpeo con suavidad su cabeza haciéndolo reír— Quiero jugar futbol, vamos. —Me levanto.
(...)
—Este es el lugar. Mansión Berglind —El chofer del taxi se detiene en un punto solitario de una carretera solitaria. Miro a mi amigo quien parece confundido y que seguramente por su mente debe de pasar cosas anormales respecto a esto.
Luego de darle su pago y tomar nuestras cosas, bajamos del auto y apenas cerramos la puerta, el hombre quien nos trajo arranca dejándonos solos en este solitario lugar donde ninguna alma pasa y los que sí, a toda velocidad. Y la vía de noche, se ve que no es de las mejores porque oye, hay sus desvíos raros que llevan a, creo, fábricas de no sé, metal, ni la menos idea.
— Con razón no nos dejar irnos de noche, esto de demasiado lejos —se queja el pelinegro alargando la última palabra y mirando su alrededor con una mueca— Ahora quiero dejar algo claro ¡Nada de hacer travesuras! —Me mira fijamente y con seriedad manteniendo su dedo índice en alto—No me quiero meter en problemas por tu comportamiento, hay veces que no te das cuenta del daño que haces. —Asiento moviendo la cabeza repetidas veces como un niño pequeño por simple diversión. Ahora le dio por hacer el papel de papá, por lo que he visto, no sé— ¿¡Por qué empezaste a ser así!? Tu no eras de esta manera... de repente, no sé que te dio, a veces ni te identifico. —Alzo los hombros restándole importancia y sin querer contarle porque lo hago porque sabe pero no el trasfondo, no quiero que me tome por loco.
— ¿Se van a quedar ahí o van a pasar? —pregunta una repentina voz detrás de nosotros que nos hace sobresaltar.
— ¿En qué momento llegaste? —pregunto agitado dándome una rápida media vuelta. Ella sonríe de lado.
— Siempre he estado aquí, vivo aquí —responde la ojiverde cortante borrando su gesto divertido—. Síganme —dice con fuerza dándose la vuelta rápidamente.
Hacia donde camina no hay más que una gran verja de metal negra la cual le sigue por los lados una inmensa pared de color claro que se extiende por largos y largos metros los cuales son para mí, difíciles de calcular; sobre esta misma pared, hay un enrejado superior eléctrico. Pasamos siguiendo a la chica de piel clara notando que hay un par de cámaras de seguridad en toda la esquina de la pared de concreto.
La entrada es un extenso jardín que se extiende de sobre manera por una enorme cantidad de terreno, áreas verdes completamente en cuidado conformado por árboles y arbustos con o sin flores. Luego de unos minutos en los que el pelinegro ya armó conversación con Akira y esta le responde cortamente pero sin tanta sequedad como antes de entrar, normal a su manera, minutos en los que caminamos sobre un ancho y largo camino de piedra que acaba de dividirse en dos por una fuente decorativa, llegamos ante la dominante fachada de una estructura exuberantemente grande la cual permite la entrada a través de dos gruesas y altas puertas de madera que se encuentran abiertas con dos hombres a cada lado de estas.
Un auto se escucha detrás de nosotros y pasando hacia la derecha, una sonrisa sincera es formada en los labios de la teñida mientras Matías y yo hacemos lo obvio, seguir con completo gusto el auto caro que acaba de estacionarse en un garaje interior donde hay unos más y agregándole a eso, la sorpresa al ver a un trío de autos sumándose y un par de camionetas en un garaje exterior... ¿¡Por qué tanta necesidad de tantos carros!?
— ¿Podrían no rezagarse? —Llevamos nuestra vista hacia la dueña de esa voz, persona que está a metros de nosotros— Pasen. —Mi amigo me mira y empieza a caminar.
Y tal como la entrada, el interior es igualmente de impresionante por lo alto de los techos, el espacio, la organización y cada cosa que hay aquí dentro tal como las puertas. Es impresionante pero demasiado, no me agrada del todo. De entre cualquier lugar que no logro reconocer, dos hombres y una mujer uniformados sales quedándose de pie y Akira ella ordena algo.
— No se queden atrás, después no me haré responsable si se me pierden de vista.
Seguimos caminando sin dejar de seguirla, este lugar es hipnotizante y frío ¿Por qué hace tanto frío aquí si hace rato tenía calor?
— Este es el salón de reuniones. —Señala con una mano mientras que con la otra, empieza a abrir la puerta. La observo fijamente ante tanta frialdad en su trato, una que se oculta con una sonrisa— Pasen.—Sin titubear, entramos al salón encontrándonos con varias personas.
(...)
