#Cuatro.
No podía creer lo que había hecho el Profesor.
¿Sentarme a lado de él? ¿Era en serio?
Por lo visto, sí, y no le veía intenciones de separarme de él.
- ¿De verdad no me puede emparejar con otro compañero? Si quiere me voy con Susan, usted dice que ella tampoco ha avanzado mucho - insistí.
- A Susan le asigné otra pareja - respondió el hombre mientras guardaba carpetas en su portafolio - Además, Charles es nuevo, necesita ayuda de la mejor estudiante, he visto tus trabajos - asintió a la vez que tomaba el borrador del pintarrón y lo limpiaba - Por favor, no insistas, Charles es tu pareja y fin del tema.
Guardó el borrador y cerró su portafolio.
Dejé escapar un suspiro, derrotada. Salí del salón en busca de Marc.
Mi mejor amigo era mi pañuelo de lágrimas también.
- Oye, tengo dudas sobre el proyecto ¿Te parece si me explicas cómo va?
Apenas escuché su voz, me detuve en seco en medio del pasillo.
Otro escalofrío recorrió mi espina dorsal.
- No voy a hablar contigo - dije aún de espaldas.
- Oh, vamos, somos compañeros de equipo ahora, es inevitable que nos hablemos - dijo en tono burlista.
No le respondí. No quería voltearme, no quería verlo.
- Solo... vete - susurré - Ya te dije que no diré nada.
Creo que había tomado un poco de valentía al hablar con él, pero solo si no lo veía a la cara.
- Los humanos son mentirosos por naturaleza.
Tragué saliva.
- Ya te dije que-
- Que no dirás nada, claro que no lo harás, tienes a tu padre de por medio - escuché sus pasos acercarse hasta mí - No quieres hacerle daño ¿Verdad? - susurró en mi oído.
Me sobresalté en mi lugar al sentirlo. Cerré los ojos por unos segundos, pero los volví a abrir.
- Sé que estando él en medio, te portarás bien, pero como te digo, los humanos a parte de mentirosos, ustedes son capaces de hacer cosas sin importarle los demás.
- E-es mi papá... no voy a hablar - le repetí - Así que, déjame en paz.
Avancé sin darme cuenta de su expresión.
1 mes después.
Terminando mis clases, me dirigí a la entrada del Instituto.
Había alumnos rodeando las puertas, podía escuchar el click de las cámaras en sus teléfonos celulares. Algunos hablaban entre ellos y otros más se gritan para que los dejarán pasar.
Estando de pie en el incio de las escaleras, pude ver que a unos metros de la multitud de estudiantes, estaba la policía.
- ¡Por favor, retírense! - les dijo el hombre de uniforme azul - ¡No deben estar aquí!
Vi a Marc lejos de las personas, solo mirando recargado en el árbol. No dudé en ir hacia él.
- ¡Hey! - le hablé, mi amigo giró en mi dirección - ¿Qué haces aquí?
- Esperando a que se quiten todos, es mi hora de salida - se encogió de hombros.
Y entonces recordé que en la parte trasera del Instituto había un pequeño hueco en la barda, donde uno podía entrar y salir sin ser vistos.
- Creo que esto se tomará su tiempo, ven, sígueme - retrocedí y di la vuelta.
- ¿A dónde vas? - preguntó, aún sin moverse de lugar.
- Créeme, saldremos pronto de aquí.
Mi mejor amigo miró a la multitud una vez más antes de seguirme.
- Espero que salgamos de aquí, tengo cosas que hacer.
- Lo haremos, tu confía en mí.
Caminamos hasta la parte trasera, allá donde ni siquiera el conserje se acercaba a limpiar. Lo guié hasta una zona donde solo había arbustos y hojas secas.
- ¿Por aquí? ¿Que haremos subir por las ramas secas? - bufó.
- No - levanté las hojas y dejé al descubierto el pequeño agujero - Saldremos por aquí.
La brecha tendría de altura quizás un metro, pero era suficiente para que pasáramos por ahí.
Su expresión se volvió a una sorprendida en cuanto vio la salida.
- Bien, eso no lo esperaba.
- Saldré primero, te esperaré afuera ¿Bien? - él asintió.
Me quité la mochila y la crucé del otro lado, luego me puse en cuclillas y caminé a pasos lentos -pero seguros- hasta el otro lado.
- ¿Marc, tienes algo? - le pregunte en cuando estuve fuera.
- ¿Algo? ¿Algo como qué? - vi que pasó su mochila.
- No sé, te veo medio serio y molesto ¿Estás bien? ¿Pasó algo?
- No, nada.
En pocos segundos, él también estaba del otro lado y se ponía de pie a un lado mío.
- ¿Seguro? - volví a preguntarle.
- Que sí, por favor, no insistas - respondió, pero sí lo veía molesto.
Tomó su mochila y la colgó a su hombro, caminó a paso rápido, casi dejándome atrás.
- ¡Oye! - le grité y lo alcancé.
Ambos caminamos hasta llegar casi a la entrada del Instituto. Mi amigo se detuvo apenas dobló la esquina que daba a la entrada del instituto.
- ¿Qué sucede? ¿Por qué te detienes? - le pregunté apenas llegué a él.
Toqué su hombro para llamar su atención, pero su vista estaba fija en un punto que yo no lograba ver.
- ¿Marc?
