Extra: Noche de bodas

Capítulo +18

Crista

Nuestros sentimientos se complementan, está será nuestra primera noche como marido y mujer. La emoción es distinta, placentera. Porque sé que mi esposo me ama con todo su ser y de algún me pongo en una forma algo tonta.

Demasiada cursilería, mejor pasar a la acción.

David baja el cierre de mi vestido de novia, que está en la parte de mi espalda, acariciándola mientras me besa y disfruto la sensación en el tacto de ambas partes.

—Me lo hiciste apropósito, ¿no? —Se ríe él —Es más complicado quitar este vestido.

—¡¿Estás de broma?! —me quejo —¡Sácamelo, estoy que exploto! —grito completamente sonrojada.

Mi libido tiene que ser atendido o sufrirá las consecuencias.

Vuelve a reír.

—Solo jugaba —Muerde seductoramente el moño de adelante, en la parte del escote y lo tironea con sus dientes hacia atrás —. Hora de reclamar lo que me pertenece —Se relame los labios cuando el ultimo lazo se suelta dejando mis pechos expuestos.

—Pues ven —Respiro agitada. Este calor me está matando.

Bueno, como siempre.

Su boca pasa a mi pezón derecho y con su mano presiona el izquierdo, mientras yo me dedico a gemir. Húmedo y delicioso néctar de satisfacción.

—Quiero más —exijo e intento quitarle la chaqueta, aunque no me puedo concentrar por la excitación de sus caricias —¡Ah...!

—No te sacias nunca —Sonríe y me mira con ese verde lleno de lujuria. Se mueve para dejarme hacer lo que quiero.

Me inclino, así puedo quitarle la parte de arriba que molesta. Al fin tengo ese bello torso para mí, buenas vistas. Lo beso repetidas beses y hago unos cuantos chupones, hasta que él vuelve a su posición anterior haciéndome retroceder. Me recuesta y sus manos van hacia mis piernas, dónde está mi debilidad. Las recorre por debajo de la tela blanca y llega hasta mi tanga. Presiona mi trasero y gimo, pero no es lo que está buscando. Sus dedos se adentran en mi ropa interior, deslizándose a mi punto clave.

—¡Ah! —Mi espalda se enarca cuando masajea mi clítoris —David...

—Mi hermosa Greek goddess, te llevare hasta el olimpo —Se muerde el labio inferior y se deleita observando mis reacciones —. Tan perfecta, My Heart. Gime para mí... —Me besa —solo para mí.

—Ah... maldito posesivo.

Se ríe.

—Y te gusta —Me besa nuevamente y lanzo un suspiro, para luego admitirlo.

—Sí... claro que sí —Rodeo mis brazos alrededor de su cuello y uno nuestros labios con deseo —. Hazme tuya —susurro casi sin separarme de él.

—Ya mismo.

Agarra el preservativo de la mesita de luz, mientras yo le desengancho el cinturón, pareciendo desesperada. Culpa de la libido, siempre parezco así cuando mis temperaturas están muy elevadas. Bajo el pantalón visualizando su bulto debajo del bóxer y sonrío.

—Alguien está apurado —me burlo.

Se ríe y me empuja hacia atrás, volviendo a estar recostada en el colchón, toma el desarmado vestido y comienza a empujarlo hacia atrás, dejándome solo con mis bragas, ya que mis zapatos, al igual que los de él, se perdieron en el camino hasta la habitación.

—Siempre deseo estar entre tus piernas, me vuelves loco —Gruñe jugando y me río.

—Bobo.

Se lanza a mis labios y termina por deshacerse de mi bombacha. Ahora estoy completamente desnuda, y sin embargo a él hay que sacarle lo suyo también.

Acaricia mi intimidad y gimo.

—Ya... David... —Levanto el condón que aún tengo en la mano —no me hagas enojar.

—Debo cumplir mi palabra —Ríe —lo que pasa es que me gusta jugar con lo que es mío, pero si la diosa lo pide, tendré que ceder —Se quita el bóxer y visualizo su buen órgano viril, lo que provoca que me muerda el labio inferior, deseosa de tenerlo dentro de mí.

Siento las llamas arder.

Se posiciona entre mis piernas, respiro agitada, se pone el preservativo y me preparo para sentirlo por completo. Noto como va entrando y echo un suspiro de placer. Se acomoda a su antojo, agarra mis caderas y va a su ritmo, para comenzarse a mover.

—¡Oh, David! —Mi espalda vuelve a enarcarse por el éxtasis de esas buenas embestidas.

My Heart... —exclama sintiendo el placer al igual que yo —so great.

Expresa un "tan estupendo" en su idioma natal, demostrando que se siente pleno, dejándose llevar por la sensación del momento.

—Bueno... mi turno... —expreso dominante, dando a entender que quiero cambiar la posición y como buen caballero cede dándome el mando. Nos giramos y me monto sobre David —ah... sí... —Me muevo sobre él y mis pechos rebotan, lo cual provoca que chuponee mis pezones —¡Oh! —Me presiona el trasero y sin previo aviso me da vuelta sobre el colchón otra vez —. Tramposo —me quejo.

Esto es una guerra de dominio aunque...

My Heart... i love so much...

Eso es trampa.

—Ah... ah... yo... también... —Cierro los ojos sintiendo mis mejillas arder, aparte de todo mi cuerpo claro, pero la sensación viene de otro lado. Desde el fondo de mi ser, mi alma —porque tú también... eres mi... corazón.

—Me emocionas —Me besa con intensidad.

Nuestras lenguas juegan, mientras nuestros cuerpos empapados en su sudor, demuestran lo que sentimos, algo muy sincero y verdadero. Lo que rodea a esta noche de bodas, que es realmente cursi y acalorada, personifica aquello.

Obviamente, amor.

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