5. El sol, una estrella, Venus y la Luna

Finaliza el primer día de la prepa y los protagonistas retornan a sus hogares. Para narrar lo ocurrido en la tarde de cada uno de ellos dividiremos la historia entre los cuatro personajes para verlo desde la perspectiva de cada uno.

Luna:

Luego de despedirse de Jake,se dirige directamente a su casa que se encontraba al final de la manzana. Mientras va caminando por la calle saluda de lejos a sus vecinos, ancianos sentados en el portal le hacen un gesto de saludo con una amable sonrisa la cual es correspondida por Luna. Al fin llega a su casa.

Una casa antigua al final de la calle cercada con una valla blanca. Frente al pórtico un pequeño jardín daba la bienvenida al visitante. Era una vivienda de dos pisos pintada en el exterior de color rosa claro. Pensarían que la casa pertenece a alguien de mucho dinero pero la verdad es que fue heredada por la madre de Luna. En el interior de la misma se encuentra a la entrada con una sala con muebles antiguos pero muy bien cuidados.

Al llegar Luna nota que su madre no está.

«Aún debe estar en el trabajo»

La madre de Luna es enfermera, y trabaja casi siempre hasta la noche, por lo que es normal que nunca esté en casa a esa hora.

Luna va a la cocina, abre el refrigerador y toma una manzana para merendar. Luego sube a su habitación que se encuentra en el segundo piso.

El interior de la habitación es completamente rosa. Paredes forradas con afiches de sus artistas favoritos. En una esquina del cuarto, había una mesita en la que se encontraba su área de arte. Tenía muy bien organizados en cajas pequeñas sus pinceles y lápices de dibujo, algo que hacía de vez en cuando. En la esquina de la mesa una pequeña lamparita como la de Pixar Animation, esa que sale saltando al principio de las películas infantiles, así se refería siempre Luna cuando la describía.

Al lado de la mesita, un escaparate grande, de madera blanca, con puertas ds cristal. En la parte de abajo unas gavetas donde guarda su ropa y en la parte superior del gavetero, como si estuviese expuesto en una vitrina en un museo, un violín blanco, hermoso, perfectamente cuidado. Un regalo que le dejó su padre antes de irse a Europa por trabajo.

Luna abre su escaparate, toma el violín y se sienta en su cama a afinarlo mientras piensa en todo lo que pasó en el día. Recuerda, nuevamente, la oportunidad que desaprovechó de hablar con Alex en la mañana, siente la frustración llenando su mente y decide olvidar eso y pensar en que vendrán otras oportunidades. También pensó por un momento en el extraño echo de que Jake le haya dirigido la palabra por primera vez . Él también venía de la misma escuela de Luna y lo conocía porque siempre andaba con Jade, pero nunca habían intercambiado palabras, él siempre fue distante y arisco. «Quizás el cambio se deba a la adolescencia». El pensar en esto la hizo recordar las palabras de Jake sobre esperar para declararse a Alex y es cierto, ella apenas lo conocía, era un chico nuevo que se acababa de mudar al barrio. Debería conocer mejor al chico del que estaba enamorada.

Terminó de afinar su violín y se levantó de la cama, abrió la ventana de su cuarto y empezó a tocar. De las cuerdas de su violín salía una hermosa melodía, un sonido suave que llevaba alegría a los corazones y llenaba el vecindario de una calma y armonía increíble. En ese momento, todo el lugar que antes era una tormenta de sonidos por el claxon de autos y el bullicio de las personas, se tornó un mar en calma, solo se escuchaba el sonido del violín inspirado por las emociones que Luna ponía en cada nota. Misteriosamente, junto al sonido del melancólico violín, empezó a sonar un piano distante, alegre portador de nuevas emociones. Luna unió su melodía a la del piano e hizo de su compás una canción para dos. Por un momento, el alma de ambos músicos, ignorantes de las identidades del otro, se volvieron una en la travesía de sonidos creados por el rasgar de cuerdas del violín y las suaves notas del piano.

El concierto duro una hora más y luego todo volvió a la normalidad.

