Extra: Secreto de asistente

Helen - actualidad

Entro a casa con Priscila en mis brazos y Daniel con Katty de la mano. Al fin volvimos de la fiesta de bodas, ya me duelen los pies, me siento en el sillón y me quito los zapatos. La pequeña corre a la habitación y mi pareja agarra a la bebé.

―Voy a acostar a las niñas y regreso, gracias por acompañarme hoy ―Me besa y va hasta la habitación, yo le regalo una sonrisa.

El timbre suena y veo que cae una carta al buzón ¿A esta hora? Me levanto y voy a ver. Frunzo el ceño cuando leo el nombre del remitente "Crista Ricoy" que insoportable ¿Por qué me envía una carta?

"Sin rencores" leo lo siguiente y mi semblante deja de estar tenso ¿Qué le picó? ¿El bichito de la amabilidad? Ruedo los ojos, no le creo nada, pero ya que creo en las segundas oportunidades, abro el sobre.

"No podía esperar nada menos de mi asistente personal, te comportaste tan bien, que hasta me daba rabia, aun así, más allá de todo, te necesito de mi lado por mi hija, por eso quiero avisarte, que destruí todos los vídeos en contra de ti, no queda ni uno de tu trabajo como prostituta y nunca se los vendí a marketing, así que puedes estar tranquila. Te envío por carta esto, porque me parece muy estúpido hablarlo y espero que los del correo sean rápidos, porque descubriré la forma de que los despidan si no es así. Por cierto, no soy quién para meterme en tu vida, pero ¿No crees que va siendo hora de que le cuentes a Daniel? Obviamente cuando yo se lo dije, no me creyó, pero no quiero que anden gritando por ahí cosas de ti porque obvio mi asistente personal debe ser distinguida, y deja de haraganear ¡Y ponte a trabajar! Atte: Tu jefa."

No puedo creer que vaya a pensar esto, pero tiene razón.

Veo a Daniel regresar de la habitación y me le acerco.

―¿Quién era? ―pregunto.

―Nadie ―Oculto la carta ―¿Nos sentamos?

Asiente y vamos al sillón.

―Te ves tensa ¿Ocurre algo? ―Acaricia mi cabello y lo veo directo a sus ojos azules.

―Nunca te he contado... con que me amenazaba Crista ―expreso nerviosa.

Baja su mano.

―Eso ya está en el pasado, olvídalo ―Saco la carta y la muevo entre mis dedos ―¿Qué es eso? ―Mira confundido.

―Una disculpa al estilo Crista ―respondo pero luego vuelvo al tema ―. Siento la necesidad de contarte siempre ―Mis ojos se humedecen ―pero no me salen las palabras.

―Una belleza exótica no debería sufrir así ―Intenta animarme.

Me río.

―¿Belleza exótica? ―Me refriego los ojos.

―Siempre he pensado eso ―exclama avergonzado, luego toma mi rostro entre sus manos y se pone serio ―porque eso lo que eres para mí, bella e inigualable. Sea lo que sea que te atormente, no cambiará mi opinión sobre ti, seguirás siendo una belleza exótica.

―Daniel... ―Una lágrima se me escapa, besa mi mejilla y yo cierro los ojos, para luego abrazarlo ―tú eres el ángel, no yo ―expreso al recordar otro de los apodos que me ha puesto en el pasado. Me separo de él y me dispongo a hablar abriendo mis ojos ―Te contaré ―Suspiro.

Sonríe.

―Soy todo oídos.

―Es que... Bueno, ambos sabemos que mi economía, nunca ha sido muy buena y un día, ya al borde del abismo... ―Siento que me trabo con cada palabra y los nervios que me atacan ―pues... conseguí un trabajo, algo particular... y bueno, no muy agradable ―Daniel sigue tranquilo mientras cuento ―. Bueno, lo diré sin más vueltas, yo... vendía mi cuerpo, era una prostituta, una de las tantas que llaman zorras en la calle ―Me cubro la cara para intentar no sentir más vergüenza de la que siento sobre mi persona.

―Sigo pensando lo mismo y no eres ninguna zorra. Fue lo que conseguiste, no debes sentirte mal por ello, yo también he llegado hasta el extremos ―Levanta mi rostro y lo veo a ese hermoso azul ―somos tal para cual y nadie tiene porque juzgarte. Eres una belleza exótica con el corazón más puro que he conocido y por esa razón, te amo tanto ―Me besa y le correspondo, termino hacia atrás en el sillón.

―Daniel, están las niñas ―Me sonrojo.

―Están durmiendo ―Sonríe.

Me río.

―Que astuto ―Lo vuelvo a besar.

No más secretos, nomás sufrir por el pasado, hora de vivir el presente, ese que tanto me emociona.     

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