Antes de llegar, me detuve en una florería.

- Buen día - saludé al entrar.

- Buenos días, jovencita ¿Cómo puedo ayudarle? - me respondió la ancianita que trabaja en el local.

- Busco Narcisos ¿Tiene en venta? - pregunté.

Y sí, necesitaba esa flor (rosa?) en específico ¿Por qué? Fácil, siempre fueron sus favoritas.

Ella se mostró sorprendida, solo un poco, y luego apenada.

- Lo siento, esa flor me llega hasta la semana que entra - dijo la mujer.

- Ya veo, entonces ¿Podría apartarle un ramo?

- ¡Si, por supuesto! - me respondió al instante - Ven, por favor, debes llenar una hoja para apartarlas cuando lleguen - ella caminó hasta el mostrador, la seguí.

Después de que la ancianita rebuscara entre sus cosas las hojas de las que hablaba, llené los espacios vacíos con mi nombre y firma, le pagué la mitad.

- Aquí tiene - dije entregándole un par de billetes.

- Estarán aquí cuando usted venga por ellas.

- Gracias.

- A usted, jovencita - sonrió y sus ojos se vieron encojidos por las arrugas.

Llegué a casa después de una hora. Una que en el camino detuve a comprar algunas cosas que podría necesitar para la cena.

Fue extraño ver tantos policías en los alrededores, acompañados de perros entrenados y sus autos con las llamativas luces rojo y azul.

Cerré la puerta detrás de mí y me dirigí a la cocina.

Cuando acomodé las cosas en su lugar, decidí esperar a que papá llegará, así que me senté en el sillón y encendí el televisor.

El clima comenzaba a enfriar cada vez más, descendiendo la temperatura por la tarde, noche y de mañana, así que tomé la colcha y me cubrí con ella.

La pelirroja que daba las noticias dijo lo siguiente:

_"Se han reportado varios casos de asesinato en los límites de la ciudad, se desconoce la causa de sus muertes, la policía sigue investigando aún sin pistas, en cuanto tengamos más información al respeto se las haremos saber"

Por eso tanto policía, pero...

¿Asesinatos? ¿En esta ciudad? Tenía que ser una broma, vivía en el lugar más tranquilo de todo el estado.

Nunca, nadie, en los últimos diez años se ha atrevido a interrumpir la paz de esta pequeña ciudad.

¿Quién está causando tanto revuelo?

Los golpes en la puerta hicieron que me sobresaltara.

- ¿Ashly estás? - era papá.

Suspiré de alivio, me quité la sábana, coloqué los pantunflas y corrí a abrir la puerta.

- ¿Por qué no contestas? - pregunto cuando entró.

- Eh... Estaba viendo las noticias - respondí mientras cerraba la puerta - Lo siento yo, pensé mucho en la televisión.

- Solo... responde cuando te hablé, no quiero que piensen que ahora me estoy volviendo loco - dijo a modo de burla.

- De acuerdo.

Mi papá dejó su maletín sobre la mesa de centro y se sacó la bata blanca para colocarla sobre el respaldo de la silla.

- Bien... ¿Que vamos a cenar?

Ayudé a papá a preparar la cena, que únicamente era un par de tacos de harina con jamón y queso acompañados con una taza de café.

- Esto está demasiado sabroso ¿Sabes? - dijo él después de dar una mordida.

Yo me reí por lo que acaba de decir.

- Papá, es como la tercera vez que hago esto en la semana - le recordé luego de tomar un poco de café.

- Pues van mejorando tus habilidades culinarias, es eso o simplemente tengo hambre - y su rostro cambió de risa a uno serio - ¿Compraste las rosas que querías? - preguntó.

- Si, bueno, tenía que apartarlas ya que aún no llegan - respondí.

- ¿De dónde dices que son esas rosas? - dijo con confusión.

- No son de aquí, las traen de otro lugar - le expliqué.

- ¿Y por qué tienen que ser esas rosas en especial? Si las traen desde otro lado, entonces están más caras ¿No?

- Papá, eran sus favoritas, siempre se las compraba cuando andabamos por la calle y encontrábamos - le expliqué.

Era como la cuarta vez en el mes que le decía, y aunque no me molestará hacerlo, él siempre insistía en que le comprará otras comunes.

Pero no.

- Bien, si insistes en gastar todo tu dinero en rosas, de acuerdo - bebió de su café... pero tomando otro tema...

- ¿Otro tema?

- Si, así que quiero pedirte algo... - alejó la taza de su boca - No salgas en la noche y si vas a ir en la tarde, tienes dos horas para estar ya de regreso.

- ¡Ay, en serio! - repliqué.

- Nada de eso - negó con la cabeza - Has prestado atención a las noticias... ¡Lo acabas de decir! - y bueno, tenía razón, no se lo iba a discutir - Has escuchado que hay un animal salvaje atacando por las noches, no quiero que salgas hasta tarde, no sales después de las seis, fin del tema.

Terminé de cenar, un poco molesta pero dándole la razón a mi padre. Pero no sé lo mostré, en realidad la conversación siguiente pasó sin problemas y con más tranquilidad.

Aunque papá seguía preocupado por la situación en la ciudad, bueno, su trabajo había ido a mejor los últimos días.

¿Eso es bueno o malo?

Regresé a mi habitación y tomé la mochila para terminar la tarea que tenía pendiente.

Para ser hija de un hombre que trabaja en una funeraria, nadie esperaría que decidiera estudiar Artes.

Saqué el cuaderno y bajo la luz de la lámpara de mi mesita de noche, comencé con el boceto del rostro que me encargaron.