Luna entró al baño a darse una ducha para luego seguir con  las labores del hogar.

Al salir de la ducha vuelve a la cocina, no sin antes pararse en la ventana de su cuarto que da al frente de la casa para ver si Alex había llegado.«¡Ahí está!» pensó mientras suspiraba para luego incorporarse en su paso a la cocina, esta vez a preparar la comida para ella y su madre. Como su madre suele llegar tarde Luna tuvo que aprender a cocinar, algo que realmente disfruta porque la hace sentir una gran chef. Después de terminar de cocinar, pone la comida de su madre en un plato y se sienta a comer en la sala mientras ve algún programa en la televisión.

Al pasar el rato, se acuesta a dormir hasta el próximo día.

Jake:

Al separarse de Luna, se dirige también hacia su casa, no sin antes pasar por casa de Jade a saludar a sus padres. La casa de Jade estaba justo al lado de la de Jake, en la misma calle de la de Luna, pero en sentido contrario, a solo una manzana de distancia. Coincidentemente cuando Jake está a punto de llegar se encuentra con el padre de Jade en la puerta de la casa. Un hombre de unos cuarenta y pico, cuerpo fuerte y rostro joven. Jake se acerca a él y lo saluda con confianza debido a que los padres de Jade son los padrinos de bautizo de Jake y los de él a su vez los padrinos de Jade. El padre lo invita a pasar pero Jake rechaza la invitación alegando que está un poco cansado. Jake se despide y se dirige a su casa.

La casa de Jake está justo al lado. Es una gran casa blanca rodeada por un enorme jardín con rosas plantadas y bien cuidadas. Desde afuera de la casa se siente una discusión.

«Otra vez. No se cansan de pelear.¿Por qué simplemente no se divorcian y me evitan tener que seguir en medio de tanta guerra?»

Esto pensó Jake mientras se acercaba a la enorme puerta de abedul blanco. Mientras abría la puerta contaba en su cabeza la cantidad de lugares en los que preferiría estar.

La relación de Jake con sus padres no era muy buena. Como sus padres nunca estaban presentes fuese por viaje de trabajo de la madre o por una gala del padre, los padres de Jade habían prácticamente criado a Jake. Él consideraba más como figuras paternas a los padres de Jade que a los suyos.

«Si pongo mi mete en blanco y controlo mi pulso tal vez no noten mi presencia» pensó mientras buscaba la llave de la puerta en los bolsillos de su chaqueta.

Justo cuando logra hallar las dichosas llaves oye cómo la puerta se abre y ve como del interior de la casa salen sus padres vestidos de gala. Su madre, una mujer joven y hermosa, vestida con un sensual vestido rojo y su padre, un hombre de una presencia imponente, una mirada sería y estricta y una barba gris como su cabello,vestía un traje muy elegante.

–Tu padre tiene un concierto hoy,  nos vamos a demorar, no nos esperes despierto, te dejé la comida en la cocina– dicho esto, la madre lo besa en la frente y se sube al coche del padre y se marchan.

Jake entra a su casa en silencio y se dirige inmediatamente a la cocina a buscar algún refrigerio para matar el hambre. Para llegar a la cocina pasa primero por una enorme sala bien amueblada con muebles de madera fina y tela de la mejor calidad, en el centro de la sala una mesita con una pequeña escultura de mármol blanco. La sala es seguida de un ancho corredor con fotos de la familia a ambos lados, alternadas con bellos cuadros de arte. Al lado del pasillo habían dos puertas, una de estas llevaba a la cocina y ahí entró Jake. Una cocina llena con los instrumentos más sofisticados y más caros. Jake se dirige al refrigerador, toma un helado de este y se sienta en una banqueta frente a la meseta a comer su helado, pero antes le envía un mensaje a su mejor amiga, Jade.

