Era una mujer afortunada, tenía un maravilloso esposo que tenía un alto rango en la policía, un hijo mayor aplicado y muy decente y un pequeño hijo hermoso cual ángel , Inko todoroki lo tenía todo, era la envidia de sus vecinas, era la esposa y madre perfecta...pero todo era mentira, fuera de esa casa todos pensaban que la vida de esa familia era de lo más normal, pero esa peliverde sabia la verdad, vivía la cruda verdad de tener un esposo corrupto que la golpeaba por cada pequeño error que cometía, vivía la verdad de tener un hijo que no le prestaba el mínimo dije de importancia, tal vez lo único que era verdad en esa triste realidad era que tenía al más hermoso de los hijos, su pequeño pecoso, su lindo y alegre Izuku

Golpes que ocultaba con el mejor maquillaje, días en los que no salía de su casa por el dolor, días en los que incluso su hijo shoto no salía por ser también víctima de su padre

Inko todoroki vivía una gran mentira, era una mentirosa ,ante su esposo demostraba miedo y respeto, su semblante siempre fue triste al estar cerca de él ,pero ante su pequeño hijo izuku y sus vecinas siempre demostraba alegría y seguridad.

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De nuevo sola término de arrullar a su pequeño hijo y bajo las escaleras con mucha complicación, el fuerte dolor de su cadera la estaba matando, esas pastillas ya no le servían de nada y parecía que solo le intensificaban más el dolor.

Fue a la cocina para poder preparar la comida para su familia, sobaba su espalda baja al intentar agacharse para buscar algo en el refrigerador

Olvido comprar los víveres.

No había nada para hacer una comida decente para su esposo, miro con miedo todos esos pocos ingredientes tratando de pensar en algo pero no se le ocurría nada, ya había sufrido mucho en la noche cuando su marido la violo, no quería sufrir ahora por los golpes que le propinaría al no darle una buena comida después de un largo día de trabajo, con dolor, se incorpora para buscar entre los cajones de la alacena el directorio telefónico, no iba a salir con ese dolor, con su hijo solo en casa y sobre todo con esa mordida en su labio

Suspiro aliviada al encontrar el número de un super mercado donde hacían entregas a domicilio, lo llamo con prisa pues faltaba poco para que su hijo mayor también volviera a casa, escucho la amable vos de un chico que la atendió con gusto siendo paciente a sus tartamudeos al no saber con exactitud que ordenar y que incluso le dio tips para algunas recetas.

Espero impaciente a que la persona que la atendió se presentara ya tenía el dinero escondido en su nervioso puño estaba junto a la puerta para no tener que moverse tanto y ya tenía su cubre bocas puesto para que el repartidor no viera su mordida

El timbre de su puerta sonó y rápido abrió para encontrarse con un apuesto chico de cabellos negros y alborotados que se presentó ante ella con una amable y agradable sonrisa

- !Buenas tardes señora¡.. Disculpe la tardanza - hablo el joven sin borrar su agradable sonrisa

- D-descuida.. Gracias por llegar - inko estaba a punto de tomar aquella caja pero el chico retrocedió un poco

- Nuestras políticas dicen que debemos entregar los comestibles dentro del hogar madan es un servicio completo .. Permítame- El pelinegro fue cortes con ella y con amabilidad entro al hogar

Con algo de nerviosismo la mujer dejo pasar al joven esperando que ninguna de sus vecinas lo haya visto, guío al muchacho hasta la cocina caminando un poco lento y cojeando aguantando el intenso dolor, el joven rápido noto eso y puso la caja en la mesa de la cocina sin dejar de ver la joven peliverde.

- Gracias por su ayuda.. Aquí tiene ¿Joven?- vio el gafete que ese chico tenía colgado en su cuello- Shindo

Le entrego el dinero y su delicada mano roso levemente con los dedos de aquel chico

- Estoy para servirle señora.. Si necesita algo mas no dude en llamarnos - le sonrió de nuevo despidiéndose cortes de ella

Pero antes de que pudiera salir la puerta se abrió frente a él dejando pasar a un joven adolescente de cabello bicolor

- ¿Ah?... ¿tú quién eres?- pegunto sin importarle realmente

- ¡Oh! ¡shoto cariño llegaste antes! .. Él es shindo.. Un repartidor .. Le pedí que me trajera algunas cosas para preparar la comida- hablo inko saliendo de la cocina

Shoto barrió con la mirada al muchacho, era más alto que él y más fuerte pero sin duda si su padre estuviera presente no duraría ni un minuto en pie, lo pasó de largo para subir las escaleras al cuarto que compartía con su hermanito

Shindo volvió a despedirse y salió de esa casa, sin saber que había llamado la atención de aquel bicolor.

