El día de la gira había llegado y el líder había encontrado muchos problemas en su relación con el maknae.
La situación se había tornado algo difícil, el hecho de que nadie podía saber de lo suyo se había convertido en un problema.
Aquellas costumbres que tenían en la casa casi los llegaron a delatar de vez en cuando, sin embargo debían ser muy cuidadosos.
Cualquier cosa que viera la compañía como extraño podía llegar a ser fatal.
Seungri aún así corría el riesgo todas las noches de ir a la habitación del hotel de GD.
Dormir separados era un martirio.
— Quisiera que todos supieran la verdad y dejar de escondernos... –dijo Seungri con tono triste
— No podemos afectar a la banda, RiRi... Sería algo egoísta –explicó GD con su voz de líder
— Eso lo sé... Pero... Extraño estar más contigo... Sé que puedo subir fotos contigo y decir que eres mi novio y solo lo toman como un ship... También si hago algo que nos delate pero... Es diferente cuando estamos en la casa, ahí simplemente eres mi novio y todo es genial... Eres tú mismo, no el líder de una banda –
GD se puso serio, su novio tenía razón, cambiaba mucho cuando estaban afuera.
— Perdón... – fue todo lo que pudo decir y lo besó.
Seungri adoraba aquellos momentos, eran demasiado especiales, eran de aquellos instantes que recordaría por años sin importar qué pasara.