ten | sluchies are cold


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❪🎙️❫



—TENGO UN PLAN —LA VOZ DE SANTANA resonó en los oídos de Alessia a la par que el estruendo que produjo la puerta de su casillero siendo cerrada de golpe se escuchó.

—¿Estás loca? Casi me dejas sin mano —se quejó Alessia volviendo a abrir su casillero.

   Santana blanqueó la mirada y se dió la vuelta, deteniéndose al otro lado de Alessia.

—¿Me estás escuchando?

—Sí, solo dijiste Tengo un plan —Alessia repitió sus palabras con el mismo tono de voz malicioso que Santana había usado.

—¿Estás dentro?

—Depende de en que consista el plan. No te ofendas, pero eres capaz de llevarnos a la cárcel —soltó una pequeña risa mientras revisaba sus libros.

—No necesitarás ninguno de estos —Santana le quitó los libros lanzándolos al interior del casillero y volvió a cerrar de este—. ¿Confías en mí?

   Alessia la observó unos segundos, parpadeando detenidamente, como si estuviera procesando aquello.

—¿Debo responder a eso?

—Como sea. Tengo la ropa ideal para ti. Creo que te quedará bien, a pesar de que mi cuerpo es mucho mejor que el tuyo, pero ya veremos como hacer que resaltes.

—¿Debería ofenderme?



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   NI SIQUIERA HABÍA ACEPTADO SER PARTE del plan de Santana, pero ahí se encontraba, siguiéndola por los pasillos de la escuela del equipo de coro con quienes constantemente tenían altercados, Dalton Academy. Alessia vestía un traje de dos piezas negro que Santana le obligó a usar casi contra su voluntad.

   Por cada paso que daba podía sentir las miradas curiosas de muchos girar hasta ellas, pero la verdad era que a ambas poco y nada les importaba lo que opinaran.

   El plan era simple. Entrar, enfrentarse a Sebastian y a la manada de tarados que tenía por secuaces, y sacarle la verdad. Simple ¿No?

   Alessia sabía la razón de porque Santana le había llevado allí, y era para intentar distraer a Sebastian. No se lo había dicho directamente pero tampoco era tan estúpida como para no darse cuenta de sus intenciones, y la verdad era que dudaba que aquello fuera a funcionar.

   Entraron en una sala en dónde un pequeño grupo de chicos con violonchelos se encontraban siendo acompañados por la presencia de Sebastian y sus secuaces.

—Andrew McCarthy —llamó Santana—. No sé si lo sabías, pero Blaine podría perder el ojo.

—El mismo Blaine que solía ser su buen amigo hace menos de cuatro meses —agregó Alessia—. Ustedes son el verdadero para que quiero enemigos, si tengo a estos amigos.

—Espera, ¿hablan en serio? —inquirió uno de los chicos Dalton, Trent—. ¿Va a estar bien?

—Claro, a menos que quiera ver en tres dimensiones —respondió Santana con acidez.

—Trent, yo me encargo —le hizo saber Sebastian.

   Alessia hizo un puchero mientras intercambiaba una mirada con Santana, ambas con burla.

—Que pena lo de Blaine —Sebastian retomó la palabra—. Era bonito. No debió meterse, ese sluchie era para Kurt.

—Oh, era para Kurt —señaló Alessia alzando sus brazos con sarcasmo—. Eso explica todo tan bien y lo vuelve menos importante —rió irónicamente por unos cortos segundos—. Eres un idiota, Sebastian.

—Gracias —él sonrió.

   Alessia presionó sus puños a sus costados. Realmente se estaba reteniendo las ganas de golpearlo otra vez.

—Podrás parecer el villano de una mala película de los años ochenta —comentó Santana—. Pero te advierto que estoy dispuesta a despedazarte al estilo Danny LaRusso. Estamos —se corrigió, agregando a Alessia a la discusión.

—¿Qué le pusiste al sluchie? —inquirió Alessia dando unos pasos cerca de Sebastian.

   Sus ojos chocaron de manera desafiante. Alessia podía notar la burla en el rostro del castaño, y él podía notar la molestia en el rostro de Alessia.

—¿Qué fue? ¿Vidrio? ¿Piedras?

—Colorante rojo del seis —respondió con una sonrisa.

—Voy a destrozarte la cara de Kent a golpes si no me dices que demonios... ¿Qué haces? —se quejó Alessia al sentir como Santana tiraba de ella hacia atrás para poder avanzar.

—Eres un mentiroso, Sebastian —lo acusó Santana.

   El chico Dalton se volteó observando a sus compañeros con una sonrisa.

—Está cuestionando mi honor —comentó con falsa indignación.

