•13•
•Reunión•
— Señor, tiene mal puesta la corbata.
Jimin se acercó a su jefe para ayudarlo a terminar de arreglarse, después de todo, el tan esperado día había llegado y a este último se le hacía difícil esconder su emoción. Estiro su cuello hacia arriba para brindarle al menor una mejor posición en la que pudiera cumplir con su labor. Estirando la prenda un poco, pasándola por arriba y de último hacia abajo, Yoongi lo había visto hacer lo mismo un montón de veces y seguía sin entender del todo cómo lograba hacerlo, por esa misma razón, no acostumbraba a llevar cortaba al trabajo, salvo cuando debía ir a juicio o a una ocasión especial que lo requiriera, como ahora.
— Estoy un poco nervioso. — confesó el de tez pálida.
— Ya está, mucho mejor — expresó el rubio una vez terminó de enderezar el corbatín, satisfecho con el resultado. — Va a estar bien, yo estaré ahí ¿recuerda?
— Ni se te ocurra dejarme solo.
Luego de haber alzado su cuello para que su secretario pudiera hacer mejor su tarea, se miró al espejo que estaba en el armario, ¿que clase de joven millonario tenía allí al frente?, aquel traje negro le hacía ver malditamente atractivo, en definitiva, NamJoon había elegido bien su atuendo. Por otro lado, Jimin no dejaba de sonreír al ver a su jefe tan a gusto con su apariencia.
El evento comenzaría a las 9 am, el invitado especial brindaría el almuerzo a todos los presentes y la cena, por lo que sería un día completo de celebración.
Había estado practicando mejor el idioma de Taiwán, lo más básico, al igual que con el chino y el japonés, pero sobre todo inglés. Cómo el buen secretario que aspiraba ser, debía dominar el lenguaje, Yoongi lo dominaba a la perfección, y Jimin agradecía no tener que hablar mucho, sintiéndose inseguro con la pronunciación.
— ¿Nos vamos? - expresó el pelinegro al verlo en su teléfono, estaba repasando una última clase de la aplicación que había descargado para practicar, de repente creía que ya no sabía nada, típico cuando estás apunto de ir a la práctica. Llegó una nueva notificación de mensajes en la pantalla de su celular y pudo ver que se trataba de Seokjin.
"¿Están listos?, Namjoon y yo estamos a punto de bajar al lobby".
Respondió el mensaje y guardo su teléfono en el bolsillo de su chaqueta — Listo, nos vamos.
El sitio estaba repleto, probablemente habían unas 200 personas con su ropa de gala platicando serenamente, no había niños, sólo jóvenes adultos y una y que otra persona mayor. Cada quien estaba con su propio grupo, iban y saludaban a los que pasaban, tomaban champaña en sus copas de vidrio, y una enorme mesa con toda variedad de bocadillos que se dió a relucir en todo el frente, eso había sido lo primero que Jimin se apuró en identificar, pero no quería que su emoción por la comida fuera demasiado evidente.
No pensó otra cosa más que preguntarle al secretario sí tenía permitido tomar algo de allí, pero apenas volteó a verlo ya no estaba, ni él, ni Namjoon y mucho menos Yoongi.
Buscó entre la multitud y sin haberlo previsto los 4 ya se habían dispersado entre la gente, no tardó mucho en ubicar a Yoongi, sonriendo aliviado de haberlo encontrado, pero Namjoon lo había llevado para presentarlo a sus socios por lo que no iría a interrumpir, no parecía que los asistentes de los otros estuviesen cerca tampoco, o al menos alguien de su misma clase con quien pudiera platicar.
Misma clase...
Para ser honestos, se sentía muy fuera de lugar, no conocía a nadie además de sus colegas del trabajo. Ni siquiera sabía en dónde debería estar parado, el espacio se le hacía cada vez más incómodo.
Yoongi parecía que podía estar bien sin él, es decir, lo vió sonreír más de una vez con esos hombres ¿estaría mal si regresaba solo a la habitación?
No, debe quedarse y apoyar a su jefe, es lo que un asistente hace, tal vez podría necesitar de él en cualquier momento, y en definitiva, no querría dejarlo cargando con todo el trabajo a él solo. Así que decidió irse a un rincón, no iba a permanecer ahí parado cerca de la entrada de la fiesta como un perdedor, se aseguró de estar en un sitio donde Yoongi pudiera ubicarlo fácilmente con la mirada si requería de su presencia.
