#Dos.
La noche pasada hubo un asesinato cerca de la colonia, los policías llegaron apenas recibieron la llamada y clausuraron el lugar para evitar la entrada de personas innecesarias a escena. Las cerraron hasta nuevo aviso.
Recuerdo detenerme en la esquina, justo donde sucedió el asesinato.
Había cinta amarilla con las letras impresas en negro que decía: Prohibido el paso.
Algunas áreas tenían pequeñas notas, por así decirlo, con números, iban desde el uno hasta el dieciocho. Aún había policías revisando el área.
Y por supuesto, manchas de sangre. Vi en las paredes, en el suelo, en los botes y bolsas de basura, no en exceso, pero si lo suficiente para distinguirla de una mancha común.
Antes de que uno de ellos me dijera algo, ya había continuado mi camino.
Era extraño. Pero la policía se encargaría de ello.
Supongo que la escena que vi el día anterior... fue lo que le sucedió a la Profesora.
Sentí náuseas.
Decidí concentrarme en el boceto frente a mí, no debía de mantener mi mente ocupada en otras cosas.
El nuevo Profesor se presentó pero, al menos yo, le presté más atención al boceto frente a mí, como para escuchar su nombre o de dónde venía.
La clase transcurrió sin más problemas. En tanto a la materia, continuaríamos con el proyecto del boceto para pasarlo a lienzo a color.
Salí del aula para dirigirme a la cafetería. Eran cerca de las once y aún no almorzaba.
- ¡Ashly! - escuché que gritaban mi nombre.
Volteé y me encontré con mi mejor amigo, Marc venía corriendo hacía mi.
Tan pronto como me tenía enfrente me comenzó a sacudir de los hombros.
- ¿Qué crees? ¿Qué crees? ¡¿Que crees!?!
- Basta, basta - lo detuve, la cabeza comenzaba a darme vueltas - ¿Qué pasa? - pregunté cuando me soltó.
- Bueno, son dos cosas, la primera es que... ¡Han abierto el concurso de disfraces! - exclamó contento.
- ¿En serio? Creí que lo cancelarían...
- No, el director cambió de idea, será el mismo 31 de este mes - asintió.
- Y faltan diez días... Te vas a inscribir ¿verdad? - pregunté para afirmar lo que sabía.
Mi amigo era fan número uno de los disfraces, siempre en Halloween se viste y sale a la calle pero solo para molestar a las personas.
He ido varias veces con él... desde que lo conozco en realidad, y siempre avienta huevos a las casas, baja los switch de la luz y cosas peores, la buena noticia es que nunca ha sido retenido por la policía.
- ¡Claro que sí! - exclamó eufórico - ¿Y sabes que es lo mejor? - alcé ambas cejas - Que yo voy a ganar - me aseguró.
- ¿Ah, si?
- Desde luego - dijo totalmente convencido - No por nada soy el que mejor se caracteriza para Halloween.
Y es que siempre participaba en los concursos, las chicas inmediatamente querían su pareja para el disfraz, por qué sabían que él era un genio usando sus ideas.
- Tú y tu gran creatividad entonces... ¿Y la otra noticia? - pregunté con curiosidad.
- Oh, cierto, la directora me dijo que acompañaría al joven nuevo mientras hace amigos - me informó.
- ¿Ah si? - pregunté en respuesta.
- Claro, soy el representante del grupo de Artes y un chico demasiado amigable.
En realidad, siempre le tocaba hacer eso, no era la primera vez que alguien nuevo llegaba y le tocaba a mí amigo darles el famoso tour por la escuela.
- Bien, entonces te veré cuando te desocupes ¿No? - dije.
- Si, nos vemos, tengo cosas que hacer - dijo antes de continuar su camino.
¿Un alumno nuevo? ¿A mitad de curso?
¿A quién se le ocurriría venir ahora? Quiero decir, por los asesinatos que recién han pasado.
Regreso al salón después de comer un sándwich y un jugo, el profesor estaba dentro esperando dar la clase.
☠️💐
La cuarta hora por fin, había terminado.
