Corrí por las calles a toda prisa, chocaba con gente y sólo me dignaba a decir "¡Lo siento!" Y seguía mi camino.
Ya iba tarde, mucho, según yo, hace más de una hora tenía que estar en Anteiku pidiendo trabajo como mesera.

- Tonta, tonta Hikari. - Maldecía mientras corría a toda prisa, ya no estaba tan lejos de Anteiku, el problema sería regresar. Es la primera vez que salgo de mi casa desde que soy... - Aquí esta. - Sonreí ampliamente al ver la entrada del loca. Pero en un santiamén los nervios me llegaban. ¿qué preguntaría? ¿Cómo debo pedir trabajo? Kaneki me había dicho que ese lugar era perfecto para una Ghoul como yo... Kaneki, hermano, no sabes cuanto te necesito ahora.
Algún día Arima pagara este dolor que me a causado al matarte.

Varios minutos me la pase frente a la entrada practicando como debía pedir mi puesto de trabajo.

- ¿Puedo trabajar aquí?... Me gustaría ser mesera en esta cafetería... - Murmuraba frente a la puerta. Preparándome para saber como pediría trabajar en Anteiku.
Segundos después de estar murmurando palabras, me animé y abrí la puerta, casi de un golpe, tomando por sorpresa a los que estaban en ese lugar. - ¡L-Lo siento... Pero me gustaría trabajar aquí!

Todos me miraron de forma extraña, me avergoncé y baje la mirada un poco sonrosada. Luego escuche algunas risas.

- Que linda... Dinos, ¿cuál es tu nombre?

- Hi-Hikari Ken. Hermana de Kaneki Ken. - Levanté lentamente la mirada y pude observar las caras de sorpresa de las personas que estaban frente mío.

- ¿E-Eres la hermana de Kaneki Ken? - Pregunto impresionada la única chica de cabellos morados allí.

Asentí

Aquella chica de orbes moradas cruzo miradas con un chico alto de cabellos naranjas y lentes. Luego me miraron y sonrieron.

- ¡Seria un placer tenerte con nosotros en Anteiku, Hikari! Mi nombre es Nihiki, linda. - Me sonrió.

- Es fabuloso tener como compañera a la hermana de Kaneki, siempre fue un buen chico.

- M-Muchas gracias... Touka.... - Le sonreí tímida.

- Bueno, ¡vamos! Empiezas hoy. - Me sonrió y me entrego mi vestimenta.

Me vestí y empece a trabajar, para ser mi primer día, no me iba tan mal. Hasta qué se cruzó un cliente demasiado desagradable.

- L-Lo sueño señor... Creo que confundo su pedido.

- Apúrate niña, no tengo tu tiempo.

- ¡Sí! - Corrí presionada por lo que había pedido aquel exigente y no tan amable cliente, tome entre una bandeja su orden para enseguida volver con el mayor y dejar su orden sobre su mesa.

Me quede a lado de su mesa, esperando ver si estaba satisfecho con lo que le había traído. Al contrario...

- ¡Esto es un asco! - Me lanzo el café sobre la ropa, maldita sea, nunca espere enfrentarme a un cliente así.
Acto seguido, el señor adulto se levantó y empezó a gritarme en la cara. Yo solo lo observaba.

- Disculpe, si va a empezar a gritarle a una de las meseras le pediré que se vaya.

- Esto no se acaba aquí chiquilla. - Me fulmino con la mirada y se marcho.

- ¿Estas bien, Hikari?

- Sí, es sólo un poco de café, duele un poco por lo caliente. Pero no es nada grave.

- Vamos, iremos a que te cambies, tengo ropa que te puedo prestar y otro uniforme que darte.

- Gracias, Touka.

Por lo menos, este día no a sido un completo desastre. - Pensé

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Corto, pero bueno, hasta ver resultados positivos, continuaré.