#Seis.

No pude conciliar el sueño.

Me quedé despierta lo que resto de la noche. Y cuando eso sucedía, me paseaba por la habitación, leía otro libro bajo la luz de la lámpara que tenía en el mueble, contaba las estrellas a través de mi ventana.

Esta vez, en total eran 150 en el pequeño espacio de cielo que veía.

Suspiré cansada, me recargue en la pared, gire la vista hasta el reloj colgado en la pared.

5:15 am

Recuerdo claramente que a esta hora, mi gata solía hacerme compañía cuando me despertaba en la noche.

Me levanté del sillón y caminé de nuevo hacia mi cama. Apenas me di la vuelta sentí una corriente de aire entrar por la ventana, erizándome la piel en segundos.

Volteé, estaba por gritar, de no sé por qué la mano de Charles me tapó la boca antes de que pudiera abrirla. Él estaba dentro de mi habitación.

DENTRO DE MI HABITACIÓN.

Quité su mano de mi boca después de entrar en razón de lo que estaba sucediendo.

Lo alejé bruscamente.

- ¿Qué haces... - negué con la cabeza - Cómo entraste? - le pregunte en un intento de no alzar la voz.

- Por la ventana, la dejas abierta últimamente - se encogió de hombros - Y si no lo recuerdas, yo te dije: "Nos vemos al rato"

- No, vete - le di la vuelta y lo empujé de nuevo hacia la ventana.

- ¿Por qué? Yo no quiero irme todavía.

Se quedó quieto en su lugar sin moverse, por más que lo empujaba, él solo se quedó ahí mientras me respondía.

- ¿Vas a moverte o no? - le pregunté una vez que me di por vencida en el intento de echarlo por la ventana.

Es inmortal, no le pasaría nada a caer desde la ventana, incluso si cayera desde un segundo piso.

- De hecho, te llevaré conmigo, vamos.

¿Qué?

En menos de tres segundos tomó mi brazo, para poder cargarme en los suyos y saltar por la ventana, la caída era corta pero se sintió como caer desde las alturas con su velocidad.

Sentí como el aire golpeó mi rostro, el mareo de tan repentino movimiento, cuando estaba en el suelo, sentí ganas de devolver mi cena.

Me dejó en el suelo y yo aproveché para caminar hasta el árbol que teníamos en el patio y recargarme en él.

- ¿Estás bien? Lo siento, olvidé que no soportas los cambios bruscos - lo escuché decir.

- ¿Por qué me sacaste de mi habitación? - pregunté después de calmar mis náuseas.

- Te lo dije, quiero llevarte conmigo a un lugar.

- No era necesario que me saltáramos desde la ventana, hay una puerta ¿Recuerdas? - repliqué.

- No tienes puerta trasera y dudo mucho que quisieras que el rechinar de tu puerta despierte a tu padre.

Caminó más delante de mí. Lo miré desde mi posición cerca del árbol.

- Tienes que venir conmigo - dijo, deteniéndose y mirándome por encima de su hombro.

Dudé, podía decirle que me siento mal y regresar a mi habitación para intentar volver a dormir, pero sé que aunque me acostará en esa cama, no lograría pegar ojo. Así que lo seguí, siempre un par de pasos detrás suyo.

Charles no dijo nada en los siguientes minutos.

Mi cabeza seguía dando vueltas sobre a donde quería ir y por qué quería que fuera con él. Pero no encontraba una respuesta que fuera... ¿adecuada?

- Bien, hasta aquí caminamos.

Se detuvo, yo no lo vi y terminé golpeándome con su espalda. Retrocedí unos pasos, para mirarlo.

- ¿Aquí es? - le pregunté.

- No, dije que hasta aquí caminamos, es hora de correr.

- ¿Correr?

Sonrió, pero era una sonrisa que no planeaba nada bueno.

Reaccione muy tarde.

Charles me cargó de nuevo en sus brazos y comenzó a correr por la calle a una velocidad increíble.

Todo a mi alrededor se movía de una forma... imposible. Mis ojos no se fija en ninguna figura, ya que apenas la veía, una centésima de segundo después, ya había reemplaza por otra y ésta, también, al igual que la siguiente y la siguiente...