Cerré el cuaderno y lo guardé dentro de la mochila.
- Ashly... ¿Tienes los apuntes de Cálculo?
Levanté la vista y me encontré con mi compañero, jugaba con sus dedos nerviosamente.
- Claro ¿Los necesitas? - él asintió, entonces saqué otro cuaderno y se lo entregué - Toma, entrégamelo cuando termines de usarlo - le sonreí.
- Gracias - me devolvió la sonrisa.
Fue hasta ese momento que me percaté de las risas de fondo junto con los susurros y miradas indiscretas.
Otra vez, estaban hablando de mí. Lo sabía, no era la primera vez.
Rodé los ojos, aunque sabía que ese pequeño grupo no podía verme. Estaba acostumbrada a eso.
Desde que mamá falleció y papá se quedó a cargo de mí, la gente no hacía nada más que hablar, pero por el hecho de que papá se había conseguido un trabajo... Y uno bastante peculiar.
Mi padre trabajaba en una funeraria, él se encargaba de maquillar a los fallecidos antes de guardarlos en el ataúd.
Las personas decían cosas como "Como es capaz de trabajar en eso teniendo una niña de ocho años que cuidar" u "Ojalá la niña no tenga pesadillas, debe estar traumada por ver tantos muertos"
¡Dios! La primera vez que vi un muerto, fue hace años y fue la última.
Sacudí la cabeza para eliminar esa imagen de mi mente.
No era agradable tener el recuerdo de un muerto.
Salí del salón, tenía ahora una clase libre antes de la siguiente y en vista de que alumno nuevo me estaba robando a mi mejor amigo, me iría a biblioteca. Era mejor estar en un lugar tranquilo sin ruido, que en un salón donde se la pasan hablando y gritando.
Para mí suerte, el lugar está solo, por lo que solamente me senté en el suelo junto a los estantes y comencé a leer un libro que traía en la mochila desde hace un par de semanas.
Abrí el libro en la página donde me quedé la última vez y justo cuando retome mi lectura, mi teléfono, sonó.
Siempre pasaba esto. Tomé el teléfono y miré la pantalla.
El mejor amigo.
Rodé los ojos, divertida. De nuevo, Marc cambió su nombre de contacto en mi teléfono.
- ¡Ashly! - exclamó apenas contesté su llamada. Lo oí agitado.
- ¿Sucede algo? - fruncí el ceño.
- El... el chico nuevo - dijo - ¡Se escapó!
- ¿Qué? - me enderecé en mi lugar - Pero ¿Qué dices?
- Si, bueno, no se escapó escapó del verbo escapar pero... - suspiré, otra vez, guardé mi libro - Él ya no está conmigo.
- Ay, Marc, siempre de distraído perdiendo las cosas - negué con la cabeza, aunque el no podía verme.
- En primer lugar, no es una cosa, es una persona, un humano - escuché sus pasos apresurados por las escaleras - Y en segundo ¡No estaba distraído!
- De acuerdo, de acuerdo, dime en donde estás, te ayudaré a buscar al objeto perdido.
El se quejó.
- Cállate, estoy en la cafetería ¿Crees que esté en Orientación?
- Es nuevo ¿Crees que se iría a Orientación?
- ¡Agh! ¡No lo sé por eso pregunto!
Me levanté del suelo, con la mochila al hombro.
- De acuerdo, iré a...
Entonces lo vi.
Bueno, observé su silueta a lo lejos.
A juzgar por el papel en sus manos y su mirada perdida y desorientada, además, era obvio que era él, quiero decir, nunca había visto su rostro y él tampoco había visto la escuela.
Su vista se fijó en mí y avanzó a paso rápido hacia donde estaba yo.
- Ah, disculpa, me perdí ¿Me ayudas a...? - empezó a decir.
Le hice una seña de espera antes de que hablara, yo aún tenía el teléfono en las manos.
- ¿Ashly? ¿Qué pasa? ¿Por qué no contestas?
- Encontré el objeto perdido - dije - ¿Dónde estás?
