capitulo 6

"- Maldito imbécil que se vaya a la mierda. 'Quería ser amable', baboso", dijo Tahuantinsuyo caminando con su maleta.

"-Pasé toda la mañana en la calle y en verdad estoy muy cansada, no sé a dónde ir", suspiró. "¿Y si llamo a la señorita Francia?

Tal vez podría cambiar su destino de dónde quedarse con la señorita Francia, pero tiene familia. ¿Qué iba a hacer con ella?

"-Pero es muy conchudo de mi parte e incómodo, pero en verdad no sé dónde quedarme."

Hiba caminando por ahí y preguntaba a las personas de los restaurantes si podría ayudar en la cocina o limpiando, pero la respuesta era negativa.

Llegó la tarde y el dueño de uno de los restaurantes le dejó como trabajo ser mesera y si se quería quedar a dormir, podía limpiar la cocina y quedarse a dormir en el almacén. Le darían comida y le pagarían.

"-Bueno, entonces solo tienes que ponerte el uniforme. No lo ensucies tanto, ¿ok?", dijo el dueño muy amablemente. "En verdad me ayudarás mucho el día de hoy, ya que es el aniversario del restaurante."

"-Sí, señor. No lo defraudaré. Le prometo que todo estará en orden", sonrió.

"-Muy bien, ahora te dejo a que hagas tu trabajo", se retiró el dueño.

Tahuantinsuyo trabajó duro hasta la noche donde tuvo que recibir a muchos clientes. Todo estaba tan lindo y decorado por el aniversario del restaurante que hasta ella misma se olvidó de sus problemas.

"-¡Qué hermoso es todo!", sonrió Tahuantinsuyo.

"-Buenas noches, una mesa para 6, por favor", dijo alguien a las espaldas de Tahuantinsuyo.

"-Por supuesto, señorita", Tahuantinsuyo sonrió más cuando se dio cuenta de que la mujer era Francia. "Señorita Francia."

"-Oh, Tahuantinsuyo, ¿qué haces aquí? ¡Qué sorpresa verte de nuevo!", dijo Francia. "MUA MUA", besó sus mejillas.

"-Bueno, es mi trabajo. Por ahora es solo por hoy."

"-¿Solo por hoy?"

-"Sí, señorita", bajó un poco la cabeza avergonzada. "Y ¿con vino, señorita Francia?"

"-Oh, sí. Vine con mis bebés y mi esposo. Están en la entrada, mi esposo se encontró con el dueño y está conversando con él."

"-Bueno, señorita, la llevaré a la mesa", caminó.

"-¿Y qué tal todo con tu familia?", preguntó Francia.

"-Bueno, ya no soy bienvenida con mi mamá. Hasta conseguí un buen trabajo, me echaron de casa", habló en un tono bajo y triste.

"-Pero ¿y dónde te quedarás a dormir?", dijo Francia preocupada.

"-Y aquí está su mesa", sonrió.

"-No me respondiste", dijo Francia un poco fastidiada.

"-El dueño me dejó dormir en la cocina", se sonrojó de la vergüenza.

Francia abrió los ojos sorprendida. A pesar de haberla conocido una noche, se sintió muy bien con ella, pero en verdad llegó tan bajo como para pedir permiso para dormir en una cocina.

"-Dios mío, mujer", Francia se sentó. "Hablaremos luego, está bien. Por ahora, sigue trabajando."

"-Sí, señorita Francia."

En verdad le puso muy triste la reacción de la señorita Francia; se veía molesta.

Tahuantinsuyo vio la familia de ella señorita Francia era hermosa, estaba el señor UK y los 4 pequeños traviesos: el mayor Estados Unidos, el segundo hijo Canadá, el tercero Australia y el último Nueva Zelanda. Le gustó mucho atenderlos y disfrutaron de la comida. Muy dentro de ella, quería tener una familia así.

Las horas pasaban y los clientes se iban. La familia de Francia se fue, creo que al menos la señorita Francia ya no está preocupada. Por ahora, tengo que alistar todo para limpiar el restaurante.

"-Tahuantinsuyo, ya vamos a cerrar. Ahora sí podrás trabajar tranquila, recuerda tenemos cámara de seguridad, así que no te preocupes. Hay un botón de emergencia por si se mete alguien desconocido", dijo el dueño muy contento.