El aire golpeaba mi rostro de manera dolorosa, dejándome entumecidas las mejillas. 

Hasta que por fin, se detuvo.

- Es aquí.

Me bajó al suelo.
Lo único que atine a hacer, fue dejarme caer de rodillas, sobre mis piernas.

Me sentía mareada a morir, peor que cuando saltamos desde la ventana de mi habitación. Y ni hablar de lo que sentía con mis ojos, me dolían por la cantidad de imágenes que mi cerebro no pudo procesar.

¡Qué salvaje!

- Venga, se te pasará en un par de minutos. Ahora, tienes que ver esto.

Me levantó del suelo, con la misma delicadeza que cuando saltamos.

Abrí los ojos, que hasta ese momento mantuve cerrados para no marearme, y me encontré con la mejor vista que habían presenciado mis ojos.

Era un amanecer.

No sé en donde estábamos, pero era un trozo de suelo cubierto de verde pasto, si miraba hacia abajo, defitivamente caería por toda la pared de la pequeña montaña.

Frente a nosotros, se extendía la ciudad.

Sus luces encendidas, prueba de que sus habitantes dormían. Cómo las luces brillaban si los mirabas desde lejos.

No veía personas por sus calles, pero un auto quizás si.

- Charles, esto es...

Lo miré.

Él estaba sentado un par de metros lejos de la orilla, con sus rodillas arriba y sus brazos rodeando sus piernas.

- Maravilloso ¿No?... aquí solía traer a mi madre.

Oh, entonces era un lugar especial para él.

Me acerqué y tomé asiento por un lado suyo, manteniendo mi distancia, claro.

- ¿Por qué me has traído aquí? - le pregunté.

- Quizás por que somos pareja y deben vernos actuar como una ¿No crees?

- Esa no es la razón por la cual me mostraste el lugar donde solían venir tú y tu madre - negué con la cabeza.

Charles dejó escapar un suspiro, cansado al parecer.

- Eres la primera persona con quién he hablado, con quién he mantenido una amistad por más de una semana - me explicó, parecía haber un poco de pena en sus palabras - Y que también, sabe lo que soy, que ha guardado el secreto, que ha mantenido su palabra.

- Te dije, que no le voy a decir a nadie.

- Y agradezco que cumplas tu promesa - se volteó y me miró - Esto es... como un agradecimiento, el traerte aquí, quiero decir.

Yo no supe que decir, estaba sorprendida por sus palabras. Bajé la vista, apenada.

- Yo... no sé qué decir - me sinceré.

- No digas nada, con que me escuches es suficiente.

Miré enfrente. El sol comenzaba a salir, mostrando sus primeros rayos que cruzaban a travéz de las nubes.

Creo que él, no es tan mala persona después de todo.

☠️🥀

Charles se aseguró de regresarme a casa justo después de que el sol ya estaba en el cielo, cuando el amanecer ya había pasado.

Estaba en mi habitación, diez minutos antes de que sonara la alarma a las 7:00 am

La apagué y comencé a cambiarme para ir al Instituto.

Cuando bajé a desayunar, mi papá ya se había ido. Solo dejo un nota, donde me explicaba que una persona falleció esta madrugada y tuvo que irse temprano para preparar el cuerpo.

¿Otra persona fallecida?

Dejé la nota de lado.

Ya con la taza de café en mis manos, me fui a la sala y encendí el televisor. Quizás en los noticieros dirían algo sobre la reciente muerte.

La mujer daba el clima, el hombre dio los resultados de los anteriores partidos de fútbol y demás deportes. Y de nuevo, la mujer con los espectáculos.

- ¿Es todo?

Justo cuando estaba dispuesta a apagar la televisión, dieron la noticia.

"Se ha reportado que otra persona ha fallecido esta mañana, su nombre era Jane de 21 años, se le encontró en la madrugada, estaba desangrada y su cuerpo fue dejado a la orilla del río de la ciudad, tenía una enorme rasguñada en el pecho, los médicos forenses indican que el animal llegó a su corazón y bueno, lo retiró. Estamos esperando a los padres de la joven... "

Apagué el televisor. Hubiera sido mejor si no me enteraba de nada.

¿Como un animal le... saco el corazón a la joven? Para empezar ¿Habría eso un animal?

