Capítulo 36 ~Loca de amor~

Narra Amy

—Amy, aquí tienes más vendas para tu herida —me avisa Cosmo, entregándomelas.

—Qué raro, pensé que Shadow me había curado...

—Oh, no, el sólo detuvo la hemorragia, la desinfectó y hasta la vendó.

—¿Eh? ¡Pero si yo traía vestido! —ella ríe.

—Ya lo sé, pero admito que se comportó con seriedad. —qué vergüenza...

Le acepto las vendas limpias a Cosmo y me las cambio en mi habitación, de allí, me voy a la sala de mando, en donde me encuentro a Tails.

—¡Amy! ¿Ya todo está bien? ¿Sientes mareos o dolor?

—Pues te diré... ¿Y Sonic?

—Está por ahí. Cosmo me ha contado todo, no sé que le pasó anoche pero nos ha servido bastante. 

—¿Huh? ¿Cómo que "Lo que le pasó"?

En eso, entra mi erizo favorito.

—Ames... —el erizo corre y me abraza con cuidado de no lastimarme. Sin darme cuenta, sonrío y enredo mis brazos en su cintura, sintiendo el latir de su corazón. Al sentir que me quería soltar, me aparto igualmente. —Me alegra tanto que estés viva, pensé... que no la librarías...

—Pues aún estoy aquí para molestarte —digo guiñándole el ojo, tratando de disimular la felicidad inmensa que me ha provocado ese abrazo de tan sólo 4 segundos.

—Oye —protesta, pero me vuelve a brindar un abrazo fugaz. —también me alegra saber eso.

***

Han pasado algunas cuántas horas desde que comenzamos a buscar rastro de alguna otra esmeralda del caos. Ya estábamos tan aburridos, que hasta dudábamos si en serio los exploradores funcionaban bien. De repente, detecta algo. Parecía que la próxima joya estaba en un meteorito muy pequeño, como de un diámetro de tan sólo un metro.

Tails manda unos brazos robóticos a tomar el pequeño asteroide. Oh, qué sorpresa, no era un asteroide. Era una nave. Tres pequeños alienígenas salieron de allí. Les preguntamos qué hacían navegando por el espacio.

—Nuestro mundo está enfermo y buscamos alguien que lo cure. Mi nombre es Lu.

—Mi nombre es Lilim.

—¡Y yo soy Momo! —se presentaron.

—¡Mucho gusto! ¿De casualidad hallaron una esmeralda caos por ahí? —pregunto.

—¿Qué es una esmeralda caos? —interroga Lu con notoria indiferencia.

—Es una piedra preciosa que es como del tamaño de una manzana y brilla en ocasiones —responde el zorrito.

Lu saca entonces aquella esmeralda que tanto anhelábamos. Es de color amarilla.

—¡Sí! ¡Gracias! —Tails la iba a tomar pero los pequeños no se lo permitieron. No querían entregárnosla, hasta que decidimos negociar: la esmeralda a cambio de que los lleváramos su planeta.

—El planeta Marmolín no lo querrán dejar,  tiene de todo, magos, posiones, amuletos, hechizos de amor... —comienza a decir Lilim.

—¿Hechizos de amor? —cuestiono con sumo interés.

—Sí, son muy efectivos ahí.

¡Es mi oportunidad para que Sonic se fije en mí!

Llegamos y nos entregan la esmeralda. Parecía un lindo planeta, colorido y desértico a la vez, la gente allí se veía cálida.

—¡Vamos, Momo! ¡A por el hechizo que me dijiste!

—Pero, Amy, tenemos que i-woahh —me fui llevando a Sonic conmigo.

—Esta es la roca del romance —comentó Momo al llegar a una roca como de mi tamaño.

—No entiendo, ¿Para que vine? —pregunta Sonic con cierto tono de molestia.

—Si quieres que el hechizo funcione debes romper la roca —dice mi pequeña amiga.

—¿Eh? ¿De qué habla, Ames? ¿Cuál hechizo?

—¡Pues el de amor! —contesta Momo.

Saco mi martillo y rompo la roca, cuando volteo, Sonic ya se había ido corriendo.

—¿Por qué se va? Hum...

—Tal vez no le gustas tanto.

Siento una pequeña punzada en el corazón. ¿Pero qué ridiculez hice? Ahora Sonic debe pensar que estoy loca o algo. Pff... Será mejor dejarlo así.