"Cuando llegues pasa por mi casa"

Mientras toma helado se pone a pensar en lo que ocurrió en el día, nada muy interesante realmente, o eso creerían. La verdad es esta:

«Hoy por primera vez le hablé. Por fin superé mi pánico. En la mañana estaba tan nervioso cuando me senté a su lado que en el momento que me habló la aparté, espero que no la haya molestado. Pude confirmar que realmente está enamorada de Alex cómo suponía aunque tuve que mentirle y hacerla creer que estoy enamorada de mi mejor amiga. Todo sea por el amor. No sé cómo confesarle lo que siento.¿Cómo decirle que la amo desde que la ví por primera vez en la primaria?¿Cómo contarle que su sonrisa alumbra mis días y su voz es melodía en mi silencio?¿Cómo hacerle saber lo que siento sabiendo que ella ama a otro?»

En ese momento sonó el timbre de la puerta y Jake fue a recibir a su amiga. Esta entró rápidamente como quien entra por su casa y agarró a Jake del brazo, lo llevo hasta el sofá de la sala y con una sonrisa le cómplice le dijo:

–Cuenta, pero cuéntalo todo, con lujo de detalles. No te guardes ni la más mínima cosa.–era obvio que la mejor amiga estaba al tanto de todo.

Jake se dispuso a contarle todo lo ocurrido y sobre las conversaciones que había tenido con Luna. Esta conversación fue algo rápida y cortada por una repentina risa burlona y acusadora de Jade.

–Tuvieron su primer encuentro, que romántico.

Luego Jade se levantó, tomó a Jake de la mano y le dijo mientras miraba a la otra habitación del pasillo que aún se encontraba cerrada:

–Ahora vamos a lo que realmente me interesa y sabes que es. Aprovechemos que tus padres no están, se que odias hacerlo con ellos en la casa.

Jake se levantó del sofá sonriente y se dirigió hacia dicha habitación.

Abren la puerta y dentro se encuentran una habitación oscura y en medio de esta el hermoso piano negro del padre de Jake. Brillaba reflejando la tenue luz que se filtraba entre las rendijas de la ventana como un lago a oscuras que refleja la luz de las estrellas en una noche de luna nueva.

Jake se sentó en el asiento para piano y Jade se le sentó al lado.

–¡Venga!¿Qué esperas? Toca, como solo tú sabes hacerlo– le dice Jade para animarlo a tocar.

En el momento en que Jake coloco sus manos en el piano se hizo un silencio total y de pronto arrancó una melodía hermosa que llenó la habitación en menos de un segundo. Sus dedos se deslizaban por el piano deseosos de sacar hasta la última nota posible. Sus ojos se cerraron para dejar que el alma disfrutara la música. Jade silenciosamente se levantó y abrió la ventana para dejar salir el sonido y, para su sorpresa, el sonido no solo salió. De algún lado se oía venir un violín apasionado, un rasgar de cuerdas que contaba su propia historia. Al parecer, el artista que hacía del violín el escenario de su magia notó la presencia del piano y decidió acoplar su sonido al del piano. Juntos sus sonidos se hicieron uno solo y parecía que hasta sus corazones latían al unísono. A pesar de que nunca habían tocado juntos antes tenían la coordinación de dos personas que llevan tocando juntos toda una vida.

Al pasar una hora el sonido del violín cesó y con este lo hizo el del piano y todo volvió a la normalidad.

Era algo tarde y a Jake nunca le gustó mucho estar solo en la casa de noche. Jade decidió quedarse a pasar la noche como había echo varias veces antes. En lo que Jake tomaba una ducha, Jade fue a su casa a avisar a sus padres que se quedaría con Jake y a buscar ropa para la noche.

Jake sale de la ducha y Jade ya está de vuelta, había entrado con la llave de repuesto que Jake le entregó a los padres de ella. Mientras Jade se daba un baño Jake cocinó algo para los dos y tiró a la basura lo que su madre había preparado para él. Por suerte, el padre de Jade es chef y lo había enseñado a cocinar, siempre decía:

"Un hombre debe saber valerse por sí mismo para no depender de cualquier mujer"

Comieron y subieron a la habitación de Jake en la segunda planta a ver una película hasta que llegó la hora de dormir.

En el próximo capítulo continuaré con  las perspectivas de Jade y Alex...

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