El estómago se le retorcía avisando la falta de alimento, no había comido nada desde la mañana y es en ese entonces cuando acercarse a la mesa de bocadillos no parecía ser una mala idea. Una sensación de alivio se instauró en su organismo cuando reconoció a Seokjin comiendo un trozo de pastel de helado.
— Estuve buscándote por todos lados — dijo en voz baja.
— ¿Por qué? Apenas vi la mesa llena de estas bellezas vine corriendo hacia acá. — Aseguró, pensar que no quería verse tan descarado, Seokjin no lo había pensado dos veces en ir y probar algo.
El menor no quería ser una molestia e interrumpir la merienda del castaño, pero tenia miedo, no estaba acostumbrado a estar en ese tipo de ambiente. No estaban en Corea y temía que alguien llegará a hablarle en inglés.
— ¿Qué sucede?, te ves tenso - preguntó, terminando con su aperitivo mientras elegía qué otro postre probar de la mesa.
— Yo...No sé que hacer
— ¿ A que te refieres? - fruncio el ceño.
— Seokjin ¿Qué hago aquí?
Al verlo suspirar pesadamente pareció comprender su mensaje, Jimin se asemejaba a un gatito temeroso del entorno, sin saber qué hacer o a dónde ir, no estaba acostumbrado.
— N-No sé qué hacer o qué decir.
— Jimin, calma, no es para tanto. — Intentó tranquilizarlo, extendiéndole uno de los dos cupcakes de limón y merengue que había tomado.
— Es que... No lo sé, tal vez, me equivoqué al venir. — Dijo aceptando el gesto y comenzando a comerlo con mirada tristona. — Gracias.
— Debes superar tu miedo Jimin, aprovecha este momento y destácate. — Dijo mientras comía el suyo también. — Tómalo como una nueva experiencia que te será útil algún día— propuso, en busca de darle consuelo.
Estar lejos de casa nunca sería algo fácil de manejar para ninguno, al menos hasta la primera vez, todo era nuevo, además del dialecto, la actitud de la gente, sus costumbres, y el no poder manejar el idioma como uno querria lo hacía más difícil.
— Sólo piénsalo, ¿está es la primera vez que Min asiste a un evento de este tipo no?, odio reconocerlo, pero incluso él está haciendo lo mejor que puede. — Apuntó al pelinegro.
Seokjin tenía razón con lo que decía, el mismo le había dicho antes de llegar que incluso él sentía nervios, pero ahora, se mostraba firme a sus convicciones de querer ser el mejor, su jefe debía ser un ejemplo para lo que quería lograr.
Debía aprender a darse oportunidad para desarrollarse, ¿qué era lo peor que podría pasar? ¿cuál seria el peor error que podría cometer?
Bueno, ese era realmente el problema, los errores, Jimin odiaba cometerlos y hacia todo lo posible para evitarlos, hasta el punto de tirar la toalla e irse si creía que podía arruinarlo.Es por eso que era muy precavido, preferia darse un tiempo y prepararse adecuadamente hasta que se sintiera satisfecho o al menos conforme con el resultado para así poder enfrentar cualquier cosa que se le presentara con sumo conocimiento para disminuir el margen del mismo. Y eso incluía todo lo que hiciera.
Quería saberlo todo, quería hacerlo todo bien.
Pero el idioma lo estaba venciendo esta vez, sabía algunas palabras; frases comunes, aprendió mucho en muy poco tiempo, con todo y el trabajo que tenia hizo cursos por internet y escuchaba audios antes de dormir; él sabía, lo sabe. Pero no se sentía seguro con respecto a su acento y temia olvidar estando a mitad de la conversación.
Habia decidido mantener el silencio hasta que un joven alto de cabello oscuro y dientes perfectos se acercó a él con la intención de hablarle, tirando a la basura su plan de volverse invisible.
Seokjin y Jimin se miraron el uno al otro, ambos se habían alejado en un descuido de buscar más aperitivos, lo que causó que Jimin aparentara haberse quedado solo. Ante eso, el primero en lugar de intervenir, eligió tomar distancia de ambos y caminar otra dirección con disimulo, era obvio que aquel sujeto buscaba hablar a solas con el rubio, aún si le rogaba con la mirada, con una sonrisa malévola y un pulgar hacia arriba, abandonó el lugar para que aprovechara aquella oportunidad de socializar con alguien.
— Hi! - saludó el azabache, y Jimin se mantuvo estático.
— Hi...
— This party is very bad, don't think the same? - señaló
El mismo volteó a verlo con una sonrisa, mientras que él le dedicó el mismo gesto esta vez un poco más forzado, rememorando en sí, eso parecía haber sido una pregunta pero no entendió específicamente lo que dijo. Pero para su suerte, uno de los tips que había leído era de que si no sabias de lo que hablaban, dependiendo de la situación podías: 1. Responder con un: Sí 2. Responder con un: No 3. Marcharte.