Él levantó su mano y con el dedo tembloroso, señaló enfrente.
Giré la vista hacia ese lugar, para encontrarme con otra imagen desgarradora.
Era una mujer, tendida en el suelo, con las manos sobre su estómago, si no fuera por el color carmesí que la rodeaba, podrían pensar que estaba dormida.
- No veas - Marc cubrió mis ojos con su mano.
- ¡Ah, quítala! - la retiré denuncia rápido movimiento - Tengo dieciocho años, no soy una niña.
- Solo te cuido, niña tonta - replicó. Le mostré la lengua.
Un oficial se acercó a nosotros.
- Por favor, váyanse, no pueden estar aquí.
Entonces, esa era la razón por la cual todos estaban tomando fotografías y vídeos.
- Vámonos, no debemos ver eso.
Pero había algo peculiar en la mujer.
Lucía de cierta forma, familiar, sentía que había visto su rostro antes, hasta que me di cuenta.
Se parecía a mí.
El mismo tono de cabello negro lacio y corto, la piel bronceada por las horas bajas el sol y podría decir, que hasta su suéter se parecía al que tenía en mi casa.
Dimos media vuelta, iríamos por otro camino.
No dije nada sobre lo que pensé, Marc creería que me estoy volviendo loca, lo cual no lo dudo, digo, después de ver a Charles.
- Nos vemos mañana - dijo Marc cuando llegamos al punto en que tomábamos caminos diferentes.
- Oye - lo detuve antes de que comenzara a avanzar - ¿Estás seguro de que estás bien?
Lo vi suspirar antes de darse media vuelta y mirarme a los ojos.
- ¿Por qué no me dijiste que estaban saliendo? Soy tu mejor amigo, pusiste decirme antes de que me enterara por otra persona - se quejó.
Lo miré incrédula, estupefacta, sorprendida.
¿De que estaba hablando?
- Marc ¿Qué dices? - le pregunte en voz baja, todavía sin comprender a que se refería.
- Eso ¿Por qué no me dijiste que tú y Charles son pareja?
- No, no, no, no - negué inmediatamente con la cabeza - Te confundes, él y yo somos pareja pero en el equipo de Artes - le expliqué.
Ah, ¿Por qué hacen rumores por algo tan insignificante?
- No, Ashly, Charles dijo que tú y él están saliendo, están en una relación, son pareja.
¡¿QUÉ?!
-... No es cierto - dije en voz baja, aún con sus palabras haciendo eco en mi mente.
- Eso fue lo que dijeron mis compañeros.
- Pero no es verdad - negué con la cabeza - Él y yo no estamos saliendo ¡Ni siquiera nos llevamos bien!
- Pues no parecía odiarte cuando lo confirmó.
- Marc, eso no es verdad - le dije.
- De todos modos, todo el Instituto lo sabe ahora - se encogió de hombros - Nos vemos mañana.
Y caminó hasta perderse de mi vista.
Ah, tenía que hablar con Charles.
Me importaba poco si era vampiro o no, debía de explicarme esto.
Continúe mi camino hasta casa.
Revise mi teléfono para checar la hora, eran las 5:22 PM.
Suspiré cansada, acomode la mochila en mi hombro y seguí caminando.
Todo un mes sin dirigirle la palabra a Charles, todo un mes sin contacto entre nosotros, no había motivos para que dijera tal mentira.
Saqué las llaves de casa y la introduje en el cerrojo, abrí la puerta y la cerré detrás de mí.
Papá no estaba en casa.
Dejé la mochila sobre el mueble, decidí preparar la comida para cuando mi padre llegara.
Comencé lavando los tomates para luego comenzar a cortarlos en rajas. Haría una ensalada.
- ¿Mi novia va a cocinar?
De nuevo, me asusté y por consecuencia, moví de más el cuchillo y terminé haciéndome un corte en el dedo.
¡Ah, mierda! ¿Cuando dejaría de aparecerse así?
- ¿Que quieres? - le pregunté mientras dejaba el cuchillo y me acercaba a lavarme el dedo.
Abrí el grifo y dejé que el agua fría cubriera mi herida.
No escuché su respuesta. No me molesté en darme la vuelta, quizás estaría ahí de pie, solo observando.
Desearía ser mas atenta a mi alrededor, ser más cuidadosa con quienes me rodean. Por que así, me daría cuenta de cuando puedo estar en peligro.
En un movimiento rápido, que apenas pude darme cuenta, Charles se había acercado a mí y me había dado la vuelta, para verlos de frente. Sus manos en mi garganta, apretando, cortando mi respiración.
Podía escuchar el agua correr por el desagüe, como el viento entraba en la casa, haciendo mover las cortinas, los latidos de mi corazón retumban-dome en los oídos.
Lo miré a los ojos, sin comprender que sucedía.
Estaban vacíos, sus ojos estaban vacíos. No mostraban ninguna expresión, pero transmitían desesperación y podía notar que estaba perdiendo el control de sus acciones.
Mi vista comenzó a nublarse. Lo siguiente que escuché, fue mi padre abriendo la puerta y entrando a casa, justo antes de desmayarme por la falta de oxígeno.
-karimodelarosa.
Por ahí coloqué lo que pensé hoy después de que casi me atropellaran, pero bueno, ya pasó, estoy bien, no me morí, sigo viva, la vida sigue.
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