Ya me acostumbre un poco a la "calidez" que emiten todos los que están en esta reunión aunque el "aura" que emanan los familiares de Akira y ella misma es extraña, parece como si fuese neutra, como si nada les afectara.
Todo ha transcurrido en normalidad, una gran cena con los familiares de cada amigo de Akira, los de ella y nosotros más otros tres jóvenes, uno que se fue junto con el resto; una actividad la cual consiste en buscar mediante enunciados entre toda la mansión, la cual es completamente extraña en ambiente transmitiendo confianza pero al mismo tiempo no, y al tenerlos en mano, resolverlos para llegar a donde se encuentra el siguiente y sellarlos y así por cada parada hasta llegar a la meta la cual es el espacio de paintball ubicado en este gran pedazo de tierra. Luego de eso, algunos que otros aperitivos cerca del árbol gigantesco mientras hacíamos nuestro intercambio y ahora, luego de todo eso, estamos todos en el lago que se encuentra después de un bosque detrás de la mansión.
Fui el último en llegar con los acertijos porque simplemente eran muy difíciles y anormales... Ósea, a quien demonios se les ocurre colocar "Alas en la pared, colores en el papel" "Pasos que te ayudan a subir al cielo, pasos que te ayudan a bajar al infierno". Ese no estaba complicado a comparación con el resto pero aun así, tardé para comprenderlo ¡Fue una tortura mental para mí, por Dios! ¿¡Qué con esta gente!? Y lo del juego de paintball, ninguno de la familia de Akira ni ella misma jugaron, ninguno sino que estuvieron aparte dando indicaciones de juego dependiendo de los puntos ciegos, cosa que me pareció perfecta pero aun así... perdí ¡No me avisaron a tiempo! Yo quería ganar.
Antes de que siquiera pueda sentarme en uno de los troncos que están en un claro cerca de la orilla del lago, claro lo suficientemente grande como para armar un buen campamento, el cual no sé cómo se arman, Akira empieza a hablar refiriéndose a mí luego de haberlo hecho con los otros dos hombres del grupo.
— Hey tú, deja ya de flojear y trae unas cuantas ramas. —¿Flojeando? Qué te pasa, solo estoy descansando, yo no flojeo, yo descanso como cualquier otra persona.
— ¿Quién yo? —pregunto alzando una ceja. No me gusta este ambiente por la oscuridad pero tampoco que me hablen de esa manera.
— No querido, el fantasma que se encuentra detrás de ti — responde con extremo sarcasmo—. Anda, después no quiero verte quejando por el frió. —¡Dios! ¿Qué tiene esta chica en mi contra? ¿¡Qué le hice yo aparte de quitarle su collar, que lo recuperó ese mismo día y aparte de lo del primer día de clases y los que han transcurrido!? Nada de odiar— Anda que las ramas están cerca, ni que te fueras a adentrar al bosque ¿O quieres eso? —Sonríe.
— ¿Por qué, me vas a acompañar si lo hago? —Ella lo hace, yo también.
Hace una mueca y yo para no hacer enojar a la fiera antes de que me haga algo, me levanto sin alternativa alguna para tomar ramas secas que se encuentran secas, ramas que veo a duras penas por la oscuridad ya que las linternas apuntan hacia otro lado.
Un escalofrío recorre mi espalda intensamente seguido de un silbido conocido y una voz familiar, voz que no sé de dónde viene; me sobresalto al escuchar una rama romperse pero al darme cuenta, resulta que fui yo. Vuelvo rápidamente con bastantes ramas al empezar a sentir nervios y miedo entre la oscuridad y sonidos nocturnos y un poco de soledad. Odio la soledad de esta manera tan... no sé porque pero mi mente siempre me hace alejarme de esta manera.
Las lanzo al fuego ante la "orden" que me es dada por el pelirrojo. Con eso, se aviva la llama.
— Bueno empecemos —dice Akira haciendo una palmada y sonriendo con diversión sentándose en el área aparentemente preparadas por ellas. Por lo menos hicieron algo—. Primero Lucía. —Prima de la castaña que tiene la ojiverde de Amiga.
Así pasamos varios minutos y yo solo puedo decir que estoy muerto de miedo, cada sonido me hace sobresaltar y lo peor es que parezco ser el único. La última termina siendo Akira.
— Es mi turno pero, yo no les voy a contar una historia — ¡Que alivio! —; solo vamos a ver qué tan débil es nuestra mente. —¿¡Qué mierda con ella!? Qué tiene que ver esto con el terror... Nerd rara, loca y friki tenía que ser.
— ¿Qué pretendes? ¿Eh? —pregunto mirándola fijamente.