No tenía una imagen para basarme en ello, así que solamente tracé el contorno de la cara, cuello... las raíces del cabello.

Sin pensar, comencé con los ojos. Los hice grandes, con brillo, gruesas pestañas que pareciera utiliza maquillaje, doble párpado por qué así estaban en mi mente.

Seguí con las cejas, delineadas y cafés oscuro, curveadas un poco hacia arriba casi al final.

Bostecé antes de dar el siguiente trazo.

Miré la hora en el reloj sobre la mesa... 11:17 p.m.

Oh genial...

Cerré con cuidado la libreta y la dejo bajo la lámpara también el lápiz.

En vista de que aún traía la ropa con la que salí a comprar, me levanté y busqué en la cajonera, mi conjunto para dormir.

Elegí una blusa dos tallas más grande y un short.

Cambié mis calcetines y dejé la ropa sucia en el baño.

Regresé a la habitación y me recosté en la cama, con el cobertor encima.

No debía olvidar, que cada mes sería como hoy.

Despertar, ir al Instituto, regresar a casa para dirigirme al panteón y llevarle rosas a mi hermana.

Suspiré cansada, cerré los ojos y decidí dormir.

☠️💐

- Entonces ¿En qué quedamos? - volvió a preguntar mi padre.

Hice una mueca que él no logro ver.

- Nada de salidas después de las seis - respondí a la vez que le daba un bocado a mi cereal.

- Excelente - sonrió de manera instantánea - Bien, me voy, nos vemos en la tarde.

Tomó su maletín y su maleta que contenía su uniforme y otras cosas.

- Adiós - susurré cuando él cerró la puerta.

Terminé mi desayuno en silencio y luego, tomé mi mochila para irme al Instituto.

Cerré la puerta detrás de mí. Me llevé a las llaves, ya que siempre era yo quién llegaba primero a la casa.

Papá se volvió muy dependiente a su trabajo después de la muerte de mamá y mi hermana.

Él solía ser más hablador y disfrutaba de los fines de semana entre familia, siempre nos llevaba a un lugar nuevo cada mes y nos compraba algo del lugar que visitábamos.

Y claro, el día que fallecieron ellas dos, se dedicó por completo a su trabajo, gasta mucho de su tiempo ahí, solamente se da cuenta de lo que pasa a su alrededor cuando su compañero de trabajo lo menciona.

No culpo por querer mantener su mente ocupada, pero hay cosas realmente importantes de las que no se da cuenta.

Quizás cuando quiera prestar la atención a esos asuntos, puede ser demasiado tarde.

Odiaría que algo así sucediera.

Suspiré cansada. Levanté la vista, no me di cuenta en que momento había llegado al Instituto.

Pasé las rejas de metal y entré.

La escuela no era del todo grande, solo con dos edificios de dos plantas y uno con cuatro salones en horizontal que vendría siendo la dirección y orientación educativa.

El salón en el que estaba era en la segunda planta, al fondo.

Cuando entré, estaban todos frente a sus caballetes y sus lienzos.

Tomé asiento frente al mío y saqué mi trabajo.

El rostro que pedía la Profesora era solo un borrador, de ahí lo pasaríamos a color y sería nuestro proyecto final.

Por mi parte, comencé con el boceto del rostro. Como ya tenía sus ojos y cejas, decidí continuar con su nariz.

Dibujé trazos delgados y algunos gruesos, seguido utilicé el difuminador para borrar las líneas que necesitaran sombras. Nada difícil.

- ¿Seguros que vendrá la Profesora? - escuché preguntar a mis compañeros.

- No quiero alarmar a nadie, pero... antes de llegar, escuché que tuvo un accidente - respondieron.

Y todos comenzaron a murmurar entre sí.

Dios, era molesto escuchar sus voces en tono bajo y más cuando hablaban todos a la vez.

Fue hasta después de media hora cuando la puerta principal se abrió y entró el director. Noté que traía un listón negro en su uniforme.

- Jóvenes, presten atención por favor - habló con su gruesa voz y todos obedecieron, por fin los murmullos cesaron - Bien, lamento decirles que su Profesora de Artes ya no estará presente, en su lugar tendrán a su sustituto... pase por favor Profesor - el director se acercó a la puerta y la abrió, dejando pasar al hombre.

- Director tengo una pregunta - una compañera levantó su mano.

- Dígame - respondió él.

Yo presté atención a lo que fuera a decir, bueno, no es como si yo fuera de las que mas hablan en clase.

- ¿Que sucedió con nuestra Profesora? ¿Por qué tal no vendrá?

El director suspiró pesado, al parecer no quería hablar.

- Lamento decirles que falleció ayer por la noche. No tengo más información por el momento, en la cancha deportiva se reunirán todos dentro de una hora, con permiso.

Y salió.

¿Falleció? Pero ¿Cómo?

- Uh, lo más probable es que haya sido víctima del asesino que ronda la ciudad - susurraron.

¿Víctima del asesino?

- ¿Que no eran animales los que atacaban a la gente? - preguntó otro.

- No, no, no, encontraron huellas dictalares en la escena del crimen - aseguraron - Es una persona quién está asesinando a los demás.

-karimodelarosa.

Lamentó la demora pero aquí está el primer capítulo, no eran muchos quizás unos diez o quince, quizás menos que trece, no será tan larga.

Pero díganme ¿Que les pareció?

Tengo ya el segundo capítulo, es que la mensa de mi escribió primero el segundo antes que el primero hahahah