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Ahora cada dos semanas Shindo visitaba esa casa dejando los víveres y hablando de vez en cuando con esa joven mujer que cada vez notaba que su belleza se iba reduciendo.

- ¿Está usted bien?... siento que se ve más delgada- ayudaba a la pobre a guardar los víveres esta vez eran muchos

- S-si.. S-solo que estoy un poco enferma es todo - fingió una voz rasposa y una leve tos

Shindo no se creía eso, había notado leves moretones en esas delgadas y pálidas piernas y una que otra marca entre sus muñecas que escondía debajo de esos suéteres

- Soñara Inko..Puedes decírmelo.. No diré nada- fue honesto, se había encariñado con esa frágil mujer y quería ayudarla

Al escuchar esa voz seria pero amable sus manos temblaron y las lágrimas brotaron de sus ojos, no aguantaba más, no podía cargar más con el dolor y la mentira, cubrió su rostro comenzando a llorar

- Y-ya no aguanto más.. ¡Ya no soporto ver a mis hijos sufrir! ..¡Ya no soporto estar más con él! - ella sintió como ese cuerpo bien formado y esos brazos fuertes la abrazaban con ternura y delicadeza

-Señora inko .. La ayudaré a denunciarlo...es una mujer muy hermosa y no es justo que sufra de este modo- esos tristes ojos lo miraron con miedo y alivio a la vez

Ninguno noto la presencia de ese chico bicolor que los miraba con un semblante vació pero profundo

- ¿Solo es un repartidor?- pregunto con su tenue vos

- ¡¿Ah?!.. ¡S-shoto cariño esto no es lo que!- el menor la interrumpió

- Da igual.. Has lo que quieres - fue lo único que shoto contesto para subir a su habitación

Miraba con una tétrica sonrisa la foto que había tomado de su madre con ese chico, su plan estaba saliendo de maravilla, al ver a ese chico sabía que sería su peón perfecto, lo usaría para que su madre le fuera infiel a su padre y así el mismo acabara con ella, sería perfecto el plan perfecto y así solo le faltaría acabar con el de alguna forma

- Gracias por la ayuda... Shindo-san- miraba con victoria esa foto donde se veía a la perfección su madre y los cabellos alborotados de ese chico que le ocultaban la cara, uso un correo falso para mandarle esas fotos a su padre y esperar que todo saliera a flote

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-¿¡¡ CREÍSTE QUE PODRÍAS IRTE CON TU AMANTE MALDITA!!?- un fuerte golpe que provoco que la pobre inko cayera al suelo

- ¡¿Enji de que habla?!- ahora una fuerte patada que empujo su delgado y débil cuerpo

- ¡¡¡CÁLLATE ZORRA!!! ¡¡ERES UNA PERRA DESGRACIADA!! ..¡PERO NI CREAS QUE TE IRAS CON ÉL!! ¡¡ANTES DE ESO TE MATARÉ!! - las patadas se volvieron puñetazos

Gritos y suplicas era todo lo que se podía escuchar en esa casa, en cada rincón de ella y los gritos retumbaban más en el cuarto de esos dos hermanos

- ¡papi le está pegando a mami otra vez! ¡La está haciendo llorar shoto!- el pequeño niño era abrazado por los protectores brazos de su hermano el cual una vez escucho la voz de su padre abrazo con fuerza a su amado izuku

- Tranquilo izuku.. Tal vez mami hizo algo malo mami a veces es una mentirosa.. Pero no te preocupes ya pronto todo se calmara-le sonrió levemente a su hermanito tapando sus oídos un acto inútil pues esos gritos y suplicas aún se escuchaban

- ¡¡TE MATARÉ A TI Y A TU MALDITO AMANTE!! ¡¡¿QUIEN ES?!! ¡¡ANTES DE QUE TE MATE DÍMELO!!- los grandes puños de ese hombre estaban manchados de sangre