—Ya lo verás con tus propios ojos. —¿Y mi pregunta? ¿Porque no la respondes?— Todos respiren con suavidad, que solo se escuche los sonidos de la noche. —Que sea las dos de la mañana le da un toque más misterioso al ambiente y los sonidos que hay son tenebrosos... No quiero escucharlos— Ahora miren fijamente detrás de mí ¿Qué ven? —pregunta con voz misteriosa— No me respondan, solamente vean.
¿Que veo detrás de ella? Doy un respingo al ver detrás de ella a un hombre de pie sujetándole el cuello clavando sus uñas en este, manos negras y uñas del mismo color y afiladas; está sangrando, Akira está sangrando del cuello ¿¡Qué mierda!? Pareciera como si no sintiese nada. Cambio mi mirada por unos segundos para dejar de ver aquello pero cuando la vuelo donde estaba... ¡Qué demonios, ya no está!
— Ahora sentirán como alguien les habla al oído pero antes, un ligero viento les pasara por detrás del cuello. —Un ligero escalofrío me recorre todo el cuerpo.
— No entiendo a qué tratas...
—Shh, solo escucha con atención —me interrumpe con los ojos cerrados—. ¿Qué tienen en su hombro derecho? —Hace otra pregunta ¡Dios! ¿Qué trata de hacernos esta chica? ¿Qué le dio a ella? ¿¡Qué mierda se fumó!?
—"Hey, acompáñame" — Ahogo una exclamación !Me... me acaban de hablar al oído tal como ella dijo!
Por instinto, veo hacia todos los lados buscando al responsable de eso pero no hay nadie, nadie se ha movido de su lugar y estos, parece igual de sorprendidos que yo; de un momento a otro, siento algo apoyarse en mi hombro derecho con rudeza. Giro rápidamente encontrándome con... A la verga ¡Es la mano del hombre! Me aparto moviéndome a un lado porque sé que no haré nada levantándome.
— Ahora, los más atemorizados serán los que posiblemente entren en una ensoñación, pero no se preocupen. Es solo su mente jugando con ustedes. —¡Ay, cállate!
Unos duros ojos verdes me miran junto con una sonrisa traviesa, como si sintiera mi miedo desde donde está ella. No sé porque siempre digo esto pero esta chica no es normal... hay algo que me lo dice... algo que me dice que esta de aquí está loca y debería estar internada en un hospital psiquiátrico, esto me lo acaba de decir.
Mis sentidos se van nublando poco a poco hasta quedar en total oscuridad, una oscuridad que es completamente abrumadora, una que me hace sentir nervioso y al completo de un abismo; no me gusta para nada esta sensación... siento como si me recordara a una parte vida, a algo pasado pero no hay nada que yo recuerde que me haga sentir así ¿Por qué? Una pequeña luz se acerca con velocidad cegándome por unos momentos, abro los ojos nuevamente encontrándome con la sorpresa de estar en un lugar totalmente blanco y yo, parecer que estuviese flotando. Trato de moverme buscando una salida pero no puedo, estoy completamente paralizado... Me estoy asustando y me estoy desesperando ¡No me gusta lo que siento con esto!
—"Discúlpame" — Esa voz, la conozco, es la voz de mi... papá ¿Por qué?— "Cuídate, hijo. Perdóname todo lo que te será contado, algo que será totalmente cierto; perdoname por esto, a tu madre y a mí. Te he dejado solo después de todo, lo que no quería". —La imagen de él se forma frente a mí pero hay algo diferente, algo que no logro reconocer. Me estómago da un vuelco ante su voz, ante su imagen y al analizarlo y no encontrarle sentido quedo aun más desconcertado ¿¡Perdón!? ¿¡Perdón de qué y por qué!? No comprendo porque lo escuché, no lo entiendo... No.
Va desapareciendo ¡No! Dime que demonios dices, explicame... Háblame. Y frente a mis ojos, su presencia de va.
El lugar empieza a agrietarse lenta y suavemente para luego hacerlo con brusquedad seguido del sonido de vidrio haciéndole compañia a cada movimiento de aquí, el color blanco que presenta empieza a tornarse oscuro hasta que volverse color vino... Vuelvo a estar en la oscuridad, una que no sé porque aborrezco al igual que lo que acabo de presenciar con la mano en mi hombro.
— Hunter, despierta. —Hago una mueca— Hunter. —Al escuchar con claridad mi nombre, abro mis ojos bruscamente con brusquedad sentándome.
— Te desmayaste ¿Estás bien? —pregunta con una sonrisa torcida. Esta chica ¿¡Acaso disfruta del sufrimiento de los demás!? Aunque bueno, no es sufrimiento ¿¡Acaso esta chica disfruta del desconcierto de los demás!?—. Vamos, levántate del suelo. —Arrugo el entrecejo frunciendo el ceño.
