•04•




Compañero•

Luego de haber escuchado el testimonio del acusado, el abogado defensor había atacado con una "supuesta evidencia", la cual intuía, tendría como última opción para salvar a su cliente de cumplir con su condena, todo iba de acuerdo a su plan, sólo estaba a la espera de su turno para poder actuar. Luego de unos minutos, el juez le otorgó la palabra.

— Claramente, mi cliente niega las acusaciones del señor Jong hacia su persona, señoría, no existen pruebas suficientes para evidenciar, que la ciudadana Kim Sun, aquí presente con nosotros, haya cometido adulterio, y que además de ello, se reuniera con su amante para diseñar un plan con el fin de perjudicar la reputación de su marido, sin embargo, la violencia doméstica que vivía a diario en su hogar - dijo mientras se acercaba al estrado y le extendía un documento al juez para que lo verificara por sí mismo. - Es, su señoría, evidente - dijo por último, mientras el Juez recibía y analizaba detalladamente el papel.
— ¿Qué es eso? — cuestionó el abogado defensor. Pero Min siguió dirigiéndose al juez.
— És un registro de llamadas a la fiscalia, donde los vecinos de la pareja se quejaban por el escándalo que provenía de su residen-
Intervino — Señoría, si me permite eso no es. ... -

Ninguno pudo terminar su oración hasta que el mismo golpeó su mazo, y llamó la atención en la sala.

— Abogado Soo, le recuerdo que su tiempo de hablar culminó hace poco — contrapuso, sin despegar sus ojos del documento — continue señor Min.
— Prosiguiendo con lo anterior, dicho documento tiene por escrito, además de la fecha y dirección de su procedencia, traen consigo testimonios sobre el abuso verbal y físico que recibía la señora Kim por parte del señor Jong según presenciaron los residentes de la localidad.
— Debo decir, que esto es sorprendente Sr. Min. Pero no puedo validarlo cuando los informes de la policía local describen que al llegar a la residencia de los Jong no había signos de agresión de ninguna de las partes.

Dicho aquello, Yoongi pudo observar cómo el otro abogado se aguantaba una carcajada. Pero no se detuvo.

— Solicito llevar al señor Jong al estrado, señoría.
— Solicitud aprobaba.

Para Jimin, ver como su jefe no se inmutaba ante el juzgado era algo gratificante. Se sentia como un padre orgulloso, si los padres de Yoongi lo vieran ahora, estarían agradecidos del hombre en que su hijo se había convertido. No dudaba de sus capacidades, y aunque todo pareciera írsele en contra, siempre lograba solventar la situación y llevar todas las cartas a su favor, era como un juego, que desde un principio, lo determinaría ganador.

Sólo era cuestión de tiempo para hacer su jugada.

— Señor Jong — nombró apenas pudo tenerlo frente a él, mirando a los ojos a aquel hombre corpulento, de cara larga y desgastada, probablemente como consecuencia de tanto fumar, se suponía que tenia 39 años, pero cualquiera podría confundirlo con alguien de 50 y tal vez un poco más debido a su aspecto. — Sólo tengo una pregunta para usted.

— ¿Una única pregunta, estás seguro? — dijo en un intento de instigarlo. Pero el de cabellos oscuros no se permitió perder la compostura.
— Completamente seguro. Es por eso que, rememorando, cuando la policía llegó a su casa, usted les relata que se encontraban en su hora de cenar ¿me equivoco?
— En lo absoluto.
— Bien, ¿puede decirme qué iban a cenar?
— Irrelevante su señoría — intervino de nuevo el abogado. Pero el fiscal hizo caso omiso a sus quejas haciendo sonar nuevamente su mazo.
— Por favor responda a la pregunta señor Jong.
— De hecho, no tengo problema en hacerlo, estábamos a punto de cenar sopa de almejas, es mi favorita, lo recuerdo perfectamente. — Replicó con toda seguridad, levantando su pecho y cruzando sus piernas.
— ¿Sopa de almejas?
— Es correcto.
— Recuerde que no puede mentir al estrado señor, hizo un juramento. Le pido que se concentre. — Intervino el juez, y el otro frunció su entrecejo.
— Pero no estoy mintiendo. De todas formas, ¿qué tiene que mi cena con el caso?
— Tiene mucho que ver — aseguró — ya que en su testimonio, describe que ustedes iban a comer Japchae esa noche.

La sonrisa de aquel hombre se borró instantáneamente.

— Objeción, ¡está confundiendo a mi cliente!
— ¿Cómo podría estar confundiéndolo? — replicó, pero el abogado defensor continuaba de pie, apretando sus puños, pero Min lo ignoró olímpicamente y continuó interrogándolo   — entonces, señor Jong, ¿asegura usted que cenó sopa de almejas la noche del viernes a las 19:00 horas con su esposa?

La tensión se sentía en el ambiente, todas las miradas dirigidas al hombre que comenzaba a sudar y desviaba su mirada de la de Yoongi hacía su abogado, quien le hizo una leve señal de negarlo.

— J-japchae — fue lo único que pudo articular. — Era un error, es que todo esto me confunde — dijo observando al juez, mostrándose nervioso y mirando a su alrededor, pero éste mantenía su expresión neutra en el lugar.