   Alessia rió cubriendo su boca sin poder evitarlo. Todos la observaron, lo que le indicó a la rubia que su objetivo había sido logrado al haber atraído la atención.

—Lo siento —se disculpó con gracia—. Es lo más ridículo que has dicho alguna vez en tu vida, sobre todo teniendo en cuenta que sé... sabemos que honor es lo que menos tienes. Casi estoy segura de que nunca has puesto a prueba el significado de aquella palabra.

   La sonrisa de Sebastian se borró. Ante ello Santana sonrió inmediatamente, viendo como su plan ya se alienaba.

—Exijo satisfacción según la tradición de los Warblers —comentó Sebastian.

—¿Quieres un duelo? —Sebastian desvió su mirada hasta Alessia.

—Chicos de los chelos, ¿se quedan un rato? —pidió Santana.

—Los demás salgan —ordenó Sebastian—. No quiero que vean como hago llorar a una niña.

—¿Viste eso? Habló por ti —señaló con burla Alessia pasando por un lado de Santana—. Destrúyelo —le palmeó la espalda para así dirigirse a la salida.

A mitad de camino la voz de Sebastian le detuvo.

—¿No te quedarás?

—¿Para seguir viendo el rostro de un idiota mentiroso? —inquirió observándole levemente—. No, gracias.

Y sin más salió de allí.

   Sebastian permaneció unos segundos ahí de pie. No iba a mentir, le había dolido la forma en que Alessia le había hablado y como actuó a su alrededor.

—Debo admitir que en un principio consideré bastante ridículo el hecho de que fueran amigos —comentó Santana—. Incluso le advertí a Alessia sobre ti, pero supongo que lo hice muy tarde.

—Tienes una boca muy grande para opinar sobre cosas que no te corresponden —masculló Sebastian.

—Puedo ser una perra, pero Alessia me importa.

   El chico Dalton blanqueó su mirada.

—Como sea, no nos salgamos del tema —comentó Santana, sonriéndole.

   Los acordes de Smooth Criminal no tardaron en escucharse permitiendo que desde a las afueras de la habitación Alessia pudiera escuchar las voces de ambos. No iba a mentir, relación considero que juntas se escuchaban increíbles.

   Minutos más tarde, cuando se aseguró de que habían terminado de cantar, no dudó en adentrarse.

—Dime la verdad —alegó Santana—. ¿Qué pusiste en ese sluchie?

—Sal de grano —respondió—. Pero está bien.

   Alessia se preguntó... ¿Qué clase de idiota le pone sal a un sluchie y por qué demonios aquello estaría bien?

—¿Por qué estaría bien? —inquirió Santana confundida.

—Blaine necesita cirugía, eso no está bien, Sebastian —regañó Alessia.

—Dije que estaba bien, porque no le puse nada a este.

   Y sin más Sebastian volvió a darle cara a ambas chicas. Al ver lo que portaba en su mano Alessia instintivamente empujó a Santana a un lado, y dando un paso inconsciente terminó en su posición, por lo que el sluchie que Sebastian lanzó, terminó embarrando su rostro y parte de su pecho. Y joder, estaba malditamente frío, tanto así que un escalofrío recorrió su espalda.

   Sebastian maldijo por lo bajo. Claramente el quería que el sluchie terminara sobre Santana, aunque tampoco era como si arrepintiera del todo, porque Alessia se veía bastante graciosa con todo aquello en su rostro mientras su ceño se fruncía. Y por estar concentrado en ello no vió el sluchie que iba directo a su rostro.

   Santana dejó salir automáticamente una carcajada.

—¿¡Qué demonios hiciste!? —exclamó Sebatian quitando los restos de sluchie de su rostro y viendo su uniforme completamente manchado.

—No es tan gracioso cuando te lo hacen a ti ¿no? —inquirió Alessia acercándose—. Espero que te guste lucir como Hellboy.

   Le sonrió por última vez antes de encaminarse a la salida, notando como todos los compañeros de Sebastian evitaban dejar salir sus carcajadas.

—¿Qué se supone que significa eso? —inquirió Sebastian deteniendo su andar al tirar de su mano.

—Lo descubrirás cuando te observes al espejo.

   Volvió a soltarse de su agarre y salió del lugar intentando conservar la poca dignidad que le quedaba, con Santana siguiéndole los pasos.








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3/3

HEMOS LLEGADO
al fin de este maratón (casi olvido
que me faltaba un capítulo por
publicar), pero no se me pongan
tristes porque esta vez no planeo desaparecer del todo.

así que supongo que nos vemos
la próxima semana, o tal vez
antes, who knows

cuídense mucho, no olviden
hidratarse y mediten para
sacar las malas vibras, les tqm<3




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