"Escuché que no es un animal, si no una persona quién ha estado asesinado"

Las palabras de mi compañera retumbaron en mi mente.

¿Una persona? Pero ¿Como una persona pudo rasguñar a una mujer de esa forma?

No quería imaginarme cómo es que logró herirla de esa forma.

Ya no termine mi café, dejé la taza a medio beber sobre la mesa. Regresé a mi habitación por la mochila, no sin antes tomar la libreta donde estaban mis bocetos.

Salí de casa, cerré la puerta detrás de mi con llave y caminé hasta la parada del bus.

Hace dos semanas aproximadamente abrieron la calle que antes se encontraba clausurada, esa donde encontraron el primer cuerpo sin vida.

Pasé por ahí y observé cómo se encontraba en buenas condiciones. Nadie pensaría que antes ocurrió ahí un asesinato.

No había pista de nada, ni una mancha de sangre en las paredes, los oficiales se encargaron de pintar de nuevo con color gris, y escribieron sobre ésta, el nombre de los partidos políticos de las campañas de elección.

Llegué pronto a la esquina y espere el autobús. Comencé a buscar en mi mochila el dinero para el pasaje.

- ¿Para qué quieres ir caminando, cuando me tienes a mí?

Sentí otra persona detrás mío, en realidad observando por sobre mi hombro. Me sobresalté ligeramente.

- Charles, no hagas eso - le pedí a la vez que cerraba el cierre de mi mochila.

- ¿Por qué? Es divertido ver tus reacciones, pero en serio, no gastes tu dinero en un pasaje - quitó las monedas de mi mano y las guardo él en sus bolsillos - Yo te llevo.

- ¡Hey, mi dinero! - reaccioné muy tarde - Bien ¿Llevarme?

- No tengo auto, pero sabes que podemos llegar en un par de minutos - me dijo mientras sonreía. 

- Ya, la última vez, casi me vomitó ¿recuerdas?

- Está vez no lo harás, es más, ni si quiera notarás el cambio.

No estaba muy segura sobre si aceptar o no ir con él, pero bueno, Charles tenía mi dinero.

- De acuerdo, vamos.

- Ven conmigo.

Caminamos un par de metros lejos de las personas presentes.

Me cargó en sus brazos y está vez dijo: "Cierra los ojos y mantén tu cabeza cerca de mi pecho"

Obediente, hice lo que me dijo.

Sentí el aire en mi cuerpo, pero esta vez, no termine mareada, ni con ganas de vomitar o con la cabeza palpitante. Ni cuenta me di de que habíamos llegado, hasta que él habló.

Tampoco escuché su corazón, sólo sentí cómo el frío atravesaba su ropa y topaba con mi mejilla.

- Estamos aquí - me dijo - Venga, abre los ojos.

Lo hice. Y definitivamente, nos encontrábamos a una cuadra del Instituto. Me bajó de sus brazos, toqué el suelo con los pies.

- Debiste hacer eso ayer - dije.

- Lo siento.

Me giré a verlo. Charles tenía las manos guardadas en los bolsillos de sus pantalones, la mochila colgando de un hombro.

- Oye, yo... no sé cómo actuar después de ayer - rasqué mi nuca, nerviosa.

Y era verdad, él me mostró una parte suya, me llevo a un lugar donde solo él y su madre solían ir.

- Haz lo que quieras, si quieres que cambie algo, bien y si no, no te obligarte a hacerlo.

- P-pero tú... ¿Que preferirías?

Su rostro se volvió en uno de sorpresa, yo supongo que no esperaba mi pregunta.

- ¿Yo?... Bueno, eres mi única amiga, así que, preferiría llevarme bien... contigo.

Y pude ver, en sus palabras, en sus movimientos, en sus expresiones, que seguía siendo un chico de dieciocho años, sin saber que decir o que hacer cuando una chica le pregunta qué prefiere para su amistad.

Me preguntó, qué fue lo que vivió en sus dieciocho años como humano.

Qué personas conoció, cómo los trato y cómo fue tratado él. Qué tipo de vida tuvo antes de que le sucediera... eso.



-karimodelarosa.

Ah, pobre Ashly. Nada es lo que parece y lo descubres cuando menos lo esperas.



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