Crista

Esto debe ser karma.

Escapo de ser secuestrada, para ser secuestrada otra vez. Mis círculos viciosos no acaban.

Ni siquiera sé qué ocurre, tengo los ojos y la boca vendados. Aparte de mis manos atadas claro. Me han llevado de un lado a otro y ya no sé dónde puedo estar.

¿Asustada? No, Crista Ricoy no se asusta tan fácilmente.

Han pasado horas, hasta que al fin esta vez, no me arrojan en un piso frío y duro. Por la contextura, debe ser una cama y es bastante cómoda, debo admitirlo, estás sábanas me gustan mucho, si pudiera hablar ya estaría preguntando dónde las compran.

Luego de unos minutos oigo una puerta y entrar a alguien.

―Hola belleza ¿Estás cómoda? ―tiene acento inglés, pero habla el español fluido.

Le respondería que sí, pero sigo con la boca amordazada. Escucho sus pasos acercarse y siento el tacto de su mano en mi pierna. Ah ya entendí, quiere violarme, que bueno que tengo los ojos tapados, no planeo tener sexo con feos y si no lo veo no me importa.

―August no seas maleducado ―oigo que habla en inglés otra persona que entra a la habitación.

―¡Cállate Brayton, sólo quería divertirme!

Siguen hablando en inglés entre ellos, pero yo los entiendo perfectamente. Algo me dice que ya no estoy en Argentina.

Oigo la puerta, parece que uno de los dos se fue. Siento una mano en mi brazo y me sienta, dejo de estar recostada. Noto como empieza a desatarme, primero mis manos, luego mi boca y cuando me baja la cinta de los ojos, visualizo en frente de mí el molesto color de los suyos.

Verdes.

Hace una sonrisa muy parecida a alguien que conozco bastante bien y me quedo callada mientras me observa.

―Es cierto lo que dicen de las latinas ―este también habla en mi idioma.

―¿Qué cosa? ―Ni me inmuto ante su mirada penetrante.

―Bellas y peligrosas.

Sonrío.

―¿Eso dicen?

―No, eso me lo inventé ―Se ríe, se aleja de mí y pasa su mano por su cabello rubio.

Ahora que puedo verlo mejor, es bastante guapo este hombre.

―¿Quién eres?

―Excuse me ―se disculpa y besa mi mano ―Brayton Lovelace, pero quizás me conozcas mejor como el hermano mayor de tu David.

Ruedo los ojos.

―No es mi David.

―Excellent ―Me ofrece su brazo ―¿Me acompañas? Hay alguien que quiere conocerte.

Bufo.

―Si no me queda otra.