"-Bien, señor. Muchas gracias, adiós", se despidió del dueño y empezó su trabajo de limpiar todo el restaurante.

No tuvo muchos problemas en eso, intentó hacerlo lo más rápido posible. Estaba muy cansada. Terminó de limpiar el salón y el baño. Ahora lo más difícil, la cocina.

"-Dios mío, me demoraré mucho en esto", se estiró un poco. Tocaron la puerta trasera. "¿Eh? Pero ¿quién será a estas horas de la noche?"

Se acercó a la puerta y la abrió.

"-¡Hola!", la señorita Francia estaba parada en la puerta.

"-¿Qué hace aquí a estas horas?", se sorprendió al verla parada en la puerta como si nada.

"-¿Qué tiene de malo? Nunca has visitado a tus amigos en sus trabajos", Francia entró.

-"Sí, pero aquí hay cámaras de seguridad. Pueden malinterpretar", dijo asustada Tahuantinsuyo.

"-¿Malinterpretar qué? No te preocupes, el dueño es amigo de mi familia"-, habló despreocupada, sentándose encima de una mesa.

"-Está bien, pero ¿qué hace aquí?"

"-Así estoy enojada contigo"-, se cruzó de brazos.

"-Pero ¿por qué? No hice nada malo"-, se puso en el lavadero y empezó a lavar.

"-Porque tú no tienes que trabajar aquí. ¿No has visto tu currículum? Es perfecto, incluso podrías llegar a más-", dijo con mucha molestia.

"-Todo era perfecto, pero yo misma me lo busqué. Manché mi nombre."

"-Yo te puedo ayudar."

"-¿Caridad?"-, terminó de lavar los platos y empezó a limpiar las mesas con un trapo.

"No es así, es algo de amigas, ¿ok?-", sonrió. "Solo te quiero ayudar."

"-No entiendo muy bien por qué me quiere ayudar. Me parece demasiado extraño",-dijo de forma dudosa

"- Ok, te contaré la situación. El esposo de mi urrs necesita ayuda", dice avergonzada.

- ¿Bien? ¿Entonces qué hago?

- Me gustas mucho. Eres hermosa. Si te arreglamos un poco más, también me agrada tu actitud. Sobre todo tu currículum. Investigué más sobre ti y entendí muchas cosas. Serías una muy buena asistente - dijo Francia emocionada.

- Pero, ¿no te importa lo que investigaste? O sea, no es una muy buena imagen, digamos - dijo preocupada.

- Tú solo serás la segunda, eres muy inteligente. Quiero que me ayudes porque mi esposo es aliado de urrs. Con el tiempo todo se irá en picada y no me conviene. Tengo una familia y tú también. El trabajo tiene muchos beneficios, pero es cansado. Estoy segura de que valdrá la pena - le agarra las manos -. En serio, por favor.

- Está bien, te ayudaré - dice un poco insegura de su respuesta.

- Ya vi tu cara, no te estoy engañando. En serio, tú puedes tener ese puesto - se acerca más a su cara -. Confío en ti.

- Ay, ya deja de hacer esas cosas, me pone incómoda - se aleja de ella.

- Jaja, bueno, entonces ¿sí vas a ir, verdad?

- Sí, voy a ir. Necesito dinero.

- Bueno, entonces vas el viernes, o sea, en dos días. Ok, tienes que ir muy bien vestida y sobre todo puntual - se acerca a Tahuantinsuyo para darle un beso en la mejilla -. Adiós, nos vemos en dos días - le guiña el ojo de forma coqueta y se va.

- ¿Sí, está bien? - Tahuantinsuyo se sintió aún más incómoda -. Creo que le gusta incomodar a la gente.

Tahuantinsuyo se volvió a quedar sola y aún más pensativa en la espesura de la noche. Se quedó pensando si podía volver a casa, en cómo estaría Perú y también dónde se quedaría mañana y dónde se podría arreglar.

En fin, un día largo y una posible oportunidad de poder estar mucho mejor, pero por ahora tendrá que terminar de limpiar la cocina.

Perdón por lo de ayer se me borró todo el capítulo

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