— ¿Qué pasó? —pregunto.
¿Ese era realmente mi padre o fue lo previo a las palabras de Akira? ¿Por qué escuché eso? ¿Qué pasó? ¿Qué le debo perdonar? ¿De qué cosas me voy a enterar? ¡No entiendo! ¿Seré débil de mente? ¿¡Qué carajos hizo Akira porque dijo que...!? ¡Ahg, no entiendo nada y quiero hacerlo!
— Que la mente débil terminó cayendo. —Hago un sonido con mi garganta alzando una mano con molestia.
Claro, entiendo todo... pero eso no importa ahora, no tengo pruebas, pistas ni nada como para seguir con esto, no le veo sentido. ¿Qué fue eso? Ya, me harté con esta mierda de no entender.
Un sonido y dos voces masculinas y adultas nos hacen sobresaltar.
(...)
Akira Berglind
Si esos hombres vuelven a aparecer no seré amable con ellos justo como hace rato ¿A quien se les ocurre siguiera con pensar que podrán entrar en la mansión y robar? Hacen eso y no salen vivos y ¿A quien se les ocurre pensar en talar los árboles de aquí? Lo hacen y serán denunciados por irrumpimiento de normas por daño; esta es nuestra propiedad y que nosotros permitamos la entrada a las personas de pueblos cercanos por ser un ambiente natural, eso otra cosa. Arruinaron el ambiente, arruinaron nuestro plan de dormir allí, arruinaron el simple hecho de querer seguir ahí y lo peor de todo, le saqué un buen susto a todos porque les disparé con el arma que tengo ahora en mi cintura, arma que será inspeccionada para proceder a lo siguiente.
Ahora estoy caminando hacia la habitación de mi abuelo paterno para hablar con él sobre esto, obviamente tiene que tomar cartas sobre el asunto y si siguen con esto, prohibiremos la entrada al lugar dentro de nuestros límites de propiedad y solo muy pocos podrán pasar.
No hago mucho, ni siquiera por despertarlo porque ya lo estaba y seguramente por el sonido o por gusto propio o mismo insomnio. Le dejé el arma y el hará lo que corresponde con las descripciones dadas. Antes de que logre salir, el me detiene llamándome por uno de mis dos apodos.
— Haz mañana otro recorrido tal y como dijiste, posiblemente no te equivoques con la hora; si los ves con las mismas intenciones, traelos a la fuerza o diviértete con ellos un rato. —Río leve, me conoce y más ahora con mis habilidades desarrolladas, las cuales son bajas pero igual. El ríe también— Nadie había llegado a tal extremo, ni al de tocarte así... —Suspira— Oh... toma su alma... Ronald y Camila estarían contentos si lo hacen y al no ser almas inocentes, ya sabes. —Sonríe— Anda con los chicos.
Salgo de la habitación un poco menos molesta pero sí con pensamientos retorcidos y lo mejor, será calmarme porque no quiero luego parecer una loca riéndome en la nada y como si nada. Ya asusté una vez a Victoria con eso.
A Hunter le mostré algo que me fue pedido por mis abuelas quienes después de todo, siguen teniendo un corazón noble y preocupado y eso es bueno. Eso fue lo que hice, primero asustar a todos, buscar una excusa para terminar mostrándole a Hunter a su padre mediante una visión permitiendo que el alma del mismo, pudiese encontrarlo a través del infierno porque entre pautas por mundos, tienen una cantidad de tiempo en la que no pueden salir y sin salir, no se pueden comunicar.
Entro donde están todos para acabar viendo una película luego de una pequeña partida con uno de los videojuegos en una de las consolas... Es agradable estos tipos de ambiente, me gustan y más si nadie abusa de la confianza de nadie pero tampoco soy de frecuentarlos mucho, aun así, una vez cada tanto tiempo no hace daño; y como no son muchos, me siento cómoda a pesar de algunas que otras cosas que obviamente las dejo en claro... Tal como que me agrada el vecino amigo de Victoria quien me confesó que está enamorado de Victoria y la castaña pues, también de él, lo sé por los aromas de los dos cuando están juntos; si no me pasara así, ya se lo hubiese dicho a mi amiga. Por otro lado, Gastón quien bueno, él hace lo que puede para no dejarse llevar por nada y es por quienes está rodeado evadiendo así temas de conversación sobre si el actor de la película está bueno o no.
___________________________________________
Weeeee, este es otro capítulo. Me dieron ganas de jugar Paintball.
Espero que lo disfruten.
Se les quiere. Besos y abrazos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top