- Bueno... estoy en orientación, me llamaron la atención por dejar solo al nuevo - quise golpear su cabeza - ¿Podrías llevarlo a su salón? Creo que tardaré un poco.
- Está bien, pero solo porqué eres mi mejor amigo, sabes que no me gusta hacer estas cosas.
- ¡Eres la mejor!
Colgó.
- Eres el nuevo ¿verdad? - le pregunté cuando se acercó.
- Eh, si - asintió - ¿Me ayudas a buscar mi salón?
- Eh, sí, te llevaré - suspiré resignada, pero bueno nada mas sería está hora - Solo sigueme.
Di media vuelta y comencé a avanzar.
- ¿Tienes tu horario? - le pregunté cuando gire el rostro, para asegurarme de de que estuviera junto a mí.
- Eh, sí... es este - me dio el papel.
Lo tomé y revisé... vaya, el muchacho tenía varias materias revalidadas.
Su nombre era Charles... Ignoré sus apellidos, al parecer el joven era extranjero.
- Que estúpida, es hacia el otro edificio - dije, más para mí misma dando media vuelta para regresar.
Por primera vez, levanté la vista y observé su rostro.
Apenas lo miré, sentí que palidecía, sentí el alma irse hasta los pies, como mis manos temblaban ligeramente.
Pero ¿Era él? El parecido era demasiado, no podía ser el mismo ¿O sí?
Pero sí, era él, era él, estoy segura de que era él. Puedo ser distraída, pero no olvidaría ése rostro.
Sus ojos claros, su cabello más oscuro ahora, ya no tenía ojeras ni tampoco moretones en su rostro. Y además ¿Cómo es que caminaba? Estoy segura de que tenía muchos huesos rostros... incluido el cuello.
Por eso había muerto.
No me di cuenta en qué momento había comenzado a respirar con dificultad.
Él tampoco dijo nada.
- T-tú...
- ¿Yo?
Dejé la hoja contra su pecho de manera brusca.
- L-lo siento, d-debo irme - dije de manera apresuarada - V-ve al Edificio "E"
Retiré mi mano de su duro pecho y me alejé de él a paso rápido.
Ni siquiera me molesté en quedarme a las siguientes clases, solo le envié un mensaje a mi amigo diciendo que me iría.
Sentía que la piernas me temblaban y mi respiración no se calmaba, al igual que los latidos de mi corazón, podía escucharlo bombear hasta en mis oídos.
Llegué a casa en tiempo récord.
Tomé con las manos temblorosas las llaves y la introduje en la cerradura en el quinto intento.
Cerré detrás de mí.
Estaba segura de que era él ¡Maldita sea!
Pero ¿Cómo? ¡¿Cómo?!
Recuerdo claramente ver su cuerpo frío sobre la camilla de hierro, mi padre pegó sus ojos y labios con resistol, hasta rellenó sus mejillas con algodón, lo recuerdo ¡Lo recuerdo!
¡Lo vi muerto! ¡Yo lo vi muerto!
Dejé mi mochila en el sofá y me fui hasta la habitación de mi papá. Abrí su cajón y busqué entre sus carpetas, las hojas de los fallecidos hace diez u once años.
Él siempre se quedaba esa información.
Abrí carpetas una y otra vez, sin ver nada que confirmara lo que pensaba.
Hasta que recordé que debía estar en los expedientes de hace diez años.
Que estúpida.
Saqué la caja debajo de la cama y busqué entre las carpetas azul marino.
No recordaba la fecha de su muerte pero si el año, así que solamente tuve que centrarme en encontrar sus apellidos.
Y acerté.
Abrí la carpeta con las manos temblorosas.
Nombre: Charles Doval Belhaj.
Edad: 18 años.
Causa de muerte: Saltó desde un risco, se rompió los huesos.
Dejé de leer cuando vi nuevamente la foto de él que estaba incluida en la carpeta.
La tomé con las manos temblorosas.
Su rostro tenía moretones, la ceja partida y el pómulo derecho con una gran mancha verde morada. Su cabello despeinado y húmedo.
Definitivamente, era él.
-karimodelarosa.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top