- ¡¡NO TENGO UN AMANTE ENJI!! ¡YA NO ME LASTIMES POR FAVOR!- ese hombre no hizo caso a sus suplicas y azoto su cabeza con fuerza contra el piso una y otra vez

- ¡¡MUÉRETE ZORRA!! ¡¡MUÉRETE!! - ahora ese piso de madera estaba teñido de un fuerte color carmesí

No conforme con eso, ese atroz monstruo camino a pasos fuertes y desesperados pasando por el cuarto de sus hijos, izuku podía escuchar a la perfección esos pasos retumbando, no importaba lo mucho que shoto apretara las palmas de sus manos contra sus orejas el aún seguía escuchando, la oscuridad de su cuarto solo provocaba que esos sonidos fueran más fuertes

Tembló más e incluso grito al escuchar ahora disparos su cuerpecito se puso helado, en cambio shoto solo sonreía aunque sabía que sus planes se habían salido de control

- ¡¡SHOTOO!! ¡¡VEN AQUÍ AHORA!!- ¡Si! sus planes se salieron de control

- ¡No vayas shoto ! ¡¡No me dejes sólito!! - izuku comenzó a llorar aferrándose a su hermano

- iré rápido izuku.. Volveré rápido .. Lo prometo - le dio un leve beso en los labios para tranquilizarlo

Dejo a su pobre hermanito en la oscuridad, a pesar de que no hubiera más ruidos, de que todo estaba en silencio izuku podía escuchar aun esos ruidos, podía escuchar de nuevo a sus padres peleando otra vez

- ¿Papá?...¿ pero qué has hecho?..- fingió sorpresa al ver el cuerpo de su madre tenido en el suelo con múltiples agujeros en su cuerpo sobre una gran mancha de sangre

- ¡Cállate! ¡Ella es una mentirosa por eso merecía morir!.. La policía no debe tardar en llegar con todo lo que ocurrió... ¡¡vamos muévete!! ¡Y trae a tu hermano! ¡Nos largamos de aquí! - shoto solo asintió, ese hombre no sabía que su hijo solo subiría para traer solo una de sus armas

Pasando unos minutos con las manos escondidas detrás de su espalda shoto bajaba lentamente las escaleras mientras miraba con ese brillo intenso en sus ojos a su desgraciado padre

- ¿¡Que haces !?.. ¡¿Dónde está tu hermano?!- pregunto furico al raro acto de su hijo

- Se arrepintió.. - contesto bajando lentamente las escaleras

-¿Qué?- no entendía que decía su hijo

- Mato a la mujer que amaba al pensar mal-

- ¿Que mierda dices?- ya se estaba impacientando

- Mi padre la amaba tanto que no podía vivir sin mamá- enji apretó sus puños furioso, tal vez incluso hasta tendría que matar a su hijo

- No estoy para tus juegos shoto ahora muévete- tomo del cuello de la playera al muchacho acercándolo a él

- Por eso se suicidó ..- Fue rápido, como cuando mato a ese hombre rubio, con una demente sonrisa metió el arma en la boca de su padre y disparo provocando que la mitad de su cerebro saliera por su nuca

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Fuertes interrogatorios por parte el viejo compañero de Enji Shota aizawa, el bicolor solo fingía muy bien el sufrimiento, fingía muy bien el temblor en sus manos, contó con detalle como su padre le hablaba arrepentido y como frente a él se disparó metiendo el arma es su boca

- ¡¡Por favor solo quiero estar con mi hermano!!.. ¡Él es muy pequeño para entender lo que paso! ¡¡Déjenme ir con el!! ¡¡Ya no aguanto más estar aquí!!- lloraba cubriendo su rostro tocando el corazón de la colega de ese pelinegro

-¡Shota ya déjalo en paz es un niño! ¡Está sufriendo y ahora lo estas poniendo peor con tus interrogatorios! las pruebas apuntas a que todo fue un acto de violencia y enji no era un santo! tú eras el único que pensaba eso! -

Logro convencer a todos, logro engañar a todos, incluso a ese joven pelinegro de cabellos alborotados pero no a aizawa, él no caería tan fácil en las mentiras de ese chico, pero él no sería un obstáculo, ya tenía a su pequeño hermano solo para él, ya era feliz en su nido con su ángel, no hacía falta matar a nadie más y si era así no dudaría en hacerlo porque izuku es y será siempre suyo.