Cosmo y Cream llegan conmigo.

"Tal vez deba pasarla con ellas mientras estamos aquí..."

—¡Cosmo, Cream! Vayamos a ver si tienen romance en un futuro con alguien.

—Sí —acepta animosamente Cosmo.

—¡Vamos! —dice la conejita.

Las llevo al mercadito, en donde parece ser que adivinan el futuro y esas cosas. Nos divertimos escuchando que flechazos de amor y no sé cuantas cosas más. Llega mi turno y la bruja me toma la mano, recorriendo con sus dedos la palma.

—Mmm... En un futuro... veo... dos muchachos... los dos te aman con locura y harán lo posible por estar contigo y hacerte feliz. Pero uno de ellos... oh, qué tragedia... y... Deberás tener mucho cuidado, pues tus secretos más profundos se revelarán provocando serios conflictos con el amor de tu vida.

Ante aquellas predicciones, alejo con rapidez mi mano. Miro con incredulidad a la bruja.

—Sé que aun tienes 13 años y que estás muy joven. Pero las decisiones que tomes más adelante, podrían poner en juego tu destino.

Cream, Cosmo y yo, nos miramos con miedo. Tanto, que ni Cosmo quiso probar. Agradecimos y salimos de allí.

—Eso... Fue muy raro —musita Cosmo.

—Oye, Cosmo... ¿Qué hay entre tú y Tails? —pregunta de repente la acompañada por un chao, provocando un sonrojo total a la de cabello verde.

—N-no sé a que te refieres.

—Ay, vamos Cosmo, hace tiempo que simpatizan mucho ustedes dos —le recalco.

—De verdad, chicas, no se de que hablan... No creo que Tails se interese en mí, creo que soy muy molesta.

—Venga, Cosmo, que si fueras "muy molesta", Tails no pasaba el tiempo contigo.

—Olvidemos eso. Y, bueno, Amy, ¿Qué contigo y con Sonic? —joder, que me la ha aplicado. Bajo mi mirada y me muerdo el labio inferior.

—Perdón, no debí preguntar... —río malvadamente.

—¡Le tenderé una trampa a Sonic y su corazón arderá de amor!

—No de nuevo... —musita Cream. En eso, llega el amado de las dos chicas con las que he pasado la tarde.

—Chicas, al fin las encuentro. Una especie de enfermedad crece bajo este planeta y lo vamos a destruir, Sonic ya está en posiciones.

Nos dirigimos al lugar y Sonic hace explotar el virus que parecía que tenía el planeta, un montón de agua ha salido. 

Luego de eso, varios de los alienígenas fueron a felicitar a Sonic. Cosmo y Tails decidieron ver la luna juntos. ¡Qué romántico! Abrazaditos y todo.

Cream y Knuckles comían de lo que les ofrecían. Yo me senté lejos de Sonic, junto a ellos. No quería verlo y recordar mi desgracia.

Volvimos al Tifón Azul. Me senté en mi puesto muy de mal humlr. Estábamos todos, menos Sonic, quien se había ido a duchar.

—¿Por qué tan enojada, Amy? —pregunta de repente el zorro al ver mi actitud.

—Ninguno de los hechizos de amor que le hice a Sonic funcionaron... —digo sin pensar.

—¿Hechizos de amor? —ríe. —Amy, ¡Pero eso no es necesario!

—Sí, hasta yo sé por qué no es necesario —masculla el equidna.

—¡Claro que lo es! ¡Es para que Sonic me quiera!

—Creo que estás tan alterada que no te has dado cuenta.

—¿Cuenta de qué? ¿Tails?

Ellos sólo se echaron a reír.

—¡En serio que eres tonta! —¡Joder, Knuckles! ¡Se me está agotando la paciencia con estos dos!

—Ohhh... ya entiendo —dice Cosmo con su cara de que ya entiende.

—¡Alguien explíqueme!

—Mejor que lo descubras más adelante —dice Tails sin dejar de reír.

Me enfado y saco mi martillo. En eso llega ese... Hermoso... Erizo idiota.

—¿De qué me perdí? ¡Hola Amy! ¿Por qué tan enojada? ... ¿Amy? Deja ese martillo... Amy... En el suelo... ándale... ¡Amy no!

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