— Es una pena — masculló el pelinegro con pesar, para levantar su vista al magistrado — Su señoría, estos son los testimonios del personal del hospital — dijo mientras le extendía un documento celeste que su secretario había estado guardando consigo, y la que presumía, sería la última evidencia que le sería útil en este caso — junto a ella, podrá observar con claridad las fotos que fueron tomadas por el personal sanitario donde se muestran una serie de quemaduras de segundo grado en sus miembros inferiores con las que llegó esa noche, según las cámaras de seguridad de la entrada del hospital, se puede apreciar como fue traída por la misma patrulla que aseguraba haberla visto en "perfecto estado", puede verificarlo comparando el número de placa de la misma en las capturas que se tomaron de la grabación y el informe policial. Médicos, enfermeras, incluso el conserje aseguran haber presenciado la escena de cómo el señor Jong continuaba arremetiendo contra ella incluso estando lastimada, y están dispuestos a dar su declaración.

Luego de unos minutos de silencio en la sala, siendo el único sonido presente la hojeada que le daba el juez al material entregado por Min, terminó de leer y cerró la carpeta. No necesitaba revisar nada más.

— ¿Tiene algo mas que decir, señor Soo?
— N-no su señoría. — Dijo al volver a su lugar cabizbajo.
— Eso pensé, se levanta la sesión - anunció.

Todos en la corte quedaron de pie. Yoongi no mostraba expresión alguna, mientras que el señor Jong estaba que se comia los dedos por los nervios

—  Por el poder que me concede la ley declaro al ciudadano Jong Li Woo, culpable.

Sonó el mazo a la vez que se le otorgaba la victoria, escuchando como fondo las condiciones tomadas por el mismo juez y el tiempo que cumpliría de condena aquel hombre.

Diversas emociones habían invadido el lugar, unos alegres, otros no tanto, el mayor llenaba sus aires de victoria junto a un suspiro de alivio. La señora Kim estaba soltando unas cuantas lágrimas , y Yoongi no tardo en ir a consolarla mientras estrechaba su mano, ella había sufrido por mucho tiempo, año tras año de haberse aguantado a su esposo y a sus humillaciones , hasta que un día se llenó de valor y pudo levantar los cargos en su contra, después de que se le negara su derecho a divorciarse (ya que eso implicaba repartirse los bienes, era de esperarse que a él no le agradaba la idea para nada).

— Muchas gracias joven Min.
— Sólo hice mi trabajo...- replicó con una sonrisa agradable, mientras Jimin los observaba desde su asiento de al lado.

Una vez más. Yoongi había demostrado ser el mejor compañero que podría tener.


























— Hoy fue un día excelente, ¿qué opinas de ir a cenar esta noche?, yo invito. — Propuso el rubio mientras caminaban hasta el auto del mayor; éste a su vez, asintió con una pequeña sonrisa en el rostro. — Pareces estar muy feliz con el resultado de hoy.

— Lo estoy, y mucho, creo que me es imposible poder disimularlo.

— El señor Jong podrá reflexionar sobre sus acciones en la cárcel. — Sugirió. — Tal como lo predijiste, olvidó la comida que testificó. Eso demuestra que las mentiras no son tan fáciles de mantener como los criminales creen. Es un alivio.
— ¿Un alivio? — repitió — ¿Te preocupaba que perdiera el caso? — estando en marcha detuvo su andar para encararlo, y Jimin lo observó confundido.
— ¿Qué? No, Yo nunca dudaría de usted.

Su mirada iluminaba y el mencionado tuvo una extraña sensación en su pecho.

— Es decir... — retomó sosteniendo la parte posterior de su cuello, avergonzado de sus propias palabras. —Es un excelente abogado, jamás cuestionaría sus capacidades al estrado, es sólo, que tal vez si hubiera sido yo, probablemente me hubiera congelado – rió. — Me habría paralizado al instante — recalcó, esperando una reacción amistosa parecida a la suya, contrario a lo que esperaba, Min se detuvo a considerar detenidamente sus palabras.
— No lo sé — vaciló — En mi caso, pienso que serias un buen abogado.
— ¿Yo? ¿abogado? debe estar bromeando.
— De hecho no lo hago. — Expresó con serenidad y el otro no supo cómo reaccionar. — La primera vez siempre es la más difícil. Pero una vez que logres acostumbrarte, lo demás se dará por sí solo.

Jimin suavizó su expresión. No lo creía así, por lo menos no del todo, pero en el fondo de su corazón, conocer la confianza que su jefe le tenia lo hacía muy feliz. Por lo qué no pudo evitar sonreír con ligereza, aunque el azabache no entendía del todo el porqué de su reacción.

— Gracias.
— ¿Por qué?
— Por creer en mi, eso me hace feliz.

Min asintió con una sonrisa de par en par para después ambos continuar con su recorrido.

Hacer sonreír al rubio siempre lo hacía sentir bien, cada vez se sentía más agradecido de tenerlo como su mano derecha.

Tenía claro de que Jimin era el compañero ideal.

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