04
Una mañana de llovizna que parecía ser infinita, el pelirrojo se levantó completamente somnoliento de su cama, cepillo sus dientes, peinó su cabello, se puso su icónico pañuelo rojo en la cabeza y bajo las escaleras dirigiéndose hacia la cocina para preparar su desayuno. Fue el primero en levantarse, así que un silencio inundó aquella habitación, haciendo que el pelirrojo se aburriera rápidamente.
Decidió agarrar unos sartenes que estaban allí, se dirigió a la habitación de su amigo de cabello rizado y golpeó los sartenes con todas sus fuerzas, provocando un ruido tán fuerte que hizo que el de tez morena se despertara exaltado. El pelirrojo solo saboreaba la dulce venganza, ya que unas semanas atrás el de cabello rizado le había hecho lo mismo a él.
— ¡DIOS, AXL! — Exclamó el de tez morena tapándose los oídos con ambas manos. — ¡¡DEJA DE HACER ESE RUIDO!! — Ordenó furioso.
Axl solo se rió de el y paró de hacerlo.
— ¡Es mí venganza, Slash! — Exclamó Axl saliendo de la habitación de el de tez morena.
— Idiota... — Murmuró Slash frunciendo el ceño.
El de cabello rizado no tuvo más opción que levantarse de su cama, se puso sus pantuflas y bajó las escaleras completamente en pijama.
— Que elegante. — Comento sarcásticamente el pelirrojo, a lo que el de cabello rizado lo miró con mala cara.
Slash fue a la sala a buscar un peine, ya que al contrario de Axl, Slash lo perdía a cada rato.
Al peinarse, el peine hizo que su cabello se esponje aún más debido a la humedad y el de tez morena pudo oír unas risas que provenían detrás de el.
Allí estaba Steven riéndose del cabello de Slash.
— ¡Vaya que hay humedad hoy! — Exclamó el rubio entre risas.
— Sí, a veces me vuelve loco. — Comentó el de cabello rizado tratando de peinarse con los dedos de sus manos.
— ¿Está Izzy despierto? — Preguntó el rubio.
— No, no lo he visto bajar... — Respondió el de tez morena.
— Oh... ¿Viste que últimamente está extraño? — Susurró el rubio acercándose al de cabello rizado.
— Si... Creo que está enojado conmigo o algo...
— ¡¿Qué?! ¿Por qué? — Se exaltó.
— No lo sé — Dijo el de tez morena encogiéndose de hombros.
Rápidamente ambos se callaron al ver a su amigo Izzy bajar de las escaleras y empezaron a disimular.
— Eh... ¡Qué genial estuvo la película de ayer! — Exclamó nerviosamente el rubio.
— Oh... Si, sí — Dijo el de tez morena asintiendo.
El de pelo azabache solo los ignoró y se dirigió a la cocina, encontrándose con el pelirrojo, quien estaba sentado desayunando.
Izzy se preparó un café y se sentó en frente de Axl.
— ¿Puedo preguntarte algo? — Dijo el pelirrojo mirando fijamente al de pelo azabache.
Izzy asintió y Axl se levantó de golpe apoyando fuertemente sus manos en la mesa enfrente del café de Izzy, haciendo que el café de derrame un poco e Izzy se asustara.
— ¿Estás enojado con Slash? — Preguntó el pelirrojo con un rostro serio.
— N-no... Yo solo... Estoy algo estresado últimamente... — Dijo cómo excusa.
— Entonces, ¿Por qué solo lo tratas mal a él y no a los demás? — Interrogó el pelirrojo frunciendo el ceño.
— Ugh... ¿Sabes qué?, Déjame desayunar tranquilo. — Contestó el de pelo azabache ya harto.
El pelirrojo rodó los ojos y volvió a sentarse.
El de tez morena entró a la cocina, recogió unas cosas y se fue. En ese periodo de tiempo, Axl e Izzy lo miraban fijamente, cómo si de una atracción turística se tratara.
— Si que hay humedad hoy... — Dijo el pelirrojo apenas salió el de cabello rizado de la habitación.
Duff, por otra parte, se quedó dormido (cómo de costumbre) y Axl le ordenó a Izzy a que vaya a despertarlo. Esté fue, abrió la puerta y allí estaba el rubio, durmiendo plácidamente en una pose algo deforme.
El de pelo azabache corrió las botellas de vodka que estaban esparcidas alrededor de la cama del rubio, se acercó a este y tocó con su dedo índice su cachete repetidas veces, haciendo que el rubio abriera lentamente sus ojos y acto seguido acomodarse nuevamente, ignorando al de pelo azabache.
Este se cansó y abrió las cortinas de la habitación haciendo que entre el sol de golpe y el rubio se queje y tape su rostro con sus sábanas.
— Despierta — Murmuró el de pelo azabache mientras se acercaba al rubio.
Al no hacerle caso, el de pelo azabache sacó las sábanas que tenía el rubio en su rostro y le dió un tierno beso en los labios, que hizo que cómo por arte de magia el rubio ahora sí despertara completamente.
— ¿Viste muchas películas de Disney? — Dijo el rubio alejándose lentamente del beso con una sonrisa coqueta.
— Ahora eres mí bella durmiente — Contestó el de pelo azabache con una leve sonrisa en sus labios.
— Idiota — Dijo el rubio entre risas.
El rubio se levantó y ambos bajaron por las escaleras, oyendo algunos gritos de discusión.
— Otra vez... — Dijeron ambos en unísono.
— ¡NO! ¡YO TE DIJE QUE TE TOCABA A TI LAVAR LOS PLATOS! — Gritó Axl con furia.
— ¡PERO YO LOS LAVO TODOS LOS DIAS! — Contestó Steven frunciendo el ceño.
— O-oigan... No peleen... — Dijo Slash tratando de calmar un poco las cosas.
— ¡DIOS! ¡NO PUEDO CREER QUE PUEDAN VIVIR EN ESTA SUCIEDAD! — Gritó nuevamente el pelirrojo.
— ¡PERO SI NUESTRAS HABITACIONES ESTÁN MUCHO MÁS LIMPIAS QUE LA TUYA! — Gritó el de menos estatura con algunas lágrimas en sus ojos.
— ¡YA ESTÁ! ¡ME CANSÉ! ¡SI SIGUEN ASÍ VOY A RENUNCIAR A LA BANDA! — Amenazó el pelirrojo.
Axl solía amenazar con renunciar a la banda al menos 3 veces por semana, por lo tanto esto ya era común para los demás miembros.
— ¡CÁLLATE! — Exclamó Steven rompiendo en llanto.
Slash abrazó a Steven y este correspondió llorando desconsoladamente.
— Ya, ya... Axl, yo los lavaré, no te preocupes. — Dijo Slash mirando a Axl.
El pelirrojo se fue furioso a su habitación y cerró la puerta fuertemente.
— Dios... ¿No sé cansan de pelear...? — Murmuró Slash mientras acariciaba la cabeza de Steven.
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