No parecia estar preguntandole algo malo.
— Yes — se atrevió a responder.
— So... Are you here with someone? - dijo y Jimin comenzaba a estresarse, aquel hombre no parecía tener la intención de irse. Pero tampoco quería rendirse a poner sus conocimientos en práctica.
— Yes
— Who?
— Mmm...Yes? - respondió más inseguro y el contrario río bajo, pudo notar que el lindo chico frente a él no entendía del todo lo que trataba de decir desde un inicio, sólo lo estaba poniendo a prueba por la primera respuesta. Así que sería más directo esta vez, seguramente de esa manera lograrían comunicarse mejor.
— What's your name? - preguntó amablemente, name? ¡nombre! ¡le estaba preguntado su nombre!
— Jimin, Park Jimin - reaccionó rápido, un poco más seguró y extendiendo su mano firmemente, ¡no se dejaría vencer! Podria manejarlo, en parte estaba sorprendido de que había llegado hasta este punto cuando hace unos momentos tenia la intención de optar por el tercero de los tips, pero no buscaba ser descortés y dejar al otro hablando solo.
— Jimin — repitió el otro, como método para poder recordarlo — cute name, I'm Park Chanyeol - se presentó con un apretón de manos, mostrándose amistoso junto con su tono de voz suave y corta sonrisa.
Chanyeol... ese a de ser su nombre entonces, ¿dónde lo había escuchado antes?
— So Jimin... I think that you're a pretty guy, where are you from? — el rubio se quedó en blanco, ¿que había dicho? No entendió la primera parte, y no se sentía muy seguro de lo último, a parte de que la música de fondo no le ayudaba.
— Can you repeat please? - preguntó con dificultad, por Dios, esperaba no verse como un tonto. Maldijo entre sus adentros de que el inglés sea considerado un dioma universal ¿por qué no mejor todos hablaban un mismo idioma y ya? De preferencia el coreano que es el que mejor sabe, lógicamente.
Pero no, está claro que la industria de telecomunicaciones y editoriales internacionales no se beneficiarían con eso, estúpido y retorcido mundo, sólo se benefician de tontos como él que tiene que pagar e invertir su tiempo en esos cursos, también para que las corporaciones paguen adicionalmente por sus traducciones, todo era un negocio sucio para ellos, porque en ese caso, ¿no sería mejor que todos pagasen con una misma moneda, por ejemplo? pero por supuesto que no les conviene que todo tenga un mismo valor, pero en fin, no es momento de tener otra de sus crisis existenciales sobre el curso de la humanidad.
Aunque no tardó en maldecir el capitalismo una última vez.
— ¿Where are you from? - Dios, ese sujeto merecía un premio por ser tan paciente con él, Jimin pudo tomar el hilo de la conversación de nuevo, aquella pregunta estaba en una de sus primeras clases, podía responder a eso fácilmente.
— South Korea - mencionó y antes de que pudiera preguntar de vuelta con un ¿and you? el chico soltó una corta carcajada que lo hizo sentir incómodo ¿de qué se estaba riendo? ¿Pronunció mal a caso?
— Vaya, hubiera empezado por ahí - habló, y este último se sorprendió al escucharlo.
— ¿Sabes coreano?
— No es el mejor, pero es entendible.
— ¿De qué está hablando? Yo pienso que es muy bueno. Podría jurar que es nativo, de Seúl específicamente — dijo en un tono serio, y el otro sonrió por el halago.
— Basta, en realidad nací en China, pero digamos que tengo unos asuntos en Corea que me obligaron a aprenderlo — explicó y Jimin quedó asombrado y a la vez, agradecido con Dios de que el chico hablara su misma lengua, le había ahorrado mucho sufrimiento.
Ya no sé sentía solo, podría llegar a una plática casual con un chico normal.
— ¿A qué se refiere con "unos asuntos"?
— El puesto en el que te trabajo me obliga a aprender sobre múltiples idiomas y culturas para no tener que limitarme a la hora de escoger un cliente potencial.
— Wow, eso es increíble, quiere decir que se ha estado esforzando mucho.
— Algo así... Dime, ¿vienes solo...o...?- insinuó y Jimin pudo entender a lo que se estaba refiriendo, o eso creía al menos, asi que entre la multitud sólo pudo detectar a Seokjin, señalándole.
