85. Desvelando tus secretos

Crista

Nuevamente noto que me estoy sonrojando, me recuesto y me tapo la cara con el almohadón.

―Te vas a lastimar ―dice el idiota enamorado.

―¡Cállate, no te soporto!

Vuelve el silencio y mi corazón se acelera al ver que me hace caso. Maldita sea ¡¿Por qué me obedece?! ¡¿Espera qué le diga "gracias" otra vez?! Que ni crea que eso vaya a pasar, antes me asfixio con la almohada.

Maldición, estoy irritada y no es con él, sino conmigo ¿Desde cuándo me he empezado a sentir cómo boba?

"Déjame avivar tus sentidos".

Esas palabras no se me han ido de la cabeza desde la primera vez que las dijo.

No se puede avivar nada en este estúpido cerebro, no hay nada por lo cual se pueda avivar. Que deje de ser poeta, porque aquí no hay nadie que quiera escucharlo.

Greek goddess, i love you.

Uh ya comenzó de nuevo.

―¿No tienes otra cosa mejor que hacer que andar declarando tu amor? ―Me quito la almohada de la cara y lo miro ―La vida no se basa en el romanticismo.

Sonríe.

―Eso depende de quién lo mire, puesto que desde que te conocí, mi vida ya no se basa en negocios.

Ruedo los ojos.

―Te enamoraste de mi belleza exterior, no seas imbécil.

―Es inevitable no deleitarse con tu atractivo cuerpo ―Me guiña el ojo ―pero a mí me fascina la Crista que hay dentro ―Se acerca a mis labios ―y no estoy hablando cuando estoy dentro de ti ―Se ríe ―. Creo que lo que más amo de ti, es que no te dejas pisotear por nadie, ni en la peor situación ―Me alejo pero él me toma de los brazos y me acerca nuevamente ―. No huyas Crista, ambos sabemos que estás escapando de tus emociones, pero ese secreto también lo voy a desvelar, como revele todos los otros, incluso los que te haces a ti misma.

―No seas imbécil ―Forcejeo al tenerlo casi sobre mí ―¿Cómo puedo ocultarme algo a mí misma?

―Porque no quieres admitirlo.

―¡Cállate! ―Pataleo y siento mis mejillas arder con intensidad ―Nada de lo que digas me hará cambiar de opinión.

Aprisiona mis manos y me observa seriamente.

Greek goddess, yo te gusto ―Luego sonríe y lo repite en su idioma ―you like me.

Eso no lo admitiría ni en un millón de años.

Pero es cierto.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top