Capitulo 2
- ¡Hikari! ¡Te necesito un momento! - Me llamo Touka desde afuera.
Salí inmediatamente y mire a Touka, acomodando el cartel del Anteiku.
- ¿Qué sucede, Touka? - Pregunte.
- Necesito que le ayudes a acomodar este cartel.
- O-Oh... Esta bien, te ayudo.
Le ayude a acomodar ese dichoso cartel, que al final de cuentas, no se la tenía en un buen orden, o se caía al suelo. Después de varios intento, ambas nos rendimos y optamos por dejar el cartel a como quedase en la primera, luego entramos a la cafetería.
- Oye, Hikari, ¿por qué nunca supimos de ti?
- Kaneki siempre me mantuvo encerrada en casa.
- Esta loco.
- En realidad, fue por que yo soy algo torpe, aun no sé controlarme, mi ojo cambia cuando estoy muy hambrienta. Incluso soy débil, Kaneki no quería que me encontraran, aprovechando que soy débil, me asesinaran.
- Pero no entiendo... ¿cómo no nos lo pido decir por lo menos a nosotros?
- Mi hermano era muy reservado. Todo fue para mi protección.
- Ya veo...
Sonreí y continúe acomodando lencería que al había en el local, los cubiertos etc.
Me encanta trabajar aquí, a pesar de que soy algo torpe con las cosas, siempre me han tenido paciencia. Me pregunto... Como estarás Kaneki... Malditos investigadores de la CCG...
Cuando finalmente termine de acomodar, me ofrecí a ayudar con los pedidos, entregaba y anotaba.
Iba a toda prisa para no dejar a los clientes mucho tiempo en espera. Hasta que... En un paso en falso, caí al suelo con los cafés todos esparcidos en el suelo.
- ¡Hikari! - Corrió Touka a ayudarme con el desastre que causé mientras yo me ponía de rodillas en el suelo, recogiendo fragmentos de vidrios de las razas.
- Lo siento, Touka, me tropecé.
- Descuida, tu hermano llego a cometer esto algunas veces. Además, otra personita también llego a ser algo torpe. No menciono nombres. Pero ella llego a tirar varias tazas al suelo. - Rió.
- Me alegra saber que no soy la única.
Touka sonrió.
(...)
Al fin, salí de la cafetería y me estiré un poco, había sido un día agotador, ahora, tenía que volver a casa, mire a Touka frente a la puerta y me despedí de ella.
- ¡Hasta mañana, Touka!
Ella me devolvió el gesto y empece a caminar con tranquilidad hacia mi casa, pensé en la idioteces que cometí el día de hoy y reía.
Camine por la enormes calles de Tokio, observando feliz a la gente con sus familias, eso me partió el corazón, perdí a mi madre por tanto trabajo, y a mi hermano por querer proteger a la gente que tanto amo. Me siento como una carga, saber que tan lejos llego mi hermano, me arrepiento de aquel día, si o no hubiera hecho el ridículo, no hubiera tenido que recurrir a operación. Es difícil entender como alguien quiere crear Ghoul's artificiales, me costara adoptar esta forma de vida... Donde... Yo solo quiero una normal.
- Tengo que asistir a la universidad... No me la puedo pasar siempre encerrada en casa. Tengo que aprender las calles. Sino, viviré perdida en la ciudad. - Susurre para mi misma. Mientras sacaba un pequeño celular para observar la hora. - 21:43 pm... Es algo tarde. Ya casi llego a casa. - Volví a susurrar, mientras miraba al frente y visualizaba mi casa. Guarde el móvil y me detuve frente a la puerta, suspire aliviada y la abrí.
Observe una sombra al querer cerrar la puerta, me mantuve mirándolo unos segundos, esa sombra me observaba directamente a mí, el simple pensamiento de miedo me hizo estremecer.
Gracias a la luz de un carro pude saber quien era.
- Es... Es ese señor de la cafetería. - Murmure aterrada.
- Miren a quien tememos aquí. - Sonrió con maldad y empece a temblar.
- Kaneki... Ayúdame... -Susurre con miedo, ahora empezaba el dolor.
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