— Con el hombre de cabello castaño que está comiendo un pastel — dijo girando su vista hacia él, apuntándole con la cabeza, Seokjin pudo percatarse de que lo estaban observando a medio comer, lo saludo desde donde estaba y un sentimiento de curiosidad lo invadió al ver al lindo chico que estaba junto al rubio ¿lo conocía? el mismo le devolvió el gesto de saludo.
— Ya veo, ¿es tu amigo? — preguntó al verlo.
— Más o menos, trabajamos en la misma compañía ¿Usted viene solo? - preguntó de vuelta, planeaba alargar la plática... La había pasado solo a mitad de la celebración y por fin había encontrado a alguien con quién hablar, o bueno, Chanyeol lo había encontrado.
Luego de un rato, platicaron de cosas triviales, asuntos importantes y sobre los invitados de la fiesta con Chanyeol llamándolos a cada uno de ellos por apodos graciosos que hicieron reir al menor en más de una ocasión, alcanzando a aligerarse el ambiente, parecía alguien simpático a la vista de Jimin, agradable y no negaría el hecho de que también era muy lindo, que bueno que había corrido el riesgo de no abandonar la charla al principio. Logró conocer a un sujeto increíble.
Descubrió que Chanyeol tampoco venía solo, había llegado con unos compañeros de trabajo, pero así como le sucedió a Jimin se separaron uno de los otros, al pelinegro, las celebraciones de este tipo le parecían aburridas, la mayoría sabía cual era la intención de hacerlas y que debían aprovecharlas, pero él no estaba interesado en hacer contratos con ninguno, sólo había asistido por cortesía hacia el anfitrión que era amigo suyo y de su padre.
Aunque gracias al cielo que era cortes, su acto había tenido su recompensa y era que el universo le había puesto a aquel hermoso rubio de ojos almendrados y bella sonrisa en ese lugar, en ese preciso instante cuando tenía intenciones de abandonar el lugar. No lo pasaría por alto, había visto a muchos hombres mirarlo detenidamente a su alrededor, miradas de deseo por doquier, pero el pequeño parecía no darse cuenta de eso, y como ninguno se atrevió a acercársele primero, sería la excepción, como muchas veces la había sido, logrando así robárse el puesto que la mayoría añoraba.
La cara de decepción de los demás cuando se acercó la guardaría en algún lugar de su memoria para cuando quisiera divertirse, podría recordar sus caras y se reiría un buen rato, eran épicas.
El joven era hermoso en todo los sentidos, no le tomó mucho tiempo darse cuenta de eso, no era sólo por su físico, sus gestos, la forma en la que sonreía a cada broma que él hacía y como respondía de vuelta con cierto grado de timidez lo hacían verse tierno y de lo más atractivo.
Nunca se había sentido tan a gusto con alguien, incluso antes de saber quién era (y que estaba seguro de que no era del todo consciente), se dispuso a conocerlo, esa pequeña noche bastó para que supiera lo que muchos a su alrededor no se molestarían en saber, su banda favorita, su postre favorito, y cuál de los de la mesa le gustaba más, de dónde venían su aficiones, aquello que le gustaba, nada de lo que significaba vivir como un hombre rico o de negocios, el interés por saber aquello era mínimo, quería conocerlo verdaderamente, como a cualquier otro ser humano y eso conmovió al magnate.
— Has animado mi noche, ¿quieres ir a otro lado?, el olor a cigarro de esos sujetos me molesta — señaló, y era verdad, unos ancianos se habían instalado delante de ellos para fumar, el olor del humo que impregnaba en sus narices era muy pero muy molesto. Jimin iba a responder que sí de inmediato, pero recordó que venía con Yoongi, se había olvidado de su colega por completo mientras que estaban en su pequeña burbuja.
— Me gustaria pero, no puedo alejarme mucho — mencionó, evidentemente decepcionado de su propia respuesta, pero el otro no iba a rendirse tan fácilmente.
— Puede ser en el mismo hotel - sugirió.
— ¿En el hotel?
— Sí, no me dio tiempo de inspeccionarlo con detalle, pero sé que hay muchos lugares por conocer ¿qué tal si lo recorremos juntos mientras hablamos?
En realidad, Chanyeol conocía el lugar a la perfección. Las instalaciones, la sala de reuniones del personal, incluso en donde se activaba el botón de incendios y el hermoso jardín que tenia incluido. El rubio se mantuvo pensativo ante la propuesta, parecia ser una buena idea.
— Bueno, hay sitios del hotel que no conozco - divagó.
— Entonces vamos a descubrirlos juntos — propuso — ¿gustas?
El rubio asintió alegremente, emocionado, dispuesto a seguir con la aventura, siguió al más alto ya acostumbrado a ir siempre detrás de su superior, pero el mismo se detuvo para hacer que quedara a su lado, caminando juntos cerca del otro hacia la salida.
Yoongi estaría bien.
Probablemente habían pasado unas 3 o 4 horas desde que YoonGi perdió de vista al secretario en la reunión. Habiendo terminado sus conversaciones con los demás hombres empresarios, se dedicó a caminar a su alrededor en busca de encontrar indicio del rubio, pero en lugar de eso, se encentro con la silueta de un hombre de cabellos castaños y hombros anchos a unos metros frente a él.
— Discúlpeme.
Pasó entre las personas con apuro hasta llegar a él y poder tocar su espalda con intención de llamar su atención, interrumpiendo su plática con el jefe de la compañía, por lo que una vez atento a la presencia del pelinegro, innegablemente lo vió con mala cara, no era común que Yoongi quisiera hablarle por su propia cuenta así de la nada.
— ¿Qué pasa?
— Seokjin, ¿sabes en dónde está Jimin? — se estaba haciendo muy tarde y no había rastro del menor por ninguna parte. — No responde su celular.
— La ultima vez que lo vi, estaba platicando con un chico.
— ¿Y cómo era? ¿lo conocía?
— No lo creo, era alto, delgado, cabello oscuro, y muy bien parecido, para cuando me di cuenta no estaba ninguno. — aseguró.
Yoongi frunció su ceño a causa de esa descripción y el tono tan sereno con el que el secretario describía a aquel extraño, para cualquiera eso sonaría muy sospechoso ¿acaso no se daba cuenta?
— ¿Por dónde se fueron? ¿Sabes sí salieron del edificio?
— No lo sé, supongo que ya no están aquí, pero el sujeto no es alguien a quien debas temer Yoongi, créeme, Jimin estará-
— Las apariencias engañan, Seokjin —dijo serio y el mencionado calló abruptamente, en su intento de tranquilarlo. — Jimin no se iría sin avisarme — expresó a lo último, claramente molesto, sin ganas de escuchar nada más. Era obvio que Seokjin no tenía ni idea.
Jin dirigió su mirada al peligris frente a él que también lo miraba furioso.
El castaño se sentía agradecido de que las miradas no mataran, porque de lo contrario, aquella que le dedicaba Kim Namjoon habría acabado con su vida un montón de veces.
— ¿Dije algo malo? — cuestionó.
— No, excepto que era bien parecido. - El castaño rodó sus ojos ante la mención.
— Disculpa por no ser ciego — bufó y agarró una copa de las de champaña que el empleado cargaba en su bandeja, tomando así un sorbo de la misma.
Seokjin había leído la lista de invitados, y nunca olvidaría el rostro de Park Chanyeol ni aunque lo intentara, 23 años de edad, natal de China, CEO de la compañía Park, una corporación bastante grande, estando entre las 3 primeras marcas más importantes del país por sus avances tecnológicos, pero lo innovador era que su empresa no sólo se enfocaban en eso, sino también que era una marca de ropa, y tenía gran participación en la industria cinematográfica, musical, diseños de autos, estas últimas incluidas en este tiempo por él mismo.
Era un icono en su país y en Corea del Sur principalmente, siendo tan joven y atractivo, llamaba mucho la atención de los internautas, era suficiente con que pisara un lugar y para comenzar a ser perseguido.
Su presencia no era de extrañar en eventos de este tipo, aunque solían serle una pérdida de tiempo total ya que no cualquiera lograban ganarse una asociación con su tan reconocida marca, el tipo era difícil a la hora de escoger con quienes asociarse, por ser tan discreto y perspicaz al momento de hacer negocios.
Jimin no era el jefe de una empresa ni nada por el estilo, obviamente no iría hacía él con la intención de asociarse con su compañía. En su cabeza no era necesario hacer infinidades de cálculos para saber lo que Park Chanyeol quería obtener del secretario.
No esperaría que YoonGi fuera del tipo de persona que pierde la razón estando molesto, de lo contrario, estaría a punto de perder su única chance de conseguir un increíble trato para la empresa.
— Reconozco esa mirada, ¿qué planeas? — cuestionó Namjoon al leer la expresión del castaño que en lo personal, le generaba cierto temor.
— No será necesario que lo mencione, lo verás por ti mismo dentro de poco.
Las oportunidades eran fugaces, y Seokjin lo sabía, es por eso que no dejaría pasar ninguna de ellas.
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